LA REPUBLICA Y
¿DOS ESTADOS?
Más allá del circo
de la partidocracia, la democracia y las formas de una aparente república en
Argentina ¿Cuál es su verdadero estado-nación?
Por Pepe Beru
Se suponía que la elección de un personaje que estaba en la vereda de enfrente del club de la política iba a terminar con la llamada “grieta”, pero al parecer esa grieta no solo permanece incólume sino que (y aunque se trata de disimular), se ha extendido más allá de las fronteras de la Argentina.
El actual quiebre
está dentro del gobierno nacional y es tan profundo que tercia sobre la
identidad y el espíritu mismo de la nación. Los Milei y su gente son
ciertamente ajenos a la casta política que ha corroído por casi cuarenta años a
la institucionalidad republicana pero a la vez son algo mucho peor; son agentes
de una ideología mutante y venenosa que la gente de a pie confunde con la “derecha
tradicional” cuando en realidad es otra cosa.
Los Milei le abrieron
la puerta al sionismo revisionista que como bien sabemos además de ser la
ideología mesiánica que hoy dirige la cruenta política de Israel, controla nada
menos que la política exterior de los EEUU. Los ofensivos comentarios del próximo
nuevo embajador estadounidense en Buenos Aires Peter Lamela sermoneando sobre
quienes son buenos y quienes son los malos teniendo un especial desdén contra
China, vienen en el mismo tono y no fueron una coincidencia o un exabrupto, fueron
la muestra de la inexistente posición de una geopolítica propia del actual
gobierno argentino y de su alineamiento ciego sin medir consecuencias.
Hay un terrible
olor a mierda en todo esto y no es casual. El gobierno angloestadounidense y
pro-sionista de los hermanos Milei sabe que se aproximan elecciones
fundamentales para consolidarse en el poder y para ello, están preparando
generar un engaño que proporcione un fuerte impacto en el colectivo nacional y
para ello, el respaldo de la administración Trump es fundamental.
Como parte de esta
maniobra, se ha estado dejando correr un fuerte rumor proveniente de dentro del
Ministerio de Relaciones Exteriores referente a la designación de un nuevo
embajador en Londres que podría convencer a los británicos de que regresen las
islas del Atlántico sur. Dejemos las carcajadas de lado y razonemos con un poco
de criterio y preguntémonos ¿Qué significaría esto?
Simplonamente,
este rumor pretender sembrar expectativas sobre situación de ocupación en el
atlántico sur y así los Milei con miras a las próximas elecciones meterse al
bolsillo -por un breve tiempo- a una parte de (los aún existentes)
crédulos y arribistas del pobre nacionalismo local.
Antes que nada, remarquemos que la oposición (que forma parte de la vieja casta de estafadores de la política) no representa y en realidad nunca represento una alternativa nacional real contra este entreguismo. Esto significa que ni “peronistas” (si es que existen), “radicales” (si es que aún quedará alguno) ni los liberales centristas van a dejar de ser subalternos a Washington y Londres. Las próximas elecciones solo son una instancia para elegir otros administradores del mismo Status Quo y nada más. Quienes realmente son una propuesta diferente y contestataria a este embuste político (y haciendo un muy potente uso de la imaginación) es la “izquierda” pero no cualquiera ya que también hay ciertos sectores de esta corriente (como el populismo Kirchnerista y el Wokismo -con raíces demócratas-) que en última instancia responden y se benefician del sistema.
Esto pone en
contexto una realidad que en Argentina pocos quieren ver y que se resume en una
verdadera ocupación o mejor dicho, un colonialismo mental convirtiendo al país
en un laboratorio para los experimentos (de toda índole) de esos mismos
intereses que los Milei responden.
Este panorama nos
presenta un país que si bien su constitución prevé la forma republicana de
gobierno pareciera (y más allá de la repartición federal del poder) que existen
dos estados-nación bien diferenciados y superpuestos. No físicamente sino,
ideológica-filosófica y políticamente en donde tenemos un gobierno que bajo el
rótulo “libertario” en realidad esta esparciendo el ideario sionista que se
identifica (además del control político pro-Israel) en políticas invasivas, calculadamente
discriminativas y de normalización del intervencionismo en la política
exterior.
En el mismo
espectro conviven los que aún con medianías y protegiendo sus intereses, siguen
respetando la historia del país y tratan de mantener sus instituciones mediante
el respeto de la legalidad, alejadas de estas influencias foráneas siendo la
vicepresidente Victoria Villarruel la que lleva el estandarte.
En el medio están
los habitantes del país, en especial los ciudadanos argentinos quienes a pesar
de vivir bajo un sistema republicano que les faculta a controlar y observar los
actos de sus funcionarios y representantes, son acostumbradamente abúlicos y hasta
en cierto modo, oportunistas para amoldarse a los nuevos inquilinos de la Casa
Rosada limitándose a ir como ovejas a votar.
Esta bipolaridad
dentro del estado-nación podría derivar o en una cooptación total convirtiendo
a los argentinos en sujetos de una sociedad bajo parámetros de los modelos que
los Milei tratan de imponer o conservar su propia identidad propendiendo a
mejorarse
Es por eso que en Argentina conviven en su sustancia, dos estados. Uno representado por una parte del gobierno de los Milei que apuesta a imitar procederes, filosofías y políticas importadas de naciones y organizaciones como EEUU, Israel y la OTAN y otro que, que también es parte (aunque minoritaria) del mismo gobierno que sigue apoyándose en las tradiciones autóctonas, apostando por mantener la identidad (incluida la religiosa) y la institucionalidad netamente nacional que Victoria Villarruel representa con gran esmero. De esta pulseada saldrá el verdadero estado-nación.