ALMAS NEGRAS,
ESTRATEGIAS SUCIAS
¿Hasta cuándo el
mundo tolerará el uso de la hambruna como otra de las armas en el genocidio
palestino?
Por Yossi Tevi
No hay mejor forma de describir lo que Israel y su siniestro régimen teológico están haciendo en la franja de Gaza si no es como una gran y siniestra estrategia para matar de hambre a los palestinos. Así de simple. Los sionistas que apoyan esta estrategia sucia demuestran una particular predilección por el sadismo y es que para quien no lo sepa, la muerte por hambre es lenta y muy dolorosa.
Y bien digo, “los
sionistas” que no son todos los judíos y tampoco todos los israelíes, quienes
hace tiempo han entregado su alma creyendo que aplicando el golpe de maso así
van a prevalecer por sobre los enemigos que han sabido crear. Todos estos que
hablan del eterno y recitan con memorioso entusiasmo la Tanaj y el Talmud o se
presentan en esos templos donde el charlatán mezcla judaísmo, new age y
cristianismo “light” (muy en voga en toda Latinoamérica) son la viva
representación de la hipocresía, el sectarismo y la perfidia disfrazada de
ignorancia.
La franja de Gaza
ha sido convertida en una gran picadora de carne y no es una metáfora. Desde el
alto al fuego los camiones con medicinas y comida que entraban desde Egipto por
el paso de Rafah han estado siendo detenidos y en varios casos tras permitirles
cruzar por el corredor fueron vandalizados por colonos armados y soldados de
las FDI quienes se deleitaban destruyendo los alimentos.
En otros casos que
han sido documentados aprovechando la desesperación de las familias que se
arremolinaban en torno a ellos, las FDI aprovechaban para abrir fuego de
ametralladora y obuses con sus Merkava dejando un espantoso escenario de sangre
y gemidos que son del disfrute de muchos estos degenerados que incluso se
filman tras una de estas “hazañas”.
Ante este
escenario, los israelíes juegan con la desesperación de los palestinos de
arriesgar sus vidas por un mendrugo de pan o algún puñado de arroz caído en el
pavimento mientras sus francotiradores o artilleros les disparan. Para los
palestinos no hay opción e incluso escapar del cerco militar que las FDI y sus
cuerpos de asesinos importados de varias naciones occidentales mantienen en
torno a la franja, hace imposible lograrlo.
Las FDI han
obligado a retirarse los centros de ayuda humanitaria de Naciones Unidas a
bombazos y punta de fusil, algo que ningún israelí puede ocultar. Pero si eso ya
es malo, mucho más maléfico es lo que reemplaza esa estructura humanitaria. Los
invasores son quienes cambiaron los 400 puestos de ayuda internacional de la
UNWRA por sus propios centros de reunión en los cuales, se entregan (y cuando
quieren) alimentos y agua que en algunos casos están contaminados con químicos,
es decir, sutilmente envenenados. Lo que Netanyahu y sus socios estadounidenses
y europeos están llevando a cabo es un asco y debería ser motivo de una
inmediata intervención aplicando el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.
Por supuesto y uno de los factores preponderantes para ahorcar la financiación de la ayuda humanitaria en Gaza ha sido el retiro de la ayuda estadounidense por orden de Donald Trump, quedando evidente la complicidad de su administración con la hambruna planificada que no es otra cosa que otra táctica inhumana y prohibida en el derecho internacional de toda esta estrategia oscura. Si quedaban dudas sobre el desprecio y la islamofobia que alberga Trump y su administración contra los palestinos, su orden de quemar 500 toneladas de galletas en los depósitos de alimentos de USAID que podrían haber sido enviadas a paliar esta situación o la de Sudán demuestran lo dicho.
De esta manera,
Tel Aviv con la complicidad de La Casa Blanca buscan cumplir con el objetivo
último y que no es otro que desalojar de palestinos toda la franja y
colonizarla con población judía.
La representación
de este gran engaño es la Fundación humanitaria para Gaza (FHG), un organismo
presuntamente con fines altruistas que reemplaza a la UNWRA que se administra
desde Delaware y que en realidad es un montaje financiado por una corporación
de gestión internacional que responde directamente a…Israel. Y si eso ya es una
verdadera perrada, quienes se encargan de distribuir y gestionar estas “ayudas”
son las FDI es decir, los mismos que asesinan a los palestinos.
Lo que parece una
broma negra en realidad es una ingeniería de maldad pura y los mismos que apoyan
a Israel lo saben. Incluso, desde lo estrictamente apoyado en los intereses
políticos-económico-financieros, para los gobiernos que han apoyado a Tel Aviv se
hace muy difícil de poder digerir de cara a la opinión pública que se este
llevando adelante un genocidio y para peor, a la vista de todos y con
estrategias tan siniestras como es el privar de comida, agua y medicinas a una
población.
Una vez más. No
deberíamos perder de vista como empezó todo esto y quienes están detrás
buscando sacar partido. La incursión de la resistencia palestina de octubre de
2023 no fue una “invasión del terrorismo de Hamas” como describe el relato
pro-sionista de los medios del hemisferio. Esos territorios adyacentes a la franja
eran palestinos y fueron tomados en 1967 por Israel con lo cual, nadie puede
invadir a lo que es propio. Tampoco olvidemos cuáles fueron las peculiares
circunstancias de aquella mañana que facilitaron la incursión y en las cuales,
Bibi Netanyahu y sus principales laderos tratarían de sacar provecho.
Como se puede ver,
todo esto no podría haber sido orquestado sin una mente torcida y desalmada ya
que tampoco olvidemos, muchos israelíes de aquella mañana fueron asesinados por
el propio fuego de las FDI bajo el protocolo “Hanibal”.