LIBERTAD DE
EXPRESION
¿Cuáles son las
maniobras que las democracias en occidente utilizan para controlar este derecho
constitucional?
Por Javier B. Dal
Muchos son los
temas que hoy están a la baja y uno de ellos es la libertad de expresión. Todos
estamos bajo el escrutinio de las agencias de inteligencia, aunque no lo
creamos. Y no estamos hablando del continente africano o de las corruptas
monarquías árabes del golfo, o incluso para quienes así lo creen, en las
restrictivas y controladoras políticas informativas de la China continental.
No. Hablamos de
nada menos de quienes se llaman “democráticos” poniendo como principal
exponente a los EEUU, un país que durante las últimas tres décadas ha hecho de
la guerra y las intrigas su principal caja de recaudación económica. Incluso
hoy dentro de este mismo país la cancelación se aplica sin rodeos con un tiro
en la cabeza (como sucedió con Charlie Kirk). Donald Trump solo ha llevando aún
más allá esta aberración y lo peor, es que algunos de sus adeptos en el
hemisferio tratan de imponerla en sus países.
Ese es el caso de
Javier Milei en Argentina quien, en los últimos días ha visto resucitar su languideciente
gobierno tras una catarata de promesas y cumplidos de La Casa Blanca, que
supuestamente beneficiarían su complicada situación económica. Milei es un
emulo de Trump, quizá no en todos sus aspectos pero, hay un grado de admiración
en el mandatario argento que raya la obnubilación psiquiátrica.
Pero si hay algo
que comparten en igual fervor es su subalternidad a Israel y Netanyahu y todo
lo que ello trae aparejado. Si bien EEUU tiene su estado colonizado por los
intereses israelíes la Argentina recién va camino a ello y es precisamente
Milei quien se encargará de preparar el terreno. Para ello, el manejo de la
información y el control su libre expresión es fundamental para crear un relato
oficial.
Si bien en EEUU el
desarrollo de políticas gubernamentales para controlar la libre expresión es
muy amplio, en Argentina esas cortapisas están en pañales aunque cada gobierno trata
de limitarlo. Supuestamente, esto es un pilar innegociable para los
libertarios. Pese a ello Milei ha intentado aplastar este derecho
constitucional (reconocido en artículo 14, 32 y 75 inc. 22 de la Constitución),
en especial tras los escándalos de “Libra” y los “audios” filtrados sobre
sobornos que comprometen a nada menos que a su propia hermana. Pero a
diferencia de sus corruptos predecesores, ha apelado a maniobras semánticas más
sofisticadas y poco usuales.
Milei intentando
censurar la información sobre estos actos de corrupción propios, su
administración trato de convertirlo en una “operación de inteligencia” externa ¿Y
Quiénes estarían implicados? El malvado Putin y seguramente Xi Jinping también.
No hace falta aclarar lo descabellado de esta suposición. Nadie se traga la
idea de que Moscú tenga interés en operar contra el gobierno argentino y mucho
menos los chinos quienes tienen inversiones comprometidas en el país. Pero, esa
idea claramente no salió de la cabeza de los Milei, o de su inefable ministra
de seguridad, ni incluso de su “jefe de inteligencia” Santi Caputo. La trama
tiene los indicios de guionistas -los mismos que trabajan en Ucrania y en
Gaza- que hoy anidan a sus anchas en Buenos Aires.
Igualmente el
intento fue en vano y pronto se descartó semejante infundio. Milei había
tratado de condicionar la libertad de expresión azuzando una posible
conspiración internacional que implicaría el delito de “traición a la patria”
en la que participaban algunos periodistas y servicios de inteligencia rusos y
seguramente chavistas. Bajo esa fábula además de la restricción, se esperada un
escarmiento para los demás.
Es curioso que se
haya pretendido eso cuando en realidad y desde hace años, toda la clase
política y muy especialmente el actual gobierno tratando con el enemigo (Gran
Bretaña) son quienes mejor encuadran en esa figura delictiva del artículo 214
del código penal.
Lo mismo ha
tratado de hacer con lo que Israel está cometiendo en la Palestina ocupada y en
especial en Gaza (donde se han asesinado a más de 270 periodistas) o los
ataques con drones en aguas internacionales contra la flotilla “Sumud”, hablando
de mentiras orquestadas por “Hamas” sobre la hambruna y el genocidio infanticida
intentando acallar -como queriendo tapar el sol con un dedo- las críticas
masivas no solo contra el estado sino, sobre su amigo Netanyahu.
Aún así y más allá de estas acostumbradas inconsecuencias de la política argenta, no perdamos de vista quienes son los inspiradores y asesores que ocultos detrás del telón le dan letra a un gobierno que esperan dure a lo menos unos 20 años. Son los mismos que desde el 9/11 construyeron un relato islamófobo y a figuras como “Al Jolani” (jefe de Al Qaeda y de ISIS) en Siria, a “Zelensky” (apoyado por el Banderismo neonazi) en Ucrania -ambos reclutados por la CIA y el MI6- y difunden retorcidas argumentaciones para justificar las atrocidades de Israel que recordémoslo una vez más, no comenzaron el 7 de octubre del 2023.
Hoy estas
inconfesables relaciones entre terroristas, agentes sionistas y agencias
gubernamentales -financiando grupos yihadistas- se hicieron visibles ante
Naciones Unidas con una foto que explica concisamente 24 años de guerras,
asesinatos y violaciones a los derechos humanos bajo la farsa de la guerra
contra el terrorismo fabricado en Washington DC.
Si Milei y
compañía conocen todo este contubernio poco importa ya que él ha comprometido
al país con estas huestes que por estas horas preparan Eurasia un golpe maestro
de falsa bandera para justificar una guerra abierta contra Rusia y hacerla
extensiva a China ¿Qué medio en Buenos Aires está hablando de esta situación?
Quienes se hallan
en esa tarea saben que en Argentina el uso de métodos extremos como los que han
usado extensamente en Oriente Medio -y que abusan en Gaza- y los que hoy
despliegan contra la Federación de Rusia no pueden ejecutarse con la libertad
necesaria sino se prepara el contexto discursivo y genera la controversia a
conveniencia. Es allí el por qué de modelar la libertad de expresión antes que
suprimirla.


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