domingo, 28 de septiembre de 2025

 

LIBERTAD DE EXPRESION

¿Cuáles son las maniobras que las democracias en occidente utilizan para controlar este derecho constitucional?

Por Javier B. Dal 

Muchos son los temas que hoy están a la baja y uno de ellos es la libertad de expresión. Todos estamos bajo el escrutinio de las agencias de inteligencia, aunque no lo creamos. Y no estamos hablando del continente africano o de las corruptas monarquías árabes del golfo, o incluso para quienes así lo creen, en las restrictivas y controladoras políticas informativas de la China continental.

No. Hablamos de nada menos de quienes se llaman “democráticos” poniendo como principal exponente a los EEUU, un país que durante las últimas tres décadas ha hecho de la guerra y las intrigas su principal caja de recaudación económica. Incluso hoy dentro de este mismo país la cancelación se aplica sin rodeos con un tiro en la cabeza (como sucedió con Charlie Kirk). Donald Trump solo ha llevando aún más allá esta aberración y lo peor, es que algunos de sus adeptos en el hemisferio tratan de imponerla en sus países.

Ese es el caso de Javier Milei en Argentina quien, en los últimos días ha visto resucitar su languideciente gobierno tras una catarata de promesas y cumplidos de La Casa Blanca, que supuestamente beneficiarían su complicada situación económica. Milei es un emulo de Trump, quizá no en todos sus aspectos pero, hay un grado de admiración en el mandatario argento que raya la obnubilación psiquiátrica.

Pero si hay algo que comparten en igual fervor es su subalternidad a Israel y Netanyahu y todo lo que ello trae aparejado. Si bien EEUU tiene su estado colonizado por los intereses israelíes la Argentina recién va camino a ello y es precisamente Milei quien se encargará de preparar el terreno. Para ello, el manejo de la información y el control su libre expresión es fundamental para crear un relato oficial.

Si bien en EEUU el desarrollo de políticas gubernamentales para controlar la libre expresión es muy amplio, en Argentina esas cortapisas están en pañales aunque cada gobierno trata de limitarlo. Supuestamente, esto es un pilar innegociable para los libertarios. Pese a ello Milei ha intentado aplastar este derecho constitucional (reconocido en artículo 14, 32 y 75 inc. 22 de la Constitución), en especial tras los escándalos de “Libra” y los “audios” filtrados sobre sobornos que comprometen a nada menos que a su propia hermana. Pero a diferencia de sus corruptos predecesores, ha apelado a maniobras semánticas más sofisticadas y poco usuales.

Milei intentando censurar la información sobre estos actos de corrupción propios, su administración trato de convertirlo en una “operación de inteligencia” externa ¿Y Quiénes estarían implicados? El malvado Putin y seguramente Xi Jinping también. No hace falta aclarar lo descabellado de esta suposición. Nadie se traga la idea de que Moscú tenga interés en operar contra el gobierno argentino y mucho menos los chinos quienes tienen inversiones comprometidas en el país. Pero, esa idea claramente no salió de la cabeza de los Milei, o de su inefable ministra de seguridad, ni incluso de su “jefe de inteligencia” Santi Caputo. La trama tiene los indicios de guionistas -los mismos que trabajan en Ucrania y en Gaza- que hoy anidan a sus anchas en Buenos Aires.  

Igualmente el intento fue en vano y pronto se descartó semejante infundio. Milei había tratado de condicionar la libertad de expresión azuzando una posible conspiración internacional que implicaría el delito de “traición a la patria” en la que participaban algunos periodistas y servicios de inteligencia rusos y seguramente chavistas. Bajo esa fábula además de la restricción, se esperada un escarmiento para los demás.

Es curioso que se haya pretendido eso cuando en realidad y desde hace años, toda la clase política y muy especialmente el actual gobierno tratando con el enemigo (Gran Bretaña) son quienes mejor encuadran en esa figura delictiva del artículo 214 del código penal.

Lo mismo ha tratado de hacer con lo que Israel está cometiendo en la Palestina ocupada y en especial en Gaza (donde se han asesinado a más de 270 periodistas) o los ataques con drones en aguas internacionales contra la flotilla “Sumud”, hablando de mentiras orquestadas por “Hamas” sobre la hambruna y el genocidio infanticida intentando acallar -como queriendo tapar el sol con un dedo- las críticas masivas no solo contra el estado sino, sobre su amigo Netanyahu.  

Aún así y más allá de estas acostumbradas inconsecuencias de la política argenta, no perdamos de vista quienes son los inspiradores y asesores que ocultos detrás del telón le dan letra a un gobierno que esperan dure a lo menos unos 20 años. Son los mismos que desde el 9/11 construyeron un relato islamófobo y a figuras como “Al Jolani” (jefe de Al Qaeda y de ISIS) en Siria, a “Zelensky” (apoyado por el Banderismo neonazi) en Ucrania -ambos reclutados por la CIA y el MI6- y difunden retorcidas argumentaciones para justificar las atrocidades de Israel que recordémoslo una vez más, no comenzaron el 7 de octubre del 2023. 

Hoy estas inconfesables relaciones entre terroristas, agentes sionistas y agencias gubernamentales -financiando grupos yihadistas- se hicieron visibles ante Naciones Unidas con una foto que explica concisamente 24 años de guerras, asesinatos y violaciones a los derechos humanos bajo la farsa de la guerra contra el terrorismo fabricado en Washington DC.  

Si Milei y compañía conocen todo este contubernio poco importa ya que él ha comprometido al país con estas huestes que por estas horas preparan Eurasia un golpe maestro de falsa bandera para justificar una guerra abierta contra Rusia y hacerla extensiva a China ¿Qué medio en Buenos Aires está hablando de esta situación?

Quienes se hallan en esa tarea saben que en Argentina el uso de métodos extremos como los que han usado extensamente en Oriente Medio -y que abusan en Gaza- y los que hoy despliegan contra la Federación de Rusia no pueden ejecutarse con la libertad necesaria sino se prepara el contexto discursivo y genera la controversia a conveniencia. Es allí el por qué de modelar la libertad de expresión antes que suprimirla.

 

 

 

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