UN ACUERDO DE 20
AGUJEROS
¿Realmente estará
cerca el fin de la ocupación israelí de la franja de Gaza?, ¿Están realmente
Trump y Netanyahu interesados en ello?
Por Dany Smith
Tras la negociación entre cuatro paredes que realizaron Trump y Netanyahu sobre un plan que consta de 20 puntos, muy discutibles por cierto como condición para un alto al fuego en Gaza, tras haber sido evaluado por los altos mandos políticos de la resistencia encabezado por Hamas y las instituciones políticas que pugnan por la autodeterminación de la nación palestina, han expresado su punto de vista en el comunicado que se transcribe a continuación:
Para detener la
agresión y la guerra de exterminio a la que está sometido nuestro firme pueblo
en la Franja de Gaza, y de acuerdo con la responsabilidad nacional, y para
preservar los principios, derechos e intereses supremos de nuestro pueblo, el
Movimiento de Resistencia Islámica “Hamás” ha llevado a cabo consultas en
profundidad con sus instituciones de liderazgo, consultas extensas con las
fuerzas y facciones palestinas, y consultas con mediadores y amigos
fraternales, con el fin de llegar a una posición responsable al tratar con el
plan del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Después de un
estudio exhaustivo, el movimiento tomó su decisión y entregó su respuesta a los
mediadores de la siguiente manera:
El Movimiento de
Resistencia Islámica Hamás aprecia los esfuerzos árabes, islámicos e
internacionales, así como los del presidente estadounidense Donald Trump, que
piden el fin de la guerra en Gaza, el intercambio de prisioneros, la entrada
inmediata de ayuda, el rechazo de la ocupación y el rechazo del desplazamiento
de nuestro pueblo palestino.
En este contexto,
y con el fin de lograr un alto el fuego y la retirada completa de Gaza, el
movimiento anuncia su aprobación a la liberación de todos los prisioneros
israelíes, muertos o vivos, según la fórmula de intercambio incluida en la
propuesta del presidente Trump, siempre que las condiciones sobre el terreno
permitan el proceso de intercambio.
En este contexto,
el movimiento confirma su disposición a entrar inmediatamente en negociaciones
a través de mediadores para discutir los detalles.
El movimiento
también renueva su aprobación de la entrega de la administración de Gaza a un
organismo palestino de independientes (tecnócratas) basado en el consenso
nacional palestino y con el apoyo árabe e islámico.
En cuanto a los
demás temas mencionados en la propuesta del presidente Trump sobre el futuro de
Gaza y los derechos inherentes del pueblo palestino, estos están vinculados a
una postura nacional general basada en las leyes y decisiones internacionales
pertinentes. Se debatirán en un marco nacional palestino general, del que Hamás
formará parte y al que contribuirá responsablemente.
La respuesta no
solo es concisa, sino también muy puntual dejando muy claro que las
expectativas urdidas por Trump-Netanyahu son en comienzo, irreales. Primero, la
intención de Trump de una liberación de los cautivos (vivos y muertos) en 72
horas es inviable dejando bien claro que se habla de prisioneros. El marco y la
situación sobre el terreno así lo determinan y los mismos israelíes lo saben
con lo cual y pese a la aceptación ello llevara tiempo. Segundo, Hamas deja en
claro que acepta entrar en las negociaciones con el fin de detener el
exterminio contra la población palestina y que la propuesta sería viable
siempre y cuando la administración del territorio de la franja se halle a cargo
de tecnócratas palestinos con la colaboración árabe-islámica e internacional corriendo
las expectativas norteamericanas (especialmente de Trump) y de Netanyahu de
colocar una entidad occidental con elementos israelíes.
Tercero, se habla de un alto al fuego y retirada completa de Gaza algo muy razonable dados los extensos y cruentos precedentes de la brutalidad de las FDI y sus “grupos especiales” contra la población (especialmente niños y mujeres) que se han acumulado en estos dos años. El genocidio ya cometido no es una percepción mañosa como algunos personajes –y mercenarios del poder- de los medios en Buenos Aires tratan de argumentar escudándose tras el “antisemitismo”. Deberían recordar que asesinar a un palestino es también un crimen antisemita.
Pero un punto muy
importante en esta respuesta es la de que Hamas seguirá (guste o no) formando
parte de la estructura político-institucional nacional palestina, en cuyo marco
se debatirán y resolverán los derechos inherentes de los palestinos entre los
que se encuentran, el reconocimiento de la autodeterminación y la independencia
política que hace a un estado-nación que deberían quedar formalmente plasmados
en una constitución nacional. Agregado a esto ello significaría una garantía de
protección físico-jurídica para la población musulmana y sus manifestaciones
culturales, blancos constantes y deliberados en los ataques israelíes. Si se ha
llegado a esta instancia -vale subrayar- fue por la resistencia islámica
y en ese sentido, tiene bien ganado su lugar.
Así, la respuesta
del bureau político de la resistencia reunido en Egipto deja abierta la puerta
para que más allá de las agrupaciones que conforman la legitima resistencia
armada contra la ocupación, la ANP de
Mahmmud Abbas tome un rol destacado en esta oportunidad y se despegue de su
abyecta relación que mantiene con Tel Aviv y en particular con sus órganos
represivos que es la que le ha permitido sostenerse y hacer la vista gorda a
los ataques y apropiaciones de colonos en Cizjordania.
A la par de esto y
conociendo como operan las agencias de inteligencia israelíes (en especial el
Shin Bet) entre la población palestina, Hamas y la resistencia en general son
conscientes de los riesgos de sabotajes y maniobras sucias que puedan ponerse
en movimiento tendientes a que su propuesta fracase ¿Cómo sería eso? Algún atentado
fraguado, asesinatos o refriegas dirigidas contra funcionarios de ambas partes para
crear la discordia entre Hamas y la ANP, estrategia que Tel Aviv viene
implementando con gran variedad de métodos desde que Hamas ganó las elecciones
en Gaza en 2006.
Entre tanto en
occidente y desde los medios siempre muy comprometidos en discurrir sobre una
sola cara del asunto (en especial los argentinos), están tratando de sostener
la posición de Trump y Netanyahu incurriendo por la acostumbrada táctica de demonizar
al bando palestino y obviamente a Hamas utilizando (ya de manera poco
convincente) el mote de “terrorista” para tratar de desacreditar su posición
política recordando que de no haber existido el movimiento de resistencia,
Israel se habría expandido sin oposición mucho más allá del Sinaí.



