miércoles, 9 de abril de 2025

 

DE LA MACROECONOMIA AL MACRODESASTRE

Ante el imperio de la cruda realidad económico-comercial global y que también toca a la Argentina ¿Dónde queda el discurso libertario de los Milei y su tan proclamada cercanía con la administración Trump?

 

Por Javier B. Dal

Si como dice uno de mis amigos que la realidad es una percepción que cada uno se hace de una situación determinada, lo que ocurren en Argentina todos coincidiríamos en una sola palabra: Desastre.

Aquí no hay visiones negativistas o conspirativas que tratan de restarle crédito a un gobierno que dijo venir a cambiar el Status Quo de una casta política que durante cuarenta años ha hecho y deshecho a gusto y placer. Lo que hoy con claridad están viendo los argentinos es otra estafa con nuevos actores, argumentos retorcidos y una gran pátina de mesianismo escatológico que repite lo que toda esa “casta” hizo en el pasado, robar a manos llenas.

En este esquema que el mismo presidente Milei presenta como un “triángulo de hierro” está la base y el nudo del sistema recaudatorio que pasa por detrás de las cortinas del despacho presidencial y que maneja a sus anchas su señora hermana. El escándalo de LIBRA es solo un ejemplo de la estafa que representan Milei y sus “libertarios”.

Creo que la primera señal de ello es, su admiración a Donald Trump que en su mente cree reciproca y que para peor, imagina beneficiosa para el país. Aquí es donde su libertarismo se queda en bolas, mostrando que más bien él es un rancio conservador con el agregado sionista que lo muestra con ansias de estar a la altura de sus colegas ideológicos de AIPAC y los políticos estadounidenses rentados en Washington DC.

El lunes 7 de abril el libre mercado, la sana competencia y el respeto a la ley se fueron por el inodoro y fue Donald Trump quien tiro la cadena. Igualmente no nos hagamos los desmemoriados ya que el 2 de abril (una semana antes) Donald Trump presento todo este plan de arancelamiento global bajo el pomposo rotulo de “Día de la Liberación” con el cual pretende crear un superávit que resuelva el caos fiscal, causa de la calamitosa situación económico-social por la que atraviesa su país. Para Trump y su círculo de fanáticos proteccionistas, se trata de remediar el gran desequilibrio de la balanza comercial estadounidense con relación al mundo.

Con ello ha mandado literalmente a la mierda a todos (incluido a Javier Milei y su gobierno) y ha puesto en marcha un verdadero plan extorsivo que no se diferencia en nada a las prácticas de cualquier banda criminal. Incluso se puede decir con toda razón que Trump le con el arancelamiento del 10% impuesto a la Argentina le ha dicho a Milei con una sonrisa socarrona “metete en el culo toda esa mierda de Von Mises y todo tu palabrerío de Davos”. Obviamente que Milei hace como si aquí no ocurriera nada pero, las cosas ya muestran un paulatino cambio de ánimos en las bases de la sociedad argentina, esa que harta de los desmanejos del populismo kirchnerista le dio su voto.

Como dijo el propio Trump, “van a tener que venir a chuparme el culo para negociar conmigo” y es significa que Javier Milei también va a tener que hacer la fila en peregrinación a La Casa Blanca para inclinarse en ese menester. La visión o más bien la expresión puede oírse desagradable y escatológica pero, nunca como hoy las cosas se están viendo como siempre han sido. En los últimos cuarenta años no ha habido presidente (o presidenta) o canciller argentino que no haya tenido que hacer lo mismo con cada inquilino en La Casa Blanca.

Ahora bien ¿Cómo va a encarar Milei estas medidas poco amables de quien el en su loca mentalidad cree que es su amigo? Primero que todo, esto no se trata de amistad. Milei parece ser tan obtuso como Menem cuando creía que “el George” (por Bush) era su amigo y luego de haberle seguido en la aventura en el Golfo Pérsico en 1991, la Argentina no vio una sola ganancia ni una sola ventaja para la tan prometida participación en la reconstrucción de Kuwait. Tengamos en cuenta la entidad de Argentina como país y allí veremos el grado de atención que Washington DC y en particular Donald Trump va a dispensarle a sus súplicas.

Más allá de las aburridas explicaciones técnico-económicas y financieras que los charlatanes discurren en los medios rentados de la capital, los empresarios argentinos que exportaban a EEUU intuyen (y con mucha razón) de que la administración Trump les va hacer sentir el rigor de su extorsión y para peor, son conscientes de que cuentan con un gobierno que va perdiendo rápidamente su credibilidad sin el mínimo de poder político (y menos aún geopolítico) para mitigar esa práctica ¿Será el momento de inclinar las cabezas y tratar con más respeto a los chinos?

Pero los que se hallan más abajo en la escala de la descalabrada sociedad argentina, son quienes todavía no han tomado consciencia de lo que representará para ellos y para el coste de su diario vivir, este nuevo pisotón de los estadounidenses. A estos sectores no les interesa y mucho menos entienden los divagues economicistas de Milei que para colmo y en vista de las circunstancias, no sirven para nada. Ahora los mismo sindicalistas gordos y cobardes que se acomodan al calor del poder de turno, comienzan tímidamente a movilizarse. Pero ¿Quiénes sostienen a este bufón de los intereses financieros globales? Por supuesto, los mismos medios de comunicación que antes estaban a la sobra del sistema y jugaban a la disidencia.

Y no nos engañemos con las explicaciones de los periodistas y analistas de turno de estos medios, muy especialmente los capitalinos en donde ponen banderitas ajenas a la identidad nacional, controlados por los intereses financieros y la línea ideológica a los que responden.

 

 

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