¿UN IRAQ EN EL
CARIBE?
¿Por qué Donald
Trump se queda solo en las amenazas y las morisquetas contra Nicolás Maduro
Moros y no ataca?
Por Dany Smith
Me consta y muy
bien que cuando invadimos Iraq en febrero de 2003, nuestro comandante pudo
intuir que las cosas no iban a salirnos bien y ¿saben qué?, acertó. Y aunque
logramos llegar a Bagdad dejamos detrás nuestro a cientos de muertos, heridos y
vehículos acorazados ardiendo mientras CNN, la BBC, la ABC y todos esos
aseguraban a los ciudadanos americanos y al mundo que nuestros muchachos no
hallaban resistencia…cuantas mentiras.
Creo que no
necesito aclarar que los venezolanos no son aquellos iraquíes ni los burócratas
que secundan a Trump buscan la liberación.
Ha pasado tiempo
desde que fuerzas militares estadounidenses se han metido -directamente-
en países del continente. La última acción que recuerdo fue en 1989 cuando
George H. Bush bajo la irónica denominación “Causa Justa” ordenó tomar el canal
de Panamá y derrocar al gobierno de Manuel Noriega. Aquello no supuso gran cosa
para los asaltantes y en unas horas las tropas del 508.º Regimiento de
Infantería Paracaidista ya caminaban sin resistencia por las calles.
Hoy puedo decirles
que Donald Trump debería pensarlo muy bien si pretende jugar a la guerra con
Venezuela ya que no es Panamá. Volviendo a Iraq, Bush (jr) pudo lanzar la operación
“Iraqi Freedom” por el simple hecho de que habíamos debilitado a los iraquíes por
trece años a tal punto que ni siquiera podían reemplazar sus uniformes;
igualmente no solo no se rindieron o arrojaron flores (como algunos idiotas del
Departamento de Estado predecían) sino que caímos en una gran trampa que
terminó obligándonos a salir en 2011. Por si no lo advirtieron no solo perdimos
en Afganistán, aquí también nos fue horrible.
Como están las
cosas hoy todo estaría listo para una agresión inminente e incluso posiblemente
ya hubo algún intento fallido o abortado a último minuto que ha sido celosamente
censurado a los medios. La semana pasada La Habana denuncio interferencias
electromagnéticas que afectaban a su red de comunicaciones, pero eso se debió a
una maniobra de guerra electrónica que afecto a un radio de 2000 kilómetros a
la redonda que puso en alerta roja a las fuerzas armadas bolivarianas.
Justamente, esta maniobra que forma parte de la SIGINT es la misma que usamos
en 1991 y 2003 para distraer y confundir a los iraquíes, pero ¿Por qué no
funcionó aquí?
Es muy posible que
las fuerzas bolivarianas cuenten con unidades especiales JAMMERS de guerra
radioeléctrica adquiridos a la Federación de Rusia que contrarestan estos
ataques electromagnéticos estadounidenses y es por ello, que los comandantes
del grupo de tareas hayan estado retrasando cualquier acción. Incluso se
sospecha que se halla operativo un sistema KRASUJA-4 que provee una gran
ventaja de defensa a la infraestructura crítica contra ataques de ese
tipo. Hay muchos indicios que indican
esto y lo peor para Washington es que los militares venezolanos saben usar esta
tecnología o hay asesores rusos haciéndolo ¿Y cómo afectaría a una incursión de
la naval? La respuesta es tan clara como desastrosa.
Caracas a diferencia de otros colegas de la región, se tomó enserio su papel de revolución y a lo largo de su existencia fabricó pacientemente un musculo militar con los socios estratégicos correctos para protegerla. Fueron conscientes que confiar en los ya discutibles mecanismos de la O.E.A. -advertidamente serviles a Washington DC- era un error que podrían pagar caro. No se quedó a medio camino como algunos ejemplos grotescos en Sudamérica que conocimos como “populismos de izquierda” en apariencia flemáticos, cómodos, esnobistas y corruptos que escudados en un falso pacifismo discursivo que niega la realidad de la guerra como parte de la geopolítica, estaban dedicados a mantener sus privilegios robando con toda clase de impuestos a sus propios habitantes.
Curiosamente la
llegada a la presidencia de Hugo César Chávez significó patear el tablero del
Status Quo de un sistema (democracia liberal) corrupto y cipayo como era el de Carlos
Andrés Pérez que se replicaba y hoy resurgen en otras naciones hermanas
latinoamericanas.
Chávez conoció y
estudio la experiencia de Iraq e incluso fue el único mandatario latino que se
entrevistó con Saddam Hussein, antes de la invasión. Esto fue uno de los
factores del odio cultivado y proferido desde las elites neoconservadoras y
sionistas en Washington y Tel Aviv. Las actuales fuerzas armadas venezolanas
están bien pertrechadas y cuentan con un sofisticado sistema antiaéreo provisto
por la Federación de Rusia y China pero pese a ello, no basta. Al mismo tiempo
la maquinaria bélica estadounidense si bien es sofisticada y la acumulada en la
zona es grande, tampoco basta.
Además, hay otro factor
muy diferente a las agresiones de 1989, 1991 y 2003 y es que hoy existe un
contrapeso estratégico llamado Rusia que tiene interés y tiene con qué para
sostener la posición de del gobierno de Caracas.
Trump lo sabe bien
y sus generales mucho mejor. Incluso su fanático secretario de Defensa Pete
Hegseth debiera saberlo mejor. Si quieren un cambio de régimen como lo hicieron
en Panamá en 1989 eso no será nada fácil a menos que, ya hayan reclutado
recursos humanos (carne de cañón) de la región, pero si es así, eso es tema
para otro artículo.





