lunes, 31 de enero de 2022

 

“CAUSAS OCULTAS EN TIBLISI”

Cómo Israel planeaba atacar a Irán usando el Cáucaso como trampolín. Historia de una decepción

 

Por Yossi Tevi

El verano de 2008 fue bastante caluroso como los que suelen hacer en el Cáucaso por mediados de julio. En verdad me gusta el paisaje de este país caucásico pero sus cigarrillos son horribles. Aquel verano en Tiblisi, capital de Georgia fue particularmente caliente y húmedo como una señal premonitoria de lo que estaba por venir.

Era una época particular para la región. Me encontraba de paso por negocios personales en Armenia y aproveche para hacer un poco de turismo. Todavía preexistían más a norte las tensiones entre grupos independentistas musulmanes especialmente en Chechenia e Ingushetia que motivaban la presencia policial y de servicios de inteligencia pululando por toda esta región. Poco a poco la Federación rusa se estaba reorganizando tras la desastrosa administración de Boris Yeltsin en los noventas quedando como herencia varias reclamaciones independentistas aún sin resolver.

Estos problemas eran la guinda para Washington y la OTAN quienes ya estaban trabajando sin pausa para ir incluyendo dentro de su organización a todos los países de Europa del este. Pero Bruselas sabía (y aún lo sabe) que meterse dentro del Cáucaso era el premio mayor y lograr penetrar allí sería una conquista estratégica sin precio para sus planes globales. Uno de sus objetivos a conquistar claramente era Georgia.

Al mismo tiempo también había otros actores secundarios inmiscuidos (pero no menos importantes) con intensiones de meterse en esta región, particularmente en Georgia. Uno de ellos, era Israel quien ya venía tratando de forma progresiva y meticulosa con Azerbaiyán desde y Armenia desde comienzos de la década de los noventas pero para cuestiones meramente comerciales sin buscar (al menos de forma oficial y directa) establecer relaciones militares y de inteligencia.

Obviamente que Israel no estaba allí por meros intereses culturales o para entablar relaciones de amistad. Su solapado involucramiento en Georgia no era para proteger a la pequeña comunidad judía georgiana o al país caucásico de alguna amenaza cierta, entonces ¿Cuál era el motivo para esto?

El objetivo de Tel Aviv era golpear a Irán y Georgia era el punto geográfico en el Cáucaso que mejor se prestaba a estas aspiraciones. Una vez más y como es su costumbre, Tel Aviv se aprestaba a manipular y usar a un estado como trampolín de sus propios intereses. El mar Caspio se proyectaba como una ruta directa y muy discreta para llegar a Teherán y una vez golpeado, penetrar en el interior y atacar otros blancos. Para la preparación de estos planes, Tel Aviv conto con la ayuda de Gran Bretaña quién por su parte, tenía sus propios planes para estar allí y los cuales se dirigían contra Moscú.

Sintéticamente, los israelíes necesitaban disponer de dos aeródromos para poder lanzar desde allí ataques furtivos sin que los iraníes los esperasen. Para ello necesitaban de la cooperación del gobierno georgiano que por entonces estaba a cargo de Mijeíl Saakashvili quien interesado en ser bien visto por occidente y en especial por la Unión Europea, no dudo en darle el visto bueno a esta ayuda.

Saakashvili como partidario de la extensión de la OTAN hacia el este hizo todo lo posible para agradar a Washington y en ese plan fue uno de los más leales colaboradores con la ocupación de Iraq enviando tropas de refuerzo y participando también en la ocupación de Afganistán.

Pero Israel conto con otros apoyos internos como fue el caso del Ministro de Defensa georgiano Davit Kezerashvili quien casualmente es un ciudadano israelo-georgiano (doble nacionalidad) se hizo cargo de que esas pistas estuvieran a disposición de los cazas y de los equipos israelíes.

Israel pretendía vengarse de los iraníes (entre otras cuestiones) por su valioso apoyo material a “Hesbollah” que conllevó a la derrota frente a la resistencia chiita libanesa en 2006 y de paso, destruir sus instalaciones nucleares de Natanz. Como se puede ver, tan pronto las tropas de las FDI se retiraron maltrechas del Líbano los cerebros de la inteligencia ya comenzaban a diseñar el próximo golpe con el cual desquitarse. La administración de Ehud Olmert estaba seriamente cuestionada y tras la investigación de la “Comisión Winograd” sabía que no tenía futuro político.

Era la oportunidad para Mijeíl Saakashvili de matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, doblegaría a los rebeldes abjasios y osetios que son pro rusos y al mismo tiempo podría ganarse un reconocimiento de occidente con la posible inserción dentro de la OTAN. Ciertamente que para Bruselas habría sido un fabuloso trofeo, pero se les escapo de las manos pese a las ambiguas gestiones del entonces jefe de la Unión Europea Javier Solana.

Fue así como el 7 de agosto de 2008 Saakashvili ordenó atacar a Osetia del Sur causando un gran número de muertos civiles. Moscú reaccionó rápido y movilizó a su ejército en defensa de los osetios aunque desde occidente y sus medios (en especial los anglosajones), se acusaba a Rusia de inmiscuirse en los asuntos de otro estado. El presidente ruso Dimitri ‎Medvedev rápidamente se puso al frente de la situación política pero quien era la mente estratega detrás de todo esto era su primer ministro Vladimir Putin quien rápidamente determinó los pasos a seguir.

Uno de esos pasos fue ordenar el bombardeo y destrucción de las bases aéreas georgianas entre las que se hallaban las que Saakashvili había autorizado disponer y que Davit Kezerashvili había acondicionado para los aviones israelíes.

El golpe para Tel Aviv fue devastador, pero pese a ello la administración de Omert debió guardar silencio ya que oficialmente no estaban presentes ni involucrados en Georgia. Otro de tantos fracasos que fueron hundidos en los sucios archivos de AMAN o el Mossad. Fue así como decenas de millones de dólares en aviones que estaban estacionados en las pistas y sus respectivos equipos se hicieron humo por el bombardeo ruso. Tel Aviv creía que salvo los británicos nadie más sabía de este desastre.

Por el contrario, Moscú si sabía de esta presencia y quien más informado estaría de ello era el Primer ministro Putin ya que la decisión de destruir ambos objetivos salió de su propia autoría. Desde entonces se sabe que Israel hace negocios para la venta de armamento con varios de los estados caucásicos y Rusia hizo la vista gorda por un tiempo hasta que intentaron pasarse de la raya. Sin dudas, la aventura de Saakashvili y sus secuaces fue el punto de inflexión y fue por ello que un tiempo más tarde el mismo Vladimir Putin denunció la presencia armas de fabricación israelí entre los agresores georgianos y fue por ello que Israel debió cancelar sus ventas a Tiblisi.

 

 

 

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