LA INEVITABLE
UNIFICACION
La ya esperada
arremetida del estado de Israel con la complicidad de Washington y Bruselas
contra los palestinos y todos los árabes musulmanes no deja otra opción que la
de trabajar juntos para y sobre la concordia establecer una nueva conciliación islámica
Por Ali Al Najafi
Toda acción encuentra una reacción y ello es una regla inevitable que va más allá de la física. Precisamente en este mundo físico, esta ley se extiende a todos los ámbitos de la vida del ser humano, aunque, si él quisiera, si realmente tuvieran fe podría modificar o incluso anular el efecto de esa causa.
Los hermanos
palestinos (en su mayor parte musulmanes) son víctimas de un crimen continuo que
se ha extendido por sangrientos 76 años y que irremisiblemente llevará a un
enfrentamiento de todos los musulmanes con sus opresores israelíes ¿Qué
reacción pueden esperar sus verdugos y sus partidarios en occidente?
Los musulmanes
decimos “Alá (الله) lo ve y lo sabe
todo” que significa algo más que la obviedad de su omnipotencia divina. Los creyentes
(chías, suní, sufí) sabemos que su inconmensurable grandeza es similar a su
misericordia con lo cual ello demuestra que pese a su igualmente inconmensurable
poder, él no ejerce más castigo que el que los hombres nos aplicamos a nosotros
mismos. Así es. Tan misericordioso es que no coloca más carga a los hombres que
la que cada uno pueda soportar.
También solemos rogar
que su gobierno de justicia venga a esta tierra atribulada por la corrupción y
la maldad teniendo como principales mensajeros en el día de la retribución al
Iman Al Mahdi (ٱلْمَهْدِيّ) y al profeta de la Luz Jesús (Isa) que la paz sea
con ellos y sus parientes. Pero hasta que llegue ese día, los musulmanes (sirvientes
de Dios) deberemos optar por seguir soportando la opresión de las potencias
occidentales o aunar fuerzas para proteger hasta el último miembro de la UMMA o
comunidad islámica.
Tal vez algunos
exegetas digan que ambos libertadores lleguen como líderes guerreros tal como esperan
los judíos con su “Mashiaj” reafirmando la negación de “Isa” (navii aleihi
salam) el Nazareno. Pero para otros, Alá nos ilumina e inspira a que recreemos
las virtudes de estos iluminados para cambiar desde dentro de nuestros
corazones, poniéndolo en práctica y recién allí tratar de cambiar el entorno
material que nos rodea y eso implica la vida política.
La saña contra los
musulmanes no es nueva, pero en estas épocas esa inquina se ve en lo causado a
los iraquíes, hoy a los sirios, palestinos, libios, yemeníes y otros musulmanes
de nacionalidades en occidente, forma parte un capítulo terrible para el Islam contemporáneo
que se ve ennegrecido por la corrupción, la perfidia y la apostasía de muchos líderes
que se dicen musulmanes.
Si hay estados
guiados por apóstatas, desviados y criminales no puede haber un resultado bueno
para sus habitantes. Si a su vez ellos callan ante la criminalidad y el
sufrimiento de los semejantes que causan aquellos ¿Qué podemos esperar de sus
liderazgos? Peor aún, si sus habitantes les toleran, todos van directo a la
perdición. Si verdaderamente vivieran bajo las mandas de Alá (Sharia) no habría
necesidad de déspotas ni carniceros ni nos veríamos amenazados por las
maquinaciones de los infieles; simplemente por el hecho que ellos no tendrían
cabida en una sociedad justa y pasarían desapercibidos para nosotros.
Pero lo vimos y lo
seguimos viendo. Estos personajes siniestros, miembros dignos del “Subyani” son
funcionales a los señores de la corrupción y la destrucción que vienen de
occidente que se dicen judeocristianos pero en realidad, no lo son.
Cada pueblo tiene
el gobierno que se merece, aun cuando se diga que lo han elegido libremente
bajo la llamada “democracia-liberal”, una máscara de barro que impusieron los
hipócritas contra la voluntad de los pueblos y que cubre la cara de un
occidente con un pensamiento político obtuso, putrefacto y corrosivo que no
significa avance alguno, y no puede serlo cuando del mismo surge muerte,
miseria y corrupción.
Alá no ama a los
trasgresores, los criminales ni a los que forman partidos, ellos son servidores
de “Shaitán” (Satán) experto en crear discordia y divisiones entre los hombres.
Él ya tiene su reino en occidente y se ve su obra en sus sociedades. El mundo
islámico sufre de esta infección que se potencia por la ignorancia y la
corrupción de malos exponentes que muy claramente se ven en Siria con asesinos
disfrazados de musulmanes que masacran musulmanes y que no son otra cosa que
bestias al servicio de ambiciones de otros amos. Es necesaria una
reinterpretación de las enseñanzas, despojarlas de pérfidas y falsedades para adaptarlas
a los cambios sin que ello signifique sacrificar su pureza ni olvidar las
enseñanzas del pasado. No puede tolerarse la injusticia y mucho menos, la
impiedad contra propios y extraños.
La unión de todos
los musulmanes en la diversidad de orígenes étnicas y nacionalidades, conformando
nuevos foros de discusión sería sin dudas el remedio a esta peste y la mejor
muestra del cumplimiento de las mandas de Alá y una medida política eficaz para
frenar las arbitrariedades y las criminalidades que con total impunidad se
cometen tanto contra individuos como contra comunidades islámicas tanto en
occidente como en Oriente Medio.
Además y como
parte de esa necesaria protección, salvaguardar los lugares santos amenazados en
su integridad como hoy sucede con la Explanada de las mezquitas en Jerusalén,
sus instituciones y demandar las correspondientes responsabilidades por las
profanaciones y destrucción de mezquitas, templos de reunión de los creyentes
que vemos en algunos países europeos, y aquellas en toda la franja de Gaza y
Cizjordania.
Los musulmanes
debemos creer en la unidad con base en la misericordia y la clemencia, pero también
de la firmeza y transparencia política para atender los asuntos mundanos. Los
organismos internacionales no defienden ni defenderán a los musulmanes, eso
esta muy claro, se hace urgente generar organismos internacionales
representativos para todos los musulmanes del globo.