EN LA MIRA
“INDIA Y
PAKISTÁN”
Con tres guerras en su haber las dos naciones nacidas del dominio británico no parecen haber logrado limar sus asperezas por el tema de la Cachemira que apenas hace unos días ha pasado a ser el centro de atención de los analistas políticos y militares ¿Habrá una cuarta guerra?
Por Dany Smith
Mientras los medios informativos mantenían la
atención centrada en los grandes conflictos geoestratégicos y políticos que
conmueven al globo, han dejado pasar uno que además de antiguo (por la
peligrosidad del mismo), tiene la potencialidad de obrar como un detonador de
una crisis mucho mayor que a su vez, se interconecta con la pulseada global a
la que nos referimos.
Los últimos acontecimientos que se habían venido
registrando en la región de Cachemira ubicada entre China, La India y Pakistán,
ha ido preocupando a dichos gobiernos e inflamando los ánimos de sus
pobladores, especialmente por las arbitrariedades cometidas por las fuerzas
armadas indias que tras varias operaciones de represión habían causado varios
heridos y muertos entre los pobladores musulmanes.
Desde hace años que la región se halla en un estado
virtual de guerra por la disputa territorial que existe entre Pakistán y la
India. En los hechos tenemos a Cachemira como una región poblada mayormente por
musulmanes que en una parte del territorio es administrada por la India, en
otro por la república Popular China y otra región por Pakistán. Dicha presencia
ha sido rechazada desde siempre por los musulmanes y ello a su vez ha dado
lugar a constantes focos de tensión entre Nueva Deli que pretende controlar
toda la región y Pakistán un país musulmán que ante las arbitrariedades de su
vecino, ha ido en auxilio de sus hermanos oprimidos por una administración
extraña.
La historia de este conflicto es larga y cruenta. Fue
sin lugar a dudas la presencia británica hasta finales de la segunda guerra
mundial lo que ayudo a crear estas fracturas étnico-religiosas que le
facilitaban el dominio del subcontinente indio. Tanto en la India como en
Pakistán, los académicos conocen muy bien las consecuencias de las políticas
maquiabelicas del imperio británico y sus directas implicancias en la actual
situación en Cachemira. Tres guerras hay en el haber de esta historia y no es
nada fácil entender tratar de articular posiciones políticas que den una
solución duradera. Los factores que distorsionan estas posibilidades no solo
pasan por cuestiones culturales, religiosas y de nacionalismos exacerbados; hay
en medio, la siempre omnipresente actuación de intereses externos que ven en el
noroeste del subcontinente indio, un emplazamiento estratégico para controlar
ciertos aspectos de la geopolítica regional.
El punto crucial de la disputa pasa por la llamada
“línea de control” que separa a las partes. Según algunas estadísticas más de
150 millones de musulmanes se hallan bajo la jurisdicción de la India y
Cachemira sería una provincia más de mayoría musulmana, algo que Islamabad no
tolera ni acepta. Ello ha llevado que los servicios de inteligencia pakistaníes
–aliados centrales de la CIA- infiltren
armas, explosivos y guerrilleros al territorio de Cachemira causando episodios
de violencia contra las autoridades indias lo que retroalimenta las inquinas
entre ambas partes.
Es en este sentido que si bien las administraciones
en Nueva Deli se ven obligadas a mantener buenas relaciones con Washington y
con varios de sus aliados –entre ellos
Israel- sabe muy bien que sus agencias de inteligencia y militares trabajan
estrechamente con Pakistán por lo cual, los auspicios venidos de EEUU por
tratar de hallar soluciones al diferendo han sido tomados con bastante
escepticismo. Las implicancias siniestras entre el ISI pakistaní y la CIA son
tan variadas como graves. Ambas agencias se han encargado de llevar adelante
una campaña de asesinatos “selectivos” y desapariciones en la provincia de Beluchistán
(con 8 millones de habitantes en su mayoría pobres) donde según la CIA, operan
organizaciones como “Al Qaeda”. Cuando académicos paquistaníes como la Dra. en neurociencia
Afia Siddiqui comenzaron a denunciar estas atrocidades, fueron desaparecidos o
misteriosamente asesinados. La Dra. Saddiqui desapareció de su casa de Karachi
para más tarde ser descubierta por casualidad en una de las cárceles especiales
de la CIA en Bagram, a las afueras de Kabul y tras salir a la luz pública su
ubicación, fue trasladada inmediatamente a EEUU donde se halla recluida.
antes y después de la dra. Sudduqui |
A todo ello, tras el sorprendente y curioso ataque –tres meses después de los ataques en EEUU- del
13 de diciembre de 2001 al parlamento indio, la situación entre ambas partes se
tensó aún más. Un dato a tener en cuenta sobre todo esto es que jamás se
identificó la procedencia de los atacantes más allá de las alegorías de su
pertenencia al “terrorismo islamista” apoyado por Pakistán (y las supuestas
advertencias de EEUU), situación que se reiteraría en 2008 con aquel ataque en
Bombay donde se descubrieron varias pistas que orientaban a una conexión con la
CIA.
Las tensiones ya venían advirtiéndose una semana
antes de que se produjeran los roces militares entre ambas naciones. A nadie en
Islamabad y Nueva Deli le quedaban dudas de que era cuestión de horas para que
alguien reaccionara por una mala movida.
Y fue así. Tras un ataque aéreo indio llevado a cabo
el martes sobre un presunto campamento de una organización armada islámica
llamada “Jaysh Al Mahoma” (Ejército de Mahoma), desató la furia de los
habitantes de la región que inmediatamente, fue respaldada por el gobierno de Islamabad mediante
el envío de una incursión de sus cazas, que tras un combate aéreo culminó con
el derribo de dos aparatos indios. Como se ha venido viendo, la situación
parece ir en una escalada paulatina lo que puede llevar a una crisis regional
por una cuestión puntual: Ambas partes son potencias nucleares.
Tanto la India como Pakistán son países con
importantes fuerzas armadas y con estratégicos aliados alrededor del globo e
incluso en algunos casos compartiendo los mismos intereses de potencias en
pugna como es el caso de EEUU y China.
Aunque si es cierto que la India mantiene una muy buena relación con
EEUU no tanto con China, al mismo tiempo
ha venido consolidando una creciente influencia de Rusia con la cual mantiene
acuerdos bilaterales de carácter político, económico y de defensa.
Es precisamente en el área de la defensa donde la
india ha dado varios pasos importantes en la determinación de establecer un
programa propio con la asistencia cercana de materiales militares de la
Federación rusa. En este sentido las últimas noticias que llegan de Nueva Deli
informan que el gobierno acordó durante la última visita de Vladimir Putin,
comprar a Moscú los sistemas de defensa aérea “S-400”, algo que desató una
inmediata y sorda reacción de disgusto en Washington. Pese a ello, el gobierno de Narendra Modi
hizo oídos sordos a las quejas estadounidenses demostrando que hay una nueva
era en las relaciones entre la India y los EEUU.
No hacía mucho que Nueva Deli había firmado tratados
bilaterales de carácter estratégico con Washington en particular en lo
referente a las comunicaciones militares y de inteligencia regionales que se
denomina COMCASA con claros objetivos de contener a la república Popular China.
Otro de los interesados en colaborar con la India es
Israel, que ve desde hace tiempo y con mucha preocupación el desarrollo nuclear
de Pakistán, objetivo preponderante después de Irán. Es en este sentido que Tel
Aviv siempre ha tratado de mantener el estado de discordia entre ambos países
con lo cual, no es de dudarlo, sus injerencias dentro de los asuntos que hacen
a la proliferación de células terroristas y sus conexiones con el tráfico para
abastecer de armas, financiamiento e información táctica, son innegables.
En el caso de Pakistán, su situación geopolítica lo
ha tenido como un actor tan importante como influyente para los intereses tanto
de Washington como de China y Rusia, estos últimos viendo con recelo la
presencia de la OTAN en Afganistán como un agente amenazante a la estabilidad
regional. Washington ha venido teniendo a Islamabad como un aliado en un tema
particular como es la “lucha contra el terrorismo” y como un punto estratégico
para operar sobre Afganistán y contra Irán sumando innegablemente, a los
israelíes. Sin lugar a dudas que un conflicto con la India daría muchos réditos
a los intereses de estos actores secundarios quienes como ya lo han hecho en
otras regiones, harán valer el dicho que reza “a río revuelto ganancia de
pescadores”.
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