martes, 6 de agosto de 2024

 

CORINA DE TROYA

¿Por qué hay tanto interés en deponer al gobierno de Maduro y colocar a María Corina Machado?

 

Por Pepe Beru 

Más allá de la discusión en torno a si están o no las actas de votación y de las acusaciones que en apoyo a Corina Machado y su gente se lanzan desde ciertos puntos de la región que (no por casualidad) coinciden con la línea política del Departamento de Estado en Washington, hay un marco geopolítico mucho más complejo y amplio que los medios (entre ellos los argentinos) siempre tratan de obviar pero que, si lo visibilizaran cambiaría sustancialmente algunos de estos posicionamientos.

Hay, ante todo un prejuicio político y hasta cultural contra la llamada Revolución Bolivariana que tiene varias interpretaciones y todas ellas tendenciosas.

Están quienes la califican de comunista como lo vería el presidente argentino Javier Milei que coincide con la opinión de los rancios neoconservadores en Washington, otros lo califican como una autocracia un término también bastante usado desde el norte pero que tiene predilección en el lenguaje de los editorialistas de los medios argentinos o directamente una dictadura, también muy trillada entre los pendulares y nada fiables opinologos argentinos.

Lo que en realidad fastidia a todos estos actores es el nacionalismo que representa la revolución venezolana y las relaciones geopolíticas que tejido con China, Rusia y el mundo islámico, esto último intolerable para los atlantistas y sionistas del Cono sur.  Pero lo que aún más les retuerce a todos estos, es que Venezuela tiene con que defender su sistema político. La estructura de la defensa es tan cohesionada y leal que haría muy difícil a los US marines repetir su “hazaña” de Panamá en 1989. La posibilidad de que un estado con importantes recursos energéticos e intereses geopolíticos propios pueda oponerse a los intereses globalistas que vienen en una lucha sin cuartel por disolver las soberanías en pos de instaurar una tutela centralizada en un gobierno mundial, no puede más que darles migraña.

A las varias intentonas con mercenarios de empresas de seguridad privadas de generales retirados del Pentágono y el estrangulamiento económico-financiero producto de la aplicación de sanciones completamente ilegales por parte de Washington, los venezolanos deben lidiar con los enemigos internos que bajo el ropaje de renovación democrática se prestan a estas medidas y todo, por el poder.

Hoy toma protagonismo María Corina Machado, presentada por los medios como una alternativa mejoradora y verdaderamente “democrática” para Venezuela; muy buena presentación, pero ¿Qué implicaría esa alternativa mejoradora?

La palabra democracia vuelve a la escena, como el gran moño en las argumentaciones tanto de la oposición como de los medios que les apoyan. Pero viendo lo que están impulsando y los medios que proponen para hacerlo (una posible intervención armada), es aquí donde deberíamos preguntar ¿Qué implicaría esa democracia con María Corina Machado?

Más allá de su conocida y fatigosa actividad en Washington para buscar la desestabilización de Caracas e incluso, muy cercana al por entonces y muy apreciado por los medios argentinos Juan Guaidó, Machado pretende una vez llegada al poder deshacer todo lo que tenga rastro de la revolución bolivariana y que se simplificaría en una privatización profunda y masiva de todos los servicios públicos e incluso, la entrega de PDVSA y la producción petrolífera a las empresas estadounidenses que hoy se ven obligadas a  comprárselo.

Para concretar estos planes la reforma de la banca financiera o más bien borrarla definitivamente de Venezuela para ser una mera extensión de la Oficina del Tesoro norteamericano, Machado le abrirá las puertas a supuestas inversiones que no tendrán fines productivos para el país sino, un negocio financiero meramente corporativo para gigantes como Blackrock, Vanguard, State Street que -seguramente por medio de alguno de sus mega bancos- luego de deglutir las instituciones nacionales y cooptar el mercado interno, solo le dejara migajas a un estado que a no dudarlo, además de políticamente controlado por el capital privado inyectado por estos vampiros financieros, será desarmado.

Así, de un estado que se halla sobredimensionado y con los problemas de ineficiencia que lo aqueja, con semejante panorama queda claro que el interés público mal que mal desaparecerá por el simple motivo de que estás corporaciones solo tienen clientes, no ciudadanos.

Estos tres monstruos financieros además de megabancos que “brindan ayuda para financiar proyectos” como son Fidelity (https://www.fidelity.com/)  y Morgan Stanley (https://www.morganstanley.com/), controlan la mayoría de las acciones de grandes medios de comunicación del hemisferio occidental con lo cual, el relato y la realidad de esa nueva Venezuela serán editadas a medida y conveniencia de Washington.

Machado y sus seguidores aspiran a esa democracia que no es otra, que la de las grandes corporaciones que no por casualidad son angloestadounidenses y que lejos de hacer crecer las oportunidades económicas entre la población los empujarán a niveles de pobreza que simplemente los sacarán del mapa político.  

Sinceramente, los cantos de sirena de Machado y Cía terminarán siendo una pesadilla para el común de los venezolanos quienes ni siquiera una motocicleta tendrán.

Hasta el momento el gobierno legítimo de Caracas ha logrado resistir los embates externos que buscan provocar la conmoción interior y muy especialmente, instigar fracturas internas dentro de las Fuerzas Armadas que son el factor de la realpolitik para proteger las soberanías de los estados y si no lo creen así, vean como está entregada la Argentina.

Los grandes catadores de democracias en Buenos Aires -meros charlatanes a sueldo- ya han puesto el grito en el cielo ya que han dejado en evidencia su impotencia ante la solidez del gobierno de Nicolás Maduro que no cayó por una ansiada revuelta callejera, como las que sus admirados demócratas del norte suelen arman de consuno con elementos corruptos de un estado para poner a un títere ¿Se olvidan acaso la participación de la CIA y sus colegas europeos en el derrocamiento y asesinato del presidente libio en 2010 o su innegable papel en el golpe de estado en Maidan de 2014?

Para desgracia de los conspiradores pro-estadounidenses los venezolanos y en particular sus gobernantes también han aprendido de la historia.

 

 

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