viernes, 22 de enero de 2016

NACIONAL


“EMERGENCIA DE SEGURIDAD Y ALGO MÁS”

Cómo el decreto del presidente Macri abre la puerta a los más peligrosos elementos militares e inteligencia extranjeros


Por Dany Smith
Cameron & Macri

Ha sido sin duda alguna, un shock que pocos esperaban experimentar. La declaración de la emergencia en seguridad es una de las promesas que el presidente Mauricio Macri había señalado durante la campaña como parte del combate a la inseguridad. El decreto de emergencia en seguridad a nivel nacional, es una medida que como el puñal, tiene dos filos y de acuerdo al éxito de su implementación puede levantar la imagen del gobierno a niveles insospechados o por el contrario crear mayor controversia sobre su gestión.

Dicho decreto que tiene vigencia por un año pero con posibilidades de prórroga, establece una amplio espectro de actuación de las fuerzas de seguridad e incluso de las Fuerzas Armadas para el control de las fronteras y en especial, la vigilancia del espacio aéreo para prevenir el vuelo de aeronaves con finalidades de tráfico de estupefacientes, incluyendo la posibilidad ante su negativa a identificarse, el derribo. Seguramente, muchos recuerdan esto como parte de la plataforma electoral del candidato Sergio Massa, que con un spot ciertamente criticable, afirmaba que de llegar al gobierno promulgaría “la ley de derribo”. Al día de hoy, Massa ha cedido esta iniciativa al gobierno de Macri algo que podría verse como una muestra de “generosidad política”, pero nada de eso.

Ahora bien. Si hay determinación para cazar a un avión que entra de contrabando drogas por cualquiera de nuestras porosas fronteras, la pregunta es ¿Quién autorizaría este procedimiento y Con qué se van a derribar?
Mirage, gloria argentina

Esto último es un paso muy arriesgado y a su vez necesario pero que,  dará más responsabilidades al estado, ante posibles errores por las más variables causas. Igualmente y con la actual situación de las Fuerzas Armadas, hacer eso es una irrealidad.  La Fuerza Aérea no cuenta con aviones caza en operatividad ya que los viejos y gloriosos  Mirage fueron dados de baja. Recordemos que antes que el gobierno de CFK abandonara el gobierno, intentó cerrar imprudentemente una compra de aviones “Kfir” de fabricación israelí que además de caros, no traían el armamento.  Esperemos que la cercanía ideológica del actual presidente hacia Tel Aviv, no reavive la posibilidad de una estafa semejante.

Igualmente y de lo que se puede intuir de su gobierno, las opciones para lograr acceder al material necesario, saldrá solamente de los países que cualquiera ya podrá imaginarse. 

Si no se reestructura esta área, la declaración de una “emergencia” y la intensión de derribar a las aeronaves que desconozcan las reglamentaciones,  solo  es una quimera y estaríamos ante un mero acto voluntarista y nada más. De por sí que es una decisión elogiable, el valor político de Macri que demuestra al promover  un proceder tal, evidenciando que tiene la determinación política de ejecutar este tipo de medidas, aún a costa de pagar un precio político muy alto.

En el marco de este programa, también se buscara crear mayores conexiones entre las áreas policiales y judiciales del país, para que el entrecruzamiento de datos sea más efectivo y rápido. Por otra parte,  el proyecto de conformar una Dirección de Inteligencia Criminal que eufemísticamente denominará Gabinete de Seguridad Humana, que en lo que hace a los aspectos técnicos, sigue en estudio y bajo constante consulta con varios expertos estadounidenses.

Algo que no menciona el decreto pero que si está en las mentes de los ingenieros de la nueva estructura de seguridad, es estrechar el control de las redes sociales por internet ampliando el campo de la vigilancia comunicacional a extremos que pueden llegar a levantar cuestionamientos. Se sabe bien que los impulsores de este tipo de escudriñamiento están en las agencias federales estadounidenses como la NSA y la CIA entre otra docena de agencias fantasma que no se registran como existentes.

Sin lugar a dudas, este es un aspecto que tratara de ser pasado inadvertido al conocimiento público y que tapado por la vorágine desinfirmativa de los medios televisivos, ni se sabrá de su implementación.
Netanyahu & Macri

Otro de los contactos que se ha hecho oficial, es el realizado con Tel Aviv tras el encuentro en Davos con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu de quien Macri logro obtener la promesa de inversiones en tecnología, defensa y seguridad, lo que se traduciría en la intervención de elementos militares y de inteligencia con amplios prontuarios por crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos. ¿Se habrá acordado Macri de todo eso? Este es otro aspecto que el gobierno de Macri tratara de pasar por alto o incluso ignorar, ya que fiel a su ideología muy cercana al berreta neoliberalismo menemista “hay que agarrar la guita sin mirar a quién”. 

Sin dudas para que ello pueda ser más completo y efectivo, el mismo Macri ha contactado tras su gira por Davos, con los más importantes CEO de la comunicación virtual como son FACEBOOK, GOOGLE y MICROSOFT que también abarcan –y cabe muy bien recordarlo- a la telefonía móvil. Según los argumentos de Macri, la misión es buscar inversiones para crear empleos para los argentinos, aprovechando las capacidades personales de cada uno y que a su vez, abrirán un mercado dormido para estos gigantes de los medios de comunicación por internet.

Claro que es cierto que la población está necesitada de empleo y de buscar un horizonte para el desarrollo personal y de poder formar una familia pero, ¿Cómo se controlara la operatividad de estas empresas y prevenir posibles  operatorias violatorias de los derechos de todos los habitantes de la nación?

Sobre ello, también es cierto y cabe recordarlo que dichas empresas, han estado colaborando con la entrega de datos de sus usuarios y compartiendo información de nuevas tecnologías con las agencias de inteligencia estadounidenses como la CIA y británicas como el MI-5 y MI-6, situación que ha sido motivo de reclamos y demandas por violación a la intimidad.

Por lo pronto, el decreto de esta emergencia pareciera una medida salida de la eterna improvisación que destaca a los argentinos, pero no. Desde antes que Macri pudiera tener certeza de que podía llegar a ser presidente, sus equipos de trabajo habían estado contactando con el FBI, el Departamento de Estado norteamericano y especialistas en temas de seguridad, que aportaban sus hipótesis de trabajo para encarar la situación de inseguridad en Argentina.

Es cierto que el país atraviesa por un crecimiento exponencial en el delito pero, sigue dejándose de lado las causas centrales y a los más altos niveles donde éste se genera. Si éste programa busca combatir el delito de “traje y corbata” de los lavadores de activos, funcionarios corruptos y la diversificación de actividades comerciales –como inmobiliarias, consultorias, restaurantes y una infinidad de otros negocios- por las que se tapan inversiones salidas del narcotráfico, claramente está faltando el tratamiento de una “inteligencia judicial” que se articule con las fuerzas de seguridad. Si acaso la AFI sufriera modificaciones en su conformación de personal, es muy seguro que ello estará signado por el asesoramiento de agencias externas, un renovado error del cual parece haberse aprendido.

Si esta emergencia solo sirve para reprimir el delito físico, comenzaremos a ver como “asesores” de fuerzas estadounidenses e “israelíes” vendrán a entrenar a las fuerzas de seguridad y hasta los militares, quienes traerán sus sanguinarias doctrinas de cómo –entre sus variadas técnicas- sembrar el temor en la población.

Inmediatamente a que Macri asciende al poder, los EEUU volvieron su vista sobre Argentina que se reflejo con la efusiva y muy dedicada felicitación de la Casa Blanca al nuevo presidente. Todos los canales entre Washington y Buenos Aires parecían haberse desatascado y con cada nombramiento que se fue realizando para cada ministerio, recibió la inmediata llamada de su par norteamericano, especialmente en las áreas más sensibles para la relación bilateral.

Además del innegable asesoramiento de elementos norteamericanos en el área de seguridad e inteligencia, existen fuertes sospechas de que se han vuelto a conectar los canales entre el Pentágono y las Fuerzas Armadas argentinas que se circunscribiría al desarrollo de una doctrina de lucha contra el  terrorismo y el narcotráfico.

Con quien también Macri  ha establecido una cordial charla fue con el primer ministro inglés David Cameron quien ha demostrado su beneplácito por los lineamientos que propone el presidente argentino sin dejar de recordarle que, “de Malvinas no hay nada que hablar” sin que ello causara alguna réplica del mandatario argentino quien incluso y emulando al recordado presidente Carlos Menem, propuso volver a la política “del paraguas”.

A nivel político, estos contactos están avalados por el encuentro que se dio en Davos entre el presidente argentino Mauricio Macri y el vice norteamericano John Biden, quien le comunicó la disposición del gobierno norteamericano a colaborar entre otras, las de defensa y seguridad.  


Precisamente es en estas áreas, por donde Washington pretende ingresar de cabeza en un estado argentino totalmente desguarnecido y carente de infraestructura propia para soportar su influencia, por lo que seguramente, volveremos a ver cómo Argentina y su clase política a base de obsecuencia se “convierte” en el faro de Washington en la región. 

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