DE INTRIGAS, INTRIGANTES Y LOBISTAS
¿Por qué el asesinato del fiscal Nisman lo volvió mucho más útil de lo
que era en vida?
Por
Javier B. Dal
Hay en el razonamiento de los conspiradores de los estados hegemonistas (no conspiranoicos) que planifican políticas a largo plazo, el maquiavélico talento de crear problemas para luego ofrecer soluciones. Ese razonar torcido también lo aplican para escenificar situaciones que es necesario ocultar a la vista de la opinión pública.
Apenas unas
décadas atrás, quizá antes de que comenzara el milenio, hablar de “operaciones
de falsa bandera”, “operaciones negras” en las que la implicancia gubernamental
es tan escandalosa como inaceptable, era un tabú que solo pocos se atrevían a mencionar.
Pero el
abuso de estas estratagemas ha llevado a que los mismos gobiernos que las
venían poniendo en marcha, fueran quedando expuestos en su orquestación. Desde
los eventos del 11 de septiembre del 2001y las subsiguientes situaciones que se
derivaron de aquellos, abrieron la puerta al pensamiento crítico general sin la
necesidad de intérpretes y especialistas de dudosa imparcialidad que suelen
publicar sus artículos en Think Tanks gubernamentales y magazines políticos como
Foreign Policy o The Economist.
Estas mañas
siempre han sido admiradas por los intelectualoides anglófilos y sionistas
argentos siempre tan leales y prestos a lo que Washington e Israel lleven
adelante.
Justamente,
a cumplirse 10 años del asesinato del fiscal federal Natalio Alberto Nisman,
los hoy archipresentes sionistas que secundan al actual gobierno no han dejado
pasar el aniversario para reforzar su hipotesis del por qué -según sus
conveniencias- asesinaron al fiscal. En esto no hay dudas, el fiscal fue
asesinado, las divergencias están en quiénes y por qué lo hicieron, el cómo responderías
estas dos preguntas.
Recordemos
que Nisman fue designado por el gobierno de Néstor Kirchner para investigar y
recabar información sobre el atentado a la sede AMIA en 1994. Según se sabe y
pese al tiempo que tuvo, los recursos asignados y los contactos que se le
facilitaron con la SIDE, nunca logró obtener nada…que conviniera a los
intereses externos que desde las embajadas en Buenos Aires seguían de cerca la
causa. Fue así que la intervención de la CIA y el Mossad (a expensas del
gobierno de Kirchner) como “colaboradores” fueron los principales guionistas de
las “pesquisas” que a final de cuentas, no llegaron a nada. En resumen, tras
algunos bochornos (caso Hadi Soleimanpur) lo único sustancial que Nisman tenía
como “pruebas” para construir la llamada “pista iraní” eran los informes de
estas agencias de inteligencia que como ya sabemos (desde 2002) suelen ser
grandes bulos.
La piedra
angular de su relato es el memorándum firmado con Irán y por ende desde su
torcida lógica, el culpable se deduce por relación. Como podrán intuir, si bien
el fiscal si fue asesinado el planteo de culpas que tan livianamente se lanza sobre
los iraníes (o un comando venezolano-iraní del que hablan algunos delirantes) es
una gran falacia inflada con aire pero que es vital de instalar para los
intereses de la geopolítica israelí. Es un hábito horrible en este país adoptar
posturas discriminatorias cuando van contra los enemigos del poder geopolítico
del momento, en este caso la islamofobia que alientan los partidarios
pro-Israel y últimamente la rusofobia por la guerra en Ucrania, son muestra
insigne del gatorpardismo argentino.
Sumado a
esto y como carácter implícito de esta idiosincrasia política, las lealtades se
mueven a medida que cambia cada gobierno y eso se ve muy claro con la
administración de justicia (jueces), especialmente la federal que mueve su
amperímetro de acuerdo a las tendencias políticas y geopolíticas del momento.
Prueba de ello fue la escandalosa y absurda resolución de la Cámara de Casación
Penal imputando la autoría del bombazo a la AMIA a Teherán y a Hezbollah, como
una señal clara de alineamiento al nuevo gobierno con una orgullosa tendencia
sionista.
Pero a
pesar de tratar de convertir a Nisman en una especie de mártir por la verdad,
hay muchas cuestiones en torno a él y su círculo que no convencen. Sin
necesidad de tocar su holgada vida social con prostitutas cocainómanas VIP (seguramente
puestas por las agencias de inteligencia) y sus abusos laborales para con sus
subalternos, hay puntos que hacían a su función de agente de la justicia, no se
explican con algún grado de coherencia.
Es bien
sabido que los fiscales federales son funcionarios a sueldo de la nación y como
tales tienen entre sus deberes, la de impulsar las investigaciones en defensa
de la legalidad y la seguridad de los ciudadanos. Sus estrechos contactos con
agentes de la CIA, con organismos sionistas tanto locales como regionales y con
las cloacas del sistema argentino demostraba un direccionamiento lejano a la
imparcialidad necesaria para develar las reales circunstancias y a los autores
tanto intelectuales como materiales del atentado.
Muchas
preguntas sin responder y solo algunas como: ¿Por qué volvió tan presuroso
Nisman al país antes de su asesinato?, ¿Quién lo llamó y con quién o quiénes
debía reunirse?, ¿Cuál fue el papel de su secretario Diego Lagomarsino en el
hecho y por qué le entrego un arma?, ¿Nisman temía de alguien con quien se
entrevistaría el día de su asesinato?, ¿Qué hacía en el lugar en el mismo día
del asesinato, el agente de inteligencia militar israelí Damián Patcher y por
qué se le permitió escapar?
Al pescado
podrido de aquellas agencias y los sucios contubernios entre el gobierno
menemista y las por entonces autoridades de la AMIA, se sumó el descredito de
una parte de los familiares de las víctimas que no se tragaron la píldora y por
el contrario desde entonces han venido reclamando justicia. Para ellos y en ese
plan no hay otra respuesta que la verdad y ello, por los años de un furioso
encubrimiento y en los cuales Nisman no produjo ningún avance, parece que esa
verdad es muy difícil de ventilar (¿Por qué?). En este sentido Macri cuando
llego al gobierno trató de reformar el código procesal penal de la nación
insertando la figura del juicio en ausencia, una aberración ajena al sistema
continental que serviría para (más allá de la falta de prueba y el derecho de
defensa) condenar en ausencia a los culpables señalados…por Tel Aviv y
Washington.
En este
último sentido, el actual gobierno de los Milei retomó este objetivo y ya esta
en carrera para lograr esa reforma en el Congreso y darle así a Israel, la tan
ansiada sentencia que justifique continuar su carrera por cortar los lazos de
Irán con el continente y establecer la supremacía geopolítica en Oriente Medio.
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