“DISCORDIA EN LA CASA BLANCA”
Fuertes
discusiones y gritos en la Gran casa de la democracia occidental. El duro cruce
entre presidenta de la Cámara de representantes Nancy Pelosi y el presidente
Donald Trump hizo recordar aquella película de los ochentas “La guerra de los
Roses” ¿Cuáles serán las consecuencias de este divorcio político?
Por Charles H. Slim
Que los problemas domésticos en cualquier parte del
mundo es una cosa común y hasta cotidiana de los matrimonios, no es algo que
asombre, salvo que ellos se den entre ciertas parejas y en ciertos lugares en
particular. Y podemos agregar que es mucho más escandaloso cuando ello se
produce en forma terminante y agresiva en nada menos que en la misma Casa
Blanca.
Así se pudo ver y percibir en la reunión que mantuvieron el miércoles 16
de octubre pasado los principales representantes de la oposición demócrata encabezados
por la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y el senador neoyorkino de la minoría demócrata y
entusiasta sionista Chuck Schumer con el
gabinete de Donald Trump.
El encuentro de trabajo para abordar varios temas de
la agenda política interna y externa termino en medio de una escandalosa
discusión marcada por una atmosfera pesada, insultos, amagos de algún que otro
manotazo y acusaciones cruzadas en temas sensibles como es el “combate al
terrorismo”, la ofensiva de Turquía sobre el norte sirio y la presencia –nunca autorizada e ilegal- estadounidense
en Siria.
Fue en este último tema que Nancy Pelosi estalló
contra el mandatario al proferirle acusaciones tal como la de achacarle responsabilidad
de lo que actualmente sucede con los kurdos en medio de una ofensiva turca y su
falta de tacto con el mandatario turco Recept Tiyip Erdogan a quien le envió
una carta que además de nada diplomática es un rosario de irrespetuosidades que
los demócratas no acostumbran cometer. Sobre el punto de vista de Erdogan hay
que resaltar que tras la oposición de los países occidentales miembros de la OTAN a su ofensiva contra los
kurdos, el premier turco se hizo la pregunta ¿Acaso el YPG ha pasado a ser miembro de la OTAN? En alusión al
armamento y equipamiento que recibe de los EEUU y otros países de la alianza.
La aversión que existe entre Pelosi y Trump supera
todas las vallas políticas y claramente ha llegado a ser personal. No hay que
olvidar que la funcionaria demócrata ha instado con un notable éxito el proceso
político de “Impeachment” para la destitución contra Donald Trump quien ha
tomado de muy mal agrado esta iniciativa.
Según algunas fuentes en esa reunión dijeron que Schumer
oficio como mediador e incluso como moderador entre ambos. Pero lo cierto es
que éste conspicuo sionista fue más un intérprete parcial de todo aquello. Schumer
al salir de la Casa Blanca habría dicho que “Trump comenzó a insultar a Pelosi
cuando estaba exponiendo su posición” al calificarla como una “política de
tercera categoría” para señalarle la responsabilidad de la administración Obama
por la actual situación en Siria.
Oficial estadounidense con un jefe del YPG kurdo |
A pesar de los esfuerzos de Schumer por victimizar a
su colega ante los micrófonos de los medios, lo cierto es que todos en el
ámbito de los círculos políticos en Washington saben que Pelosi es una damisela
de cuero duro con muchos años en esto como para sentirse intimidada y no surge
creíble para quienes la conocen que se haya sentido cohibida y mucho menos
amedrentada por la verborragia de Donald Trump ¡Cuidado con Pelosi!
Estaba claro que tanto Pelosi como Schumer trataban
de desacreditar la decisión ejecutiva de Trump por retirar las tropas de la
república árabe, algo que molesto al Establishment y que las quejas de éstos
demócratas materializan públicamente escondiendo con ello, otros objetivos nada
claros y que lejos están del interés de la Unión.
Pero las preocupaciones de Pelosi y Schumer no son sinceras.
Sus inquietudes no son por la integridad física de los kurdos o por sus
comunidades, o por sus derechos políticos a consolidar su autonomía a costa del
territorio de la república árabe siria o incluso, por la tan proclamada
“seguridad de los ciudadanos estadounidenses”. No nada de eso. Ambos volaban de
furia por lo que significa para la geoestrategia de Washington –y de Tel Aviv- perder el control de un
enclave estratégico como sería la “Rojava” controlada y tutelada por ellos. Con
una situación semejante, EEUU podría seguir manteniendo sus bases de
adiestramiento de grupos armados para agredir a Damasco y así, mantener bajo
control a los incomodos prisioneros del “ISIS” en un limbo legal que les
permitiría mantenerles lejos de las inconvenientes indagaciones de cortes de
justicia tanto de EEUU como la EU y mucho menos de Iraq y Siria.
También quedo claro que a Pelosi y Schumer les
fastidia el hecho de que tan rápido como se han replegado sus tropas
(destruyendo todo lo que no pudieran llevarse), las fuerzas del ejército árabe
sirio y los rusos ya han tomado el control de toda la zona llevándose a cabo en
estos momentos el patrullaje de localidades como Manjib y otras aldeas que
habían estado hace poco bajo el control
de las agrupaciones kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias “FDS” y de los
norteamericanos.
También reprocharon que no se hubiera opuesto a la
ofensiva de Ankara que según aquellos, pone en peligro a los aliados kurdos
tratando de victimizarlos.
En ese sentido Trump le recordó a la presidenta de
la Cámara de Representantes que los “kurdos no son unos santos” refiriéndose a
las atrocidades que –al amparo de la
presencia estadounidense ordenada por Obama- han estado cometiendo contra
las poblaciones árabes a las que (con la excusa del “ISIS”) han desplazado a
punta de fusil. En ese sentido, la frase
esgrimida por los demócratas de “contener al ISIS” nos recuerda que fue durante
la Administración de Barack Obama y con Hillary Clinton como la Secretaria de
Estado cuando –en medio de la farsa de la
Primavera Árabe que destruyó Libia- se puso en movimiento este gran embuste
seudo-yihadista que tiene como uno de sus objetivos, la instauración del caos
regional para la desestabilización de los países árabes islámicos.
Con ello Trump vuelve a poner en el tapete y para
desagrado de los sionistas como Schumer, la complicidad de la administración
Obama en la creación, implantación y propagación del programa “ISIS” para
concretar fines geopolíticos en el Medio Oriente. Aunque los medios
corporativos angloestadounidenses en la línea oficial del Establishment
político y financiero de Washington tratan de desacreditar esto hablando de
“teorías conspirativas” e incluso de “problemas mentales del mandatario”, las
pruebas que se han estado recopilando desde que ese embuste penetro en Iraq y
Siria son abrumadoras.
La orden ejecutiva de Trump que hizo retirar a las
tropas especiales que se acantonaban en “Hasaka” y sus alrededores, rompen con
estas expectativas que apuntaban a extender el mismo diseño político
territorial del Kurdistán iraquí controlado por una mafia criminal que tras
participar en el embuste del “Estado Islámico” puesto a rodar en 2014 logro,
tras desbaratar aún más el débil control de Bagdad, arrebatar el control de más
territorios a la republica de Iraq y con ellos los principales enclaves
petrolíferos de Kirkuk.
En las últimas horas del jueves se informó que
Turquía había aceptado un cese al fuego y que Trump habría ordenado la
aplicación de sanciones contra Ankara, pero los demócratas con Pelosi y Schumer
a la cabeza denunciaron que eso es falso agregando que Erdogan ha recibido el
apoyo tácito de la Casa Blanca para arrollar a los kurdos, situación que
agregaron, “beneficia a los adversarios de Washington.
En las actuales circunstancias la consternación y la
preocupación de los demócratas pasa por no perder la alianza con los kurdos
sirios y no perder el control de los campos petrolíferos sirios de Deir Ezzor.
No sería de extrañar que a partir de esta retirada se reactiven las actividades
del “ISIS” cumpliendo con la opinión del general James Mattis quien en una
entrevista vaticinó que la retirada haría resurgir al “ISIS”; muy conveniente
¿No lo cree usted?