martes, 24 de diciembre de 2019



“TERRORISMO S.A.”
Quiénes son los verdaderos propulsores y cuáles son las finalidades que persiguen al desarrollar este supuesto fenómeno internacional


Por Charles H. Slim

Muchos temas adquieren comprensión al verlos a la distancia del tiempo y uno de ellos es el llamado fenómeno del terrorismo, que durante décadas se lo vinculo de manera maliciosa y direccionada al mundo árabe y tan pronto como pudieron al Islam. Como bien lo señalan algunos investigadores, este no es un fenómeno ni mucho menos una ideología imbricada a una religión en particular (como ciertos sectores han tratado de argumentar a lo largo de estos años), se trata de una táctica de guerra que busca solo eso, el terror.

En las últimas décadas, esta táctica ha pasado a ser una de las armas más desarrolladas no por organizaciones irregulares o extremistas, grupos guerrilleros o bandas criminales ligadas al narcotráfico como se vió en la década de los sesentas y setentas en Europa, Medio Oriente y América Latina; sino por el contrario, por las agencias de inteligencia gubernamentales occidentales, en especial la CIA, el MI-6 y sus maestros en esto, el Mossad israelí. Sobre esto último, uno de los embustes últimamente detectados en Palestina es, el uso por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y de la “Shin Bet” de comandos disfrazados como combatientes de “Hamas” que tras infiltrarse por las bardas alambradas de Gaza y a fin de justificar brutales operaciones de bombardeos y confiscación de territorios árabes, lanzan ataques con cohetes y morteros sobre los asentamientos israelíes del sur de Israel.

En el mismo plan, los intentos de Tel Aviv por establecer la supuesta presencia y alianza del “ISIS” con “Hamas” en Palestina busco ahondar las operaciones de represión contra la población palestina.

En las operaciones exteriores, sus colegas civiles del Mossad no son menos cruentas y aprensivos en la ejecución de sus acciones. Una larga lista de crímenes –especialmente contra científicos árabes y musulmanes- investigados por algunos periodistas israelíes[1], así lo remarca.

Desarrollada incluso con el reclutamiento y la cooperación de varios elementos de organizaciones irregulares, las agencias de inteligencia comenzaron a usar con discreción esta táctica con finalidades políticas para ir poco pero progresivamente, a usarla para incumbencias negociales para satisfacer objetivos puramente corporativos y empresariales. Que los medios occidentales y en particular los obsecuentes títeres latinoamericanos (en especial los argentinos), no se atrevan a hablar del tema y mucho menos profundizarlo, no significa que ello no suceda o sea real.

El engaño es el telón de fondo para desplegar esta táctica. La escenificación de una agresión o una amenaza mediante “operaciones negras” o las llamadas “banderas falsas”, es crucial para fabricar legislación y políticas de estado que justifiquen el estado de excepción, la instalación del miedo colectivo que a la postre, justificara desatar operaciones hostiles y hasta guerras abiertas contra otros países. El secretismo de estado y argumentos como la llamada “seguridad nacional” que Washington ha desplegado para sus políticas externas, ha sido un elemento fundamental para mover estas maquinaciones. Ahora bien,  usted podría preguntarse ¿Por qué nadie dijo nada o se desarrollaron investigaciones de la justicia que pesquisaran esto? Simplemente, porque el mismo estado era (y sigue siendo) parte de esto y de haberlo ventilado algún investigador en los setentas, en los años ochentas e incluso en los noventas hubiera significado la cárcel o su discreta eliminación física.

El 11 de septiembre de 2001 sin dudas fue la apoteosis de éste tipo de engaños destinado –entre otras cuestiones- a desarrollar una política con alcance global que aparentara combatir un supuesto “fenómeno” que en realidad había sido alimentado por décadas por sus propias agencias federales a la saga de políticas de estado y más precisamente por funcionarios insignes y sectores oscurantistas desde dentro del Departamento de Estado norteamericano. Quien puede olvidarse de los siniestros hermanos Dulles, del Secretario de Estado Henry Kissinger y de su colega el diabólico asesor de Seguridad Nacional Bgniew Brzeznki o de tipos como John Negroponte y Elliot Abrams que como funcionarios estadounidenses sembraron la muerte y el terror con sus escuadrones de la muerte en Centroamérica y luego en Iraq.

Una bomba israelí borra un edificio con sus moradores en Gaza, 2019

Precisamente la ocupación de Iraq desde 2003 significo la oportunidad y el escenario ideal para ensayar nuevas tácticas de terror sobre una población y en el despliegue de las cuales (aprovechando el caos existente) fueron detectados en el ejercicio de este tipo de hechos tanto los militares angloestadounidenses, grupos de tareas privados (contratistas) como a grupos especiales dirigidos por la CIA y el Mossad. A partir de aquí, se irá desarrollando un embuste más elaborado que desplazara al programa de insurgencia  “Al Qaeda” (liderado por el agente Osama B.L.) y que hoy conocemos como el “Estado Islámico”.

Hay en el despliegue de estas tácticas, un notorio desprecio por el otro, por el prójimo. El extraño, el desconocido (países, pueblos y culturas) al ser ajeno a su realidad, su sufrimiento y dolor no cuentan. Es la misma mentalidad discriminatoria decimonónica que blandía la falsa dicotomía entre barbarie y la civilización que se arrogaban los colonialistas británicos y europeos en general para masacrar a los pueblos asiáticos y africanos. Es el mismo concepto que por aquellas épocas, adoptaron algunos intelectuales del Río de la Plata. Esto sin dudas demuestra una dinámica mental de ideologías racistas, Chauvinistas y xenófobas que justifican sus crímenes y atrocidades más abominables con justificaciones supremacistas de la más variada índole. Sus maquiavélicos cerebros elaboran justificaciones con las cuales trataran de escapar a la justicia y los juicios de la historia y para ello, deben controlar el relato político que exponen los corporativos Mass Media y sus periodistas a sueldo.

La “Primavera Árabe”, un rótulo creado por intelectuales sionistas como el sociólogo y multimillonario francés Bernard Henry Levy, es un ejemplo de aquello. Fue levantado y usado por los editorialistas de los medios occidentales más influyentes para basamentar y argumentar la brutal intervención de Francia y la OTAN sobre Libia y derrocar al legitimo gobierno de Gadafi en 2010[2]. En esas jornadas y camuflados detrás de supuestas protestas callejeras, se detectaron e incluso detuvieron a francotiradores de origen extranjero que disparaban deliberada y alternadamente sobre ciudadanos y policías libios. Por supuesto que estos hechos nunca saliron a la luz en los subalternos medios de la región. La misma táctica se vio inmediatamente en Siria unos meses después, cuando el 17 de marzo de 2011 se produjeron violentas manifestaciones en la localidad de “Daraa” donde cuatro manifestantes y siete policías murieron –según las líneas editoriales occidentales e israelíes- por “enfrentamientos”[3]. En realidad lo que sucedió fue que, parapetados en los tejados y ventanas de algunas casas, se agazapaban francotiradores quienes muy bien coordinados y junto a grupos de agitadores profesionales que se entremezclaban con los manifestantes, azusaron la violencia contra el gobierno sirio.

Agentes Shin bet disfrazados como palestinos secuestran a un activista

Otro ejemplo de como operan y hasta donde pueden llegar estas tácticas, fueron los reiterados intentos de acusar al gobierno sirio de haber usado armas químicas sobre la población civil en “Al Gouta” y “Duma” allá por 2013, un embuste que tras investigaciones independientes[4], fue desmantelado gracias a la intervención política y diplomática rusa. Lo peor de todo es que estos “grupos de tareas” dirigidos por agencias de inteligencia (MIT, MI-6 y Mutkahabart qatarí), secuestraron a niños y mujeres para envenenarlos y mediante un montaje fílmico bien escenificado, lo subieron a las redes sociales para hacerlos parecer que habían sido envenenados por ojivas militares de las fuerzas gubernamentales.

Los medios occidentales nunca denunciaron esto y por el contrario, colaboraron con el ocultamiento gubernamental de estos hechos. La ventaja que explotaron las diferencias culturales como el desconocimiento del lenguaje árabe y la falta de conocimiento –o más bien la ignorancia- de la sociedad occidental sobre la realidad política y la cultura del mundo árabe, facilitaba esto ante el desconocimiento de una realidad que llegaba caricaturizada desde los medios anglosajones.

Cuando por finales del 2013[5] comenzaron a verse sorpresivas movilizaciones callejeras en Kiev, Ucrania, era el signo de que algo más grande estaba por ocurrir. Y fue así. Para comienzos de 2014 las manifestaciones en la Plaza de Maidan fueron presentadas por la Corporación de medios occidental –con EEUU y la UE a la cabeza- como una legitima reacción popular ante las políticas de hambre de un gobierno pro-ruso del presidente Vicktor Yanucovich. La mano de la CIA y elementos locales –neonazis- era inocultable[6]. También aquí participaron equipos con francotiradores –reclutados y coordinados por la misma agencia- que dispararon alternadamente sobre manifestantes y policías. El plan de hacer creer que el gobierno pro-ruso de Yanucovich había reprimido brutalmente a los manifestantes, funciono. Pero algo salió mal y pronto se conoció –gracias a la inteligencia rusa- que la embajada estadounidense en Kiev y el Departamento de Estado estaban, junto a la representación de la Unión Europea personalizada por Geoffry Pyatt, involucrados en la coordinación de los acontecimientos. El escándalo fue tan grande que la embajadora Victoria Nuland[7] fue llamada a dar explicaciones ante el Congreso aunque ello, cabe remarcarlo, solo fue una mera formalidad para calmar a la opinión pública.

En síntesis. Queda claro que el Terrorismo como tal, no es lo que Washington, la UE, la OTAN ni la ONU han tratado de argumentar por años y es tiempo de que los organismos internacionales de justicia como la Corte Penal Internacional comiencen a estudiar con detenimiento y profundidad los casos en los que el ejercicio del terror puede llegar a encubrir otros negocios y personajes muy diferentes al relato que la Corporación de medios pretende endilgar.




[1] HISPAN.TV. “Periodista israelí revela asesinato de miles de personas por Mossad”. Publicado el 20 de enero de 2018. https://www.hispantv.com/noticias/oriente-medio/366127/israel-mossad-asesina-tortura-libro-ronen-bergman
[2] RED VOLTAIRE.org. “Ideologo sionista francés abucheado en Tunez”. Publicado en 2 de noviembre de 2014. www.voltairenet.org/article185786.html
[3] GLOBALRESEARCH.org. “The US-NATO-Israel Sponsored Al Qaeda Insurgency in Syria. Who Was Behind the 2011 “Protest Movement”?, By. Prof. Michel Chossudovsky, https://www.globalresearch.ca/syria-who-is-behind-the-protest-movement-fabricating-a-pretext-for-a-us-nato-humanitarian-intervention/24591  
[4] RT. Falsos videos de ataque químico. https://www.youtube.com/watch?v=3zlcMeBFiSY
[5] THE GUARDIAN.UK. “Manifestantes ucranianos inundan Kiev después de que el presidente se retirara del acuerdo con la UE”. 24 de Noviembre de 2013. https://www.theguardian.com/world/2013/nov/24/ukraine-protesters-yanukovych-aborts-eu-deal-russia
[6] SHADOWPROOF.com. “LA INTERVENCIÓN DE LA CIA EN UCRANIA HA TENIDO LUGAR DURANTE DÉCADAS”, https://shadowproof.com/2014/08/09/cia-intervention-in-ukraine-has-been-taking-place-for-decades/

sábado, 21 de diciembre de 2019



“ESTRATEGIA DEL SILENCIADOR”
Cómo EEUU trato de ocultar la verdad informativa de lo que ocurría en Iraq


Por Dany Smith
Cuando aquel 20 de marzo de 2003 George W. Bush declaró públicamente que había ordenado emprender la “operación Libertad Iraqui”, nunca pudo probar a la expectante opinión pública que lo oía, uno solo de los argumentos que esgrimía para llevarla adelante. En síntesis, nunca pudo justificar si aquellos motivos que Collin Powell rumió en el mes de febrero ante Naciones Unidas y las maliciosas afirmaciones de Dick Cheney eran o no reales. Incluso dentro de EEUU, esto ha quedado plasmado como uno de los fiascos más grandes de su historia política. A 16 años de aquella funesta declaración y de las consecuencias que causó, aún no se ha logrado comprobar un solo argumento lanzado contra Iraq y ello deja expuesto a la luz de la historia uno de los crímenes más cruentos contra la humanidad que aún se halla pendiente de procesarse ante las instancias internacionales.

Pero las cuestiones políticas pocas veces están vinculadas con la justicia y en lo ocurrido contra Iraq esta regla es absoluta. El presidente de los EEUU había mentido en forma descarada y ello sería el prologo a modo de autorización, de una cadena de injusticias y crímenes ejecutados por sus fuerzas  militares y civiles (contratistas privados, la CIA y demás agencias federales) contra la población iraquí que sin pausa, se extenderían por ocho años durante una brutal e ilegitima ocupación.  

Si bien Bush discurso las mentiras que justificaron aquel crimen, él no estaba solo y tuvo el apoyo de todo Establishment estadounidense y en especial de los neoconservadores alineados a los sectores del Lobie sionista (judío-americano) que con mucha influencia operan dentro del Congreso y los Medios de comunicación. Incluso se puede asegurar, que apenas estaba enterado de todo lo que sucedería y de lo que realmente se había planeado para esta invasión. El papel de Bush solo fue una actuación para la Corporación de medios, el amplificador comunicacional de lo que aquellos sectores que manejan los asuntos en Washington querían que los estadounidenses de a pie supieran y nada más. Cualquier otra versión que contradijera este relato debía ser suprimida a cualquier costo.

EEUU no solo debía imponerse militarmente, también debía dar buenas noticias y progresos creíbles sobre esta intervención. Las bajas propias como las que causaban sobre la población civil no debían salir al conocimiento público fuera como fuese. La experiencia de la guerra de 1991 fue tomada en cuenta y fue por ello que había que fabricar una realidad escenificada para el consumo. Bush y sus asesores sabían que el público no toleraría otro Vietnam. Para ello, debía monopolizar espectro informativo (algo que podía manipular comodamente en occidente) pero que se le complicaba dentro de Iraq y la región. Prueba de esto último se vio con la aparición de agencias alternativas de información de la resistencia iraquí que con medios como “Mafkarat Al Islam”,” Islamomemo”, “Al Hanein” y “Al Basrah” –hoy todas desactivadas- que mediante pasquines de papel como desde sitios de internet, reportaban sus acciones tanto desde Iraq como desde otros países.

Pero antes de que las tropas de infantería y las brigadas blindadas anglosajonas tomaran contacto con lo iraquíes, los medios locales y árabes de la región como la cadena qatarí “Al Jazeera” trasmitían en vivo desde varios puntos del frente, demostrando que las tropas de Saddam estaban preparadas y moralmente fuertes para recibir a los invasores.

Un Humvee estadounidense destruido por un explosivo improvisado

Al mismo tiempo en Bagdad, el mismo Saddam Hussein sabía que la aviación y los misiles crucero “Tomahawk” estadounidenses, silenciarían las estaciones de radio y destruirían las terminales eléctricas para inutlizar todas las comunicaciones del país. Para ese entonces los estrategas militares iraquíes, los “Fedayin” y los jefes de los “Comité de los Muyahidines” ya tenían delineado un plan contingente de batalla, dentro del cual se incluía cómo mantener las comunicaciones y la propaganda, para enfrentar al inevitable invasor. Igualmente algunos canales oficiales de la televisión iraquí pudieron seguir trasmitiendo en medio de los primeros enfrentamientos en el conourbano de Bagdad despertando la histeria de los generales del Pentágono que veían como la televisión iraquí mostraba sus tanques “M1-Abrams” destruidos por las defensas, ardiendo en las carreteras de ingreso a la capital. Igualmente, con el paso de las semanas y causando miles de bajas civiles, los aviones silenciaron todas las estaciones.

Para el 9 de abril las tropas angloestadounidenses –gracias a la cooperación de algunos oficiales iraquíes comprados por la CIA-  se hacían con el control parcial de Bagdad, algo que fue presentado por los medios (FOX, CNN, BBC y otros) como un triunfo y el final de las operaciones aunque, las batallas continuaban en los alrededores ¿Qué era lo que realmente estaba pasando? Para el mes de mayo y en medio de un escenificado triunfalismo Bush anunciaría el final de las operaciones de combate, otra de las grandes mentiras históricas que su administración y el mismo EEUU nunca supieron explicar. Y es que pese a que el ejército regular iraquí y la Guardia Republicana se habían evaporado del terreno, los combates continuaban bajo una nueva dinámica que la Casa Blanca y sus militares no podría ignorar y mucho menos reconocer.

Para ello, la CIA, la NSA y sus colegas británicos e israelíes pusieron en marcha todo tipo de tácticas sucias y operaciones distractivas para reducir el impacto de las bajas y las pérdidas materiales que los invasores tuvieron y seguirían teniendo desde las primeras horas de atravesar el territorio iraquí. 
Había que silenciar a como fuera y de cualquier modo cualquier fuente informativa que revelara estos hechos. Pese a ello, muchos eventos no pudieron ser ocultados y al salir a la luz, cuestionaron no solo la veracidad de lo que informaban los voceros del Pentágono sino, la legitimidad y la legalidad de lo que se estaba haciendo.

Una vez que los estadounidenses consolidaron su ocupación con la instalación de una Administración Provisional encabezada por el burócrata Paul Bremer, debieron comenzar a lidiar con la resistencia política  y militar que los diversos grupos  iraquíes presentaban con masivas manifestaciones callejeras y emboscadas que se organizaban en todo el territorio. A la primera los invasores simplemente las aplastaron a fuego limpio no dejando otra alternativa a los ciudadanos iraquíes que optar por la lucha armada. 
Sumado a ello, los iraquíes implementaron una muy dinámica e inteligente red de información y comunicaciones que mediante sitios de internet como Al Basrah  y Al Rafidan dejo a la vista del mundo las atrocidades que –como las torturas, abusos y violaciones en Abu-Graib, Campo Bucca entre muchos otros sitios negros- se estaban cometiendo contra la población y a su vez que los invasores eran más vulnerables de lo que querían reconocer  y estaban sufriendo durísimas pérdidas humanas y materiales.

De este modo tanto la inteligencia militar, la CIA y sus colaboradores  locales (iraquíes sobornados o presionados por amenazas) pusieron a rodar la estrategia del silenciador estructurada mediante  variadas tácticas de ocultamiento y desinformación que fueron desde  el secuestro, desaparición y el asesinato –muy discretamente ejecutados- de periodistas y divulgadores iraquíes, pasando por la creación de falsos informes de impostados sitios de la resistencia orquestando la creación de supuestos grupos de la resistencia que (como Al Qaeda-Iraq) ejecutaban brutales atentados contra diversos sectores de la comunidad iraquí.

En fin, desde el inicio de la agresión en 2003 hasta la retirada del grueso de las tropas en 2011, los estadounidenses se basaron en mentiras y para tratar de perpetuarlas implementaron una estrategia siniestra y coherente que en su tenebrosa funcionalidad se asemejo al silenciador de la pistola de un asesino.

jueves, 19 de diciembre de 2019



“ALBERTISMO”
Han comenzado a verse los primeros efectos del gobierno neokirchnerista ¿Comienza una nueva era o el principio del fin?

Por Charles H. Slim

Tal como ya lo hemos dicho antes, en Argentina nada es lo que parece y mucho menos, tiene una sustancia durable. Y es que hasta unas horas antes del 10 de Diciembre los cuadros del “Macrismo” y de su frente “CAMBIEMOS” seguían manteniendo su lealtad política al modelo propuesto en 2015. Pero como bien lo dije, solo era una apariencia y no hizo falta mucho tiempo para que la obsecuencia y el oportunismo que nutre al ADN argento, produjeran la mutación mental en sus ciudadanos y también, en los círculos políticos, empresariales, mediáticos e intelectuales.

Así de simple. Quien ayer había denostado al “Kirchnerismo” hoy parece haberse convertido en uno de sus profetas y quien apoyó las medidas del gobierno de Macri, hoy  golpea su pecho como aquel que afiebrado por las culpas trata de clamar clemencia al Dios vengativo de Israel. Otra vez las mismas palabras “yo no sabía y no estuve de acuerdo” retumban por los micrófonos de radios y programas de televisión. Es por eso que quienes miran de cerca esta película se preguntan ¿Pero qué diablos sucede aquí? Y la respuesta es simple y clara: Nada que no haya pasado antes.

Estos movimientos han sido tan desvergonzandos y masivos que no puede saberse quien ha sido el primero en saltar del barco. Pero si hay un sector que se ha destacado por su automática “conversión” al nuevo estado de cosas ese el de los medios (particularmente sus empresarios) y en especial, la de algunos de sus más obsecuentes “periodistas” y presentadores de insulsos programas de la televisión abierta. Una vez más, con sus editoriales arregladas al momento político, demuestran que pueden –una vez más- tomarle el pelo a la gente tratando de sobrevivir.

Todas las excusas son buenas para cubrirse pero el problema es que estas no alcanzan para quienes jugaron de aplaudidores del Macrismo ante sus políticas que, presuntamente iban a terminar con el populismo corrupto liderado por  CFK y sus huestes setentistas. Los hechos hablan por si mismos y queda claro que aquella estrategia macrista de jugar con el temor del regreso de Cristina, resulto ser un cuchillo de doble filo que por no saber manejarlo, termino cortando la continuidad de sus planes. En sintésis en Argentina vale el dicho que reza “Muerto el Rey, Viva el nuevo Rey”.  Y hablando de las medidas del nuevo rey, ya se está viendo como pretende hacerse con la “suma del poder público” para afrontar la crisis. Esto demuestra que ha nacido una nueva falange del peronismo denominada “Albertismo” que sin lugar a dudas, no es del agrado de CFK y sus más cercanos lugartenientes de la “Campora”.
"Luz, cámara...Actuar!

Se ha dado inicio a una nueva era o más bien, la re edición de una vieja película con nuevos actores y un libreto con un vocabulario adaptado a la época es decir, una comedia parvula nada original. Lo mismo para su política exterior. Nada parece demostrar que hayan cambios revolucionarios o estridencias tan temidas por los anglofilos que gozaban con la postración del país a Washington y Londres. Puras sombras chinescas.

Por estas horas se rumorea la pretensión de Alberto Fernández por descalabrar la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) acusada de ser la “Cloaca de los servicios”, de la cual vale la pena aclarar, se sirvieron todos los gobiernos (militares y civiles) que han pasado –incluyendo por supuesto a CFK y Alberto Fernández-. Y si eso no bastara, el nuevo presidente tiene en mente de poner al frente de esta “reestructuración” en inteligencia a nada menos que Anibal Fernández.

Durante décadas la ex SIDE fue un organismo sin control y dedicado a servir los intereses partidarios de cada gobierno que ocupo el poder en la Casa Rosada alejándose de los objetivos primigenios y naturales para la cual fue creada: Producir inteligencia estratégica. De este modo, su personas y recursos han servido para espiar la intimidad de políticos, periodistas y empresarios que pudieran complicar  los negociados de los manda más de oportunidad. Se han desperdiciado años en esto y ello ha traido sus consecuencias. La gestación de mafias y grupos de tareas para trabajos por su cuenta, es una de ellas y no es creible que la doctrina K, vaya a cambiar eso.

Para muchos suena cómico y hasta molesto ver a quien fuera el encargado de esa área en la era K, hablar de este tema como si no hubiera tenido nada que ver. Por si las dudas y no se acuerda el Sr. Oscar Parrilli ¿Recuerda la muerte del fiscal Nisman? Aunque no caben dudas de que fue asesinado –y no que se suicido como tratan de argumentar varios- hay dos líneas fuertes que los “expertos mediáticos” no han querido tocar y son casualmente la posible ejecución por parte de una operación de un equipo de ataque del Mossad israelí o la llevada adelante por una facción de la AFI ligada a CFK.

Tal como lo dejo entrever Parrilli, esto es una continuación de lo planeado por la presidente CFK en 2014 y que Macri detuvo por decreto pero que Alberto Fernández ha derogado con premura reactivando aquellos planes. 
Algunas fuentes señalan que el despliegue de las nuevas estructuras de la AFI pasaría a estar “asesoradas” por la “G2” cubana y la “FSB” rusa, estableciendo con esto una nueva y ajena agenda estratégica para el país. 
Esto sería bastante dudoso de creer dado que, para hacer semejante movimiento dentro de una agencia controlada desde hace décadas por otras agencias extranjeras como la CIA, el Mossad y el MI-6, podría devenir en un conflicto subterraneo con consecuencias inesperadas.

Para algunos esto es una idea de “CFK”, para otros una maniobra conjunta tolerada por Alberto Fernández pero con algunos reparos. Y es que no hay que olvidar que el país no está en posición de jugar en un juego sin las herramientas necesarias para llevarlo adelante. Levantar una agencia con militancia fanática de camporistas no sería una muy buena idea ya que ello desataría una lucha intestina entre grupos antagónicos camuflada de inseguridad urbana. Si llegase a concretar estos planes, Washington solo puede tirar de un hilo y tumbar la estabilidad del gobierno argentino y de la región entera. Fernández sabe que hay cuestiones que no se tocan y en ese sentido, tratar de mover estructuras en las que se sustenta el poder real de un estado trae consecuencias imposibles de prever.

sábado, 14 de diciembre de 2019



“ESTRATEGIA MEJORADA”
La llamada “guerra contra el terrorismo” no es más que una excusa para disfrazar tácticas y planes estratégicos subversivos desplegados globalmente por  las potencias ¿Quién podrá controlar esto?

Por Dany Smith
 Cuando varios autos bomba estallaban en medio de multitudes y comercios del centro de Kabul, el Comando de las fuerzas ISAF lideradas por EEUU por intermedio de sus voceros y de los “Mass Media” no dudaron en acusar al “Taliban” y a sus aliados de “Al Qaeda”. Tan pronto como el “Taliban” desmentía estas acciones, se presentaban ante los afganos una nueva fuerza que supuestamente venía a rivalizar la interpretación del Islam y su supuesta resistencia a los invasores de la OTAN. Era nada menos que el “Estado Islámico” subsidiaria afgana, algo que enseguida despertó sospechas no solo en los “Taliban” sino también en los mismos habitantes afganos.

Tal como se comprobó en Iraq, la operatividad de contratistas privados para trabajos sucios, el “ISIS” o también llamado “Estado Islámico” demostró ser una creación, un monigote de las agencias de inteligencia occidentales (incluido Israel) con la cooperación financiera y de recursos humanos de algunas monarquías del Golfo, para contrarestar a la resistencia iraquí tras la invasión de 2003 y luego para subvertir la estabilidad de Libia, Siria y Yemen con los resultados que ya conocemos. Hoy a la distancia pueden verse los objetivos que se buscaron en esa región y la funcionalidad que actualmente tiene este engendro con el despliegue de la táctica de los “lobos solitarios” en sus ataques esporádicos en Europa.

Fue por ello, que la repentina aparición de la agrupación “Estado Islámico” reclamando un Califato en la provincia de “Khorasan” en Afganistán y al mismo tiempo atacando al Talibán, despertó sospechas entre los mismos afganos de que estaban lidiando con los mismos enemigos de la OTAN pero mediante el desarrollo de una de sus tácticas engañosas que se hartaron de usar en Iraq y Siria.  Estas sospechas fueron concluyentes tras las últimas victorias obtenidas  por el Taliban sobre esta franquicia descubriendo al capturar varios combatientes, su origen caucásico –no árabes ni musulmanes- muy bien aprovisionados con equipos y armas occidentales.

Como se puede ver este tipo de lucha sucia no se limita al Medio Oriente o Afganistán.Hay una lucha cruenta y subterránea que involucra a todas las potencias mundiales tratando de eliminarse mutuamente, para cortar las influencias que cada una de ellas trata de ganar en toda Eurasia. Nada nuevo en la estrategia de las guerras contemporáneas.  Durante toda la “guerra fría” (en el siglo XX) entre el bloque del mundo libre liderado por EEUU y el bloque de la Unión Soviética nunca hubo un enfrentamiento directo y oficial entre ambas fuerzas convencionales, dado que ello hubiera devenido inevitablemente en una catástrofe global. Esto es algo que los mismos académicos militares enseñan de continuo.

Pero eso no significaba la paz ni mucho menos, el no enfrentamiento. 
Además de valerse de terceros países para dirimir conflictos de dominio y control de regiones ambicionados por estos bloques, ambos desarrollaron sus propios programas de creación y apoyo de estructuras subversivas tendientes a conseguir los objetivos que no podían lograrse en una pelea abierta. Se trata de lo que hoy se conoce como “guerras proxies” que no son más que luchas que llevan a cabo grupos de mercenarios que, reclutados por subsidiarias de las agencias de inteligencia, responden a la estrategia de una potencia que desde las sombras los controla.

La subversión como táctica es tan vieja como la misma guerra pero los cambios que se han ido dando en su instrumentación, revelan un interés preponderante de los estados involucrados en que aquella se vuelva más sofisticada y difícil de detectar. Cuando Israel por la década de los sesentas no podía controlar la militacia nacionalista de la OLP liderada por el carisma de Yasser Arafat, el (policía secreta) “Shin Bet” y el “Mossad”israelí  idearon fomentar la religiosidad y la  militancia entre los musulmanes palestinos creyendo que los jóvenes abandonarían la idea de liberar Palestina por una vida espiritual. Ello no solo fue un error sino que, tras haber ayudado a que esa militancia floreciera, cuando pretendieron manipularla incentivando el activismo religioso que dio nacimiento a la organización “Jihad Islámica” (dándole armas, explosivos y fondos) para que rivalizara contra los laicos de la OLP, aquellos pusieron como primera y sagrada meta, combatir a Israel hasta el fin.

Los niveles de “subversión” pueden graduarse, dependiendo del país o región objeto de estas tácticas. En la década de los sesenta y setenta America Latina la subversión fue a dos bandas, estando involucrados tanto la URSS como los EEUU tratando de controlar al continente. Cuba y más tarde Nicaragua serían los representantes de la estrategia de la URSS en el fomento de algunos focos insurrecionales marxistas, mientras que Washington utilizaría las instituciones establecidas de los países para sentar, mediante gobiernos militares, su política de “seguridad nacional” ante una amenaza intercontinental comunista.  Dentro de ese escenario, guerrillas marxistas atacaban gobiernos militares colocados por Washington y la CIA y agencias aliadas como el “Mossad” israelí, proveían de personal de asesoramiento y armas a grupos de tareas que asesinaban y hacían desaparecer sospechosos de simpatizar con los rebeldes.

Actualmente el desarrollo de esta estrategia ha quedo al descubierto. 
Obviamente ello incomoda a Washington y hay que tratar de explicar lo inexplicable. Para los intelectuales angloestadounidenses, Rusia uso la “subversión” para quedarse con Crimea, sustentar la autonomía del Donbass en el este de Ucrania y controlar Georgia. Pero hay un detalle que los académicos estadounidenses no reparan, y es que en estas acciones Rusia tiene involucrado intereses históricos propios que le ligan a estos países.
Por el contrario, las acciones subversivas de EEUU y sus aliados de la OTAN no solo están fomentadas fuera de sus fronteras y van contra intereses ajenos sino que se han sustentado incluso, en el uso indiscriminado del terrorismo. El programa GLADIO de asesinos y grupos secretos para ejecutar “tareas especiales” dentro los países de la OTAN y del “Ejército musulmán”-facilitado por la cooperación de los Hermanos musulmanes-  para operaciones en el Mundo islámico (especialmente en Iraq) es algo muy difícil de explicar.

En realidad nunca se dejo de utilizar esta táctica y mucho peor, se ha ido acrecentando su uso desde 2001, para lo cual hay que preguntarse  ¿Cuáles han sido sus objetivos más prominentes en los últimos veinte años? Claramente –a los objetivos geopolíticos-, la obtención de fabulosas ganancias dinerarias para la industria armamentística y las Corporaciones tentaculares ligadas a la explotación del petróleo y el gas.

lunes, 9 de diciembre de 2019




“TEL AVIV LLAMANDO”
¿Cambiara Buenos Aires su política exterior alineada al eje Washington-Tel Aviv? La posible eliminación de Hesbollah de la lista de organizaciones terroristas creada por el presidente Macri  ¿Es un signo de cambios que fastidian a Israel?

Por Charles H. Slim
Mucho antes de que Macri perdiera las elecciones, el gobierno de Netanyahu ya estaba preocupado por mantener alineada a la Argentina en su agenda geopolítica para la cual necesita en forma imperiosa cortar definitivamente los lazos políticos y sociales que existen en la región con Irán y la organización libanesa el Partido de Dios “Hesbollah”. Ciertamente que Macri y su coalición de partidos que mayoritariamente simpatizan con Israel (y ello significa convalidar sus políticas y no criticar sus crímenes), no era una preocupación pero, tras el revés electivo del día 11 de agosto, esto cambio y los sionistas que se encargan localmente de mantener las sospechas y el odio hacia Irán y los musulmanes en general, apresuraron el paso.

Bajo el argumento jamás comprobado de que “Irán” y “Hesbollah” estuvieron implicados en los atentados de 1992 y 1994 en Buenos Aires, los sectores sionistas argentinos que responden a la DAIA y a la embajada de Israel los cuales al mismo tiempo reportan en última instancia a Tel Aviv, presionan a los diversos sectores de la política y los medios argentinos para despegarse de las causas árabes, en particular la palestina.

Uno de los argumentos que se han utilizado para tratar de presionar al último gobierno de Cristina Fernández y manipular a la opinión pública argentina es la acusación de haber firmado un memorándum de entendimiento con Irán, como si ello hubiera sido parte de un plan de encubrimiento cuando se sabe que éste es un instrumento que se utiliza constantemente para establecer acercamientos y acuerdos entre estados.

La mala fe y el activismo pro-israeli ha sido patente en esto y es en donde se ve la mayor aversión de la militancia sionista local contra CFK y el peronismo en general. En realidad el sionismo siempre aborrecio al peronismo y supo sacar partido de ello dentro de la vida política argentina. 
Con su poderosa influencia financiera que se extiende a los medios y parte de la cultura argentina, siempre ha tratado de retratar a Juan Domingo Perón como un dictador o incluso a referirse al peronismo como  una ideología fascista.

Cuando Carlos S. Menem llega al poder en 1989 la militancia sionista local y la de Israel tuvieron una grata sorpresa al ver como un gobierno peronista estrechaba lazos con el estado de Israel en particular en ciertos campos de interés para Tel Aviv. Cuando el dinero corre y los negocios son buenos poco importan las ideologías, un pragmatismo del cual Israel tampoco escapa.

Desde aquel entonces, la influencia de Tel Aviv dentro de la política exterior argentina fue en aumento. Tras los atentados contra la embajada de Israel en 1992 y la mutual AMIA en 1994 en Buenos Aires aquella injerencia se incremento a niveles inimaginables (en especial en las áreas de inteligencia) sin que ningún gobierno hasta hoy día haya podido controlar esto. La peculiar situación interna que vivía Israel en aquellos momentos nunca quiso ser pesquisada y varios de los elementos que no tenían explicación fueron continuamente rehuidos de mencionar pese a que explicarían con notable claridad la fuerte pugna política entre los extremistas sionistas y los moderados especialmente, los liderados por Yitzak Rabin. Los atentados además de enlodar las tratativas con la OLP, fueron la excusa perfecta para plantar su agenda geopolítica contra Siria, Líbano e Irán y al mismo tiempo sembrar el temor en la población argentina a la indefensión ante nuevos posibles ataques del “terrorismo internacional”.  

Durante años los “especialistas” que adhieren a posición política israelí y obviamente de Washington, ha clamado que el único responsable por el terrorismo internacional eran los árabes y los fundamentalistas islámicos llamados durante los años noventas como “integristas”. Pero ello en sí, además de una clara muestra de islamofobia, era una falacia. De la forma que se expone el tema, trataban –y aún algunos insisten- de acusar como creadores y responsables de este “fenómeno” a los árabes o a los musulmanes aprovechando las circunstancias de conflictos determinados. 
Pero ciertos eventos contemporáneos han dejado en claro que ello es falso y que incluso, el “terrorismo” no es una ideología ligada a lo islámico –como han tratado de presentarla desde 2001- sino una táctica de guerra usada incluso por EEUU e Israel.

Cuando la antropóloga Sabrina Frederic, quien será la próxima ministra de seguridad de la nación aseveró que el terrorismo es una cuestión impuesta por EEUU y la OTAN, los sionistas locales y sus personeros en Israel no tardaron en contragolpear.  Inmediatamente salio a la  palestra el Director 
Adjunto para América Latina y el Caribe de la cancillería israelí Modi Eprahim a “sugerir” que había que continuar con lo decidido por el gobierno de Mauricio Macri, revelando una clara intromisión en la política exterior argentina. Como es de costumbre y para tratar de convencer a una población aún muy desinformada sobre los problemas de Oriente Medio y en particular lo que se esconde detrás del terrorismo, los medios y algunos de sus más conspicuos voceros reeditan la culpa y el miedo acusando a estos puntos de vista y a quienes lo exponen como “antisemitas”, algo que como ya se sabe es totalmente irreverente y falso.

Pero en el caso puntual de la postura de Frederic y sabiendo que será una funcionaria del nuevo gobierno argentino, estos sectores se limitaron a tratar de dividir el espectro político del peronismo, señalando con la acostumbrada cizaña que estas expresiones son parte de la doctrina de “sectores del Kirchnerismo”  o “marginales”, como una forma de desacreditar este tipo de posturas.

Las inquietudes de Israel y sus partidarios radico en un trascendido en el cual supuestamente Alberto Fernández habría dicho que eliminaría el decreto que había sancionado Macri, a la zaga de Washington y Tel Aviv creó una lista de organizaciones terroristas entre las que se incluyeron a “Hesbollah”. Desde el puento de vista de las constancias de las causas judiciales (en particular de la AMIA) no hay un solo elemento comprobado y cierto que señale aquello; lo único que existe son los “informes de la CIA y el Mossad” que fueron pacíficamente incorporados en el gobierno de Néstor Kirchner sin que aquellos aportaran ninguna referencia que conduzca a pruebas tangibles que verifiquen los mismos.

Por supuesto que este trascendido ofusco al mismo Donald Trump (un sionista efusivo) y a sus serviles sectores del Lobi sionista que operan en conjunto con los neocon desde dentro del Congreso estadounidense. 
Algunos señalan que la imposición de aranceles para la importación de acero y aluminio argentino podría estar influida por estos trascendidos de un gobierno izquierdista que muy poco simpatiza a Trump y al Establishment en Washington, aunque no hay que olvidar que también se halla en la lista de los afectados el admirado Brasil de Bolsonaro aunque –hay que remarcarlo- ha demostrado ser un sionista con aspiraciones para que Israel opere en la región desde su país.

Pero lo cierto es que, las acusaciones contra la república Islámica de Irán y la organización de resistencia libanesa “Hesbollah”, solo tienen meros sustentos mediáticos difundidos por ciertas empresas de medios y periodistas con ascendrada militancia para la embajada de Israel. Tratando de tocar las fibras emotivas del colectivo argentino (buscando sembrarles culpa), no tardaron en sacar a la palestra las declaraciones de algunos familiares de las victimas de estos atentados pero no diciendo nada, de lo que piensan y han declarado públicamente muchos otros familiares sobre esta tesis.

En conclusión, se puede ver que pese a los intentos por presionar  manipulando a la opinión pública con tácticas lacrimógenas y falacias discursivas, estimamos que el presidente entrante Alberto Fernández no será tan necio de caer en estas tretas y menos aún, creer como lo hizo Menem, que obtendrá algún beneficio de alinearse con este tipo de imposiciones que se enmarcan en una guerra absolutamente ajena a los intereses de su país.