VETERANOS DE AYER
“TAPADERA DE RATAS”
¿Hasta cuándo el gobierno argentino tapara las causas reales del incidente del submarina ARA San Juan?
Por Charles H. Slim
El 3 de abril
último se hizo oficial que el buque explorador ruso “Yantar” abandonaba la
búsqueda del submarino “ARA San Juan” y pronto los cuestionamientos entre
familiares e investigadores cundieron ¿Por qué? Muchas han sido las hipótesis
sobre las causales que llevaron a que el buque ruso decidiera regresarse a su
patria.
No es para nada desacertado tener como posibles motivos en esta
situación, presiones diplomáticas imprimidas desde Londres sobre el subalterno gobierno
de Macri, que son amplificadas en el marco de las tensiones entre Rusia y Gran
Bretaña por el caso Skripal. No es una novedad para nadie que la llegada de la
marina rusa a las aguas del atlántico sur, ha sido un dolor de cabeza
insoportable y una seria preocupación para el gabinete de Teresa May y en
particular para las actividades de la Real Marina británica con base en Mount
Pleasant de Malvinas.
Pero también, ha sido una preocupación para el secretariado de la
OTAN, que tiene al archipiélago como una
base estratégica de las operaciones navales de la alianza en el hemisferio sur.
En este sentido el papel de los EEUU ha sido determinante para sostener la
posición de Gran Bretaña en la región mientras y al mismo tiempo le otorga
migajas a los gobiernos pasatistas en Buenos Aires.
Lo ocurrido con el submarino argentino no puede resumirse en una
tragedia, ya que ella solo proviene de un hecho fortuito, producto de una
situación inesperada y hasta insólita para quienes la sufren. No nada de ello.
Con el dolor y la desesperación que azota a los familiares, el poder político
argentino (oposición y gobierno) trata de cubrir sus extendías ineptitudes y lo
peor, las responsabilidades de quienes habrían ejecutado semejante acto. Tal
vez usted en este momento se pregunte ¿Ejecutado, por quiénes? He allí el
meollo del asunto, el motivo por el cual la búsqueda y rescate nunca llegaron a
nada, la prueba cabal de que nada de lo que se dijo fue verdadero y de los
motivos por los cuales, se entorpeció las actividades del buque “Yantar”.
La responsabilidad británica y chilena en la acción emprendida ha
sido clara y no solo por las especulaciones de algún que otro trasnochado
conspiranoico de los que los medios convencionales –al servicio de la
desinformación al mejor postor- quisieran deshacerse para siempre. Las
pruebas de esto siempre estuvieron al alcance del gobierno argentino e incluso,
fueron puestas en la cara del mismo presidente argentino y de su Estado Mayor. El
problema era que la verdad era demasiado pesada para los hombros de un gobierno
dependiente y mucho más, cuando la revelación provenía de la inteligencia
satelital rusa.
Solo basta hacer un ejercicio de la imaginación y recrear en cada
uno de los presentes, cómo fue la reacción del presidente y de su gabinete ante
los informes que daban la situación real del submarino y de las naves
involucradas en su hundimiento captados con muy buena nitidez desde los
satélites “Kobait-M” que barría la región en momentos del suceso. Macri y sus
encargados del Ministerio de Defensa recibieron del gobierno ruso, más
específicamente del Consejo de Seguridad del Kremlin[1] la
información detallada de la situación, con fotos, coordenadas e incluso muy
posiblemente, la grabación de las comunicaciones de las naves involucradas en
el incidente. Ante esto, solo pudo verse estupor que deformaba la cara del
presidente y mucha adrenalina corriendo por las venas de todos sus funcionarios
que mezclado con una gran cuota de temor (para no decir horror), los dejo sin
palabras, absortos y con la segura conclusión que se resumiría en un “No
podemos hacer nada”. Más o menos, esto es lo que seguramente ocurrió en la
secretitud del despacho presidencial y en el ámbito de la Armada. A diferencia
de los estadounidenses, los rusos ayudaron a Buenos Aires para dar una solución
política propia al asunto, pero el problema era que, “Argentina no tenía como
hacerlo”. Ni siquiera cuentan con poder político para vindicar a su gente. Recién
allí cayeron en cuentas de que estaban absolutamente desarmados y sin la menor
capacidad de responder ante una agresión externa.
Cuando se filtro las grabaciones de las explosiones captadas por los
micrófonos hidroacusticos instalados en el océano atlántico sur, que se recogieron
en la sede en Viena, Austria, lo que revelaron confirmaba el ataque[2]
Décadas de desarme y abandono, impulsado por políticas deliberadas
de sectores que guiados por la ceguera de sus propios intereses y vendettas
personales, entregaron los destinos del país y de su política exterior a los
enemigos de la nación. No fue casual que los movimientos y corridas de personas
como Nilda Garré ex ministra de Defensa y de su predecesor Agustín Rossi
buscaran el amparo del anonimato y del silencio ante la oleada de
cuestionamientos que comenzaron a llover.
Igual silencio se vio en la cancillería chilena que no se dio por
aludido por la presencia de naves propias en aguas australes.
Por lo pronto, un inmediato control de daños se habría producido en
el país trasandino cuando, repentinamente y a menos de un mes del incidente, la
cúpula de la Armada chilena anunciaba el retiro de sus más altos almirantes
supuestamente, para dejar vacancia a las nuevas generaciones. Para algunas fuentes, eso fue una limpieza
ante lo ocurrido como una forma de salvar la responsabilidad del estado
chileno.
¿Cuál hubiera sido la reacción de Londres y de Santiago de Chile si
Argentina hubiera tenido una capacidad defensiva respetable y por supuesto, un
gobierno político a la altura de las circunstancias? Pues, habría habido un
ingente movimiento diplomático para que, como dice el refrán “la sangre no
llegue al río”. La reacción de Londres y en especial del Foreign Office habría
sido mucho más visible e incluso, de una clara tensión que bien pudo haber
usufructuado Buenos Aires a favor de sus reivindicaciones por la soberanía del
archipiélago austral llevando a que los Kelpers reconsiderasen su postura.
Pero la realidad es muy diferente y el incidente al menos ha
servido para visualizar una verdad que había quedado oculta en los oscuros
cajones de los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto
argentino, referente a la claudicante firma de los tratados de Madrid en 1990 y
que le otorgo a Londres, el control absoluto de la política económica y de
defensa de la Argentina.
Este notorio condicionamiento de Argentina, ha ido viéndose en cada
pista, en cada hallazgo[3] y
en cada rueda de desinformación montada por la Armada dirigida por un ministro al
día de hoy muy discutido por los familiares de los submarinistas. Queda claro
que no hay margen para seguir argumentando política alguna tendiente a resolver
la verdad material de lo sucedido y lo peor de todo, es que quienes podrían
llegar a concretar ese resultado hoy navegan rumbo a los puertos de la
Federación rusa.
[1]
KONTRAINFO.com. “Informe ruso de Newsstreet.ru: Armada Real Británica y de
Chile hundieron al ARA San Juan”. http://kontrainfo.com/exclusivo-informe-ruso-publicado-newsstreet-armada-real-britanica-chile-hundieron-al-ara-san-juan/
[2]PENSAMIENTO ESTRATEGICO Y POLÍTICO. “La
hora de las respuestas”. Publicado el 2 de diciembre de 2018. https://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2017/12/en-debate-la-hora-de-las-respuestas.html
[3]
MINUTO UNO. “Encontraron una radiobaliza que sería del submarino ARA San Juan”.
https://www.minutouno.com/notas/3068108-encontraron-una-radiobaliza-que-seria-del-submarino-ara-san-juan