VETERANOS DE AYER
“DE MOSCÚ A
PUERTO ARGENTINO”
La historia secreta de una ayuda que balanceo el conflicto entre el Reino Unido, la OTAN y la Argentina
Por
Charles H. Slim
Cuando Argentina decidió aquel 2 de abril de 1982 realizar un acto
material para reivindicar la soberanía sobre las Islas Malvinas, Sandwiches y
Georgias del Sur ocupadas de facto por el Reino Unido, pocos países fueron
quienes le tendieron una mano para sostener la posición argentina frente a la
potencialidad británica. En aquel entonces, el mundo era tan complejo como el
actual pero, la existencia de dos bloques político-militares que dominaban la
geopolítica contemporánea, dio los matices particulares a una de las últimas
guerras convencionales del siglo XX.
En
la política y mucho más en la desarrollada a nivel internacional, los intereses
de cada país están por encima de cualquier ideología e incluso de las lealtades
financieras y comerciales. Precisamente, aquellos países que mantenían
históricamente un fluido contacto comercial con Argentina, no solo le dieron la
espalda en esta ocasión sino que incluso, colaboraron gustosamente con Londres
para bloquear todo tipo de importaciones al país sudamericano. Tan triste como
real; así fue como se comportaron países europeos como Francia o vecinos como
Chile y Uruguay, más preocupados por lo que bajaba del Foreign Office que
lo que pudieran necesitar los argentinos.
El
caso chileno fue paradigmáticamente triste. Pese a que Santiago de Chile,
incluso tras la salida del régimen de Pinochet y la llegada del gobierno democrático
con la “Concertación”, siempre se negó su implicancia a favor del Londres, pese
a varios hechos producidos durante la guerra. A ello se agrega lo relatado por
un ex jefe de la inteligencia británica Sidney Edwards quien en su libro My
Secret Falklands War saca de dudas a quienes no se convencían de estas complicidades,
muchos de los cuales trataron de esconder la basura bajo la alfombra.
Justamente tras cumplir con estas tareas secretas entre Santiago y Londres,
tras finalizar la guerra Edwards fue condecorado por su “Graciosa Majestad” con
el título de “Sir”. Más tarde los argentinos verían a un General Pinochet declarando
con orgullo junto a Margaret Thatcher, su valiosa ayuda en la guerra contra
Argentina.
Ellos,
los chilenos, también obraron en
consecuencia con este parámetro del interés superior para su estado y los
británicos les dieron en premio, mejores armas y buques. Aquí no debe mezclarse
el sentimentalismo lacrimógeno que tan lamentablemente campea en las tierras
argentas y que ha servido a Gran Bretaña para manipular desde la derecha hasta
la izquierda, a toda la población.
El realismo político es el realismo del
hacer. Y a pesar de estas jugarretas poco empáticas de todos estos actores
políticos, lo cierto es que el entonces gobierno argentino no fue tan naif como
los periodistas y algunos historiadores anglófilos han tratado de pintarlo. Ni
el general Leopoldo Fortunato Galtieri era un borracho trasnochado ni los
conscriptos fueron “chicos” enviados a la muerte, como suelen argumentar algunos
sectores de la prensa liberal pro-británica. Igualmente es cierto que la visión
política de Galtieri y sus expectativas sobre la presunta neutralidad
estadounidense fue tan estrecha como errónea. Es imperdonable su falta de
visión estratégica y una mirada crítica en aquel momento tan especial. En este
sentido alguien de su entorno debió cuestionarle ¿Cómo cree que Washington va a
darle la espalda a un gobierno conservador como el de Thatcher que impulsa
activamente el emplazamiento de misiles de medio alcance contra la URSS?
La
dimensión del problema que se presentaría ante los ojos de los responsables de
la “Operación Rosario” llevo a elaborar algunas medidas políticas que
contradecían no solo otras ya en curso sino también, a posturas políticas que
se hallaban plasmadas en la misma Casa Rosada.
Las
cuestiones de la guerra no son nada simples. Quienes hablan y juzgan desde la
distancia sin un mínimo de experiencia en estos temas y en el caso Malvinas en
particular, solo rumian en el vacío y son poco creíbles para considerarlos
serios. Algunos otros están claramente influenciados por los intereses
británicos que desde hace mucho tiempo vienen operando dentro de Argentina.
En
ese sentido, Buenos Aires sabía que los británicos estarían apoyados por la
infraestructura de la OTAN y que incluso, en alguna medida, podrían ser
traicionados por EEUU, algo que se termino corroborando con el abierto
incumplimiento de las obligaciones reciprocas del TIAR, las deliberadas dilaciones
del “mediador” Alexander Haig y la ayuda
de inteligencia sátelital provista por el Pentágono. O como olvidar las confesiones del ex
Secretario de Defensa británico Sir John Nott quien en sus memorias que fueron
en parte publicadas en The Telegraph adelanto que “Francia fue un aliado
incondicional” en la guerra. El panorama que enfrento Argentina era ampliamente
adverso. Entonces ¿Qué podía hacer la Junta Militar para contrabalancear esta
situación? Varios generales argentinos creían que había que requerir una ayuda
explicita y directa a la URSS algo que fue rechazado de plano por una Junta que
había estado conectada con Washington.
Documento secreto de las FFAA de Brasil |
Igualmente
no olvidemos que otros países no alineados como Libia y de la región como el
Perú, brindaron una ayuda material invalorable en momentos que se hacía
imperioso obtener pertrechos y armas para hacer frente a la “Task Force” que ya
se estaba reaprovisionando en la isla Ascensión, donde EEUU mantiene una base
estratégica. Otros países del mundo árabe islámico como Iraq e Irán, quienes en
esos momentos se encontraban embarcados en una guerra fratricida, no dudaron
por sus propias partes declarar su apoyo a la República Argentina. Por el
contrario, no hubo por parte de Israel ningún tipo de ayuda oficial o
extraoficial ya que Tel Aviv siempre estuvo alineado a los intereses de Londres
y prueba de ello son su larga historia de cooperación en los conflictos que se
han desatado en la región.
Siguiendo
con esto y a contrario de lo que pocos supieron hasta hoy, en realidad
Argentina recibió una mano muy importante de la entonces Unión Soviética, una
que le ayudo a lograr entre otros objetivos, dañar severamente a la flota
británica y alejarla de las costas continentales. Recordemos que mientras la
OTAN proveía suplementos e inteligencia electrónica para monitorear las
comunicaciones y movimientos argentinos en el continente, los satélites rusos
que monitoreaban el Teatro de operaciones (TOAS), información que según el
investigador ruso Sergei Briliov en su libro Fidel, Futbol y Malvinas en
donde relata cómo Moscú pudo proveer esta ayuda estratégica que sin dudas ayudo
a balancear el conflicto.
Una
de sus fuentes citadas en dicha obra, el ex coronel de la KGB Nikolái Leonov,
confirmo que en aquel entonces Moscú le hizo llegar a Buenos Aires, “documentos
de inteligencia espacial” que le proveían un detalle de la posición de la flota
británica –vista desde sus satélites- desplegada en torno a las islas.
Otros investigadores rusos han develado que si Argentina hubiera enviado a
tropas terrestres profesionales, la guerra pudo haber tenido otro final aunque
sí es cierto recordar, que si lograban vencer a Gran Bretaña Buenos Aires
hubiera necesitado tomar medidas políticas geoestratégicas revolucionarias que
hubieran posicionado al país y a la región a otro nivel geopolítico que incluso
perduraría hasta nuestros días. Incluso
algunos de ellos especulan que si la “Task Force” hubiera regresado a los
puertos británicos echa girones, “Margaret Thatcher hubiera sido la destituida
y cubierta de un oprobio imposible de limpiar”.
Pero
la realidad es cruda y solo el ejercicio de una larga y perseverante política
inteligente puede llegar a dar resultados. Como concluyen varios expertos en un
meduloso artículo ruso publicado en el portal Sputnik “Londres solo reconoce la ley
de la fuerza”, pero a su vez reconoce que “los argentinos nuca aceparán el
dominio del Reino Unido sobre éstas islas” (“El archipiélago de la discordia”.
Publicado el 3 de abril de 2018. https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201804021077527637-falklands-islas-malvinas-conflicto-galtieri-thatcher/) y
en sentido pareciera haber un empate técnico que Londres subrepticiamente trata
de alterar.
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