domingo, 30 de noviembre de 2025

 

ESCENA DEL CRIMEN

¿Cómo investigar un genocidio cuando el criminal acecha con impunidad?

 

Por Yossi Tevi

Por dos largos años las localidades palestinas en especial Gaza, fueron pulverizadas por las fuerzas israelíes de forma sistemática e indiscriminada causando con ello el asesinato y la desaparición de decenas de miles de habitantes entre los cuales se hallan familias enteras, mujeres y niños cuyos cuerpos aún siguen enterrados bajo los escombros de sus viviendas. Solo la una sádica intensión de causar el máximo daño explica tan milimétrica destrucción.

Otro rasgo del sadismo que destaca a estos elementos del “ejército regular” israelí son las abundantes pruebas gráficas de sus abusos donde se muestran felices y festejando el dolor de palestinos heridos, o abusando de una familia sometida tras haber sido invadida su casa por algunos de estos tipos que ríen en una “selfie”. Muchos de estos jóvenes soldados de las FDI (Varios llegados desde otros países) solo están repitiendo (además de la doctrina castrense) el patrón de un ámbito social embebido de racismo y falsa superioridad en el que fueron educados. Son el producto más puro de una sociedad enferma en la cual la culpa y la extorsión son un arma del estado (Epstein y sus vínculos con la inteligencia israelí) que hoy se ve muy bien representada con sus líderes políticos Netanyahu, Smotrich y Ben Gvir.

A contrario de lo que algunos siguen pregonando (especialmente sobre su moralidad), las FDI han demostrado ser una banda multinacional de criminales muy bien armados (por EEUU y la UE) y motivados para lanzarse contra los civiles desarmados y nada más. Cada metro que pudieron avanzar y los breves momentos en que ocuparon casas y departamentos de familias palestinas o montaron sus retenes fortificados fue gracias a la cobertura del fuego aéreo y apoyo mecanizado ya que en enfrentamientos cara a cara -incluso protegidos por los Merkava- con la resistencia salieron muy mal parados cuando no huyendo despavoridos entre gimoteos y gritos de dolor.

Los hechos que prueban la brutalidad, la saña y la cobardía de las FDI se hallan a la vista en Gaza. Tan aberrantes son las consecuencias de sus actos que hasta algunos ex militares israelíes y norteamericanos han expresado su vergüenza de lo causado. Si ya era bien sabido de las violaciones a los derechos humanos que cínicamente han venido justificando contra los prisioneros palestinos, lo explicito que puedes ver en Gaza, Rafah, Khan Yunis, Deir Al Balah y otros campamentos bombardeados deliberadamente, demuestra un absoluto desprecio a la vida y a la vez, un sentimiento de superioridad que les hacer creer que asesinar a quien no es judío (y especialmente a los árabes, musulmanes) es una permisión que no trae consecuencia y por ello pueden salir impunes.

La magnitud de las atrocidades en Gaza y solo en algunos sectores es aterradora. En el este de la ciudad en el distrito “Al Saha” los grupos de rescate civil que vienen removiendo escombros y sacando cadáveres sin parar han calculado que habría solo allí unos 10.000 cuerpos que aún no se han recuperado.

Un dato muy importante para resaltar: Israel no habría podido cometer este crimen masivo -Genocidio en toda la regla- sin la cooperación de occidente autorizada por Donald Trump. Para ser más exactos, sin la asistencia ininterrumpida de dinero (que en último sentido es de los contribuyentes), armas y equipamiento llegado desde EEUU de donde provienen los misiles y componentes electrónicos de aviónica para los F-35 de Lockheed Martin, componentes electrónicos y sistemas para la defensa antiaérea de Northrop Grumman, municiones y ojivas con Uranio empobrecido (DU) para los tanques “Merkava” de General Dynamics, bulldozers para arrasar casas y remover obstáculos de la empresa Caterpilar, vestimenta, implementos y vehículos todo terreno de Oshkosh. Como se podrá intuir, una abultada y multimillonaria ayuda con grandes beneficios financieros para estos negociantes privados de la muerte, para toda la industria armamentística liga al Pentágono y por supuesto, para los plutócratas de la elite en EEUU y de Israel.

Agregado a esto no se debe olvidar las inmediatas y repetidas violaciones israelíes al alto al fuego y en las cuales han asesinado más niños y mujeres, crímenes que han sido respaldados por el silencio de Washington en una demostración obscena de cinismo e impunidad que bien dan muestra situaciones como el nobel de la paz (otorgado a un activo de la CIA) y las arbitrarias resoluciones que ignoran las violaciones a los derechos humanos de un organismo poco creíble como Naciones Unidas.

En uno de los rescates sobre una montaña de escombros que supo ser la propiedad de una familia de más de 30 miembros, se tardaron varios días en lograr sacar algunos cuerpos entre los que se hallaron infantes abrazados a sus madres todos muertos por aplastamiento. Documentos gráficos de cuerpos y restos que se van hallando son sistemáticamente censurados por la inteligencia israelí que manipula los algoritmos y utiliza la IA para que no trasciendan dentro de Israel, en la actual Siria sionista del régimen de Al Jolani y en occidente. Pero es una cuestión de tiempo para que todo salga a la luz ya que en Egipto y el resto del mundo árabe-islámico las fotografías y filmaciones de estas horrorosas escenas circulan con fluidez. 

En una simple conclusión, Gaza es una gigantesca escena de un crimen que aún esta por procesarse. Para los editorialistas de los medios que tuercen el sentido de las palabras para maquillar el rostro de Israel hablando de la “guerra con Hamas” o “la guerra contra el terrorismo de Hamas”, los hechos y las evidencias que se pisan en el suelo gazatí revela otra realidad. Es tiempo que se acaben las manipulaciones, las amenazas (que han incluido asesinatos) y las obstrucciones en la justicia internacional para que se les de justicia a esta situación. Las manifestaciones populares en todo el mundo han roto con aquella apatía que Israel y sus partidarios usufructuaban para esconder sus crímenes. Hoy la movilización es permanente y no distingue en nacionalidades, ideologías e incluso confesiones religiosas…solo persiguen justicia.

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