martes, 9 de diciembre de 2025

 

LOS LEONES DE RAFAH

La historia de los 38 combatientes palestinos que no abandonaron sus posiciones en el sur de la franja sabiendo que no habrá ayuda

 

Por Charles H. Slim 

El formalizado pero incumplido alto al fuego firmado entre las FDI y la resistencia palestina ha estado lleno de incidentes y situaciones que ni el mejor guionista de cine se lo hubiese imaginado. A pesar de que no es posible imaginar épica alguna en una carnicería contra civiles como vemos en Gaza hay pequeñas (pero enormes en lo moral) situaciones que hacen la diferencia.

No hay mejor muestra del heroísmo y legitimidad en una lucha nacional que la de morir peleando por la tierra y eso, los palestinos han dado muestra de sobra desde 1948. Hoy se presenta una situación que los medios occidentales y muchos menos los clientelistas (y harto sesgados) en Buenos Aires iban a tratar ya que pondría en evidencia aquella épica en contraste con el oprobio y la amoralidad de quienes amparándose en teologías contaminadas de ideologismo se auto perciben “elegidos” de una tierra que robaron. 

Argentina aún esta a tiempo de no caer la falacia del relato unidireccional salpicado de ideología política (sionismo) en el que los partidarios pro-Israel y sus referentes ideológicos-institucionales tratan de instalar justificaciones bajo un simplonismo inaceptable e insultante para cualquier ser pensante que resumiríamos en “palestinos malos, israelíes buenos”.   

Hemos visto que a pesar del poder destructivo de Israel, la resistencia palestina desplegada en toda la franja con mucho menos recursos, sin armas de última generación y con solo la ventaja táctica de una red de túneles, pudo frenar y obligar a negociar a un ejército ultramoderno (apoyado con IA y la inteligencia electrónica estadounidense) que literalmente tiene por EEUU un financiamiento insondable. Incluso como ningún otro miembro de la resistencia islámica, los palestinos han sabido negociar y quebrar las continuas trampas y gazapos a los cuales los sionistas están acostumbrados a echar mano para sacar ventaja.

Precisamente, una parte importante de la estrategia de la resistencia fue dejar que cada unidad de combate trabaje de forma independiente protegiendo su sector sin necesidad de comunicaciones ni ordenes de un mando central e incluso, sin expectativas de obtener refuerzos. Aunque ello parezca una estrategia riesgosa, rudimentaria y hasta obsoleta, los resultados en el campo de batalla dicen todo lo contrario y las FDI pueden dar testimonio de la letalidad de cada golpe que les han dado. Es allí donde se comprueba la desventaja del combate cercano para las FDI que sin apoyo aéreo ni tecnología informática están simplemente inermes. Las bajas y las pérdidas materiales de las FDI así lo documentan.  La única eficacia que han demostrado las FDI es la de atacar y asesinar a civiles hambreados en su mayor parte mujeres y niños.

Mientras las unidades de guerra electrónica barrían las comunicaciones en toda el área a la espera de interceptar imaginarias órdenes y diálogos de mandos de Hamas, eran sus grupos de combate quienes por ingeniosos dispositivos construidos por ellos podían interceptar las comunicaciones y rastrearles a cada rincón donde se hallaban acantonados convirtiendo su estadía en una pesadilla.

Aquella ventaja de estar totalmente desconectados tenía su contracara: No enterarse de las negociaciones y el alto al fuego. Aquí es donde entra la historia de un grupo de 38 hombres de Hamas quienes han quedado virtualmente atrapados en sus túneles en Rafah que no tienen salida hacia el norte. Igualmente son conscientes que no van a entregarse sin pelear ya que los testimonios y las pruebas del sistemático abuso israelí motivan a no permitir que hagan lo mismo con ellos.

Para estos 38 hombres la lucha nunca termino y por ello han continuado sus operaciones de emboscadas y ataques contra las unidades israelíes. A pesar de que nunca se enteraron de este cese al fuego recordemos que los israelíes lo violaron apenas entró en vigencia con lo cual, sus operaciones de resistencia han sido consecuentes y están plenamente justificadas.

Lejos de la cobertura mediática y bajo la muy creíble amenaza israelí de arrestar o eliminar al periodista que se le ocurra relatar o trasmitir material que revele la situación en Rafah, el asunto ha sido motivo de discusiones entre La Casa Blanca y el gabinete de Netanyahu ya que según algunas fuentes, Donald Trump le habría pedido a Bibi que respete el alto al fuego y permita la salida de estos hombres de sus túneles.

Pero fiel a su estilo y en la búsqueda de obtener una ventaja, mientras Netanyahu le hacía largas a su colega estadounidense e incluso prometía consideración al pedido, las unidades especiales zapadores de las FDI y la aviación trataban de localizar los túneles para eliminar a los combatientes palestinos sin importarles (como ya se ha comprobado) asesinar a civiles en el proceso.

Es posible que los trascendidos que confirman la eliminación de estos combatientes palestinos publicados en algunos medios sean ciertos; quizá pueda ser solo otra maniobra de la guerra psicológica de Tel Aviv orientada a desinformar, quizá solo hayan matado a unos cuantos de ellos y el resto aún siga operativo pero lo cierto es que sea cual fuere su destino, quedarán en la memoria de su pueblo como leones que pelearon hasta el último momento contra un enemigo opresor y despiadado que tiene un propósito siniestro e inhumano muy claro que es el de exterminar a una comunidad.  

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