TRIANGULO HUTIE
¿Por qué la “Operación Guardián de la prosperidad” liderada por EEUU en
el Mar Rojo y secundada por la Armada Real para custodiar las rutas comerciales
israelíes no ha funcionado?
Por Charles. H. Slim
Se suele decir que en la guerra se ven las cosas más horribles, pero
también se conocen a los combatientes más osados y destacados. En lo que sucede
actualmente en toda la Palestina ocupada y en particular en las aguas del Mar
Rojo, del estrecho Bab Al Mandeb y la Península Arábiga, las diferencias entre
unos y otros es remarcable.
Mientras
las FDI son muy valientes bombardeando campamentos con niños y mujeres (como el
ejecutado sobre la escuela de “Al Tabain”) o torturando y abusando de prisioneros
palestinos en sus calabozos de las prisiones de “Ketziot” y “Tse Teiman” , los
combatientes de la resistencia árabe-islámica, en especial los yemeníes se
llevan las palmas con sus tácticas navales cada día más osadas y novedosas que
son un verdadero dolor de culo para Tel Aviv y sus aliados
angloestadounidenses. Este es tan solo uno de los motivos por los cuales las
usinas mediáticas en occidente no hablan de este frente.
Tan pronto
la agrupación Ansar Allah y las fuerzas armadas del Yemen anunciaron su apoyo
incondicional a los hermanos palestinos que estaban peleando contra la
incursión israelí en la Franja de Gaza, desde La Casa Blanca Joe Biden y bajo
recomendación del secretario de estado Anthony Blinken, ordenaba proporcionar
todo el apoyo necesario para que Israel pudiera aplastar a la resistencia en
Gaza. Cuando los milicianos Huties comenzaron a mostrar que hablaban enserio y
capturaron el primer navío de un empresario británico-israelí, allí Washington
y sus socios británicos (instados por un histérico Benjamín Netanyahu) despacharon
una fuerza naval con la creencia que espantarían a los yemeníes.
Acatando al
mandato de La Casa Blanca, el jefe del Pentágono Lloyd Austin despacho un grupo
de tareas bajo el pomposo rótulo “Operación Guardian de la Prosperidad”.
Así en unos
días llegarían a la zona el portaaviones USS Eisenhower y un grupo de
destructores entre los cuales se hallan el USS Gravely, el US Cole y el USS
Labon que en teoría garantizaría la circulación de los buques vinculados con
Israel.
Apenas
llegaron los buques al Mar Rojo los yemeníes les hicieron saber que no iban a
renunciar a su consigna de no detener sus operaciones contra los buques
israelíes y de otras banderas que fueran a puertos del enemigo hasta tanto Tel
Aviv detuviera sus agresiones en Gaza. Pese
al despliegue bajo el control y coordinación del CENTCOM y los intentos de
garantizar el tránsito de esta clase de buques, los Huties no detuvieron sus
acciones, por el contrario las redoblaron. Sin detenerse a considerar la
superioridad tecnológica y el patrullaje aéreo de los estadounidenses, los
yemeníes lanzaron tan solo por el mes de diciembre de 2023 más de cien ataques de
diversas modalidades contra embarcaciones comerciales vinculadas a negocios con
Israel causando trastornos económicos y logísticos.
Precisamente
una de las consecuencias de esto fue obligar a los buques con destino a puertos
israelíes a tener que rodear por el Cabo de Buena Esperanza con lo cual, al
incremento de las distancias también causa un incremento en los costos que
terminan impactando en toda la logística. A pesar de la presencia naval
estadounidense secundada con los buques de la marina real HMS Diamond y el HMS
Duncan y de otros miembros de la OTAN (Francia y Alemania), los Huties han
logrado su propósito de dificultar el transito comercial israelí con
consecuencias incluso para los buques de guerra que tratan de escoltarles. Esto
al mismo tiempo muestra dos situaciones y son: Las acciones de los yemeníes han
sido exitosas y los estadounidenses y sus socios no han podido lidiar con aquellos.
Más allá del teatro de las acciones bélicas y muy lejos de las balas, en los costosos despachos de la organización United Kingdom Maritime Trade Operations (UKMTO), las preocupaciones por no poder proporcionar una solución a esta situación siguen quitando el sueño a sus responsables. Y no es para menos ya que pese al intercambio de información y sus vínculos con la real inteligencia naval británica, no han podido adelantarse y mucho menos conjurar las operaciones Huties.
Una de las
empresas que se ha visto afectada por las acciones yemeníes es la gigantesca
compañía de transporte y logística MAERSK que ha debido desviar sus viajes
rodeando por la costa africana pasando por el Cabo Buena Esperanza y allí poder
ingresar al Indico. Si bien la decisión impacta en los costos del flete y
produce demoras en las entregas, es mucho más aceptable que correr el riesgo a
ser hundido alguno de sus transportes y perder personal por los ataques
yemeníes. Con esto queda en claro, la poca confianza que tienen los
responsables corporativos en el operativo angloestadounidense.
En cuanto
al desempeño de los combatientes yemeníes, los mismos generales en el Pentágono
incluyendo al mismo Lloyd Austin deben reconocer que han sido sobrepasados en
sus expectativas por el ingenio y el renovado espíritu de lucha que surge del
endurecimiento tras una larga guerra contra Arabia Saudita apoyada (y no
casualmente) por EEUU y sus socios israelíes. Sumado a esto, se halla el
convencimiento que existe entre los yemeníes visto en el creciente voluntariado
para entrenarse militarmente y estar listos para luchar hasta la victoria
palestina en Gaza.
La
asimetría que se presenta en este teatro de operaciones es sin dudas novedoso y
tal vez muy seguramente, inesperado para los estrategas de la Armada quienes aún
sigan apoyándose en la experiencia de las guerras contra Iraq en el Golfo
Pérsico. A diferencia de aquellos días, el oponente si bien también es árabe no
forma parte de una estructura militar convencional como era el ejército iraquí
y por ello no responde a un mando regular. Aquí los atlantistas, deben
enfrentar a un enemigo ingenioso, audaz y esquivo, que sabe disfrazar muy bien
los puntos de lanzamiento de sus misiles que demuestra saber manejar muy bien y
además, demuestra estar preparado para la rudeza de enfrentar una armada
altamente sofisticada.
Pero ni
siquiera con todas estas ventajas, los estadounidenses pueden sobreponerse a
las embestidas que los yemeníes continúan lanzando tanto con misiles como con
Drones y prueba de ello ha sido el repliegue de la flota para tratar de evadir
ser atacada.