viernes, 9 de agosto de 2024

 

UNA ESTRAMBOTICA GEOPOLITICA

¿Cuáles son los principios que sostienen la actual geopolítica de la Casa Rosada y qué tan coherentes con la historia y realidad del país?

 

Por Javier B. Dal

Lamentablemente muchos ciudadanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pese a que estamos transitando el siglo XXI siguen creyendo que la Argentina llega hasta la “General Paz”. Obviamente estos especímenes son los denominados porteños, quienes han nacido, viven y seguramente mueran aquí, pero son también quienes en su mayoría viajan al exterior (mayormente a Europa y EEUU) desconociendo su propio país profundo.

Esa misma ignorancia (y en algunos casos desprecio) se traslada dramáticamente a la elite política que ha gobernado y que sigue gobernando al país. En este sector campa a sus anchas el sentimiento anglófilo con una novedosa simpatía sionista y una lealtad con los poderosos de turno. Con semejante mentalidad ¿Qué dirección podría tener un país como la Argentina?

Es necesario una vez más. relegar esa engañosa categorización de izquierdas y derechas -con las cuales estos políticos tratan de diferenciarse- que hace tiempo perimieron. Tampoco importan las etiquetas de peronistas y radicales que en nada les distinguen. En su mayor parte los políticos son prebendarios y solo buscan el beneficio personal, de sus familias y el de sus leales; los idearios para ellos se venden al mejor postor y nada más.

En esta nueva etapa, con un gobierno “libertario” que supuestamente renovaría la política de aquellas mañas y más allá de la política doméstica acostumbrada a la contingencia y el interés sectorial, aún no aparece muy clara la dirección que estaría tomando el país ante el panorama internacional que se inscribe en una muy peligrosa situación pre-bélica de alcance global y que la nada lúcida cancillería esta viendo.

Si nos guiamos por las tendencias ideológicas del gobierno de los Milei y el aparato de medios que le secunda, no hay dudas para donde están dirigiendo la política exterior. Igualmente no hay mucha diferencia con los anteriores que ocuparon La Casa Rosada ya que ellos también siempre tuvieron a Washington en su corazón.

Si bien el estado se ve obligado por su crónica dependencia económico-financiera producto de una deuda cíclica, estas relaciones con Washington han sido tan obscenas (con aquellas relaciones carnales) como desventajosas para los intereses argentinos.

Pero a esta continuada dependencia del norte, Milei le suma una conexión más estrecha y directa con el estado de Israel y que no tiene nada que ver con lo religioso ni mucho menos con lo espiritual. Hasta donde sé la Argentina sigue siendo en su población con una mayoría católica apostólica y romana aunque realmente hoy muy poco importaría eso.

Las vinculaciones que se vienen estrechando con un estado conflictivo y que (aunque no les guste reconocerlo) hoy bajo el comando de un criminal como Benjamín Netanyahu y Cía se halla en medio de un siniestro proceso de limpieza étnica contra la población árabe-palestina -que incluyen matanzas de niños y mujeres- que no surgió de la nada el 7 de octubre pasado, enturbian y mucho la moralidad del ejecutivo. La cantidad de crímenes y abusos que se han venido cometiendo desde 1948 y que se potenciaron aún más desde 1967 son hechos que a estas alturas ya no se pueden ocultar y que incluso están bien documentados en Naciones Unidas.

En resumen de cuentas, un estado que se pasa el derecho internacional por el forro del culo.

Pero sacando (si se puede) la muy criticable moralidad de estas relaciones que están claramente inscritas en una predilección ideológica personal del presidente, habría que preguntar ¿Qué beneficios le agrega a los intereses argentinos estas relaciones? Salvo para algunos sectores elitistas del país (en especial financieros y empresarios), para los argentinos en general, ninguno.

Si alguno se atreviera a sugerir que uno de los beneficios que provee Israel pasan por el mejoramiento en el área de seguridad con la provisión de asesoramiento personal, de tecnología cibernética y entrega de cierto equipamiento militar para las devastadas FFAA, no es tan así. Ni la tecnología para interceptar las comunicaciones que masivamente la S.I.A. usará contra todos los habitantes es de punta ni los equipos militares que han llegado son de última generación ni nada por el estilo. Y en lo que respecta al “asesoramiento” que prestan efectivos israelíes en el país, es muy seguro que algunos (y quien sabe si no todos), hallan torturado y asesinado a ciudadanos palestinos con lo cual si se detectara esta situación y fueran denunciados ante la justicia ¿Pueden ser detenidos y procesados por esos crímenes que tienen carácter universal?

Pero si también se hace la vista gorda a esta repulsiva cuestión, el gobierno no parece haber considerado que Tel Aviv es un aliado de Gran Bretaña y más allá de la diplomacia y las sonrisas que se dispensan los políticos en los cocteles de la embajada, las fuerzas militares y de inteligencia de ambos estados trabajan desde hace décadas y mancomunadamente en una misma geopolítica -con las consecuencias que hoy vemos en Gran Bretaña- y nadie se creería, que la van a dejar de lado por la Argentina.

Incluso, esta incoherencia manifiesta que va contra la misma historia del país ha creado cortos circuitos dentro del mismo gobierno de los Milei dejando a la vista dos caras opuestas en cuanto a cuál debería ser la política exterior y que ya quedaron expuestas con las agraviantes y en algunos casos descalificantes tratos que ha proferido el presidente para con su canciller y con la propia vicepresidente.

Si algo termina por cerrar la incoherencia con esta aparente dirección geopolítica del actual gobierno es sin dudas, la cuestión de las islas Malvinas y todo el atlántico sur que valga la reiteración, se hallan ocupadas y con un emplazamiento militar de la OTAN que entre otros sistemas de armas cuenta con uno provisto por Israel.

 

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