“GOLPE
NUCLEAR EN NYC”
A
veinte años del comienzo del origen y el caos que hoy vemos en Afganistán y las
preguntas que siguen sin una respuesta ¿Cómo y por qué pudieron colapsar las
Torres Gemelas y la Torre 7?
Por Charles H. Slim
El 11 de septiembre de 2001 cambió al mundo y no solo por las consecuencias inmediatas de aquellos ataques contra las Torres Gemelas en la ciudad de New York y contra el Pentágono sino por lo que vino a posterior. Para muchos en EEUU esto fue una “Operación de falsa bandera”, un “inside job”, un trabajo interno ingeniado por una facción de neoconservadores en el gobierno y ejecutado con la complicidad de una vasta red de funcionarios del mismo estado federal.
En apariencias, los hechos estaban claros. Aviones
“kamikaze” llevaron adelante ataques terroristas contra “América”. Eso en
apariencias ya que al mirar en los detalles de ese evento salieron a relucir
cuestiones archi sospechosas y nunca aclaradas que cuestionan la simplicidad de
cómo ocurrieron esos hechos. Ello abrió la puerta a que se pusiera a rodar la
doctrina “Rumsfeld-Cebrowski”[1] preconcebida con notable
anticipación y ajustada a los propósitos políticos que Washington pretendía
justificar[2] de cara al público.
Pero más allá de los objetivos perseguidos por estos
ataques, se hicieron muchos cuestionamientos e investigaciones técnico-científicas
para determinar cómo dos torres con sólidos esqueletos de acero (con 47
columnas de acero sólido revestidas de concreto) pudieron colapsar con tanta
rapidez y por qué horas después y sin acusar ningún impacto visible, colapsó la
“Torre 7” contigua al evento central. La tesis del efecto calorífico del
combustible de los aviones nunca fue creíble y mucho menos comprobable.
Todos vimos lo que la televisión estadounidense
trasmitía desde lejos y desde el exterior acompañado del dramatismo inherente a
semejante evento, levantado y retrasmitido sin cuestionamientos ni análisis
críticos por los medios argentinos. Pero la Tv y mucho menos las radios que
cubrían esto trasmitieron los detalles y mucho menos los más extraños sucesos que
la versión oficial nunca quiso explicar.
Muchos testigos de aquella mañana, tiempo después de
los impactos y mucho antes del colapso de las torres, testimoniaron que escucharon
y sintieron bajo sus pies un fuerte estruendo como el de una explosión. Otros
dijeron que escucharon más de una explosión bajo sus pies para luego ver caer a
una de las torres. En igual sentido con el colapso de la Torre 7 que pese a no
estar conectada con el complejo de las Gemelas y no haber sido impactada se
desplomo horas después muy prolijamente (como una explosión controlada). En
este caso también se sintieron previamente fuertes detonaciones bajo el suelo,
entonces ¿Qué explicaciones dio el gobierno federal de ese entonces a estas
percepciones de los testigos?
En un interesante artículo del sitio “VeteransToday.com”[3] se plantea los resultados de una
investigación que ya había sido publicada en 2014 que esbozaba una hipotesis
tenebrosa pero técnicamente viable que se relaciona con el submundo de las
agencias de inteligencia y el tráfico de armas nucleares robadas en otros
países que explica por qué nunca salió a la luz de los medios convencionales.
La explicación del desplome de las torres en aquella mañana se centra en la
demolición controlada no usando explosivos convencionales sino, dispositivos
nucleares portátiles (con Plutonio) diseñados para crear una fuerza plasmática
que derritió como manteca las bases estructurales de las torres. Con esto queda
claro que los perpetradores debieron ser sujetos muy bien preparados, con la
financiación y con acceso irrestricto al material utilizado.
Como se explica en este artículo, los investigadores
tras una entrevista con un alto cargo militar de los EEUU/OTAN quien había
comandado las Fuerzas nucleares en Europa, les dijo que lo ocurrido el 11/S
claramente había sido un evento nuclear sin darle más detalles ¿Pudo ser
posible semejante suceso? Y de haber sido posible ¿Por qué nunca se hizo
pública esta información? Los eventos que vinieron a posterior de estos
crímenes lo dejaron muy en claro. Para probar esto, se requería de fuentes
informativas altamente clasificadas y especializadas y ponerse a investigar a
la misma administración federal en un momento en que discutir la veracidad de
lo que ellos planteaban como la verdad les habría cabido (a la sombra de la
Patriotic Act) el calificativo de traidores o incluso, terroristas con las
consiguientes consecuencias.
Debió pasar un poco de tiempo para que todo se
enfriara. Pero algo estaba claro, quienes concibieron esto, estaban conectados
con el gobierno y la cooperación de algún otro cómplice externo ya que ninguna
organización privada puede conseguir material radiactivo y mucho menos una
bomba nuclear en el mercado negro sin que lo sepa la “Comunidad de
inteligencia”. Es por ello que los investigadores tomaron el riesgo de meter las
narices en un avispero y escudriñar para encontrar la verdad.
A partir de allí se pidieron informes a los
laboratorios de armas nucleares de EEUU los cuales les proporcionaron
información clasificada que a la luz de otras evidencias referidas a rastros radiactivos
medidos en la “zona cero” poco tiempo después de los colapsos, deja en el suelo
las explicaciones del informe gubernamental sobre las reales causas que
demolieron a los edificios.
Al parecer los informes contestan a las preguntas de
cuáles y cuántos fueron los dispositivos nucleares que pudieron usarse para
concretar esas demoliciones mencionando cantidad y su denominación. Allí
afirman que se habrían usado dos tipos de dispositivos nucleares tácticos, uno
micro estándar denominado (diseño de pozo W-54) de tres kilotones y otra que
podría haber variado entre 1 a 3 kilotones. Queda claro que estaríamos ante una
operación altamente compleja diseñada con mucha antelación y con la necesaria
cooperación de los propietarios y/o administradores de las Torres quienes
facilitarían el acceso a la información estructural y al mismo complejo sin
ningún tipo de sospechas. Sobre ello no hay que olvidar que en aquella mañana
muchas de las oficinas de ciertas empresas casualmente habían mudado su
mobiliario una semana antes, otras no habían abierto y aquellas que tenían
abiertas sus puertas, sus gerentes no concurrieron a sus puestos. Sin contar
con el fabuloso negocio el cobro del seguro por este siniestro ¿Casualidad?
El diseño de aquellos micro explosivos con material
nuclear que no cualquier gobierno tiene a su mano y mucho menos una supuesta
organización como “Al Qaeda” (creada por la CIA de Jimmy Carter), pone aún más
en dudas las versiones oficiales.
Según el informe cada una de las cargas explosivas de los
dispositivos fue calculado sobre la masa concreta de cada una de las torres por
lo cual se confirma la planificación detallada de los perpetradores (que
requirió inteligencia previa) y el encubrimiento para que pudieran realizarla,
prepararla, montar los dispositivos dentro del complejo y ejecutarla. Las
circunstancias en que se llevó a cabo (que involucraron ejercicios militares,
la liberación del espacio aéreo y la desconexión del sistema de defensa del
Pentágono) le dan mayor asidero a esta hipotesis.
Lo cierto es que más allá de que quienes apoyan la
versión oficial del gobierno estadounidense y constantemente ridiculizaron la
posibilidad de que existieran dispositivos como los aquí mencionados, las
evidencias de que no solo existen sino que -como se han ventilado
evidencias- se han usado en escenarios como Iraq, Siria, Yemen y
posiblemente en Afganistán, a veinte años de aquellos hechos criminales que
sirvieron para perpetrar muchos otros, se viene haciendo necesario un debate internacional
que ponga sobre la mesa las responsabilidades de quienes al amparo del gobierno
y de una gran cobertura de engaños orquestaron estas criminalidades.
[1]
Así denominada por sus autores intelectuales el entonces Secretario de Defensa
Donald Rumsfeld y el Almirante Arthur Cebrowski establecieron esta estrategia
de una guerra sin término.
[2]
Crear la inestabilidad en el exterior, especialmente en Medio Oriente es uno de
los puntos de la estrategia de la “Guerra sin fin” propuesta por el Coronel
Ralph Peters en su libro “Stability. America’s ennemy” publicado en 2001, https://go.gale.com/ps/i.do?id=GALE%7CA82064202&sid=googleScholar&v=2.1&it=r&linkaccess=abs&issn=00311723&p=AONE&sw=w&userGroupName=anon%7Ed70ea8ee
[3] VeteransToday.com.
“Sorprendente: la historia de la ruptura del 11 de septiembre, aunque eso lo
resolvió todo y desacreditó a los 'verdaderos' para siempre”, 27 de agosto de
2021. https://www.veteranstoday.com/2021/08/27/vt-nuclear-education-most-classified-9-11-revealed/; Jim Fetzer & others, America Nuked on 9/11: Compliments of the CIA,
the Neocons in the DoD & the Moss, https://www.amazon.com/-/es/Jim-Fetzer/dp/0692756108