lunes, 8 de agosto de 2022

 

“REFLEXIONES SOBRE KABUL”

El anuncio de Washington del asesinato del líder de Al Qaeda en un balcón de un aparamento en Kabul pretendería cerrar un controversial capítulo de su historia contemporánea. Ahora bien ¿Fue real o es una operación para levantar la alicaída imagen de Joe Biden?

 

Por Charles H. Slim

Con la acostumbrada teatralidad con la que los voceros de la Casa Blanca suelen dar ciertos anuncios, el 1 de agosto pasado anunciaron la supuesta ejecución por una operación de la CIA del supuesto líder de “Al Qaeda” Ayman al-Zawahiri, realizada en otra de sus espectaculares operaciones que más bien se parecen a películas de acción.

Un detalle a señalar es la poca importancia que los medios dieron a la noticia poniendo en claro que Washington ha cambiado sus prioridades informativas hacia una guerra asimétrica y global contra Rusia. También sonó muy sugestivo este anuncio en momentos que la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi llegaba Singapur como una de sus escalas para visitar Taiwán, algo que desató una respuesta contundente de China que puso en dudas la posibilidad de su concreción.

El anuncio se asemeja mucho al nada claro y contradictorio operativo “Gerónimo” por el cual supuestamente un grupo especial asesino en una residencia de Pakistán a Osama Bin Laden en 2011. Sin dudas Bin Ladem fue una pieza central para los planes de los neoconservadores que encumbraron a George Bush, pero su figura ya no era de utilidad. Aquel anuncio (ya que nunca se vió un cuerpo) se dio en momentos que el gobierno de Obama necesitaba limpiar rastros de los implicados en el 11/S (en especial la pista saudita) y tapar inconsistencias sobre la actuación de su secretario de estado Hillary Clinton en Libia y otras incoherencias que habían surgido en la desastrosa ocupación de Iraq que finalizaría precisamente unos meses después de este anuncio.

La farsa se volvió a repetir en 2006 cuando un misil guiado voló una casa en las afueras de Al Ramadi, matando al jefe de “Al Qaeda-Iraq” Abu Muzab Al Zarqawi y a cuatro personas más en momentos que George Bush necesitaba dar noticias positivas sobre la ocupación.

Otra fábula que hizo mucho ruido fue la supuesta eliminación en octubre de 2019 de Abu Bakr Al Bagdadi, el líder de otra farsa como fue sin dudas el “ISIS”, otro fantasma creado por la inteligencia estadounidense -que reemplazo a Al Qaeda-Iraq- en momentos que ocupaba Iraq. La forma como supuestamente se lo eliminó era tan hollywoodesca y espectacular que además de no dejar (convenientemente) pruebas sobre ello se dio casualmente en medio de la profunda crisis política y de imagen que afectaba a la administración de Donald Trump que predecía su salida de la Casa Blanca.

Pero el caso de Bin Ladem era de por si imposible de tragar ya que no se podía matar a un muerto. Según fuentes de inteligencia Osama Bin Ladem, agente reclutado por la CIA para financiar los Muyahidines afganos en la década de los ochenta contra la ocupación soviética había muerto por problemas renales un año y medio antes de los ataques a las torres Gemelas. Incluso, otras fuentes precisan que falleció mientras estaba internado en uno de los emiratos del Golfo Pérsico.

La supuesta ejecución de Ayman al-Zawahiri el 31 de Julio pasado en una operación con Drones tiene similares rasgos fantásticos que llevan a sospechar de su realidad. Nadie duda que EEUU tiene estas capacidades para asesinar a cualquiera en cualquier parte del mundo pero, es muy dudoso en lo que respecta a este personaje. Más bien podría decirse que la CIA despidió a uno de sus activos inútiles, Según la información del Pentágono este hombre de 71 años de edad fue abatido desde el aire con dos misiles “Hell-fire” en momentos que se asomaba a su balcón en un edificio residencial en Kabul. El reporte preciso que eran las 6:18 hs cuando los misiles dieron sobre ese balcón del edificio de tres plantas en la zona residencial de la capital eliminando al objetivo sin causar “daños colaterales” en el predio.

Por la descripción realizada y los misiles utilizados se hace nada creíble que no se halla causado daños más allá de la persona de un sujeto de 71 años edad, dejando también muy claro que ello de haber existido ha sido un claramente accionar terrorista contra una infraestructura de un estado soberano.

Como con la “Operación Gerónimo” aquí tampoco hay cuerpo para mostrar y la verificación de esto es muy dudosa. También se presentan circunstancias similares a los casos anteriores que movilizaron al Departamento de Estado para realizar esta clase de anuncios. Con ello se busca levantar la pésima imagen de la administración demócrata de Biden, hackeada por la desastrosa huida de Afganistán en Septiembre del 2021 y que se ha potenciado con la crisis económico-financiera desatada por su política de sanciones comerciales contra Rusia y costosísimo apoyo presupuestario (que ya asciende a un total de 9000 millones de US dólares) al corrupto régimen ultraderechista ucraniano de Volodymyr Zelensky.

En este último escenario, La Casa Blanca se halla en un verdadero atolladero. Aunque está claro que su administración y los personeros de la OTAN en Bruselas (con Jens Stoltenberg a la cabeza) quieren que la guerra en Ucrania se extienda en el tiempo, la realidad sobre el terreno estaría demostrando que ello solo podría lograrse a costa de sacrificar aún más la seguridad y la vida de los civiles ucranianos e involucrando de forma deliberada y paulatina a los países vecinos.

Se trata de un riesgo (en apariencias) calculado. La OTAN y Washington necesitan una guerra pero que no escale a nivel nuclear y eso es algo muy delicado de predecir. Además queda claro que Moscú ya sabe de estas intenciones. Si la opinión pública norteamericana del ciudadano medio ya esta harta de que sus cada vez más inflados impuestos sirvan para costear guerras sin sentido y agujeros presupuestarios negros como Israel y Ucrania ¿Qué podría generar en sus ánimos enterarse de estos enjuagues que implicarán a todo el globo?  

Como podemos ver, hay muchas cosas que la administración demócrata tiene para tapar ya que más malas noticias sería como dice el dicho “llovido sobre mojado”. Sin dudas que la noticia del presunto asesinato de Al-Zawahiri, busca mostrar algún resultado positivo de un gobierno ineficiente. Igualmente, esta supuesta eliminación del líder de un engendro creado por la maquiavélica mente del entonces consejero de seguridad nacional de James Carter, Zbigniew Brzezinski y puesto a rodar por la CIA a comienzos de los ochentas sigue siendo un tema muy difícil de explicar por EEUU que no se borrara por más que la Corporación de medios trabaje para que se olvide.

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