EN DEBATE
“EL FRACASO
DEL NWO”
Como EEUU a lo largo de éstos últimos 25 años ha ido perdiendo en forma progresiva su poder hegemónico con el cual pretendía instaurar el llamado “New World Order” que supuestamente beneficiaría al mundo
Por
Charles H. Slim
En los últimos
25 años a la actualidad, tras el derrumbamiento de la URSS y con ello, el fin
de la bipolaridad este-oeste, el mundo ha venido experimentando la
implementación de una política globalista que encabezada por EEUU se enmarcaba
en la llamada Globalización, una supuesta fuerza espontánea dentro de las
relaciones internacionales que achicaba las distancias entre los estados nación
y que fomento, entre otras consecuencias, el nacimiento de grandes bloques regionales
como ser el NAFTA, MERCOSUR, UE, GCC, CAN, CEI y el BRIC para nombrar algunos,
con objetivos económicos, comerciales, financieros y políticos que en teoría
traerían beneficios reciproco para los países adherentes.
Aunque
solo algunos de estos bloques actualmente están plenamente operativos,
otros han quedado en el camino y otros
parecieran estar zozobrando ante continuos referéndums de separación, un
fenómeno que en el caso de la Unión Europea hemos visto con el “Brexit” por el
cual, Gran Bretaña tomo la decisión de abandonar el bloque lo que a su vez ha
desatado los ánimos independentistas de Escocia e Irlanda que le han quitado el
sueño a Londres.
Volviendo
a lo que significó la proclamación de ese New World Order (NWO), EEUU trazó una
agenda y los medios con los cuales lo llevaría adelante pasándose por encima
incluso, a la misma ley internacional a la cual pretendió reemplazar con
creaciones legislativas de su propia cosecha
(USA, Patrotic Act. https://www.gpo.gov/fdsys/pkg/PLAW-107publ56/pdf/PLAW-107publ56.pdf )
El
proyecto estadounidense que fue diseñado en la década de los setentas se
enmarcaba en una propuesta basada en la ideología liberal (detrás de la cual se cubrían sectores
sionistas y necon) secundada por una agresiva política exterior que no por
casualidad, de ese tiempo hasta hoy, ha llevado a crear muchas más
incertidumbres que los supuestos beneficios que ese “New World Order” anunciado
el 11 de setiembre de 1991 por el entonces presidente norteamericano George H.
Bush supuestamente traería.
Y es que
como muchos especialistas señalan, entre ellos estadounidenses, EEUU pretendió
ser la voz cantante, el único conductor que con un garrote en la mano, instauraría un
sistema a gusto de sus conveniencias. En este sentido no debemos olvidar desde
donde comienza todo esto. Fue necesario que su rival soviético colapsara y de
ese modo, sin un adversario político y militar que le contuviera, Washington
puso en marcha los primeros capítulos del plan elaborado por el sector necon que
se denominó “Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense” para convertir a los
EEUU en una hegemonía política mundial usando –erróneamente- para
lograrlo, su poderío militar.
George H. Bush |
No
hay que olvidar que el momento puntual que dio comienzo al despliegue
intervencionista en el exterior fue en 1990, secundado por los inagotables recursos de la Alianza
Atlántica y una pléyade de gobiernos alrededor del mundo –entre ellos los de
Europa del este- que querían engancharse al tren de la única superpotencia que
quedaba en pie.
Porque
es necesario recordar que el despliegue militar que llevó adelante los EEUU en
la guerra del Golfo Pérsico en 1991 y que desde allí continuaría desplegando en
su carrera expansionista, no fue en solitario ya que para ello se valió de otra
organización trasnacional como es la OTAN, con la cual pretendió establecer un
sistema de “integración” que tenía como objetivos principales engullir a China
y a Rusia. Pero para ello debía ir por
fases y fue así que el primer objetivo fue hacer pie en el Medio Oriente. Para
ello creo el CENTCOM, con base en Arabia Saudita desde donde se coordinarían
las operaciones militares y tareas de inteligencia contra Iraq en 1991 que se
extendían (ya aún se extienden) a Irán. Dejar mal herido a Iraq durante una
larga agonía de trece años de embargo sirvió para preparar el terreno de la invasión en 2003 que además de
arrebatarle el control del petróleo, le daría a EEUU un emplazamiento
estratégico para comenzar a desarrollar y
extender sus actividades por medio del Comando Central en las puertas de Asia
central con miras a coordinar las operaciones con las fuerzas ISAF que en 2001
entrarían en Afganistán con el objetivo de mapear las actividades de Irán,
Rusia y China.
En
todo ello solo hemos podido ver un despliegue de fuerza brutal y el establecimiento
de relaciones meramente coercitivas y policiales para impulsar doctrinas
basadas en el miedo y la desconfianza que nada tienen que ver con el progreso y
menos aún el bienestar que supuestamente el nuevo orden debería haber traído. La
única propuesta comercial para un mercado común en Latinoamérica lanzado por George W. Bush en 2004 denominado ALCA,
fracaso en forma rutilante ante la inaceptable pretensión de que el mismo fuera
manejado por y desde Washington. Ante esto, los norteamericanos sin mayor
interés, dictaminaron que la región podía esperar y se concentraron en
objetivos fuera del continente. Como ha dicho alguien en algún momento “EEUU ha
obrado como un gángster que a mano armada a saqueado las casas ajenas”.
En
estos últimos treinta años, EEUU se ha dedicado irrumpir en las soberanías de
otros países para desbaratar sistemas de gobierno que a su juicio –y de su
aliado Israel- no eran aceptables; y eso no es lo peor. En ese proceso ha
causado y sigue causando la muerte de centenares de miles de personas tratando
de justificarlas con palabras muy sonantes como son la “democracia”, la
“libertad” y los “derechos humanos”, que a la vista de sus acciones, no
representan nada. Todo esto no para impulsar el progreso económico-comercial
devenido de relaciones bilaterales o multilaterales con otros países sino más
bien, para tapar el desarrollo y progreso de sus propios proyectos
geoestratégicos y geopolíticos que a su vez, involucran fabulosos negocios
relacionados únicamente con el armamentismo, el control de rutas estratégicas
para el comercio legal e ilegal, la destrucción y la muerte.
Es
por ello que el concepto de “Nuevo Orden” se baso en una política exterior
agresiva en la cual EEUU saldría a tomar lo que considerara estratégicamente
vital, dirigida a destruir estados nación para volver a edificar en su lugar,
gobiernos a medida, calculando que la empresa sería rápida y sin oposición,
algo que ha quedado claro nunca fue así. Desde 1991 no hay país invadido por
EEUU o sus aliados que haya sido reconstruido y menos aún, que hubieran
mejorado en su calidad de vida. Por el contrario, solo han dejado sociedades
fragmentadas por la anomia administradas por mafias criminales, miles de
familias obligadas a migrar, miles más mutiladas por la pérdida de parientes y
la ausencia de la esperanza en un futuro mejor.
Tropas estadounidenses en Iraq |
Los
únicos que se beneficiaron con todo esto fueron las empresas y las
corporaciones privadas estadounidenses que, por ocasión de las invasiones,
cerraron contratos millonarios con el gobierno para supuestamente trabajar en
la reconstrucción de países como Iraq, Afganistán y Libia. En el caso de Iraq, el saqueo ha sido tan
evidente como escandaloso. La apropiación del Ministerio del Petróleo en
momentos que los norteamericanos entraron a Bagdad, fue uno de los objetivos
primordiales de la “liberación iraquí” demostrando cual era la verdadera
intensión de su presencia. O que decir del supuesto combate al “terrorismo en
Siria” con bombardeos no sobre las bandas armadas de “Al Nusra” y el “Daesh” sino,
contra la infraestructura petrolera del estado sirio e incluso contra sus
fuerzas regulares y de sus aliados chiitas.
También
los hechos han demostrado que además de que en Iraq no se reconstruyo nada, se
hubieron desfalcado miles de millones de dólares (800 mil millones de dólares)
invertidos solamente para costear la invasión de Iraq en 2003 que fueron a los
bolsillos de militares estadounidenses y de altos funcionarios
colaboracionistas de Bagdad. A todo esto, según el informe presentado al
Congreso estadounidense por el inspector para la Reconstrucción de Iraq Stuart
Bowen, más de 70 mil millones de dólares destinados a la supuesta
reconstrucción de la infraestructura, contratos de personal local (comprar
funcionarios) y restablecimiento de los servicios básicos, se habían evaporado.
Otros
de los beneficiados con todo esto fue el área de la defensa y de la
inteligencia, los cuales además de haber crecido enormemente en sus estructuras, han expandido sus operaciones alrededor del
mundo con nuevos comandos de operaciones que no llevan en lo más mínimo un
mensaje de paz. Precisamente en las actuales circunstancias de crisis en torno
a Corea del Norte, Washington está invirtiendo grandes flujos de recursos
financieros para sustentar las maniobras militares que buscar amilanar a
Pyongyang.
Actualmente
el comando de operaciones de Asia Pacifico (USPACOM) se halla en una intensa
actividad, justificada en parte por las pruebas misilisticas de Corea del Norte
pero que en realidad siempre apuntaron a China que más que un rival militar, es
un temible cuco económico-comercial ( https://www.globalresearch.ca/the-strategies-of-global-warfare-war-with-china-and-russia-washingtons-military-design-in-the-asia-pacific/5541976 )
En
el programa norteamericano para éste NWO no existieron planificaciones de
asociación para la inversión y el trabajo común con otros países e incluso con
otros bloques regionales; todo lo contrario. El concepto del Nuevo orden
mundial solo contemplaba su liderazgo unilateral y al resto de países y
regiones del globo, como meros surtidores de servicios y bienes –entre ellos
los de carácter estratégico- a los
que la Unión sin miramientos podía arrebatar.
Pero
el error de estos últimos 25 años ha radicado en que EEUU solo uso las argucias
discursivas, los engaños y la fuerza bruta para imponerse en el concierto
internacional y eso ya está cobrando sus
consecuencias. Carente de imaginación política y con el vulgar uso del puño, Washington
trató de instaurar un Status Quo mundial que subordinara al resto de las
naciones a sus agendas políticas unilaterales pero está claro que los que se
oponen a estas pretensiones aumentan día con día y cada vez se escucha más alto
el clamor de todas partes del mundo que le dicen “No, Así no!, Así no!
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