UN ESTADO PARA ARMAR…OTRA VEZ
¿Cómo se reconstruirá la infraestructura estratégica del estado
argentino y de lograrlo, quiénes sacarán provecho de ello?
Por
Javier B. Dal
La vieja y aburrida costumbre en Argentina de cada gobierno, deshacer lo que hizo el gobierno predecesor es lo que ha llevado (entre otras cosas) a la actual disfuncionalidad del estado. Parece una verdadera paradoja como el gobierno de un “anarco-capitalista” viene a poner orden en un estado completamente desbaratado por la mala administración, la patocracia y la corrupción; pero así son las cosas por acá.
Como ya
veníamos viendo desde hace tiempo en Argentina, las áreas estratégicas del
estado estaban abandonadas poco menos que a su suerte y en algunos casos, a
merced del mejor postor ¿Cuáles son estas áreas? Una es la de energía que tras
desmanejos anteriores (Caso YPF) hoy venimos a caer en cuentas de que habrá
recortes en el suministro de gas no por escases, algún sabotaje misterioso o un
acto de guerra, sino por falta de tuberías para conducirlo ¿Pueden creerlo?
Habría que preguntarles a los peronistas y sus secuaces que hablan aún del “estado
presente” dónde se fue el dinero para esas obras.
Otras son la
defensa y la inteligencia, malas palabras para todos los gobiernos (indistintamente
de los partidos) que han pasado desde 1983 y sin lugar a dudas, grandes
colaboracionistas en la entrega del país. Salvo el peronismo neoliberal de los
noventas, todos los demás ignoraron -por incompetencia, miedo o ignorancia- la
importancia de estas áreas del estado. Si bien el gobierno de Carlos Menem jugo
esta arriesgada carta involucrando al país en una guerra brutal, al menos lo
intento.
Igualmente,
en aquella ocasión, quedó una lección muy importante que los Milei y Cía no
parecen ver. El envío en 1990 de una fuerza naval para integrar la Coalición
contra Iraq y que culminó en una guerra terrible, no le redundo al país en los beneficios
estratégicos, supuestamente esperados.
Por el contrario, las calamidades de los atentados terroristas fue lo más
destacable. Y pese a todo ¿Fue considerado un socio-extra OTAN o, participaron
empresas argentinas en la reconstrucción de Kuwait?
Durante
todos estos años, a la corrupción que ya galopaba en todas las esferas del
estado se sumó la desfinanciación, desmotivación y el desarme de las FFAA, los
recortes ciertamente infantiles en las tareas de los servicios de inteligencia
y su politización las llevaron a la ruina en la que hoy se encuentran.
Por
supuesto que esas experiencias deberían ser suficiente muestra de los errores
que no hay que volver a cometer. Aquí el minimalismo que tanto aboga Milei no
debiera tener lugar ya que sin defensas no hay estado.
Por estas
horas se han producido cambios novedosos en el área de inteligencia, más
precisamente en la AFI envuelta en el actual gobierno con un nuevo escándalo de
abuso de poder y posibles incumplimientos de deberes de los funcionarios que
ocuparon esa cartera. La súbita salida del jefe de gabinete Nicolás Posse se
dio en el marco de una purga ordenada por el propio presidente al tomar
conocimiento de maniobras de espionaje contra su hermana y todo su entorno.
Hasta aquí
usted podrá ver que no hay nada nuevo. En este país se ha solido usar estas
herramientas del estado de forma sesgada y arbitraria para espiar a los
adversarios, a periodistas molestos y también a los propios ¿Por qué iba a
cambiar esa lógica con estos supuestos “libertarios” en el poder? Posse habría sido el impulsor de estas
subrepticias indagaciones (conocidas como carpetazos) y para ello se valió del
interventor de la AFI y sus herramientas tecnológicas, el abogado Silvestre
Sívori un joven e inexperto arribista en la política perteneciente a los
cuadros de confianza del ex jefe de gabinete.
Lo que en
realidad molesto al “anarco-capitalista” Milei no fue el mal uso que se hizo de
esta área y sus recursos, sino haber espiado al “jefe” su hermana.
A Sívori se
le había encomendado el reestructurar la agencia para conectarla con sus
homólogas de las naciones con las que el gobierno ha trabado una férrea alianza
ideológico-estratégica es decir, EEUU, Gran Bretaña e Israel. A diferencia de
las anteriores gestiones (incluidas las populistas de Kirchner y CFK), el
desenfado de Milei por colaborar con la CIA, el MI6 y el Mossad israelí (que
debe generar éxtasis en menemistas como Miguel Ángel Toma y Carlos Ruckauf ) pone
sobre la mesa cual es la agenda geopolítica que sigue su gobierno. Obviamente
que en este plan, uno de los objetivos más importantes sería lograr ingresar a
la red de los “Five-Eyes” que no es otra cosa que la agencia de inteligencia de
la OTAN y que valga decirlo, opera en el Atlántico sur desde Port Stanley.
Ciertamente
que este objetivo es muy ambicioso para un gobierno que recién esta aprendiendo
a gestionar y eso deja entrever que también es muy peligroso improvisar en
áreas tan sensibles. Es muy posible que Milei y sus funcionarios, en especial
los que pasarán a encabezar esta área no sepan que significa integrarse a la
Organización atlántica. El amateurismo es una de las señas particulares del
actual gobierno y en esta área ello puede traer pésimas consecuencias si se
deja arrastrar por falsas narrativas como las que se tratan de instalar con
respecto a Palestina. Con solo escuchar a la señora ministra de relaciones
exteriores Diana Mondino, cualquiera que conoce a la historia de la OTAN y sus
objetivos, se dará cuenta de que está muy mal informada o tal vez, aparente
estarlo.
Si es así
como altos funcionarios en Buenos Aires ven a la OTAN, es seguro que para Washington
será un juego de niños hacerle creer a Milei y a su gobierno sus hipotéticas y
fabuladas amenazas globales (con centro en China y Rusia) que solo sirven para
disfrazar sus reales intereses y justificar sus billonarios presupuestos
militares.
Esa es una
camiseta que siempre le ha quedado grande a todos los políticos que han pasado
por el gobierno y ninguno, sea peronista, radicales, progresistas o los
ingenuos kirchneristas saben bien de qué se trata jugar en estas ligas. El
único antecedente cercano de algo similar (sacando lo bochornoso que termino
siendo) fue la propuesta de Alberto Fernández al mismo Vladimir Putin de ser la
puerta de entrada de Rusia a Latinoamérica.
Pero, así
como Fernández demostró su torpeza (prometiendo algo que ni en sueños podía
cumplir), la señora Mondino demuestra su propia ignorancia al hablar de la OTAN.
No es una “organización civil” como dijo la señora ministra y menos se dedica a
la defensa. Tal vez debería revisar solo unas décadas para atrás sobre su
naturaleza jurídica y ver cuáles han sido los objetivos civiles alegados -si
los encuentra- por la canciller y que incluso afectaron a la Argentina en
1982.
Así como la
“ley base” es un espejismo que no controla ni servirá al gobierno de Milei (ya
que será parida por la casta de la que reniega y para beneficio de las
corporaciones que ya compraron el país), la actual arquitectura de reformas
para darle nuevos objetivos a la inteligencia argentina, no está controlada ni
estará dedicada a los intereses nacionales y es por ello que los gatopardistas ciudadanos
deberán tomar muy enserio a dónde éste novedoso gobierno conducido por
mesiánicos designios y acompañado de políticos reciclados de la casta, meterá a
la país.