VETERANOS DE AYER
“EL ARMA SECRETA
DE SADDAM USADA EN EL TOK”
Entre el mito y la realidad de lo que Iraq guardaba en sus arsenales en la guerra del Golfo en 1991
Por Charles H.
Slim
Hace
mucho que los efectivos occidentales que regresaron de las campañas militares
en el Golfo Pérsico, respiraron aliviados al poder volver en una sola pieza y de no haber sido ellos,
muchos de aquellos que terminaron chamuscados por el Napalm, desmembrados por
las bombas de racimo o simplemente enterrados vivos en las arenas del desierto por las topadoras
rompetricheras inventadas por sus colegas de la infantería de marina.
Igualmente y pese al alivio que
mostraron cuando muchos de ellos dejaron entrever al regresar a sus hogares, más
relajados fumando un cigarrillo en las cubiertas de sus destructores, un
portaaviones o viendo por última vez el amarillo ocre del desierto saudita
desde una de los ojos de buey de los
aviones de transporte Galaxy rumbo a
Alemania y de allí a los Estados Unidos, no estaban al tanto de que con y
dentro de ellos, iba un enemigo invisible que se vengaría de sus acciones y que
a largo plazo causaría estragos sobre sus organismos y sus familias.
La mayoría de las tropas de
tierra, las alas de combate y las tripulaciones de los grupos de tareas en
operaciones, fueron completamente desinformados sobre la realidad de lo que
ocurría y de lo que estaban recibiendo como respuesta por los ataques que se
estaban realizando; y eso solo puede conocerse hoy día, con la variada
documentación que se ha ventilado –y la que queda por ventilar- y con la
masividad de casos de afecciones de veteranos de aquel conflicto que el
Pentágono y el “MoD” (Ministry of Defense) británico, trataron de esconder bajo
la alfombra de la historia (1).
A pesar de que las tropas fueron
vacunadas con una batería de antídotos contra las principales amenazas químicas
y biológicas que se sospechaban en poder de Saddam Hussein, no servían para
proteger la salud del combatiente en las operaciones sino más bien, para contra
restar o en su caso, neutralizar parcial y temporalmente los efectos a la
exposición de estos agentes venenosos. Sencillamente, cada hombre y mujer que
estuvo en esas operaciones, fueron literalmente “envenenados” con agentes como
el “Soman” y otros derivado tipo “G” que los inmunizaría para que pudieran
seguir “funcionando” hasta concretar las operaciones. Por supuesto que eso no
causo la muerte inmediata de los vacunados
pero si degrado la calidad de la salud de cada hombre y mujer que
participó en las operaciones.
Pero a pesar de que ya no se
discute que las FFAA de Iraq usaron con un letal alcance estos elementos y que
las tropas destacadas en aquel teatro debieron usar sus equipos de NBC –Nuclear,
Biological &Chemical- (2), sigue siendo un misterio semi develado, cual
fue el vehículo o la vía más sofisticada para que esos elementos pudieran llegar a puntos tan lejanos como fue el puerto
de Al Ruwais, en los Emiratos Árabes Unidos, uno de los episodios jamás
ventilados por la prensa y menos aún por los informes de la Coalición.
Concretamente, cuál fue el misil, la clase o denominación que podía transportar 500kgm de carga con un
alcance de 1000kms y que cayó al este de la refinería portuaria en la madrugada
del 10 de febrero de 1991 desatando uno de los encubrimientos más grandes que
se registrarían en esta guerra.
Para esos momentos, las salidas
de aviones y los bombardeos navales con misiles crucero “Tom Hawk” eran constantes y los cielos al norte de la
desembocadura del Golfo se podían ver a
lo lejos, un horizonte enturbiado con los colores rojizos y negruzco producto
del fuego y el humo que estaba consumiendo al territorio de Kuwait e Iraq. Por la noche, los resplandores del fuego
antiaéreo y de los incendios en las
plataformas marinas en aguas kuwaitíes, pintaban un escenario subrealista. Era sin dudas un espectáculo colorido pero
que no tenía nada de agradable para quienes se hallaban en esos lugares.
A pesar de que varios puntos y
bases estratégicos de la Coalición estaban relativamente alejados, se
produjeron varios episodios que el Comando a cargo de manejar la información y
contrainformación para proteger las operaciones, que se denominaba con las
siglas CENTIJ, no pudieron evitar que varios testigos pudieran presenciar aquella
tremenda explosión. Estos y otras piezas informativas que fueron acalladas en
ese momento pero que con el correr de los años han roto el silencio, revelando
hechos inusitados e incluso nunca ocurridos para los informes oficiales del
“Persian Gulf War Reports”.
A pesar de que varias secciones
de las fuerzas navales –especialmente los navíos anclados en la base de
Bahrein- se hallaban alejados de los grupos de tareas en las adyacencias de
Arabia Saudí y Kuwait, pudieron sentir el rigor de las corridas que provocaba las
sirenas de alerta de ataque aéreo con “misiles” provenientes de Iraq. Ahora
bien ¿Qué tipo de misil podía llegar a amenazar a las instalaciones de la base
más estratégica base que EEUU tenía al momento en el golfo? Para los que no
recuerdan bien, previo a que se iniciaran las hostilidades, Saddam Hussein
amenazó con utilizar “un arma secreta” que dejaría a los estadounidenses
completamente estupefactos. Para los
políticos y funcionarios norteamericanos solo eran bravatas y parte de la
guerra psicológica que buscaba aterrorizar a la opinión de los ciudadanos
estadounidenses que veían por la CNN como sus chicos se involucraría en una
muerte segura.
Pero más allá de las risas y las
posturas descontracturadas de George W.
Bush y su plana mayor mostraban para la TV,
apagadas las cámaras de la CNN y en las discusiones llevadas en el Salón Oval y en los subsuelos del
Pentágono, las dudas comenzaron a carcomer a los responsables de diseñar un
plan para moverse inmediatamente. Entre
las preocupaciones sin lugar a dudas, ocupaba un lugar principal la amenaza de
Saddam; algo que llevaría a que el jefe de la CIA que se preguntaba ¿Qué se nos
ha escapado y no sabemos de Iraq? Aunque pareciera algo dificultoso que, tras
largos veinte años de discreta colaboración de la CIA, Saddam les hubiera
ocultado algunos secretos, la posibilidad existía. Si había algo que distinguía
al mandatario iraquí de otros colegas de la región, era su perspicacia y aguda
desconfianza. Y en cierto sentido, había que reconocerle esto ya que fue por ello que logro mantenerse
vivo tras varios intentos fallidos de asesinato orquestados por facciones
internas instigadas por agencias extranjeras, incluso el Mossad israelí.
En las interminables reuniones de
gabinete, los asesores de inteligencia y los analistas militares lanzaron todo tipo de especulaciones que iban
desde el posible desarrollo de una cepa biológica terrible que no podía ser
aislada por las máscaras y trajes existentes, hasta la adquisición de algún artefacto
nuclear a los traficantes de armas de la Europa del este que, para ese
entonces se desmoronaba a pedazos.
Misil Cóndor 2 |
Aunque los norteamericanos
tenían minuciosas informaciones sobre
los programas misilisticos de Iraq, hubo uno del cual –y aunque pareciera
increíble- no se sabía mucho y ese era misil “Al Bakr 2”. Este prototipo
había nacido del programa argentino-egipcio “Cóndor 2” y que tras el abandono
de los argentinos, los egipcios realizaron su propio desarrollo y que tras la
intervención de Bagdad en el proyecto, lo mejoraron con modificaciones y la
instalación de un sistema de guía inercial con la intensión de convertirlo en
un misil de mayor capacidad de carga destructiva, mayor alcance y precisión.
En la primera etapa los
ingenieros iraquíes y sus colegas coreanos, lograron una variante con
propósitos navales que se llamó “Al Bakr” el cual logró un alcance máximo de
850 kms y con una discutible eficacia para golpear blancos navales.
Supuestamente, el proyecto ambicionaba poder localizar un buque en medio del
mar y hundirlo de un golpe, algo muy difícil para el tipo de trayectoria que
desarrollaba, similar a la de los misiles balísticos SS-Scud diseñados para
ataques “superficie-superficie”.
Al parecer tras haberse probado
con un regular éxito contra instalaciones portuarias iraníes en las últimas
etapas de la guerra, Saddam Hussein habría ordenado seguir con las mejoras para
encontrar la excelencia técnica que perseguía el proyecto inicial. Contra
blancos fijos, el “Al Bakr” fue letal y prueba de ello fue el golpe directo
sobre el edificio del comando militar de la coalición en la base saudí de Al
Darahan que habría sido guiado con un dispositivo de radio señal colocado
previamente en el edificio. Al parecer Saddam si tenía un arma secreta y aún
tenía otra con mayor alcance: el “Al Bakr 2”. Con casi el doble del largo de su
gemelo y con un diámetro en su parte inferior de 1.20m, éste misil era una
bestia bastante difícil de esconder aunque, los iraquíes supieron mantenerlos
ocultos hasta su uso. Algunos lo
describieron muy similar al “SS-18” pero tenía un problema y era que no
contaban con un TEL equipado para moverlo como a los Scud.
Las informaciones sobre su
existencia fueron muy controvertidas y en algún momento represento un embarazo
para Washington cuando la comunidad internacional comenzó a cuestionar el uso
de elementos químicos contra los kurdos del norte y no porque hubiera un
interés leal y humanitario hacia las
poblaciones kurdas, sino más bien porque eran armas que habían sido vendidas
por laboratorios norteamericanos, alemanes y británicos.
Eran los ochentas y Washington
tenía a Bagdad y en particular a Saddam Hussein como un gran aliado en la
región que a su vez, con la influencia que
tenía sobre la OLP liderada por Yasser Arafat que para 1988 empezaba a
entablar negociaciones con Israel, representaba sin dudas una ventaja nada
despreciable para Tel Aviv aunque no
quisieran reconocerlo.
Pero pese a ello y a éste
matrimonio de conveniencias, como tal, no podía prosperar. Con la crisis de
Kuwait en 1990, Saddam ordenó que se ensamblaran en secreto los poderosos
misiles “Al Bakr 2” que se hallaban diseminados en partes en bases aéreas del
sur de Bagdad, Naseriya y Samarra. Las cabezas armadas y el mecanismo de guía
permanecían muy bien guardadas en Bagdad mientras que los propulsores y los
depósitos de combustible fueron trasladados por la noche y por rutas secretas en
grandes camiones MZKT de origen soviético.
La particularidad de éste vector
era que tenía dos etapas, lo que le daba capacidad de alcanzar mayor altura
imposibilitando su intercepción y una vez a una altura determinada enfilar en
ángulo de caída sobre el blanco.
Para
algunos especialistas éste tipo de misil tendría la capacidad para llevar una
letal carga de agentes químicos con la intensión de esparcirlos como una nube
desde gran altura. Si se hubiera filtrado semejante trascendido, habrían habido
serias dificultades para que muchos gobiernos intervinientes aceptaran participar en la
coalición multinacional.
Según se había informado, el
problema que tenía el manejo de este tipo de misil balístico era que carecía de
un transporte similar al TEL de los “SS-SCUD” y que, a pesar de haberlo
intentado, los ingenieros iraquíes no
lograron implementar un sistema similar.
Lo único que les quedaba a los iraquíes era trasladarlos a puntos fijos en el
terreno, levantarlos con grúa sobre una torre improvisada y desde allí
lanzarlos. Algunos especularon que
Hussein no pidió la ayuda de la URSS porque creía que éste proyecto debía ser
TOP SECRET y nadie, incluso uno de sus mejores
vendedores de armas, no debían estar al tanto de esto. Desde el punto
táctico, eso era muy riesgoso dado que si los aviones los detectaban eran
blancos muy fáciles de eliminar. Pero una vez que eran lanzados, la base de
lanzamiento ya dejaba de ser un objetivo de importancia.
No había dudas de que los
israelíes tenían bastante por qué temer. Pero además de ello, Tel Aviv vivía
buscando sabotear todos los programas tecnológicos de Iraq y en general los
aeroespaciales de los países árabes e islámicos. Es muy seguro de que hubieron
estado al tanto de éste proyecto iraquí, pero por la presencia de EEUU no
pudieron detenerlo por sus propios medios.
Cuando llegaron los
estadounidenses en 2003, varios proyectos militares iraquíes desaparecieron de
sus bases. Incluso se ha señalado que habían en existencia algunos misiles “Al
Bakr” almacenados en bases militares que de algún modo y junto a los diseños
del “Al Bakr 2” fueron llevados a Irán, lejos de las manos norteamericanas.
Para algunos prueba de ello son, las semejanzas que existen entre éste misil iraquí
con el misil iraní “Sejjid 2”, que además de la silueta dobla el alcance que
tenía el “Al Bakr 2”, lo que representa una mejora técnica superlativa como
proyectil de mediano alcance.
La caída de un bólido en la zona
de refinerías del puerto Al Ruwais en los Emiratos Árabes Unidos en aquella
noche del 10 de febrero de 1991, pese a no haberse reportado como ocurrido, más
que un SS-SCUD habría sido un prototipo de éste monstruo “Al Bakr 2” que además
de haber sido visto unos minutos antes por varios pilotos norteamericanos a una altura por encima de su techo de
operatividad, que paso impunemente sobre
Bahrein y Qatar, había logrado llegar casi a la entrada del golfo lo que para
ese entonces era impensable.
1-
CONSECUENCIAS DE
LAS ARMAS QUÍMICAS: EL INCIDENTE AL DE JUBAIL. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2015/10/veteranos-de-ayer-consecuencias-de-las.html
2-
PRECEDENTES
NAVALES DE CONTAMINACIÓN QUÍMICA. http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2015/10/veteranos-de-ayer-precedentesnavales-de.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario