lunes, 14 de diciembre de 2015

EN DEBATE


“YIHADISTAS ARGENTINOS EN EL LEVANTE: ¿REALIDAD O FICCIÓN?”

Por qué de la nada y con notable coincidencia con la asunción de Macri, se habla de argentinos e ISIS


Por Charles H. Slim y Danny Smith

Casualmente y no pasadas unas horas de la asunción del nuevo gobierno en Argentina, comenzaron a escucharse los rumores de que en las lejas tierras del Medio Oriente, sumidas en una guerra interminable, varios  ciudadanos argentinos habrían estado o aún estarían combatiendo a favor de ISIS. Según informes de inteligencia, entre los llamados “yihadistas exóticos” del EI estarían unos  26 argentinos que habrían llegado especialmente para  pelear en  Siria en las filas de la franquicia. Pero para ser mayormente preciso con los términos, es erróneo hablar de “yihadistas” –institución islámica bastante vapuleada por los medios- dado que  está  archi comprobado que en éste conflicto, hay organizaciones mercenarias solventadas  y sustentadas por potencias extranjeras.

Lo interesante de esta noticia es el momento en que se pone a rodar con tanta notoriedad, especialmente en medios argentinos, sabidamente desinteresados en la cruda realidad de lo qué allí está ocurriendo. Pues, como todo, este supuesto evento tendría una conveniente explicación y la misma responde a un sector muy interesado en promoverla, debemos ver cuáles son las circunstancias que rodean esta información.

Como vemos hoy por hoy, hay un cambio de corrientes políticas en Latinoamérica que no parece mermar y que tienen una tendencia claramente favorable a intereses muy puntuales. El regreso de partidos conservadores y neoliberales mimetizados como “progresistas”, muy afines a los intereses de Washington  -y tangencialmente a Tel Aviv- parece ser la llave de ingreso para el desarrollo de las políticas más variadas –entre ellas la nueva guerra- que tiene preparado el país del norte. La asunción de Mauricio Macri en Argentina es solo una muestra de lo que parece ser la pauta para el resto de la región y ello tendrá sus consecuencias inmediatas, mediatas y otras a largo plazo.

En el caso de Argentina, el tema de una nueva geopolítica es central. Con una historia contemporánea de relaciones carnales  -y todo lo que ello implicó-  con Washington y por extensión con Londres, muchos están haciendo vaticinios sobre el regreso a esas “maravillosas épocas del uno a uno” en lo económico, pero de humillante postración en lo que hace a la soberanía política nacional. Aunque ello se pretendiera reeditar, hay que decirles con claridad a aquellos melancólicos  del “memenismo” que “los tiempos no son los mismos “ y los noventas han quedado muy atrás; tanto que las amenazas de ese entonces son un juego de niños comparado con  lo que hoy conllevaría jugar los juegos que tiene en danza Washington.

Con la excusa del “terrorismo”, tanto Washington como Tel Aviv ven la mejor oportunidad para reinsertarse en las áreas castrenses, de inteligencia  y policiales de Argentina, con la finalidad de traer su doctrina de seguridad, claramente salpicada de una ideología segregacionista y forjada extensamente sobre un largo  y corroborable  historial de violaciones a los derechos humanos. El riesgo que involucra una asociación con estos sectores, es casi imposible de prever  pero claramente sopesable por sus cercanos antecedentes.

Aún más, el peligro que esto implica, se ve claramente representado en la evolución y la metamorfosis que han sufrido las relaciones entre los estados –en especial entre EEUU, la UE con  África y Asia- y las consecuencias que han devenido de los abusos del intervencionismo unilateral estadounidense que, articulado desde el simple uso de la fuerza bruta hasta la puesta en marcha de complejas “operaciones negras”,  paso a ser ejercitado en sociedad por las viejas potencias neocolonialistas como Francia, Italia y por su puesto los siempre presentes Británicos, persiguiendo como principal objetivo, el control de los recursos energéticos de las naciones derruidas y la creación de regiones de inestabilidad  bajo un “caos controlado” que no solo sirven como “tapón” para países como Rusia y China,  sino también, como semilleros interminables para reclutamiento de elementos que más tarde serán usados en programas retorcidos –pero muy convincentes- como “Al Qaeda” en los finales de la década de los setentas o el “Islamic State of Iraq” –o Daesh- en momentos que finalizaba la desastrosa ocupación de Iraq  y que culminará reapareciendo como por arte de magia en 2014 como el “ISIS” hoy el “Estado Islámico”. 

Todo este andamiaje “terrorista”, que ha venido siendo financiado mucho antes de que toda esa confederación de mercenarios se lanzaran a Siria y por supuesto, mucho antes de que el Daesh capturara y traficara e petróleo de Siria e Iraq, estaba planificado con mucha antelación en los laboratorios y cuarteles de la inteligencia estadounidense e israelí. Y tan complejo es el entramado de esta componenda que se ha visto como dineros árabes compran hombres, armas y explosivos –rusos, israelíes, estadounidenses, europeos-, quienes a su vez venden de a toneladas fusiles, cañones antiaéreos de todas las guerras pasadas en la región, rezagos libios, iraquíes y todo tipo de “AK-47” robadas por los traficantes de armas relacionados con las agencias de inteligencia, quienes a su vez les permiten el comercio selectivo.  Todo esto, para lograr propósitos y objetivos que enmascarados detrás de esta supuesta “lucha”,  beneficiaran solo a Washington y Tel Aviv.

Precisamente y en relación a esto último,  la “guerra contra el terrorismo” es un negocio sucio, peligroso y sin reglas, que sin dudas Washington viene trayendo como propuesta de participación a cada uno de los gobiernos que están asumiendo en el Cono sur. En este sentido, no es una novedad sobre la presencia militar estadounidense en varios países de la región –incluyendo Argentina- , algo que en muchos casos no ha sido explicado por los gobiernos y que en realidad sería muy difícil de explicar.  

También, es otra realidad puesta al descubierto como agencias de inteligencia foráneas operan sin problemas dentro de las fronteras del país. Con los precedentes de dos atentados sin resolver  y la dudosa muerte del de por sí dudoso fiscal Alberto Nisman –implicado en actividades inconexas con sus funciones-, el nuevo gobierno se ha comprometido en retomar como verídicas las informaciones de la CIA y el Mossad, que se reflejan en esos informes falseados que constan en la voluminosa causa AMIA  en los cuales, se prefabricó la “pista iraní”, hipótesis vehementemente impulsada y financiada por los Lobbies sionistas estadounidenses.

Ni bien ganó el actual presidente –con confesados contactos con aquellas agencias-,  la dirigencia política judía argentina y los potentes lobbies sionistas locales e internacionales aunaron sus esfuerzos y recordaron a Macri su compromiso, no por resolver quién o quiénes son los verdaderos responsables de aquellos atentados y de la muerte de Nisman sino, de imputar a Irán de todo esto.  Lamentablemente y pese a las aseveraciones de Macri en su acto de asunción referidas a “una justicia independiente”,  con estas maniobras que nada tienen que ver con la justicia,  está procediendo en contra de lo prometido.

Haciendo un poco de historia, cuando se dieron ambos atentados, sin pruebas y sin la menor objetividad, los sectores del sionismo local –que no suelen ser judíos- levantaron inmediatamente sus dedos acusadores contra los musulmanes; incluso, muchos de los que hoy son parte del gobierno, pretendieron  argumentar  conexiones de “Al Qaeda” e “Irán” entre otras inconsecuencias insultantes que además de la ignorancia, revelan la clara tendencialidad arabofoba e islamofoba . Y ni hablar de las aseveraciones del entonces embajador de Israel Isaac Aviran que suelto de cuerpo dijo que –en referencia al Stablishment israelí- “ellos ya se habían encargado de los responsables” (¿Quiénes eran esos responsables?)

En este contexto sesgado y sugerente de un “terrorismo islámico” implicado en todo aquello, comienzan a rodar estas muy convenientes versiones de una participación de –y que como lo aclaramos al comienzo- “mercenarios” argentinos en Siria que muy probablemente sean verdaderas pero, que  no se entiende cómo no se detectaron antes. Pesquisar esto y comprometerse seriamente, haría muy difícil de explicar tanto  su reclutamiento, financiamiento y formación –dado que nadie va a una guerra sin adoctrinamiento-, lo que apuntaría a importantes e influyentes actores con suficientes recursos como para posibilitar esta movida, por lo cual, los comentarios de cirqueros mediáticos nacionales, solo se circunscriben a lo meramente efectista y nada más.

Sobre esto y desde muy lejos se han venido lanzando advertencias sobre oscuros planes por tratar de instalar este fenómeno de un pretendido “terrorismo seudo yihadista” en la región.  Desde hace años y proveniente de esos sionistas con sustento del norte, se trató de crear la paranoia de que “Hesbolla estaba en la Triple Frontera” o de que “tenía bases en Venezuela” y una sarta de tonterías más que buscaban mellar la imagen política del entonces  presidente Hugo César Chávez  y sembrar esa atmosfera islamofoba que se vive en EEUU o Europa.

Pero hoy por hoy, las circunstancias son diferentes y los que callan, son los principales interesados en que aquella creación artificial que se está devorando el Medio Oriente, venga a estos lares y cumpla con los objetivos de sus creadores: CREAR MIEDO y con ello, MAS VIGILANCIA.

Y las últimas señales de esa islamofobia en Argentina, pudieron sentirse inmediatamente sube este nuevo gobierno cuando sorpresivamente y bajo excusas pueriles cerraron el canal de temática islámica ANNUR.TV (2), que dicho sea de paso incomodaba  tanto a Israel como a los sectores “pro-israelíes” en Argentina.

Pero volviendo al tema de los “mercenarios argentos”, curiosamente estas advertencias no llegan del Departamento de Estado o del Departamento de Justicia estadounidense o de la CIA, o incluso desde  Tel Aviv; no, las advertencias habían venido siendo emitidas desde el Líbano, particularmente desde la organización de resistencia islámica “Hesbolla” que, de la voz del secretario general Sayed Hassan Nasrallah denunció públicamente los planes de aquellos mismos que estaban dañando a Siria, instalar el “yihadismo saudita” nada menos que en  Latinoamérica (2). Y pese a que los medios occidentales ignoraron totalmente esta noticia,  los orientales y en especial los rusos (3) e iraníes no tardaron en publicar los pormenores de esta alarmante información que no debería ser pasada por alto.

A pesar de que el artículo que reproduce RUSSIAN TODAY habla de México, la posibilidad se extiende a muchos otros países, incluido sin duda  a la Argentina.  En este sentido y con los rumores de “mercenarios argentinos” peleando para el EI, estas advertencias debieran ser oídas. El contenido del mismo solo hace una breve síntesis sobre una conclusión de algunos analistas –con los cuales no estamos de acuerdo- que tratan de argumentar que la región no ofrece la infraestructura ni las circunstancias político-sociales para que ello se pueda originar, sin tener en cuenta de que este mal llamado “fenómeno” es un programa bien diseñado, armado y dirigido  por agencias gubernamentales  y que está bien financiado por quienes, desde los claustros políticos y mediáticos internacionales claman combatirlo.   

Con esto a la vista y los rumores que se han estado oyendo, todos los argentinos debieran estar atentos a los pasos que ira tomando el gobierno de Macri y a las relaciones que trabara con Washington y Tel Aviv.
 
1-      HISPAN TV. “Hezbolá advierte amenaza terrorista saudí en Latinoamérica”. http://www.hispantv.com/newsdetail/El-Libano/60064/hezbola-advierte-amenaza-terrorista-saudi-latinoamerica
2-      ANNUR TV. http://annurtv.com/sitio/
3-      RT.com. “El Estado Islámico amenaza a México: ¿Corre América Latina el peligro de terrorismo yihadista? https://actualidad.rt.com/actualidad/192922-estado-islamico-amenaza-america-latina 



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