EN DEBATE
“YIHADISTAS
ARGENTINOS EN EL LEVANTE: ¿REALIDAD O FICCIÓN?”
Por qué de la nada y con notable coincidencia con la asunción de Macri, se habla de argentinos e ISIS
Por Charles H.
Slim y Danny Smith
Casualmente y no pasadas unas horas de la asunción del
nuevo gobierno en Argentina, comenzaron a escucharse los rumores de que en las
lejas tierras del Medio Oriente, sumidas en una guerra interminable, varios ciudadanos argentinos habrían estado o aún
estarían combatiendo a favor de ISIS. Según informes de inteligencia, entre los
llamados “yihadistas exóticos” del EI estarían unos 26 argentinos que habrían llegado
especialmente para pelear en Siria en las filas de la franquicia. Pero
para ser mayormente preciso con los términos, es erróneo hablar de “yihadistas”
–institución islámica bastante vapuleada por los medios- dado que está archi comprobado que en éste conflicto, hay
organizaciones mercenarias solventadas y
sustentadas por potencias extranjeras.
Lo interesante de esta noticia es el momento en que se
pone a rodar con tanta notoriedad, especialmente en medios argentinos,
sabidamente desinteresados en la cruda realidad de lo qué allí está ocurriendo.
Pues, como todo, este supuesto evento tendría una conveniente explicación y la
misma responde a un sector muy interesado en promoverla, debemos ver cuáles son
las circunstancias que rodean esta información.
Como vemos hoy por hoy, hay un cambio de corrientes
políticas en Latinoamérica que no parece mermar y que tienen una tendencia
claramente favorable a intereses muy puntuales. El regreso de partidos
conservadores y neoliberales mimetizados como “progresistas”, muy afines a los
intereses de Washington -y
tangencialmente a Tel Aviv- parece ser la llave de ingreso para el
desarrollo de las políticas más variadas –entre ellas la nueva guerra- que
tiene preparado el país del norte. La asunción de Mauricio Macri en Argentina es
solo una muestra de lo que parece ser la pauta para el resto de la región y
ello tendrá sus consecuencias inmediatas, mediatas y otras a largo plazo.
En el caso de Argentina, el tema de una nueva geopolítica
es central. Con una historia contemporánea de relaciones carnales -y todo lo que ello implicó- con Washington y por extensión con
Londres, muchos están haciendo vaticinios sobre el regreso a esas “maravillosas
épocas del uno a uno” en lo económico, pero de humillante postración en lo que
hace a la soberanía política nacional. Aunque ello se pretendiera reeditar, hay
que decirles con claridad a aquellos melancólicos del “memenismo” que “los tiempos no son los
mismos “ y los noventas han quedado muy atrás; tanto que las amenazas de ese entonces
son un juego de niños comparado con lo
que hoy conllevaría jugar los juegos que tiene en danza Washington.
Con la excusa del “terrorismo”, tanto Washington como Tel
Aviv ven la mejor oportunidad para reinsertarse en las áreas castrenses, de
inteligencia y policiales de Argentina,
con la finalidad de traer su doctrina de seguridad, claramente salpicada de una
ideología segregacionista y forjada extensamente sobre un largo y corroborable
historial de violaciones a los derechos humanos. El riesgo que involucra
una asociación con estos sectores, es casi imposible de prever pero claramente sopesable por sus cercanos antecedentes.
Aún más, el peligro que esto implica, se ve claramente
representado en la evolución y la metamorfosis que han sufrido las relaciones
entre los estados –en especial entre EEUU, la UE con África y Asia- y las consecuencias que
han devenido de los abusos del intervencionismo unilateral estadounidense que,
articulado desde el simple uso de la fuerza bruta hasta la puesta en marcha de complejas
“operaciones negras”, paso a ser
ejercitado en sociedad por las viejas potencias neocolonialistas como Francia,
Italia y por su puesto los siempre presentes Británicos, persiguiendo como
principal objetivo, el control de los recursos energéticos de las naciones
derruidas y la creación de regiones de inestabilidad bajo un “caos controlado” que no solo sirven
como “tapón” para países como Rusia y China,
sino también, como semilleros interminables para reclutamiento de
elementos que más tarde serán usados en programas retorcidos –pero muy
convincentes- como “Al Qaeda” en los finales de la década de los setentas o
el “Islamic State of Iraq” –o Daesh- en momentos que finalizaba la desastrosa
ocupación de Iraq y que culminará
reapareciendo como por arte de magia en 2014 como el “ISIS” hoy el “Estado
Islámico”.
Todo este andamiaje “terrorista”, que ha venido siendo
financiado mucho antes de que toda esa confederación de mercenarios se lanzaran
a Siria y por supuesto, mucho antes de que el Daesh capturara y
traficara e petróleo de Siria e Iraq, estaba planificado con mucha antelación
en los laboratorios y cuarteles de la inteligencia estadounidense e israelí. Y
tan complejo es el entramado de esta componenda que se ha visto como dineros
árabes compran hombres, armas y explosivos –rusos, israelíes,
estadounidenses, europeos-, quienes a su vez venden de a toneladas fusiles,
cañones antiaéreos de todas las guerras pasadas en la región, rezagos libios,
iraquíes y todo tipo de “AK-47” robadas por los traficantes de armas
relacionados con las agencias de inteligencia, quienes a su vez les permiten el
comercio selectivo. Todo esto, para
lograr propósitos y objetivos que enmascarados detrás de esta supuesta “lucha”, beneficiaran solo a Washington y Tel Aviv.
Precisamente y en relación a esto último, la “guerra contra el terrorismo” es un negocio
sucio, peligroso y sin reglas, que sin dudas Washington viene trayendo como
propuesta de participación a cada uno de los gobiernos que están asumiendo en
el Cono sur. En este sentido, no es una novedad sobre la presencia militar
estadounidense en varios países de la región –incluyendo Argentina- ,
algo que en muchos casos no ha sido explicado por los gobiernos y que en
realidad sería muy difícil de explicar.
También, es otra realidad puesta al descubierto como
agencias de inteligencia foráneas operan sin problemas dentro de las fronteras
del país. Con los precedentes de dos atentados sin resolver y la dudosa muerte del de por sí dudoso fiscal
Alberto Nisman –implicado en actividades inconexas con sus funciones-,
el nuevo gobierno se ha comprometido en retomar como verídicas las
informaciones de la CIA y el Mossad, que se reflejan en esos informes falseados
que constan en la voluminosa causa AMIA
en los cuales, se prefabricó la “pista iraní”, hipótesis vehementemente
impulsada y financiada por los Lobbies sionistas estadounidenses.
Ni bien ganó el actual presidente –con confesados
contactos con aquellas agencias-, la
dirigencia política judía argentina y los potentes lobbies sionistas locales e
internacionales aunaron sus esfuerzos y recordaron a Macri su compromiso, no
por resolver quién o quiénes son los verdaderos responsables de aquellos
atentados y de la muerte de Nisman sino, de imputar a Irán de todo esto. Lamentablemente y pese a las aseveraciones de
Macri en su acto de asunción referidas a “una justicia independiente”, con estas maniobras que nada tienen que ver
con la justicia, está procediendo en
contra de lo prometido.
Haciendo un poco de historia, cuando se dieron ambos
atentados, sin pruebas y sin la menor objetividad, los sectores del sionismo
local –que no suelen ser judíos- levantaron inmediatamente sus dedos
acusadores contra los musulmanes; incluso, muchos de los que hoy son parte del
gobierno, pretendieron argumentar conexiones de “Al Qaeda” e “Irán” entre otras
inconsecuencias insultantes que además de la ignorancia, revelan la clara
tendencialidad arabofoba e islamofoba . Y ni hablar de las aseveraciones del
entonces embajador de Israel Isaac Aviran que suelto de cuerpo dijo que –en referencia
al Stablishment israelí- “ellos ya se habían encargado de los responsables”
(¿Quiénes eran esos responsables?)
En este contexto sesgado y sugerente de un “terrorismo
islámico” implicado en todo aquello, comienzan a rodar estas muy convenientes
versiones de una participación de –y que como lo aclaramos al comienzo- “mercenarios”
argentinos en Siria que muy probablemente sean verdaderas pero, que no se entiende cómo no se detectaron antes.
Pesquisar esto y comprometerse seriamente, haría muy difícil de explicar tanto su reclutamiento, financiamiento y formación –dado
que nadie va a una guerra sin adoctrinamiento-, lo que apuntaría a
importantes e influyentes actores con suficientes recursos como para posibilitar
esta movida, por lo cual, los comentarios de cirqueros mediáticos nacionales,
solo se circunscriben a lo meramente efectista y nada más.
Sobre esto y desde muy lejos se han venido lanzando
advertencias sobre oscuros planes por tratar de instalar este fenómeno de un pretendido
“terrorismo seudo yihadista” en la región.
Desde hace años y proveniente de esos sionistas con sustento del norte,
se trató de crear la paranoia de que “Hesbolla estaba en la Triple Frontera” o
de que “tenía bases en Venezuela” y una sarta de tonterías más que buscaban
mellar la imagen política del entonces presidente Hugo César Chávez y sembrar esa atmosfera islamofoba que se
vive en EEUU o Europa.
Pero hoy por hoy, las circunstancias son diferentes y los
que callan, son los principales interesados en que aquella creación artificial
que se está devorando el Medio Oriente, venga a estos lares y cumpla con los
objetivos de sus creadores: CREAR MIEDO y con ello, MAS VIGILANCIA.
Y las últimas señales de esa islamofobia en Argentina,
pudieron sentirse inmediatamente sube este nuevo gobierno cuando
sorpresivamente y bajo excusas pueriles cerraron el canal de temática islámica
ANNUR.TV (2), que dicho sea de paso incomodaba tanto a Israel como a los sectores “pro-israelíes”
en Argentina.
Pero volviendo al tema de los “mercenarios argentos”, curiosamente
estas advertencias no llegan del Departamento de Estado o del Departamento de
Justicia estadounidense o de la CIA, o incluso desde Tel Aviv; no, las advertencias habían venido
siendo emitidas desde el Líbano, particularmente desde la organización de
resistencia islámica “Hesbolla” que, de la voz del secretario general Sayed
Hassan Nasrallah denunció públicamente los planes de aquellos mismos que
estaban dañando a Siria, instalar el “yihadismo saudita” nada menos que en Latinoamérica (2). Y pese a que los medios
occidentales ignoraron totalmente esta noticia,
los orientales y en especial los rusos (3) e iraníes no tardaron en
publicar los pormenores de esta alarmante información que no debería ser pasada
por alto.
A pesar de que el artículo que reproduce RUSSIAN TODAY
habla de México, la posibilidad se extiende a muchos otros países, incluido sin
duda a la Argentina. En este sentido y con los rumores de
“mercenarios argentinos” peleando para el EI, estas advertencias debieran ser
oídas. El contenido del mismo solo hace una breve síntesis sobre una conclusión
de algunos analistas –con los cuales no estamos de acuerdo- que tratan
de argumentar que la región no ofrece la infraestructura ni las circunstancias
político-sociales para que ello se pueda originar, sin tener en cuenta de que
este mal llamado “fenómeno” es un programa bien diseñado, armado y dirigido por agencias gubernamentales y que está bien financiado por quienes, desde
los claustros políticos y mediáticos internacionales claman combatirlo.
Con esto a la vista y los rumores que se han estado
oyendo, todos los argentinos debieran estar atentos a los pasos que ira tomando
el gobierno de Macri y a las relaciones que trabara con Washington y Tel Aviv.
1- HISPAN TV. “Hezbolá advierte amenaza terrorista saudí en Latinoamérica”. http://www.hispantv.com/newsdetail/El-Libano/60064/hezbola-advierte-amenaza-terrorista-saudi-latinoamerica
2- ANNUR TV. http://annurtv.com/sitio/
3- RT.com. “El Estado Islámico amenaza a México: ¿Corre América Latina el
peligro de terrorismo yihadista? https://actualidad.rt.com/actualidad/192922-estado-islamico-amenaza-america-latina
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