viernes, 8 de septiembre de 2017

EN DEBATE





“RETIRADA EN DESBANDE”

Tras la firma de la orden ejecutiva que obliga la salida de los asesores militares estadounidenses de Siria y los veloces avances del ejército árabe sirio en recuperar amplias superficies de territorio en manos de los mercenarios, surge la cuestión ¿Es un retirada definitiva de EEUU?




Por Charles H. Slim
Si alguien tenía dudas de que EEUU ha perdido definitivamente la pulseada por derrocar al legitimo gobierno sirio y establecer su estrategia del caos en la región, ahora puede sacárselas con los repentinos cambios que se han venido dando desde que el presidente Donald Trump, con la notoria aversión del estado profundo y de los sectores del neocon que instigan desde las Cámaras de representantes, ordenó el retiro de los asesores militares y de inteligencia que estaban destacados  en “Al Tanf”.

Pero ello no significaría que abandonarían a sus “yihadistas especiales” del “Daesh”. Si bien no tuvieron problemas en darle la espalda a los esbirros extranjeros que colaboraban con el embuste del “Ejército Libre Sirio” que entrenaban en la base de “Al Tanf”, eso no ocurrió con los jefes de aquella franquicia seudo-yihadista creada por el Pentágono en épocas de la ocupación de Iraq.

Incluso algunas fuentes confiables filtraron que para finales del mes de agosto cuando el avance de las tropas sirias a Deir Ezzor se hacía imposible de obstaculizar, se realizaron discretas evacuaciones de varios comandantes del “Daesh”, especialmente aquellos de origen europeo y estadounidenses. Los encargados de este “rescate” fueron nada menos que las fuerzas especiales estadounidenses  quienes sacaron en helicópteros, a más de veinte de éstos personajes y a sus familias antes de que los misiles crucero rusos pulverizaran los centros de mando de lo que quedaba de la franquicia de la CIA (Red Voltaire.org. “Pentágono evacuó de Deir Ez Zor a comandantes de Daesh”. http://www.voltairenet.org/article197780.html )

Ello revela –como se vio en Iraq durante 2015 y 2016- que lo que Ankara denunció públicamente a mediados del año pasado, referido a que EEUU era quien estaba detrás del “Estado Islámico”, estaba bien fundado. Ante incongruencias como éstas y otras incontables evidencias de esta oscura connivencia, Donald Trump decidió terminar con los nexos que sustentaban estas operaciones. 

Aunque ello supuso el presunto epilogo de la intervención solapada del Pentágono en Siria y el supuesto traslado de los militares norteamericanos y británicos al norte bajo control kurdo, lo cierto  que parece que sus ex “rebeldes moderados” al verse traicionados, han tomado la determinación de agredirles en donde los encuentren.

Según varias fuentes, el abandono presuroso de las tropas norteamericanas y de sus colegas británicos no fue para nada distendido. Disparos de fusiles y hasta de morteros fueron algunos de los sonidos que precedieron a la retirada de los militares occidentales quienes en un estado de histeria, solicitaban la pronta asistencia de cobertura aérea para repeler “fuego hostil”. Lo extraño de este suceso sería que dicho fuego provenía de los grupos que ellos habían estado financiando y armando hasta no hace más de un mes.

Como han señalado algunos comandantes de estos grupos preparados por la CIA y que fueron súbitamente relegados por la decisión del la Casa Blanca, “ahora estamos por nuestra cuenta” (habría expresado uno de ellos) dejando en claro que toda fuerza extraña dentro del territorio sirio –incluyendo a los norteamericanos- es un blanco legitimo. Ello ha llevado a que los asesores en Langley y el Pentágono se cuestionen si ello significaría que estos grupos se unirán al ejército árabe sirio y dirigirán sus armas contra el último embuste que EEUU logra mantener en la región como el “ISIS”.

Pero mientras los generales y los jefes de la CIA recalientan sus cabezas para pronosticar como puede terminar todo esto, los hechos sobre el terreno hablan por sí solos y los incidentes contra sus tropas crece día a día y por parecen encontrar la protección que suponían en las zonas controladas por los grupos kurdos.  Y es que tampoco hay una cohesión sólida entre los kurdos en lo referente a su simpatía con los norteamericanos; muchos saben desde el comienzo que el “Daesh” ha sido una maniobra orquestada por la CIA con la complicidad de sectores de su comunidad, en especial las que se vinculan con el gobierno autónomo del Kurdistán iraquí manejado desde hace años por la mafia de Mazud Barzani y Cía.

En ese mismo sentido, no hay que olvidar que una gran mayoría de los kurdos que viven en la región noroeste entre Siria e Iraq, son en su mayoría musulmanes de la rama sunita y han sufrido tanto como los otros musulmanes sunitas árabes de la región, con quienes no hay más diferencias que un trasfondo étnico. Esto a su vez, llevo a que se produjeran “extrañas” coaliciones temporales entre kurdos y los grupos de la resistencia iraquí y con el mismo “Daesh” cuando llego en 2014, convencidos éstos últimos de que era la oportunidad para desbancar al gobierno colaboracionista de Nouri Al Maliki en Bagdad.

Por otra parte y desde Ankara (parte en todo esto), se ve con un gran interés el repentino giro de las cosas que ha obligado a sus anteriores “amigos” –los estadounidenses- a correr por sus vidas y no llegar a caer en las manos de los especialistas en cortar cabezas de cuajo. No es una broma. Según algunos reportes de inteligencia que ventilaron la situación de la moral de los soldados y oficialidad estadounidense en operaciones contra el “Daesh” en el norte de Iraq, revelaban problemas de pánico, insomnio y severos desordenes de personalidad en muchos de sus efectivos por el terror que les causa la posibilidad de caer prisioneros de los combatientes del “Estado Islámico” que no solamente estaba conformado por el “Daesh” sino también por agrupaciones iraquíes armadas.

En medio de todo este desorden, Turquía no ha perdido el tiempo y ya se halla la tarea de reforzar las conquistas de territorio sirio mediante una “turquización” que entre otros lugares, se está llevando a cabo en la ciudad siria de “Al Bab”, fronteriza con Turquía desde donde realizara actividades comerciales irregulares (Red Voltaire.org. “Turquización de Al Bab”. http://www.voltairenet.org/article197677.html )

Tampoco hay que olvidar la ocupación de la localidad de Bashiqa en Iraq, que pese a no haber ningún tipo de argumento que justifique esta violación del derecho internacional y de la soberanía iraquí, sigue allí estacionadas tropas turcas.

Por su parte, Tel Aviv también tiene mucho que ver en todo este drama. 
Acostumbrado a pasar desapercibido en sus maniobras sucias, la dinámica incontrolable de los acontecimientos y las torpezas imposibles de ocultar por parte de los mismos que crearon al “Daesh” y lo desplegaron sobre el terreno, han dejado caer el telón detrás del cual también se escondía el contacto israelí, colaborando con fondos, armas y asesores para estimular el separatismo kurdo de la llamada “Rojava” para que desintegre el territorio de la república árabe siria.

Para ello se puso en marcha una gran maquinaria de propaganda y de mitología mediática, usando –entre otros recursos- a las mujeres kurdas como un símbolo del sacrificio por la autonomía de un pueblo que busca su propio destino con la guía de un sistema “democrático”, esto último un gastado cliché que además de inexistente, revela quienes son los guionistas detrás de escena.

Sin lugar a dudas de que el principal apoyo israelí radica en la organización y financiamiento de  éste proyecto para el cual, cuentan con la inestimable colaboración de las autoridades del “Kurdistán iraquí”, socios junto a la CIA y Ankara para dejar pasar al “Daesh” en junio de 2014.  

Pero como hemos visto eso se terminó y el último recurso que les quedaba a los norteamericanos para argumentar su apoyo a los “rebeldes moderados”  se ha visto desarmado sin lugar a dudas por el avance de las fuerzas sirias pero en particular, por el dominio de las fuerzas aeroespaciales rusas que han ido abriendo el camino para, entre otros objetivos, desalojar  a los grupos entrenados por Washington. Ante esto parece que Washington no ha considerado otra opción que la de la retirada presurosa.







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