INTERNACIONAL
“FRANCIA EN MARCHA”
El triunfo de Macron era una alternativa esperable y ahora que ha logrado llegar al poder surge la pregunta ¿Hacía dónde marchara Francia?
Por Pepe Beru
Tal como lo
habían especulado varios analistas, el triunfo de Emmanuel Macron ha sido sin
dudas el triunfo de la derecha liberal francesa, algo que sin lugar a dudas
llena de beneplácito a los sectores empresariales y de las finanzas tanto
francesas como de la Unión Europea. El triunfo en la segunda vuelta ya es
historia y el nuevo mandatario deberá
hacer frente a problemas internos y externos que no pueden esperar.
Macron
deberá honrar su slogan de campaña y “poner en marcha” un país fracturado
socialmente, con serios problemas económicos y poner en claro cuál será de aquí en adelante
la política externa de París.
Más
allá de los complicados problemas internos irresueltos por el gobierno de
Hollande, Macron hereda una situación exterior bastante compleja y que por lo
que puede intuirse, mantendrá sin cambios su agenda ligada a los planes de EEUU
y Gran Bretaña en los escenarios del norte de África y el Medio Oriente.
Hay
que destacar el papel de los medios conservadores franceses en éste triunfo que
sin lugar a dudas, fue gravitante para volcar la voluntad de los indecisos que
no sabían cómo definir su voto, señalado que el grado de abstención fue el más
alto registrado en las elecciones del país. En este sentido, ganó el temor
infundido por los titulares panfleteros que hablaban del “peligro del fascismo”
o de la “ultraderecha” que pusieron deliberadamente en cabeza de Marine Le Pen
y el Frente Nacional. Igualmente, pese a las calificaciones escandalosas que en
apariencias sirvieron para ahuyentar a los contados votantes que acudieron a
las urnas, los ciudadanos franceses no tardaran mucho en darse cuenta que el
verdadero fascismo, el de etiqueta y de los altos círculos influyentes de Champs
Elysées de París, es el que ha llegado al poder.
Drahi y Macron |
Como
no entender entonces, que la crema innata de la sociedad francesa haya
descorchado costosas botellas de champagne para celebrar por esta prometedora
era en la cual sus negocios pueden trepar hasta lo más alto ya que, “hay un
amigo en el poder” que abrirá las puertas a magnificas oportunidades que no
contempla al populacho. De esta manera los empresarios de los influyentes
medios como Parisien, Le France y Aujourd´hui Echos no pudieron sacarse
las sonrisas de sus caras mientras, acompañados por sus costosas compañeras,
brindaban por el nuevo mandatario. Infaltable la presencia del magnate de los
medios franco-israelí Patrick Drahi quien puso su confianza en Macron y que
tiene una influencia superlativa en el medio.
Esto
significa que “todo está en orden” y que los riesgos de que un gobierno como el
que hubiera encabezado Marine Le Pen se acercara a Moscú, han sucumbido. Es por
ello y como lo informan varios artículos de investigación, otros que respiran
aliviados por esto son los representantes de las embajadas de los países que
intervinieron dentro de las elecciones y que no precisamente son los rusos o
chinos, sino EEUU y aliados tales como Alemania, Canadá, Bélgica, Italia en
fin, la OTAN (GLOBALRESEARCH. http://www.globalresearch.ca/french-presidential-election-2017-nothing-succeeds-like-success-macron-selected-billionaires-and-bankers-rejoice/5589098 ).
Para
la mayoría de los franceses nada nuevo bajo el sol y mucho menos para las
clases pobres descendientes de árabes y turcos que son el blanco oportuno de
todo tipo de injurias y agresiones por parte de intelectuales y fuerzas de
seguridad. Por ello no fue algo casual y curioso que tras conocerse los
resultados, estallaran varias manifestaciones y violentos choques callejeros en
pleno París, que dejaban en claro el desagrado por la llegada al poder de éste
tecnócrata neoliberal disfrazado de independiente centrista. La noche del
domingo a la madrugada del lunes 8 de mayo, la violencia callejera se extendió
sin pausa en el este de París, en Nantes, Lyon, Estrasburgo y Poitiers dejando
un centenar de arrestados y cuantiosos daños en la vía pública.
Desde
estas perspectivas, pareciera que será muy difícil para Macron superar las
rajaduras que existen en la cohesión nacional que se ven profundizadas por la
pobreza estructural, la corrupción y el serio problema de empleo que no parece
tener fondo. A todo ello, el tema de la inmigración sigue siendo uno de los
temas acuciantes dentro de una sociedad cosmopolita como la francesa,
mayoritariamente nutrida de inmigrantes árabes y turcos nacida de las pretéritas
políticas colonialistas y que desde la aventura en el norte de África en 2010 y
la participación en el complot contra Siria, han desatado una avalancha de
refugiados musulmanes que han alimentado a los grupos de odio islamofobos y
claramente antisemitas de los cuales sacan partido algunos sectores políticos entrelazados
con del establishment francés.
Con
este resultado, la elite se ha asegurado la continuidad de los lineamientos de
Sarcozi y Hollande por lo que, no solo los franceses de a pie deberán agarrarse
de sus sillas sino también, los países que son han venido siendo el objetivo de
intromisiones en los asuntos internos como se sabe muy bien están llevando
adelante en Libia y Siria.
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