NACIONAL
“OBAMA
CAE EN BUENOS AIRES”
¿Cuáles serían los motivos centrales de la inedita visita de Obama a la Argentina?
Por
Dany Smith
Próximamente, la llegada a Buenos Aires del presidente
norteamericano Barack Obama es sin lugar a dudas, un acontecimiento relevante
en la vida política de Argentina y de la región del cono sur. Igualmente de
importante lo es para el gobierno argentino que, dicho sea de paso, se
encuentra en la misma frecuencia ideológica del Stablishment estadounidense.
Ahora bien ¿qué significa para Obama y particularmente para los que
verdaderamente manejan el poder en Washington, la visita a la Argentina? Para responder a esta cuestión, deberíamos ver
antes el contexto en el que se realiza esta visita.
Sin
dudas que el momento político para La Casa Blanca y para los EEUU en particular
no es el mejor. Con el incremento de las tensiones con la Federación rusa por
los asuntos en Ucrania y Siria, se agregan los roces con China, a quien la
Armada estadounidense ha venido maniobrando en el mar de la China y sobre sus
aguas meridionales –en torno a las islas Triton- , con claras
intensiones de medir las capacidades de respuesta de la Armada asiática, que
dicho sea de paso, tiene convenios de colaboración con la Armada de la
Federación rusa. Es en este tipo de
incidentes, en los que varios expertos opinan que “hay una deliberada intensión
de EEUU por abrir un frente bélico en Asia” siendo sus principales motivos, el
mantener en marcha la lucrativa economía bélica que ha sido el motor para la
recaudación de dinero, bienes y riquezas varias que además de enriquecer a los
magnates de la industria armamentística, proveen al estado norteamericano los
incentivos y las justificaciones para mantener “el estado de movilización
permanente” que para la industria armamentística y sus empresas satélite representan
miles de millones de dólares al año.
A
todo ello, el mandatario norteamericano debe agregar el crecimiento de su
impopularidad doméstica en el marco de un crecimiento de la tasa de desempleo, el
crecimiento astronómico de la deuda pública y los problemas que surgen de cada
vez más complejas situaciones entre las empresas de servicios y el consumidor,
sus contradicciones en el tema del “ISIS” y las impopulares medidas para involucrarse
aún más en los conflictos que aquella franquicia ha creado dentro de Siria e
Iraq, para citar a los más conocidos.
En
el aspecto de los derechos humanos, Obama no ha repuntado en la imagen que los
EEUU se ganaron tras la puesta en evidencia, que sus agencias de inteligencia y
sus fuerzas militares de ocupación, desarrollaban y siguen desarrollando torturas, abusos y ejecuciones sumarias contra prisioneros de
los países invadidos. A pesar de que en 2009 el mandatario fue galardonado con
el “Nobel de la Paz”, los asesinatos selectivos
de la CIA, los bombardeos con DRONES y las acciones intrusivas contra la
soberanía de otros países siguen sin pausa.
Fue
precisamente en este tema, que Obama baso su campaña electoral para llegar a la
Casa Blanca, en medio de la indignación internacional por las aberraciones
comprobadas en los campos de concentración en Iraq, Afganistán y el insólito Dungeon
para musulmanes de Guantánamo, ubicado a pocos kilómetros de la Cuba
“Castrista”. En este sentido allá por junio del 2007 afirmó “Vamos a cerrar
Guantánamo. Vamos a restaurar el Habeas Corpus. Vamos a dar ejemplo no solo con
palabras, sino con hechos. Esa es nuestra visión para el futuro”. Otra de
sus promesas fue dejar de lado la política de agresión y de sometimiento a las
naciones más pequeñas y con claras desventajas cuando por septiembre del 2014 aseveró “Las
naciones más grandes no deberían poder intimidar a las más pequeñas” y una pléyade de promesas más que fueron
rotas tan rápido llego a la Casa Blanca. Una contradicción muy acorde a la
actual situación de virtual guerra fría con la Federación rusa, es aquella en
la cual había prometido reducir el costo y los gastos para la defensa queriendo
mostrar que buscaba la paz, incluso reduciendo el poder militar de su país.
Pero, no tardo en contradecir estas promesas cuando en Julio del 2008 aseveró “Necesitamos
más tropas, más helicópteros, más Drones Predator en la región de la frontera
Afgana”. Incluso, sus contradicciones han llevado a desatar las
incertidumbres de israelíes y palestinos ante posturas que son imposibles de
reconciliar.
Para
los anglófilos y partidarios de la american way estos antecedentes son
cosas del pasado e incluso la visita de Obama es tan o más importante
que la del Papa, dejando a la vista que todas las incongruencias y los
desatinos del mandatario no cuentan al momento de meritar su importancia
política.
Desde
el punto de vista de la agenda de la política estadual, Obama seguramente trae
más pretensiones que ofrecimientos, algo que, asombrosamente, no causa
inquietudes en la Rosada. Y pese a que la visita es particularmente importante
para el gobierno de Mauricio Macri, aunque cueste creerlo, la misma representa una gestión vital para los
intereses de EEUU. Entre los temas en la agenda de Obama estaría el nuevo rol
de la Argentina en el contexto del enfrentamiento con Rusia, China e Irán que
sigue su progresivo agravamiento y con una cuenta regresiva en marcha. Con la base china en Neuquén y los
inconvenientes que ello supone para las operaciones de inteligencia electrónica
a cargo del Pentágono, es seguro que Obama traiga un plan especifico para
contrarestar este asunto. En este
sentido, una de las propuestas que traería consigo el mandatario es la de un “estrechamiento
en el área militar” que bajo el rótulo de la “cooperación”, haga posible la instalación de una base aérea
permanente en el sur, algo de lo cual han venido corriendo rumores
extraoficiales.
Pero
a nivel mediático, no se ha mencionado ni se mencionaran estos tópicos. Desde
las versiones oficiales, se trata de una “agenda bilateral” en la cual Obama y
Macri trataran varios temas de capital importancia para ambos países,
especialmente enfocados sobre los económico y financiero; pero en la realidad,
es imposible que haya una agenda similar ya que entre Argentina y los EEUU no
existe una situación de paridad y menos
aún de similitudes que pueda generar una conversación entre “iguales”. Por lo
que, los puntos de la agenda de Washington vienen para ser entregados y puestos
en macha sin ningún tipo de condiciones por el gobierno argentino.
El
punto gravitante para exponer como “muy positivo” por parte del gobierno de
Argentina ante la opinión pública es el económico y en especial en lo que se refiere al regreso
de las inversiones privadas que “traerían capitales que reactivarían el
desarrollo y el empleo”; ¿acaso no se trata de un deja vu? Y es que este
argumento fue el mismo que por allá en la década de los noventas, el menemismo y
en especial el ministro Domingo Felipe Cavallo puso sobre la mesa para
sustentar aquellas relaciones carnales que culminaron siendo una verdadera
violación.
Pero
más allá de la repetida cantinela de las “inversiones privadas” y negociados
que llenaran los bolsillos de los altos ladrones de la City y de los grupos
concentrados –repitiendo el zaqueo de la década menemista- Obama trae
consigo puntos en la agenda que son bastantes oscuros. Uno de ellos es el tema
de las políticas de inteligencia y seguridad a las que Argentina deberá
comenzar a implementar, como parte de los intereses de la “seguridad nacional”
que Washington despliega en su “lucha
contra el terrorismo” y que dicho sea de paso, ha servido para controlar los
asuntos internos y a los individuos sospechosos de cada país. Los puntos que
Obama trae consigo han sido elaborados por el director de la CIA John Brennan
quien, además de ser responsable de las últimas acciones de su agencia en
Siria, Iraq, Afganistán y Pakistán, había revelado sus conclusiones para acabar
con los gobiernos progresistas de la región.
Sin
dudas, ésta área del estado comenzara a trabajar con mayor dedicación y prolijidad bajo el estricto
seguimiento de la “agencia”, que no permitirá irresponsabilidades y menos aún
la inclusión de aficionados políticos que solo han venido aprovechando éste órgano
(AFI) para sus propios intereses. En el
juego que la CIA tiene montado desde hace ya quince años, no hay lugar para
desprolijidades que puedan significar la filtración informativa que tanto ha
venido molestando a las políticas de Washington.
En
conclusión, la visita de Obama no es más que la preparación del terreno para su
futuro reemplazante en la Casa Blanca, que muy seguramente –y como se ha
estado viendo en la evolución política interna- será la inefable Hillary
Clinton que pueden creerlo o no, a pesar de estar bajo investigación ante el “House
Bengazi Committe” por sus nebulosos contactos con los asuntos sucios de la CIA
en Libia, se avizora como la próxima presidente con lo cual se pronostican el
agravamiento de las situaciones conflictivas y el endurecimiento de las
políticas de intrusión, espionaje y control a cargo de las agencias federales alrededor
del globo y claro, sobre Argentina.
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