RECONFIGURANDO AL ESTADO
¿Cuáles son los motivos reales del gobierno argentino para reformar una
vez más el área de inteligencia?
Por
Charles H. Slim
Una de las falencias crónicas que desde hace cuarenta años venía teniendo el estado argentino, al parecer estaría en camino de solucionarse. El problema es que ello traerá consigo consecuencias políticas y geopolíticas que los argentinos desconocen y el gobierno libertario no pretende informar ya que ello es parte del paquete de discretas condiciones para rescatar financieramente al país.
Si alguien cree que los problemas de Argentina solo pasan por su
economía esta muy equivocado.
Ya hemos comentado la desestructuración que sufrió de sus áreas estratégicas
por el revanchismo del gobierno alfonsinista, la incuria de políticas carnales del
menemismo y la deliberada acción ideológica de sectores del setentismo
kirchnerista, fueron desencadenantes de la descomposición del estado. La
seguridad e inteligencia es una de ellas y sus consecuencias quedan hoy por hoy
bien graficadas y de forma lamentable con el escándalo del “caso Loan” en la
provincia de Corrientes.
Pero, si bien las novedades en la última semana parecieran ser
auspiciosas, lamentablemente no lo son tanto.
Según hizo público el gobierno, la Agencia Federal de Inteligencia
(AFI) dejará de existir para volver a ser una secretaría y como tal,
dependiente del Poder ejecutivo que -recordemos- en la actualidad, está
presidido por un mandatario libertario, algo que le da un matiz curioso
para un sector que se avoca a la intromisión estatal de los asuntos ajenos. Pero
más allá de esto, la peculiaridad es que aparentemente la reconfiguración de
este sector pasaría a denominarse Secretaría de Inteligencia Argentina (SIA),
una homofonía que más allá de causar alguna que otra carcajada en la embajada
de Avenida Colombia al 4300, habrá que ver quienes la digitan.
Pero si aquello tiene algún rasgo de comicidad, quienes han sido
propuestos para llevar a delante esta nueva “reconfiguración” de la
inteligencia del estado simplemente (y si se lo toma en sorna) los doblará de
risa. A los Milei no se les ocurrió mejor idea que poner al frente a “muertos
vivos” de la casta como son Miguel Ángel Toma y Juan Bautista Tata Yofre quienes
(y si los argentinos no han perdido la memoria) ya estuvieron en esa función en
la década de los noventas en el gobierno de Menem, el mismo que entrego al país
y la causa Malvinas mediante los claudicantes Acuerdos de Madrid I y II.
Tampoco hay que olvidar las consecuencias de su política exterior que
no se reduce a los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA. La
voladura de la fábrica militar de Río Tercero en Córdoba que destrozo a una
localidad y varias muertes que rozaron al poder, son monumentos a la impunidad en
parte, por la deficiencia de las áreas de inteligencia ¿Qué significa esto?
Toma y Yofre son reconocidos pro-estadounidenses y por ello también, pro
OTAN con lo cual ya se advierte quienes están detrás del diseño y de los
objetivos geopolíticos a los que se van a centrar. No hay dudas que esto es el
nacimiento de una nueva etapa (que no significa que sea buena), el problema es
que se hace con malos y viejos cerebros.
Así la nueva estructura se dividirá en tres organismos a saber: Secretaría de Inteligencia Argentina; una Agencia
de Seguridad Nacional; y un Agencia de Ciberseguridad esta última muy
postergada y necesaria por la masiva y compleja red de información que se
trafica por el ciberespacio. En realidad la ciberseguridad como tal ya tendría
que existir en este país hace cuando menos 25 años con lo cual habla del atraso
y desidia con la que cada gobierno ha desmanejado el área.
Más allá de los personajes -y las agencias externas que les
patrocinan- que van a estar detrás de esta reconfiguración, la importancia
tan abandonada de tomar enserio esta área hace al menos que se establezca un
contrafuego para darle al estado el servicio inestimable de generar
inteligencia y producir información, especialmente del exterior, para poner al
país al día en los asuntos de la geopolítica real y de ese modo, comenzar a tener
una diplomacia basada en un conocimiento cierto y circunstanciado de lo que
sucede en el mundo.
Pero pese a que los recursos humanos seguirán siendo locales (humint),
ya no hay el menor escrúpulo en ocultar a quienes responderán sus servicios y de
donde provienen los asesores y las doctrinas que van a impartirse en la escuela
de inteligencia. Por ejemplo, en lo que hace a la ciberseguridad que a nadie le
queden dudas que la nueva Agencia de Ciberseguridad dependiente de la S.I.A. además
de la dependencia tecnológica será un apéndice regional de la NSA y la israelí “Unidad
8200” ambas dedicadas al espionaje electrónico, con lo cual además de ser
escuchado, el país se verá directamente -lo sepa o no- involucrado en
las operaciones que ambos lleven adelante en la zona ¿Y quién controlara eso?
Todo aquello se inscribe en la continuación del acuerdo de seguridad
“interior” que firmó el gobierno de Macri con Tel Aviv el 12 de septiembre de
2017 y por el cual dieron los primeros pasos para lo que hoy hará Milei.
Ahora bien y considerando todo esto, hay un punto que los Milei no
aclaran en esta reconfiguración y que se resume en una simple cuestión ¿Cuánto
saldrá esto y de dónde saldrán los fondos? Si alguien esta creyendo que por ser
un gobierno libertario y toda esa chachara que le venden los medios no hay
implicancias monetarias en este asunto, sepa que está muy equivocado. En esto
el latiguillo “No hay plata” no va. Sin fondos suficientes para controlar esta
área es imposible de concebir. El peligro en esto radica en que una forma de
financiar toda esta movida sea, involucrando al país en las operaciones y guerras de Israel y por supuesto de la
OTAN.
Además, Milei dice ser libertario pero pese a ello, se ha comportado en
muchos temas y con sus predilecciones políticas (reflejada con su encuentro con
Donald Trump y su devoción a Benjamín Netanyahu) como un verdadero populista de
derechas con lo cual, hay muchas razones para sospechar de su verdadera
filiación.
Si realmente Javier Milei y más allá de su militancia sionista -que
nada tiene de libertaria- que decididamente afecta esta reconfiguración,
lleva a delante todas estas reformas con un espíritu sincero -aunque es de
dudarlo- de abarcar y proteger los intereses estratégicos de la Argentina
respetando sus propias palabras de no despilfarrar el dinero público como lo
hacía la casta de la vieja política, los argentinos no deberían ver que esta
área se convierta en un nuevo caucus destinado a llenar costosos cargos ganados
por favores personales o entregando el culo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario