“LA RUTA A VACA MUERTA”
Qué tan valioso
es el enclave patagónico y a quiénes realmente beneficiaría su explotación
Por Charles H. Slim
Mientras en las ciudades del interior y en la capital
federal la crisis económica y financiera se hace sentir con fuerza, en el oeste
de la Argentina brota de la tierra la promesa de trabajo y progreso para los
argentinos que estén dispuestos a progresar con sacrificio y a la vez una
magnífica oportunidad para que el estado logre obtener una entrada de recursos
económicos que puedan paliar la terrible crisis que asola al país. Eso al menos
para algunos argentinos ya que quienes realmente tendrán el control absoluto
del flujo de las ganancias multimillonarias de su explotación estará en manos
de empresarios transnacionales.
El yacimiento de “Vaca Muerta” en la provincia patagónica
del Neuquén limítrofe con Chile, ha representado uno de los puntos más
prometedores para el desarrollo, prospección y extracción de recursos
energéticos materializados en las reservas de gas natural y petróleo más
grandes de la región. La información que la compañía estatal YPF ha publicado,
describe la situación geográfica y geológica alienta aún más las expectativas
de obtención de multimillonarias ganancias.
Con una superficie de 30 mil kilómetros cuadrados y
un terreno geológicamente apto, este yacimiento no solo ha despertado el
interés del gobierno argentino sino también de gobiernos y empresas extranjeras
que tal vez antes de que en Buenos Aires se enteraran de la riqueza que allí
existe, ya se habían constituido discretamente en el lugar con equipos de
exploradores para analizar el terreno. Y es que aquí también (como en todo
actualmente) la información es poder y ella habría sido obtenida hace algún tiempo
desde el espacio por los barridos de satélites geológicos estadounidenses que
orbitan la tierra.
Aunque muchos argentinos no estén al tanto de cómo
comenzó a gestarse esta intervención con difusos intereses, no deben confundir
el actual asentamiento militar norteamericano con una decisión exclusiva del
presidente Macri. En un país como Argentina que tiene una clase política ávida
por las ganancias extras no era de extrañar que sucumbieran al dulce olor de
los dólares estadounidenses. Esto se pauto a instancias de pedidos realizados
ante la embajada estadounidense por el gobierno de Sapag y que terminaron por
cuajar en conversaciones secretas y unilaterales entre el gobierno provincial
de Neuquén con Washington, según señalaron fuentes en Buenos Aires. Desde el
punto de vista legislativo y constitucional estas negociaciones fueron
claramente discutibles ya que fueron realizadas a espaldas del conocimiento del
gobierno federal quien ejerce la representación de los intereses de la nación.
Pero esto en épocas del gobierno seudo
revolucionario de izquierdas neo castristas auto denominados como
“progresistas”, era un imponderable muy creíble que sucediera.
Según se ha precisado las tratativas inconsultas con el entonces poder ejecutivo
nacional a cargo de Cristina Fernández, se llevaron adelante por funcionarios
provinciales que viajaron a EEUU y de representantes estadounidenses que hicieron
lo mismo hacia Neuquén por mediados del 2011, en momentos que el país comenzaba
a entrar en una severa crisis económica de la cual aún se siguen viendo sus
consecuencias.
Pero las condiciones políticas en ese entonces para
ingresar al país, eran bastante adversas. No porque los norteamericanos no tuvieran los recursos y menos aún la fuerza
para ello, sino porque estos métodos no son necesarios para desplegar en el
Cono sur, no al menos en forma directa y explicita. Cuando el gobierno de CFK
abrió la puerta a los chinos, justamente para instalarse con una base de
Observación en la misma provincia, los estadounidenses y en particular los
generales del Pentágono se mordían los dedos temerosos de perder el control de
esta zona.
No es necesario decir que aquel gobierno,
absolutamente idílico y sin manejo de concepciones políticas reales, dejo el
asunto en manos de los chinos sin el menor control por parte de sus agencias y
organismos de la seguridad y defensa correspondientes, y ello por el simple
hecho de que no contaban con ninguna operatividad. Con respecto a esto, el
gobierno de CFK demostró una ausencia de criterio estratégico y una total
ausencia de ambiciones serias orientadas a proteger sus intereses nacionales
con alguna concepción de defensa.
Sin dudas que la llegada del gobierno conservador de
Mauricio Macri alivio el ánimo y con creces de los estadounidenses. Sabiendo
que en este país el ciclismo político es tan diletante como contradictorio no
perdieron tiempo y tomaron la iniciativa de hacer valer lo acordado con los
políticos neuquinos y penetrar rápidamente en la región aún con mayor
intensidad que la llevada a cabo por los chinos.
Para asegurarse de que no habrá interferencias y para
garantizar un corredor de transporte de lo que el yacimiento produzca, el
gobierno de Buenos Aires permitió que los estadounidenses montaran una base
militar que bajo un eufemístico rótulo de “Centro de Operación de Asistencia humanitaria”
y en prevención de imaginarios desastres naturales, se establezcan a muy pocos
kilómetros de la cuenca de Vaca Muerta. Un dato a tener en cuenta es que dicha
instalación se hallara bajo la jurisdicción militar del Comando sur y aunque
tal vez no albergue un arsenal militar, una compañía de marines o una flota de
blindados “Abrams” nadie puede asegurar que no se trate de una instalación
destinada a actividades de inteligencia militar que podrían ir desde
recolección de información con fuentes humanas, inteligencia electrónica o
ejecutadas desde Salas comando con Drones remoto.
Es muy probable que una instalación de estas
características serviría para estrechar aún más el control y vigilancia de las
comunicaciones pero en particular la trasmisión de datos y contenidos realizados
por los habitantes de la región por las redes sociales. Igualmente y suponiendo
que los gobiernos de la región (incluyendo a la Argentina) estén al tanto de
esto, carecen de voluntad política de hacer algún reclamo.
El emprendimiento no solo despertó interés en
Washington y la UE sino también en Moscú, un país que tiene una extendida y muy
prolífica actividad en el desarrollo de la industria de la minería pesada y la
extracción de recursos como el petróleo, el gas y el carbón de sus riquísimos y
estratégicos yacimientos en el Cáucaso. No olviden que cuando la URSS en 1991 se
desplomo en mil pedazos, las repúblicas preexistentes y los grupos étnicos que
habían quedado sojuzgados bajo el poder soviético por más de setenta años,
reclamaron su independencia sin que ello en algunos casos, no significara
terminar en guerras sangrientas.
Ese fue el caso de Chechenia, una región caucásica
de mayoría musulmana que tras reclamar su independencia de Moscú, recibió como
respuesta la inmediata respuesta militar rusa dado que allí se albergaban los
más ricos yacimientos de petróleo y carbón de los cuales Rusia no podía
prescindir y mucho menos, cuando Londres estaba a la zaga por apoyar
diplomáticamente a los chechenos en una proclamación de nación independiente
ante los foros internacionales.
Los rusos sin dudas tienen un interés en Vaca Muerta
y la inserción de EEUU en la zona, lo vuelve mucho más importante desde un
punto de vista geoestratégico.
Tal vez un punto de vista que nadie ha considerado y
mucho menos los gobernantes argentinos, es la posición geográfica de esta
cuenca gasífera que la hace tan o más valiosa desde el punto de vista
estratégico que de los recursos que se podrán extraer de ella. Con esta
instalación estadounidense podría cerrarse un triángulo de vigilancia y
monitoreo electrónico con vértices principales en Malvinas y la isla de
Ascensión que secundada por instalaciones secundarias como las ubicadas en
Resistencia, Chaco, Misiones, Ushuaia y sus portaaviones que navegan libremente
por el Mar argentino, conformaría una gigantesca base de operaciones militares
y de inteligencia que sin lugar a dudas beneficiara en última ratio a la OTAN.