DERNIER TOUR
¿Qué espera el presidente francés Emanuel Macron con sus amenazas de
desplegar tropas en Ucrania?
Por
Charles H. Slim
Casí 212 años atrás lo que quedaba de la “Grande
Armé” guiada por el genio de la estrategia militar francesa Napoleón Bonaparte,
cruzaba a duras penas y en medio de un frío insoportable el río Berézina en
momentos que se retiraba de su fracasada invasión a Rusia. Fue el comienzo del
fin para Napoleón y de su regencia en Francia.
La semana pasada en el marco de graves reveces a las fuerzas ucranianas,
el presidente Emanuel Macron lanzó graves amenazas contra Rusia aseverando que
enviaría tropas a Ucrania para luchar. Pero ¿Tienen sustancia semejantes
anuncios? Sacando la desesperación política (propia y de la OTAN) que este
anuncio representa, Macron demuestra que (además de ser un bocón) no aprendió
nada de la historia y en especial la que se vincula a su país con Rusia.
Por supuesto que los tiempos han cambiado y Macron no es asimilable a
Napoleón ni mucho menos. La genialidad y la personalidad del Gran corso
precisamente han pasado a la historia por su incomparable vida y logros
militares producto de su inteligencia y determinación. Macron al contrario solo
es otro mediocre y sumiso administrador de las decisiones atlantistas y nada
más. Sus posturas políticas y los desmanejos que ellas le han traído a Francia
por seguirle el ritmo a Washington y Londres, han puesto al pueblo francés en
una crisis económico-social y financiera que está tratando de salvar con sus
bravuconadas.
El “Renaissance” (renacimiento) que dice representar no es más que el Renaissance
de un rancio Chauvinismo que se descascara con cada día que pasa en el
gobierno. Y esa vetusta ideología racista con cual Francia impulso sus
colonias, la podemos ver con el revuelo que ha desatado la presentación de la
exuberante cantante franco-mali Aya Nakamura que al parecer por su color, tanto
molesta a los sectores de la ultraderecha y conservadores franceses (y
digámoslo de paso) tan cercanos al sionismo y en particular al sector de los
“revisionistas” que adhiere el actual primer ministro Benjamín Netanyahu y su
gabinete de extremistas.
Precisamente en esa línea y más allá de su actuada indignación ante los
medios, Macron ha sido otro de los cómplices de Israel en las masacres y la
hambruna sobre la población palestina ya que más allá de lo que diga ante las cámaras,
el establecimiento de París seguirá tratando a puertas cerradas con Tel Aviv.
Como se puede ver Macron y el Establecimiento francés tampoco pueden
hablar de democracia y todo ese blablablá con el que adornan sus
administraciones. El papel de su país como otro peón en las intervenciones de
la OTAN -bajo la dirección del Departamento de Estado norteamericano) en
el norte de África en 2010, su injerencia en Siria en 2011, el fiasco de
“Charlie Hebdo” montado por el DGSE (en momentos que ISIS impostaba su papel
disruptivo) y las últimas incumbencias colonialistas en el África lo ponen allá
bien abajo en el escalón de la credibilidad.
Como ha sucedido con los británicos, los alemanes y obviamente los
estadounidenses, se han detectado muchos mercenarios franceses peleando para
Kiev con lo cual hace ya tiempo que todos ellos han cruzado la línea roja
contra la seguridad de los pobladores rusos de la Novorossiya y de la misma la
Federación de Rusia.
Tal como les cabe a sus socios británicos, alemanes y estadounidenses,
la asistencia con equipamiento ofensivo como los cañones “Cesar”, misiles, armas
ligeras y grupos de mercenarios de nacionalidad francesa, hace tiempo que le
han declarado la guerra a Rusia. No hacía falta que Macron amenazara con
despliegues de tropas por parte de la OTAN; como ya vemos con todas las pruebas
que han salido a la luz, hace tiempo que están allí e incluso se han atrevido a
usar el terrorismo dentro del territorio ruso.
El último escándalo de las escuchas de la Lutwaffe en donde militares
alemanes y contactos norteamericanos comentaban como usar los misiles “Taurus”
contra objetivos rusos no deja lugar a dudas de quienes instigan y empujan la
continuidad de la guerra.
Pese a lo políticamente escandaloso que esto pueda suponer, ello ha
servido para que los ciudadanos europeos de a pie se den cuenta de quienes son
en realidad los responsables de que la guerra les asome por el horizonte y del
descalabro económico-financiero y sus consecuencias sociales que dichas
incumbencias -en especial en lo energético y la crisis migratoria- les
ha traído a su estilo de vida. Los franceses son parte de está realidad y
Macron no puede disimular su responsabilidad en esto. Entonces ¿De quoi peux-tu
parler ?
Aunque la presencia y asistencia occidental venía siendo denunciada
desde 2014 y por medio de la cual se asesinaron a miles de civiles ucranianos
del este, todos los organismos internacionales entre ellos Naciones Unidas
miraban para otro lado. Incluso tras la revelada estratagema de la UE tejida
por la entonces subsecretaria de estado Victoria Nuland en complicidad con la
entonces canciller alemana Angela Merkel y el premier francés Francois Hollande
mediante los acuerdos de Minsk que buscaba ganar tiempo para armar a Kiev,
demostró a Moscú la mala fe de sus socios en Bruselas y la necesidad de atender
a los movimientos atlantistas en Ucrania.
Y fue así como la inteligencia rusa logro hacerse con información
crucial la cual revelaba una ofensiva prevista en la primavera del 2022 que
hubiera significado una carnicería sobre la población del Donbass. Esto obligó
al Kremlin y en particular al presidente Putin a tomar una decisión compleja
pero necesaria que detuviera la embestida que el régimen de Kiev (con el apoyo
estratégico de la OTAN) tenía preparada para marzo del 2022 contra el Donbass.
Esta situación en la cual por supuesto estuvieron implicados la
presidenta de la Comisión Europea Ursula Von Leyen y el Alto Representante de
la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Josep Borrell, habría
quedado sepultada en el desconocimiento por la tendenciosa y parcializada cobertura
de los medios atlantistas que (como de costumbre) habrían acomodado los hechos
a gusto y conveniencia de Washington.
Macron conoce muy bien todo este entuerto y pese a haber sido usado por
Washington para involucrarse en Ucrania y traicionado por Londres (tras el
asunto AUKUS), sigue aceptando a pie juntillas el juego por ellos planteado
demostrando a su vez, no tener el valor político para apartarse de los
tentáculos de la OTAN. Por lo tanto, Charles De Gaulle y los verdaderos
republicanos que han pasado a la historia luchando para que Francia no sea el
juguete del imperialismo, pueden descansar tranquilos sin miedo a que Macron
les supere.
Los franceses pueden tener por seguro de que por genialidad y temple no
van encontrar en Macron un nuevo Napoleón, pero si es muy posible que pueda
llevar a Francia a un nuevo Waterloo.