miércoles, 23 de noviembre de 2016

EN DEBATE




“DESPUÉS DE MOSUL ¿QUÉ?

A pesar de las encarnizadas batallas que se llevan a cabo dentro de la segunda ciudad más importante de Iraq no hay señales de una fácil victoria y menos aún un punto final a las consecuencias de la ocupación




Por Charles H. Slim
Como siempre hemos sostenido, lo que sucede en Iraq no es lo mismo que sacude a Siria aunque las apariencias que coloridamente presentan los medios occidentales y sus colaboradores regionales digan lo contrario.  Lo que si podemos asegurar, es que los autores de ambas caóticas realidades son los mismos.  Sin dudas el “Daesh” es un embuste fabricado por las agencias de inteligencia norteamericanas en colaboración con sus socios israelíes eso ya no lo duda nadie, pero su responsabilidad por la miseria de Iraq y su pueblo es muy anterior a la implantación de este monigote seudo-islamista (v. http://www.presstv.us/Detail/2016/11/23/494815/Middle-East-Iran-Ayatollah-Seyyed-Ali-Khamenei-terrorism-Daesh-US-Israel ).

Iraq ha venido desde 1991 en adelante en una espiral de tragedia que no se ha detenido aún. No hay que olvidar que los poderosos lobbies sionistas y necon, catapultaron a la administración republicana de George H. Bush y Cía para que se diera el puntapié inicial de lo que sería la intervención masiva de EEUU en la región.  Solo los iraquíes saben lo que ha sido caer bajo la brutal bota de las inclementes políticas de Washington y sus aliados occidentales y soportar una de las ocupaciones más bizarras y siniestras del comienzo de siglo. Algunos iraquíes que deben mantener el anonimato para poder decir lo que piensan sin el riesgo de ser arrestados y/o asesinados, han dejado entrever que los intentos de borrar  la oposición al gobierno mafioso del partido “Dawa”  han sido tan amplios, que no existe lugar físico en las cárceles del país para encerrar a todos los ciudadanos que se han atrevido a resistirles tanto política como por la fuerza de las armas. Sobre ello, el tan promocionado cierre en 2014 de la prisión de Abu-Graib en Bagdad solo fue una mascarada para tapar la habilitación de diez campos de concentración dispersos tan solo en la provincia de Diyala. No hay que olvidar que el sistema de prisiones del país fue ampliado en forma monstruosa por los norteamericanos y pese a ello,  cada una de las celdas llega a ocupar hasta cuarenta reclusos incluyendo a mujeres y a todos sus hijos.

Las evidencias recopiladas de esa prisión dejaron muy mal parados a los norteamericanos quienes trataron de desligarse de las “tareas sucias”, tercerizando la administración con personal privado contratado y claro, carniceros locales leales al régimen de la mafia Dawa y de sectas como las bandas “Badr” (v. http://www.iraqsolidaridad.org/2004-2005/docs/ocup_20-12-05_2.html ).

Incluso comentan varios vecinos de la castigada urbe de Tikrit al norte de Bagdad y que hoy se halla re-ocupada por la fuerzas mafiosas del régimen que hoy lidera Haidar Al Abadi, que si alguien se atreviera a escavar un pozo para buscar agua, se encontraría con fosas comunes donde se hallan cientos o tal vez miles de iraquíes ejecutados por las purgas impulsadas por los primeros  títeres del régimen como Al Yafaari,  hasta llegar a Nouri Al Maliki quienes bajo la asistencia de las unidades especiales norteamericanas en plena ocupación, sembraron el terror contra los disidentes. Por supuesto el incremento de estas fosas se doblo tras el regreso de los esbirros de Bagdad quienes apoyados por Irán y EEUU, hicieron carnicerías despiadadas sobre los civiles. Las historias tétricas sobre lo que ha significado para los iraquíes la “democracia”  a la estadounidense, se agolpan en todos los rincones del país sin distinciones entre chiitas, sunitas o kurdos.

Antes de que llegara el “Daesh” recargado, los iraquíes luchaban su propia guerra por sacudirse a los colaboracionistas de Bagdad y sus amos con centro en la Zona Verde.  El régimen y sus matones no escatimaron en recursos –especialmente los proveídos por el Pentágono- para aplastar movilizaciones populares usando fuego de fusiles automáticos y ataques de metralla desde helicópteros como se vio en la masacre de Hawiya en 2013.  Ningún medio informativos estaba viendo para ese lugar y con ello la impunidad para Al Maliki y los comandantes norteamericanos que planificaron muchos de los operativos contra poblaciones civiles, estaba asegurada. El movimiento popular revolucionario que comenzó a tomar fuerza a nivel político en 2010 –curiosamente en momentos que se hablaba de la llamada Primavera árabe en la región- y que aunó a diversas ramas de la resistencia armada para conformar un Comando Militar Revolucionario que se estableció en todo el centro noroeste del país.

Con la llegada de “Daesh recargado”, los iraquíes pudieron comprobar que ese ejército y policía que había armado la ocupación norteamericana era tan inútil como corrupta.  Además que se desbando arrojando sus armas y uniformes mientras huían de sus puestos,  algunas fuentes de inteligencia revelaron que los operativos montados por el Daesh para capturar y ejecutar a los comandantes, gobernadores, jueces y políticos que pertenecían al gobierno de Al Maliki, habían sido informados con datos precisos provistos por la CIA como una forma de asegurar que no pudieran escapar a la limpieza que habían previsto para fastidiar a un gobierno que estaba entorpeciendo los objetivos de Washington. Incluso en varias de las operaciones nocturnas en las que se allanaron casa particulares, estaciones de policía y bases militares, ocultos bajo las máscaras de las fuerzas “antiterroristas” habían actuado asesores norteamericanos digitando las operaciones.


Al Maliki además de sentirse impune para saquear los fondos del país y apropiarse de riquezas de varias familias que sus fuerzas encarcelaron, asesinaron o simplemente los hicieron desaparecer, no tuvo el menor miramiento para que se aplastara como nadie había visto antes en el país, a los manifestantes contra su régimen. Y aunque EEUU había fomentado durante la ocupación, a esas alturas les estaba siendo contra producentes. Brutalidades semejantes quedaron documentadas por las cámaras de helicópteros “Apache” cuando ametrallaban alguna calle en Bagdad o, cuando los aviones registraban como unos cientos de manifestantes que se dirigían a protestar al centro de Bagdad, Naseriyah, Al Ramadi para nombrar algunas, eran pulverizados por una bomba de 500kg teledirigida por laser. Para peor y muchas veces este tipo hechos, estaban acompañados de las carcajadas de los pilotos o de los operadores de radio que como si se tratara de un video juego, festejaban la masacre.

Han pasado dos años de que esa agrupación minúscula formada en los campamentos secretos de entrenamiento norteamericanos de “Al Anbar”, Jordania y en el sur de Turquía, se aliaron a los grupos opositores iraquíes quienes aprovecharon la oportunidad para derrocar al régimen de Bagdad. Pero pese a las promesas, ese no era el objetivo del “Daesh” –entiéndase Washington- y fue allí donde los grupos de la resistencia iraquíes advirtieron que todo era un embuste.

A la cúpula de esa organización solo le interesaba adueñarse de Mosul no solo por su importancia histórica y religiosa para los sunitas; sino por su emplazamiento estratégico que corta el paso en una región rica en recursos energéticos y de suma importancia logística para conectar Oriente con Europa, un tema que ha movilizado a China  tras la extensa visita  a la región realizada por Xi Jiping a comienzos de año.

En lo que respecta a la llamada “liberación de Mosul”, para los aterrorizados habitantes que han logrado escapar a los impiadosos bombardeos de la fuerza aérea estadounidense y de sus colegas occidentales, poco hay de tal liberación.  Además de haber arrasado extensos sectores residenciales, del conourbano  y del centro mismo, las fuerzas “chiitas” a sueldo de la mafia que gobierna Bagdad  y los abominables grupos kurdos que son costeados por EEUU e Israel, han estado tomándose sus propias revanchas contra los pobladores que han caído en sus manos.  Seguramente cuando Mosul caiga definitivamente, no hallen al cuco de “Abu Bakr Al Bagdadi”  ni a sus lugar tenientes; menos aún a su  rehén-vocero británico John Cantlie quien supo aparecer en curiosos spots de propaganda del “Estado Islámico”, pero no se engañen, eso no significa que la lucha interna contra el gobierno termine (v. http://www.lavanguardia.com/internacional/20160713/403166656055/john-cantlie-secuestrado-video-estado-islamico-isis-mosul.html ).  Incluso hay que dejar bien en claro quiénes son las “fuerzas chiitas” que están apoyando a la “Coalición internacional” liderada por EEUU.  Lo que pretende ser un ejército iraquí solo es un rejunte improvisado de matones que ha sido rearmado por Washington, las milicias “Al Shaabi” que son una confederación de grupos chiitas que adhieren al partido “Dawa” y los llamados  “Peshmerga” kurdos que son la milicia del clan Barzani. Por el contrario, las fuerzas de las milicias “Kataib Hesbolla”, las “Asaib Alhe Alq” y los seguidores de Moqtadar Al Sadr  además de no compartir las políticas sectarias del régimen, se han negado a prestar colaboración a los estadounidenses y se han comprometido activamente a colaborar con sus hermanos sirios, con el “Hesbolla libanes”  y las milicias patrióticas  que apoyan a los esfuerzos por erradicar a las bandas mercenarias que asolan Siria.

La caída de Mosul será una repetición de la caída de Faluya en 2004. Pese a la bestialidad con que arremetieron contra la ciudad de las mezquitas y las interminables racias que llevaron adelante las brigadas de criminales del gobierno y las tropas norteamericanas para vengarse de las terribles bajas que les causaron los combatientes que les resistieron calle a calle,  la voluntad de resistir no murió y al poco tiempo las operaciones contra los ocupantes  resurgieron y fueron creciendo en cantidad e intensidad.


Tal vez la llegada planificada del “Daesh” –porque, que no quede ninguna duda de que Washington estuvo detrás- no fue tan dañina como se supondría que sería ese invento. Tal vez como dice el dicho “No hay mal que por bien no venga”  y es muy posible que ese embuste sirva para desemascarar en forma escandalosa y definitiva, los juegos sucios montados por intereses occidentales que le han costado la vida millones de seres humanos. 

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