miércoles, 18 de enero de 2017

EN LA MIRA




“TRUMP: EL INICIO”

Cómo será el inicio y el desarrollo de la presidencia de Trump ante los fuertes condicionamientos y presiones que se han manifestado desde el comienzo de año?




Por Charles H. Slim
A tan solo unas horas para que  Donald Trump asuma la presidencia, ya comienza a vislumbrarse un año agitado y complejo para el histriónico magnate que no ha dejado de ser bombardeado con oscuras operaciones internas que buscan desestabilizarlo aún antes de que tome las llaves de la Casa Blanca. La realidad interna norteamericana es tan compleja como lo es con sus relaciones externas por lo que, queda claro que estamos ante una época con circunstancias excepcionales que tal vez solo hayan sido previstas en alguna que otra película de ciencia ficción.

Sus adversarios no son poca cosa. Son ni más ni menos que la “elite” política que se arroga la pureza del “liberalismo” y la “democracia” estadounidense palabras por las cuales, han arrebatado la vida de millones de personas anónimas y de algún que otro de sus propios mandatarios. Para ellos Trump es simplemente un arrogante y un gesticulador de feria, un exponente de la vulgaridad popular estadounidense y eso lo vuelve ante sus ojos ciertamente intolerable.  Los mismos que hoy se rasgan sus ropas para acusarle de xenófobo, racista y hasta un machista recalcitrante son los mismos que planificaron y participaron en las brutales intervenciones militares que fueron sin más eufemismos, sangrientas invasiones que a su vez condujeron a brutales ocupaciones.

Ante la severidad del pasado que les condena, éstos acusadores prefieren saltarse la historia contemporánea y buscar en el cajón de los recuerdos de épocas más inocentes o mejor dicho, en las que la población era considerado como ganado de borregos y era llevado de las narices por las propagandas sistemáticamente elaboradas y muy bien pergeñadas por esos “tipos listos” que se suelen conocer como “Think Tanks”, tratando de hallar una fórmula aglutinadora que logre pegar los pedazos de una nación que ya no existe.  Es por ello que no se verán películas o series ridículas sobre la “guerra del Golfo” o la “Liberación de Iraq o de Afganistán”, claro que no ya que es imposible sacar de esos episodios, una sola línea que pueda argumentar algún grado de razón a lo que EEUU hizo durante estos últimos 25 años.

Remontarse a Vietnam, olvidenlo.  Revisar la Guerra en Corea en la década de los cincuentas es algo que a ningún norteamericano le importa o simplemente ni se acuerda. 

Incluso si se pusieran en esa campaña para tratar de despertar algo de interés, hay muy poco que les pueda servir para hablar de la “grandeza de América”.   Por ello es que se seguirán financiando “remakes” de viejas películas hollywoodenses en las que el tema principal es la Segunda guerra mundial y el patriotismo como mensaje general.  Así de crítica es la situación de credibilidad política del país que deben retroceder ocho décadas para encontrar algún argumento que sustente sus actuales valores. Pero cualquier estadounidense agobiado por el desempleo, la violencia,  el crecimiento de la desigualdad social y por supuesto la corrupción gubernamental se pregunta ¿Qué tiene que ver el patriotismo con ir a invadir a otra nación?

Obama le deja aTrump un escenario desastroso.  A la intervención que EEUU tiene en Siria, Iraq y Yemen, no hay que olvidar la precaria situación en Afganistán donde pese al silencio mediático, las cosas no van para nada bien para los colaboracionistas pro-Washington.  Pero quizás lo peor que le deja a su colega sea, la dicotómica e inexplicable situación que Washington mantiene con “ISIS” y el “Frente Al Nusra” en Siria y que recientemente fue ratificada por un escandaloso audio del secretario John Kerry (Red Voltaire.org. http://www.voltairenet.org/article194921.html ). El documento contiene una sustancia tan aplastante que entre otras infidencias, el secretario de estado deja en claro que Washington nunca dejo de buscar el derrocamiento de Al Assad para lo cual permitió que los denominados “yihadistas fueran dirigidos, armados y coordinados por  el  ”Allied LandCom” que es ni más ni menos que el Comando de operaciones de la OTAN con su base en Esmirna, Turquía. A la vista de esto habrá que preguntarse:  ¿Trump terminará con ese juego sucio que ha saltado al conocimiento público y el cual ha causado decenas de miles de muertos?

Recordemos que el mismo Trump había denunciado en plena campaña presidencial que Obama y Hillary Clinton habían creado al mismo “ISIS” involucrando al país en guerra tras guerra, metiéndose en los asuntos de otros países. Sobre esos argumentos Trump prometió que terminaría con esas políticas que tanto daño le han causado a los países intervenidos como al propio EEUU.

A contracara de este punto de vista, el llamado Stablishment o lo que mejor podríamos denominar como el “estado profundo” norteamericano, ha estado tratando de argumentar que Trump no comprende o ignora las intensiones y capacidades de Rusia alrededor del mundo. Traducido al lenguaje coloquial de los mortales significa que “Trump puede llegar a fastidiar todo el multimillonario negocio que hay en danza alrededor de las campañas militares y de las intrigas políticas que ellas tejen”. En el diccionario político norteamericano, los términos no coinciden con la realidad y sus significados solo tienen validez en un contexto y tiempo determinado. En este sentido a Trump podría perdonársele que fuera ambiguo, oscuro, impreciso o incluso que mintiera en sus discursos pero jamás que fuera franco.

Desde el punto de vista del lenguaje de Trump, para él solo hay blanco y negro no habiendo lugar para grises en su paleta.  Si eso es verdad, Trump estará definitivamente en problemas ya que los gobiernos norteamericanos sin ningún tipo de excepción en su historia, han manejado sus asuntos, especialmente en política exterior con tonalidades grises de la más variada índole por lo que, si Trump no se adapta a ello podría tener una breve estadía en la administración que seguramente y con mucho gusto, tomara el vice y sionista consumado Mike Pence.

Tan solo unas semanas atrás Trump recibió el primer golpe bajo destinado a tumbarlo, primero ante la opinión pública y luego ante la mirada de la comunidad política estadounidense. Y ese golpe no vino de “Al Qaeda” o del “ISIS”, tampoco de los “malvados rusos”; no fue lanzado desde la misma “comunidad de inteligencia” norteamericana que mediante la fabricación por parte de la CIA de un informe falaz, trato de restarle credibilidad política al mandato que aún no había iniciado.

Una vez más la CIA quedaba en evidencia en sus maquinaciones y trapisondas, las cuales tienen varios precedentes entre los que hay que incluir al informe elaborado en conjunto con sus colegas del Mossad israelí por el tema AMIA y Embajada de Israel en la Argentina en el cual se presentó a Irán como el responsable de ambos ataques, sin más pruebas que las aseveraciones de sus fuentes y especulaciones políticas (ArgentinaToday. Org. http://argentinatoday.org/2016/08/09/la-verdad-sobre-atentado-a-la-amia/) .

Pero Trump no espero un solo minuto para responder a ese informe y además de criticar con dureza a la propia comunidad de inteligencia, se despacho directamente contra la CIA al señalarle que “nunca debieron haber permitido que una noticia falsa se filtrara al público” y casi inmediatamente a ese mensaje general se despacho contra el mismo director saliente de la “agencia” John Brennan a quien lo llamo “filtrador de noticias falsas” lo que sin dudas, demuestra el carácter y la imprevisible personalidad del nuevo mandatario.


Es por ello y en el actual contexto en el que asumirá Donald Trump la presidencia habría que preguntarse: ¿Será una actuación de Trump o estamos ante su verdadera personalidad? Y de ser así ¿Dejarán que gobierne con sus propias reglas?

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