EN LA MIRA
“DE AQUÍ AL PURGATORIO”
La partida de uno de los políticos veteranos estadounidenses de mano dura allana el camino a las nuevas generaciones mucho más despiadadas e inteligentes ¿Hay un lugar en el cielo para John Mc Cain?
Por Charles H. Slim
En la semana que
paso sucedió un hecho ineludiblemente trascendente para la política
estadounidense, aunque no muy importante para la humanidad y es que falleció
uno de los políticos estadounidenses que hizo mucho por llevar adelante las
políticas sucias de Washington a niveles intolerables. Hablamos del viejo zorro
de la guerra de Vietnam el senador republicano John Mc Cain, quien a los 81
años de edad fue llamado a clamar cuentas con el creador tras sufrir durante
años un irreversible y doloroso cáncer cerebral.
Los medios de propaganda del conservadurismo estadounidense no han
agotado elogios para despedir a este político y ex militar con un largo
prontuario en Vietnam. En algunas de estas editoriales se recuerda su papel en
la época de la administración republicana de Ronald Reagan en la década de los
ochentas cuando funcionaba como un asesor de
Seguridad Nacional calificándolo como un “defensor de los derechos
humanos y la democracia” [1],
un sarcasmo considerando como se esforzó hasta el cansancio por bregar para apoyar
intervenciones a países soberanos e incluso apoyar programas sucios como son el
apoyo a los grupos seudo-islamistas dirigidos por la CIA en Siria e Iraq como
son las “FSA”, “Al Nusrah” y “Daesh” llegando a reunirse con estos tipos en
secreto.
Un tipo como McCain no será para nada recordado por las familias
iraquíes, afganas y menos aún por las sirias que perdieron a sus familiares a
sus amigos y compatriotas con todas estas jugarretas puestas a rodar con el
embuste de la “lucha contra el terrorismo” y las develadas conexiones en el
gran embuste jihadista del “ISIS”. Esa novela solo tiene seguidores en casa.
Venerado los sectores ultra reaccionarios estadounidenses y en
especial por los llamados neoconservadores, Mc Cain fue un notable partidario
de la guerra interminable y de la siembra del caos para beneficio de los EEUU. Desde
esas tribunas como el Instituto Internacional Republicano al que perteneció
como presidente, no hubo más loas a su persona[2]. “Todo
por América” decía a sus amigos y en ese camino llevó adelante esos propósitos
mediante todo tipo de jugarretas que, aunque sucias, no deslumbraron en
astucia. Para un sector de los estadounidenses fue claramente un héroe mientras
que para muchos otros un viejo mal nacido que hizo todo lo posible para que
Washington se metiera en cuantas guerras se pudiera.
Aunque su ideología lo acercaba a los sectores más oscurantistas
del Status Quo estadounidense, supo colaborar con sus rivales naturales, los
demócratas y muy especialmente con Hillary Clinton durante la camaleónica administración
de Barak Obama especialmente orientado a que prosperaran los planes de la
fábula mediática llamada “Primavera árabe” elaborada por la ingeniería de la
inteligencia occidental para intervenir brutalmente a Libia en 2011, despedazar
a Iraq con la invasión del 2003 y desbancar al gobierno nacionalista sirio de
Bashar Al Assad. Y aunque Mc Cain no
toleraba a Obama ni compartía sus zigzagueantes maniobras político-diplomáticas
para infiltrarse en el mundo árabe-islámico pactando con organizaciones como la
temida “Hermandad Musulmana”, el presidente demócrata al enterarse a finales
del mes de julio de 2017 de la afección del viejo veterano de la guerra de
Vietnam twiteo “El cáncer no sabe a quién se enfrenta. Mándalo al infierno
John!”.
Otro rasgo de su personalidad que se enraizaba con su ideología
conservadora era su rusofobia. Y es que aquel piloto de guerra pertenecía a la
vieja guardia, aquella de las épocas del enfrentamiento intestino de la “guerra
fría” en la que la profusa propaganda antisoviética confundió la ideología con
las nacionalidades. Con una clara tendencia a rechazar cualquier acercamiento
con Rusia, Mc Cain fue uno de los que veía con desconfianza la persona del
actual presidente Donald Trump e incluso llego a tomar enserio las acusaciones
de los demócratas sobre el hackeo ruso que –según Hillary Clinton- le
robo la elección a la presidencia. Fue
por ello que antes de morir dejo una carta a su familia en donde dejo
especificado entre varios de sus deseos, “que no invitaran a Donald Trump a sus
funerales”.
Sin dudas se ha ido un dinosaurio de la política norteamericana,
uno de la línea de los viejos maquinadores de una forma de pensar cerrada y
anquilosada aún para sus propios camaradas quienes buscaron ser más elásticos
al momento de hablar y de actuar, escondiendo la mano con que tiran la piedra.
En ese sentido tal vez Mc Cain sea un ejemplo salvable en su coherencia de
persona. Dijo lo que sentía e hizo lo que decía.
[1]
FOREIGN POLICY. “John McCain estuvo siempre allí para América”. https://foreignpolicy.com/2018/08/26/john-mccain-was-always-there-for-america/
[2]
IRI. “Declaración del IRI sobre el fallecimiento del senador John McCain”. https://www.iri.org/resource/iri-statement-passing-senator-john-mccain
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