sábado, 27 de agosto de 2022

  

“UN NEGOCIO INTERNO”

Próximamente se cumplirán 21 años de los ataques a las Torres Gemelas en NY y al Pentágono y ha quedado claro que aquello tuvo otros propósitos que nada tenían que ver con ayudar a Afganistán ni para llevar la democracia al Medio Oriente ¿Cuál fue la génesis de todo esto?

 

Por Charles H. Slim

Un nuevo aniversario de uno de los episodios más controvertidos y opacos de la historia contemporánea llega con más y nuevos elementos que podrían cambiar de forma definitiva la versión oficial. La mañana del 11 de septiembre de 2001 alguien bajo el switch de la seguridad de los EEUU y dejo hacer lo que muy peculiarmente todos vimos en vivo.

La versión discursiva del gobierno estadounidense fue que el “terrorismo” islámico de la organización “Al Qaeda” liderada por Osama Bin Ladem había sido responsable de secuestrar aviones de pasajeros y usarlos como misiles para tumbar las torres Gemelas en New York y golpear al Pentágono en Washington. Pero a pesar de esta historia quedó claro para muchos norteamericanos que no todo lo que se ve es lo que parece.  

La cadena de incongruencias y de hechos inexplicables que rodearon cada uno de estos hechos (como la ausencia de avión en el Pentágono)[1] llevó a que los mismos ciudadanos (muchos de ellos testigos presenciales en esa mañana) no se tragaran el informe gubernamental del “11/S”. Con solo mencionar que todos los secuestradores -por los pasaportes milagrosamente hallados- eran sauditas y que incluso muchos de ellos nunca habían estado en EEUU revela el tamaño del engaño.

Pero esto solo sería la inquietud de los espíritus de ciudadanos que sacaron a la luz verdades que otras potencias también sabían. Entonces ¿Qué tan al tanto estaban Rusia y China de aquellos eventos? Se puede deducir que en el caso ruso, en esa fecha mantenían -pese a las limitaciones presupuestarias- operativo su vigilancia satelital heredada de la URSS que pudo haber captado un escenario muy diferente al relatado por la administración Bush-Cheney.

El silencio que ha mantenido el Kremlin claramente se circunscribe a una cuestión de oportunidad política por lo cual eso podría cambiar en cualquier momento, máxime si vemos el actual contexto.

China por su parte parece haber tomado una postura clara. El 16 agosto último el ministro de relaciones Exteriores chino Lijan Zhao publicó en su cuenta de Twitter que “EEUU organizó los atentados del 11 de Septiembre de 2001”[2] dejando sobrentendido que tienen información que sustenta esto, algo que la corporación de medios occidental no quiso levantar.

A la distancia y todas las consecuencias que devinieron tras estos eventos (y que la corporación de medios tapo) se puede concluir que más allá del denominado “inside job” (trabajo interno), la motivación nuclear para concretar estos ataques fue un “negocio interno” siendo los personajes y el relato islamófobo del “terrorismo islamista” (con Osama Bin Ladem y Al Qaeda como protagonistas), la pantalla y el chivo expiatorio perfecto para poder emprenderlo. Tal vez los chinos hayan tenido acceso privilegiado y directo a fuentes informativas que implicaron esta relación terror-negocios. Esas fuentes estaban sin dudas allí mismo en Asia sobre el terreno afgano (sumido en una guerra civil) mucho antes de que se ejecutara este complot, centro para el desarrollo de los planes de los neocon y sionistas estadounidenses denominado Proyecto para el Nuevo Siglo Americano[3].

Tengamos en cuenta que en aquellos años el “Talibán” y “Osama Bin Ladem” eran íntimos socios de Washington y ambos nacieron como activos de la CIA. Como tales, debían facilitar el acceso a los estadounidenses sin miramientos, al menos en teoría. Pero cuando hablamos de negocios no hay pretendidas amistades o lealtades.

Como bien lo han investigado algunos periodistas, el germen de estos planes se remonta a 1990 con el ascenso de George H. Bush a la Casa Blanca y junto a él, sus negocios del petróleo. Esos negocios no solo incluían a los sauditas de la familia Ladem, también a una serie de compañías privadas estadounidenses (como ENRON[4], UNOCAL[5], HALIBURTON[6], CARLYLE[7] entre otras) y nexos (informantes de la CIA y empleados de algunas de estas corporaciones[8]) dentro de los países que ya planeaban invadir en esas fechas. Bush además de ex jefe de la CIA era un empresario petrolero y no dudo en utilizar sus contactos adquiridos durante sus años en la “agencia” para ir preparando el terreno.

EEUU quería reducir la dependencia del petróleo árabe accediendo a uno barato o incluso gratuito. Para eso, había que ingresar a la región y Bush padre tenía las herramientas y la falta de escrúpulos para ello.

Fue así que en 1990 la CIA manipulo a Saddam Hussein[9] por el robo de petróleo que estaban realizando los kuwaitíes[10] y le hizo creer que EEUU no intervendría en un escarmiento contra el reino.

Para concretar el emprendimiento que la empresa UNOCAL le había revelado a George H. Bush, la guerra de 1991 fue crucial para poner un pie las puertas de Asia y luego saltar en Afganistán. Pero a pesar de que la CIA tenía sus activos en éste último, comenzaron las divergencias que amenazaban con hacerle perder a Bush y sus socios un negocio -en ese entonces- de 6 billones de dólares para montar una tubería de gas afgano que se extendería desde Turkmenistán a Pakistán.

EEUU logró instalarse en península arábiga aunque Bush padre abandono la Casa Blanca sin poder ver concretado ese negocio. Un detalle que no se dice es que Osama Bin Ladem se había opuesto a esta incursión estadounidense creando recelo en Washington y fue en este contexto que un militante sionista como Paul Wolfowitz[11] produjo una idea que -además de favorecer a Israel- podría solucionar este entuerto. Bill Clinton tomo la posta y se puso en campaña para -por intermedio de Warren Christopher y luego Madeleine Albright- acercarse al Talibán incluso por intermedio de la Corporación UNOCAL invitándolos en diciembre de 1997 a una charla de negocios en Texas[12] que se extendería a La Casa Blanca en un intento de tentarlos y convencerles, pero la seducción fracasó. A Clinton tampoco le molestaba que “Al Qaeda” tuviera sus campamentos en Afganistán ya que no hay que olvidar que su jefe (Osama) respondía a la CIA. Aquí es donde se da el quiebre. Si estos tipos que controlaban un territorio que se oponían al paso del gasoducto que saldría de Turkmenistán malogrando un negocio de billones de dólares negándose a permitir su explotación por las Corporaciones estadounidenses ¿Cómo podrían sacárselos de encima?

Casualmente unos meses después de estos desacuerdos, en agosto de 1998 se producen los atentados en las embajadas de EEUU en Tanzania y Kenia que fueron adjudicados a “Al Qaeda” (y por extensión al Talibán) y dos años después en octubre del 2000 el bombazo contra el “USS-Cole” en Yemen.  Alguien se esforzaba por provocar a EEUU y es muy dudoso que fueran los Talibán o el bulo “Al Qaeda”, pero los medios se encargaron de fijar esa impresión.

Así se fueron poniendo las piedras para elaborar y presentar el último acto con los ataques del 11 de septiembre de 2001 (en los cuales la implicancia israelí aparece en varias pistas)[13] como argumento definitivo para involucrar a los militares estadounidenses en Afganistán para sacar al Talibán del poder y tratar de asegurar los negocios de estas corporaciones en la región sur de Kandahar.

A pesar de haber logrado involucrar a los EEUU abriéndole el paso a la inversión de estas corporaciones (apoyadas por los neocon y sionistas) y de colocar a títere como Hamid Karsai para dar una apariencia de legalidad al despliegue occidental, el negocio corporativo planificado no cuajó e incluso, los negocios sucios del lavado de dinero y tráfico de heroína con el que (además de solventar las operaciones de las bandas armadas en Siria) se sustentaba la “democracia” de los Karsai termino por caerse el 15 de septiembre del 2021 dejando a los afganos mucho peor que antes de la invasión. 



[1] Terry Meyssan, La Gran Impostura, 7 de Mayo 2002, ISBN-10 ‏ : ‎ 8497340582

ISBN-13 ‏ : ‎ 978-8497340588 https://www.amazon.com/-/es/Thierry-Meyssan/dp/8497340582

[2] Red Voltaire.org. China toma posición sobre los atentados del 11 de ‎Septiembre de 2001‎

RED VOLTAIRE, 20 DE AGOSTO DE 2022, https://www.voltairenet.org/article217805.html

[4] Fue una empresa de energía con sede central en Texas y la cual tuvo estrechas relaciones con la familia Bush https://es.wikipedia.org/wiki/Enron

[5] Fue una empresa de energía estadounidense con sede en California con la cual George H. Bush y Dick Cheney tuvieron relaciones negociales vinculadas al proyecto de un gasoducto en Asia Central.  https://es.wikipedia.org/wiki/Unocal_Corporation

[6] Esta empresa petrolera en la cual el vicepresidente Richard “Dick” Cheney era CEO, se benefició muy auspiciosamente del 11/S ya que tuvo participación en el ingreso a Iraq tras la invasión de 2003.

[7] Esta empresa dedicada a proveer servicios de seguridad y defensa al gobierno recibió entre 1998 al 2003 parte del paquete de 14 mil millones de dólares en contratos de defensa. A diferencia de proveedores como la Lockheed Martin, Raytheon Co o la Boing Co, Carlyle no es fabricante más bien es un administrador de recursos dinerarios con extensión global. https://publicintegrity.org/national-security/investing-in-war/  

[8] El caso del afgano Zalmay Khalilzad es paradigmático. Fue funcionario adjunto de Scooter Libby quien a su vez era el adjunto de Paul Wolfowitz en el Departamento de Defensa en los primeros años de la década de los noventas. Luego trabajo para la Corporación UNOCAL y fue quien intermedió entre el Talibán y el directorio de la empresa para gestionar las entrevistas direccionadas a que pudieran montar el gasoducto. Tras la invasión estadounidense de 2001, fue nombrado por George W. Bush como enviado especial.

[9] No solo usando a la embajadora April Glaspie para que diera a Saddam Hussein un mensaje confuso sino asegurándose de que la cumbre en Jeddah (Arabia Saudita) entre la representación iraquí y kuwaití realizada el 28 de julio de 1990 fracasara.

[10] Bagdad desde el final de la guerra contra Irán en 1988 venía reclamando compensaciones de guerra a las monarquías del Golfo y esto se profundizó cuando acusaron a Kuwait de robar petróleo de los campos de Ar Rumaillah.

[11] Paul Wolfowitz en 1992 era subsecretario de política de defensa de EE. UU y fue en ese año que divulgó un documento de circulación gubernamental interno en el cual se trazaban lineamientos para involucrar a los EEUU en regiones potencialmente importantes. Allí se especificaba que para ello se requería de un evento traumático que justificara la intervención externa. https://en.wikipedia.org/wiki/Wolfowitz_Doctrine

[12] COUNTERPUNCH.org. Bush, Enron, UNOCAL y los talibanes, publicado en enero 10, 2002,  https://www.counterpunch.org/2002/01/10/bush-enron-unocal-and-the-taliban/

[13] Pensamiento estrategico.blogspot.com. “MATANDO PARA EL LOBBIE”, Por Charles H. Slim, https://pensamientoestraegico.blogspot.com/2022/07/matando-para-el-lobbie-quienes-fueron-y.html

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