martes, 19 de julio de 2022

 

“MATANDO PARA EL LOBBIE”

¿Quiénes fueron y siguen siendo realmente los beneficiados por el terrorismo, las guerras preventivas y el caos perpetuo? ¿Pueden estar trabajando en Sudamérica para replicar esta estrategia? El viejo truco de crear el problema para darte la solución

 

Por Charles H. Slim

El festejo y algarabía de unos jóvenes judíos al ver desde un piso en apartamento en New Jersey[1] como se desmoronaban las Torres Gemelas en la mañana de septiembre de 2001 fue el temprano indicio de quienes (y en parte) realmente estuvieron detrás de aquellos atentados. Con el pasar de los años se puede advertir que el más beneficiado con ese evento que propició la fabricación de la llamada “lucha contra el terrorismo” fue Israel. A partir de allí, aplastar a los palestinos sin la observación critica de la comunidad internacional y de Naciones Unidas fue vergonzosamente tolerada por esa falsa dicotomía planteada por George W. Bush entre quienes “estaban con EEUU o con los terroristas”.

Los responsables van más allá de Benjamín Netanyahu y sus secuaces del estado israelí. Los judíos sionistas estadounidenses del ámbito privado[2] y aquellos que ocuparon puestos clave en la administración de George W. Bush fueron las piezas clave e imprescindibles para poner en marcha campañas militares en beneficio de la geopolítica israelí. La invasión de Iraq fue una de estas instigaciones que fueron elaboradas e instigadas por influyentes militantes sionistas como Richard Perle, Paul Wolfowitz, Douglas Feith entre muchos otros personajes de la misma calaña desperdigados en el gobierno federal y la corporación de medios[3] angloestadounidenses.

Ya conocemos hoy día la verdad que demostró las mentiras y las falsedades que fundaron la invasión a Iraq. George W. Bush y su vice Dick Cheney solo repitieron lo que dichos informes decían, aunque eso no les exculpa de lo sucedido. Ante la revelación de sus mentiras los estadounidenses se han venido preguntando ¿Cómo no se chequearon los datos y las fuentes de estas mentiras? En realidad, no les interesaba por el simple motivo de que (como lo habían hecho antes) los medios lo consagrarían como la “verdad oficial”.

En aquellos momentos y aprovechando el shock por los ataques, los asesores de Bush (casualmente sionistas) fueron quienes dieron las primeras líneas de una mentira que desembocaría en las invasiones a Afganistán e Iraq, más de un millón y medio de iraquíes asesinados, cientos de miles de heridos y otros cientos de miles de musulmanes de varias partes del globo perseguidos, secuestrados y torturados por estos informes.

Richard Perle, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz y “Scooter” Libby fueron una parte importante en la elaboración e instalación de estas falsedades. De cara al público, los medios hablaron de “informes de inteligencia” provistos por la CIA y sus colegas británicos del MI6 pero gran parte del armado del relato sobre las “Armas de Destrucción masiva” (AMD) y la supuesta relación entre “Al Qaeda y el régimen de Saddam Hussein” salieron de estas mentes retorcidas y notablemente maléficas quienes ya habían servido a entes judíos como Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA) y el AIPAC ¿Casualidad?

El caso de Richard Perle[4] es uno de los más destacados. Un funcionario del Pentágono en la era Reagan quien entre 1992 a 1995 intervino (junto al sionista francés Bernard Henri Levy[5]) como asesor del gobierno de Bosnia Herzegovina y estuvo involucrado (junto al asesor Osama Bin Ladem)[6] en el reclutamiento, entrenamiento[7] y armado de grupos extremistas[8] que luego se verían operar en sitios como Chechenia, Afganistán y más tarde utilizados por la contrainsurgencia estadounidense en Iraq. Esto último fue propiciado por las mentiras que Perle pudo colar desde sus influyentes posiciones en la Junta de Política de Defensa y asesor del Pentágono.

El poder de estos sujetos fue tal que sus firmas en memos y los papers, fue suficiente para determinar falsos culpables y hechos que jamás existieron. Los atentados de “Al Qaeda” en África en 1998 no habían bastado e incluso el ataque a la corbeta estadounidense “USS Cole” en Yemen en 2000 tampoco por lo cual era necesario un golpe demoledor directo al inconsciente colectivo de toda la nación y fue así como muy convenientemente se produjo el 11/S.

Desde hacía tiempo que el Lobbie pro-israelí ya en épocas de la administración Reagan (muy preocupados por la Intifada) y que siguieron sin pausa con la administración Clinton venía instigando en el Congreso para abrir un frente contra el mundo árabe-islámico. Aquellos episodios le valieron de argumentos para sostener con mayor firmeza la necesidad de atacar preventivamente y meter a los EEUU en Oriente Medio como un colchón que protegiera a Israel.

Para que ello adquiriera mayor credibilidad era necesario convencer a los militares en el Pentágono (quienes serían los que pondrían el cuerpo) y de eso se encargaron destacados sionistas como Rumsfeld y Wolfowitz -artífices de la guerra preventiva y del Caos perpetuo- quienes ocupando puestos clave en la defensa secundados por otro mentiroso de antología como “Scooter” Libby blanquearon todo este esquema de mentiras que además de favorecer a la geopolítica de Israel allanaría el despliegue del ambicioso Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense (PNAC)[9] que tuvo su antecedente en un informe elaborado por Wolfowitz en 1992 donde se revelaba las verdaderas intenciones del plan (controlar el Golfo Pérsico como trampolín al Asia Central).

Incluso en Septiembre del 2000 (un año antes del ataque) Wolfowitz y sus colegas del PNAC publican un inquietante trabajo[10] donde exponen “proféticos” escenarios que al día de hoy y visto lo que ha sucedido en los últimos treinta años fueron profecías autocumplidas[11].

La campaña de Iraq fue un desastroso fracaso para EEUU pero a su vez una victoria pírrica para Israel ¿Por qué? El gran cuestionamiento público que recibió esta guerra conllevo a la exposición de este complot sionista que a la vista de la opinión pública norteamericana y al advertirse cuales fueron las consecuencias humanas tanto para EEUU como para los iraquíes y los musulmanes en general, ha dejado a la vista la naturaleza del estado de Israel y de sus agentes operando a su favor en las altas esferas del gobierno federal.

Este tipo de estructura viene tratándose de armar en la Argentina aunque los sionistas locales están lejos de tener una organización tan aceitada y compleja como la de sus colegas del norte. Sus principales aliados son sectores financieros y empresarios locales con aspiraciones políticas. Su instigación también pasa más por lo comunicacional y los medios, aunque con alcances modestos. Pero a diferencia de los judíos sionistas anglosajones los sudamericanos se hallan claramente fracturados en su lealtad política al estado de Israel y por ende, poco predispuestos a dejarse usar por los intereses políticos (en especial geopolíticos)[12] que nada tienen que ver con la Argentina.

Pese a ello, los sionistas no judíos argentinos son los más enfervorizados militantes de esos intereses los cuales se entremezclan con (y no casualmente) con los intereses de la OTAN que hoy por hoy se extienden a fomentar la política rusofoba y racista que difunde la prensa atlantista anglosajona tendiente a sostener a cualquier costo el régimen filo nazi de Kiev. El peligro de este activismo político en la región radica en que logre penetrar en un Congreso altamente corrupto y lleno de prebendas partidarias con lo cual, a los problemas estructurales de un país continuamente en crisis se podrían adunar otros mucho más complejos de solucionar.

Así mismo es muy difícil de esperar que los argentinos sirvan de carne de cañón como sirvieron los estadounidenses para los enjuagues políticos de Israel ya que al día de hoy, la información de como son realmente las cosas y que significa el Lobbie pro-israelí para la paz está al alcance de un click.



[1] Horas más tarde del atentado, la policía detuvo a cinco jóvenes que se movilizaban en una camioneta de la empresa “Urban Moving” que reveló varias cosas muy curiosas. Además de cámaras fotográficas y de video que transportaban, los detenidos se identificaron como “israelíes” quienes trataron de hacer valer su influencia para que no los detuvieran. Tras intervenir el FBI las oficinas de “Urban Moving” fueron vaciadas y abandonadas por su propietario quien huyo a Israel. Los cinco jóvenes tras 71 días detenidos fueron deportados y se cerraron las preguntas.

[2] El caso del empresario y especulador Larry Silverstein sigue siendo muy discutido. Casualmente tras haber adquirido las torres unos meses antes las aseguró contra ataques terroristas por la módica suma de 3.500 millones de dólares. A esto se sumó la mudanza de varias oficinas unos días antes del atentado e incluso, la bóveda en el subsuelo donde se guardaban archivos del gobierno apareció vacía.

[3] Personajes tales como William Kristol editor de The Weekly Standard, Robert Kagan y Elliott Abrams son solo una parte de la influencia mediática para el intelectualismo neoconservador en las sombras.

[4] En su carácter de militante pro-Israel, Richard Perle junto a Douglas Feith y otros destacados sionistas en 1996 elaboraron un documento enviado a Benjamín Netanyahu en el que se urgía romper con los Acuerdos de Oslo apelando a la imposición de la paz mediante la fuerza y para ello, el derrocamiento de Saddam Hussein era parte esencial.

[5] Participe e instigador intelectual de la intervención de la OTAN en el norte de África y en particular sobre Libia bajo la máscara de una “Primavera Árabe”.

[6] En ese papel Bin Ladem puso su experiencia como agente de la CIA a cargo de la “Legión Árabe” que había operado en Afganistán durante la invasión soviética.

[7] Cuando en junio de 2014 apareció el ISIS, muchos sospechábamos que habían sido entrenados lejos de donde estaban operando. Sus componentes nada tenían que ver con el mundo árabe y mucho menos de inspiración islámica. En 2012 miembros de grupos salafistas y wahabí afiliados a “Al Qaeda” compraron terrenos en Bosnia donde se instalaron campamentos de entrenamiento militar al mando de Nusret Imamović quien luego pasaría a ser uno de los comandantes del Frente Al Nusra en Siria y luego del “Daesh” en Iraq.

[8] En estas operaciones la participación de Arabia Saudita fue central ya que fue allí donde se aprovecho para exportar la interpretación del Islam “Wahabí” militante utilizado más tarde por la CIA y la OTAN en Iraq, Libia y Siria.

[9] Fundado por este grupo de sionistas y neoconservadores en 1997.

[10] "Reconstruyendo las Defensas de EEUU: estrategia, fuerzas y recursos para un nuevo siglo" (RAD)

[11] Las que se referían a la necesidad de ocupar Iraq más allá de que fuera Saddam Hussein el problema y las que mencionan los ataques “electrónicos” no letales -Ciberataques y el “uso de la guerra biológica como herramienta políticamente útil”. La aparición del SarS-CoV 2 (COVID) en 2019 se ajusta mucho a esta última “profecía”.

[12] Los atentados terroristas de 1992 y 1994 en Buenos Aires son continuamente usados por los partidarios pro-Israel para acusar sin pruebas ciertas la autoría de Irán y del Hesbola libanés, acusaciones que hacen extensible a la muerte en 2015 del fiscal Alberto Nisman.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario