“OPERACION PROPAGANDA”
Occidente pasa por una severa crisis de unidad
y queda claro que EEUU ya no es el líder confiable que alguna vez fue. Quienes
más acusan esto son los europeos. Mantener las apariencias y demonizar al
enemigo es más primordial que nunca…¿Ha comenzado la madre de las batallas para
los medios occidentales?
Por Charles
H. Slim
¿Qué hacer cuando no podemos justificar la participación de una guerra y mucho menos cuando la hemos instigado nosotros? Esta es la pregunta que los británicos se hicieron desde el inicio de sus campañas coloniales y en toda su historia imperial para poder crear una imagen suave, tolerable y hasta idílica de sus carnicerías en la India, en la península arábiga o en la castigada África (Kenia y Lesoto). Para ser sinceros con la historia y no caer en las simplonas demonizaciones, no fue Goebbels el primero en aplicar las técnicas insidiosas de la propaganda con su famoso eslogan “miente, miente, que algo quedará”; los anglosajones ya lo practicaban mucho antes en sus actuaciones diplomáticas con sus colononizados y en lo que han enseñado sobre los hechos de la historia. Esta lógica no iba a cambiar justo hoy y mucho menos cuando tiene a su archi enemigo ruso al frente.
En Europa vemos esto
con el arreglado y artificial festival de Eurovisión en el que los rusos fueron
cancelados. Si en realidad a los europeos les indigna y preocupa los derechos
humanos ¿Por qué no se indignaron de similar forma con los estadounidenses y
británicos por sus apoteóticas violaciones y brutalidades contra la humanidad en
Iraq y Afganistán?
Este talento fue
adoptado por sus primos estadounidenses quienes desde el final de la segunda
guerra mundial (1945) con la innegable influencia de la industria del cine han
hecho de la propaganda una herramienta estratégica. En este universo de
fantasía, Washington ha fabricado a sus enemigos, inventado superhéroes que les
combaten (apuesta que Israel también está poniendo sobre la mesa) y convierte
sus derrotas más humillantes en victorias pírricas.
La propaganda
audiovisual (Cine y radio) sin dudas durante la mayor parte del siglo pasado ha
sido una de las columnas vertebrales de la geopolítica del occidente anglosajón
y prueba de ello son los miles de millones de dólares que sean invertido para
su desarrollo. Obviamente siguió teniendo la misma importancia en el nuevo
milenio solo que ya no con el mismo impacto. Pero la realidad es muy difícil de
maquillar. La multiplicidad y alcance que los medios informativos alternativos
llegaron a tener en el nuevo milenio, ha quitado la ventaja estratégica de
contar con el control del discurso por las principales corporaciones de medios
globales para armar a conveniencia sus relatos políticos. CNN fue la punta de
lanza de la desinformación en las campañas bélicas contra Iraq en 1991 y luego
junto a FOX NEWS en 2003 apenas podían convencerse ellos mismos de que las
cosas iban tan bien como lo aseveraban en Washington. Internet hizo colapsar
aquel monopolio de la propaganda ayudando a exponer la verdadera naturaleza de
las acciones de esos gobiernos y las consecuencias sobre los derechos humanos. Incluso
los esfuerzos por levantar la moral con películas, documentales de dudosa imparcialidad
y series que maquillaban los abusos y masacres que se cometían en nombre de la
“guerra contra el terrorismo” no fueron suficientes para apuntalar la
decreciente credibilidad en la “democracia”.
La cobertura de lo que
sucede en Ucrania es hoy el escenario de una salvaje guerra de propaganda en la
que además de la descarada participación de los medios occidentales, todo vale.
En realidad, pocos (de la prensa) deben saber lo que está ocurriendo en el terreno;
pero una cosa es seguro, no tiene nada que ver con lo que CNN, The Washington
post, BBC, Reuters y todo el arco corporativo occidental de los medios publican.
Por
ejemplo, la foto que aquí se ve capto el momento en que un Dron “kamikaze” ruso
similar al “Shahed-136” iraní (que los medios tratan de involucrar) golpeaba un
centro de comando y control ucraniano. Pero de ser real la provisión de esos
Drones a Rusia, no sería nada en comparación con el volumen de armamento,
financiamiento y asesoramiento que la OTAN provee a Kiev.
Tampoco es nada en lo
que hace al uso de tácticas sucias y terrorismo que los ultranacionalistas de
Zelensky usan (y aparentemente estarían dispuestos a usar) bajo asesoramiento
de agencias occidentales. Como señalo el hoy (tras haber molestado a alguien en
Washington) desaparecido periodista estadounidense Gordon Meek al referirse en
su último Twitt sobre lo que realmente pasaba en Ucrania, toda esta estrategia
no es más que “una montaña de mierda”.
En los medios
argentinos hace rato que se han olvidado del asunto. Los pocos y sobreactuados informes
de corresponsales que cubrieron algo y que no fueron más allá de los límites de
Kiev ya no dan sus asombrosos, actuados y entusiastas relatos del “patriotismo
ucraniano”, o de las “cuantiosas pérdidas” rusas en relatos semejados a
libretos Hollywoodenses. Hoy reina el silencio ¿Qué sucedió? Simplemente, no
hay nada bueno para informar y punto. Los incautos voluntarios que (tragándose
la propaganda) habían sido enrolados en embajadas ucranianas como la de calle
Ollero 2169 en Buenos Aires, hace tiempo que han abandonado el campo de batalla
¿A dónde estarán? Ciertamente los medios no se preocuparon ni se preocuparan
por responder esta cuestión. Saben que si quieren relatar una situación
favorable para lavarle la cara a la Ucrania de Zelensky hay que enterrarse
hasta la cintura en un barrial de mugre y excremento y eso ya es otro precio.
Pero sus mentores en
Londres y EEUU no se han detenido y por el contrario, siguen a toda marcha en
la tarea.
Mientras la prensa
británica y estadounidense aseguran en sus editoriales que los ucranianos mediante
épicas contraofensivas están recobrando territorios, que el presidente Vladimir
Putin está enfermo y moribundo, que está solo y que la oposición interna ha
aumentado de forma crítica y que será derrocado, o que los rusos estaban
huyendo en masa para no ser reclutados, o incluso que Rusia puede llegar a
crear una catástrofe nuclear en Zaporiye (fabricada mediante una Falsa Bandera),
según otras visiones, nada de eso forma parte de la realidad. Es más, esta
misma propaganda opera también con omisiones como es ocultar el carácter reaccionario,
supremacista y opresor que ha adoptado el régimen de Kiev, prohibiendo los partidos
políticos, cerrando medios locales, arrestando y desapareciendo periodistas que
se opongan a las políticas del “Churchill eslavo”.
Pero la propaganda que los
anglosajones están radiando es más amplia y prueba de ello lo vemos con lo que
se está cocinando contra Irán, una reedición de las tácticas desinformativas a
cargo de los medios occidentales como las impulsadas (con montajes y
falsificaciones) en 2010 sobre el mundo árabe con la farsa de la “Primavera
árabe”. Entre tanto y en el marco del Foro Internacional de Discusiones de
Valdái el presidente ruso Vladimir Putin el jueves 27 de octubre como parte de
sus consideraciones del discurso que dio ante los presentes sentenció, que
occidente lleva a cabo un “juego sangriento, peligroso y sucio” y para el cual,
la propaganda es una parte inescindible para manipular a la opinión pública y encubrir
sus acciones.
Sin dudas la propaganda
angloestadounidense no solo oculta las implicancias de la OTAN y los millonarios
negociados que EEUU ha logrado a costa de los europeos cortando el suministro
de gas ruso, sino también está camuflando nuevas y más sucias tácticas
ejecutadas por un monstruo que como todos los que anteriormente ellos mismos han
creado (dictaduras militares, Al Qaeda, Muyahedin Al Kalq, ISIS entre los más
destacados), necesita sangre para saciarse y luego cuando no lo necesiten más lo
dejaran suelto por su cuenta ¿Qué hará entonces Naciones Unidas si es que aún
existe?
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