domingo, 30 de octubre de 2022

 

“OPERACION PROPAGANDA”

Occidente pasa por una severa crisis de unidad y queda claro que EEUU ya no es el líder confiable que alguna vez fue. Quienes más acusan esto son los europeos. Mantener las apariencias y demonizar al enemigo es más primordial que nunca…¿Ha comenzado la madre de las batallas para los medios occidentales?

 

Por Charles H. Slim

¿Qué hacer cuando no podemos justificar la participación de una guerra y mucho menos cuando la hemos instigado nosotros? Esta es la pregunta que los británicos se hicieron desde el inicio de sus campañas coloniales y en toda su historia imperial para poder crear una imagen suave, tolerable y hasta idílica de sus carnicerías en la India, en la península arábiga o en la castigada África (Kenia y Lesoto). Para ser sinceros con la historia y no caer en las simplonas demonizaciones, no fue Goebbels el primero en aplicar las técnicas insidiosas de la propaganda con su famoso eslogan “miente, miente, que algo quedará”; los anglosajones ya lo practicaban mucho antes en sus actuaciones diplomáticas con sus colononizados y en lo que han enseñado sobre los hechos de la historia. Esta lógica no iba a cambiar justo hoy y mucho menos cuando tiene a su archi enemigo ruso al frente.

En Europa vemos esto con el arreglado y artificial festival de Eurovisión en el que los rusos fueron cancelados. Si en realidad a los europeos les indigna y preocupa los derechos humanos ¿Por qué no se indignaron de similar forma con los estadounidenses y británicos por sus apoteóticas violaciones y brutalidades contra la humanidad en Iraq y Afganistán?

Este talento fue adoptado por sus primos estadounidenses quienes desde el final de la segunda guerra mundial (1945) con la innegable influencia de la industria del cine han hecho de la propaganda una herramienta estratégica. En este universo de fantasía, Washington ha fabricado a sus enemigos, inventado superhéroes que les combaten (apuesta que Israel también está poniendo sobre la mesa) y convierte sus derrotas más humillantes en victorias pírricas.

La propaganda audiovisual (Cine y radio) sin dudas durante la mayor parte del siglo pasado ha sido una de las columnas vertebrales de la geopolítica del occidente anglosajón y prueba de ello son los miles de millones de dólares que sean invertido para su desarrollo. Obviamente siguió teniendo la misma importancia en el nuevo milenio solo que ya no con el mismo impacto. Pero la realidad es muy difícil de maquillar. La multiplicidad y alcance que los medios informativos alternativos llegaron a tener en el nuevo milenio, ha quitado la ventaja estratégica de contar con el control del discurso por las principales corporaciones de medios globales para armar a conveniencia sus relatos políticos. CNN fue la punta de lanza de la desinformación en las campañas bélicas contra Iraq en 1991 y luego junto a FOX NEWS en 2003 apenas podían convencerse ellos mismos de que las cosas iban tan bien como lo aseveraban en Washington. Internet hizo colapsar aquel monopolio de la propaganda ayudando a exponer la verdadera naturaleza de las acciones de esos gobiernos y las consecuencias sobre los derechos humanos. Incluso los esfuerzos por levantar la moral con películas, documentales de dudosa imparcialidad y series que maquillaban los abusos y masacres que se cometían en nombre de la “guerra contra el terrorismo” no fueron suficientes para apuntalar la decreciente credibilidad en la “democracia”.

La cobertura de lo que sucede en Ucrania es hoy el escenario de una salvaje guerra de propaganda en la que además de la descarada participación de los medios occidentales, todo vale. En realidad, pocos (de la prensa) deben saber lo que está ocurriendo en el terreno; pero una cosa es seguro, no tiene nada que ver con lo que CNN, The Washington post, BBC, Reuters y todo el arco corporativo occidental de los medios publican.

Por ejemplo, la foto que aquí se ve capto el momento en que un Dron “kamikaze” ruso similar al “Shahed-136” iraní (que los medios tratan de involucrar) golpeaba un centro de comando y control ucraniano. Pero de ser real la provisión de esos Drones a Rusia, no sería nada en comparación con el volumen de armamento, financiamiento y asesoramiento que la OTAN provee a Kiev.

Tampoco es nada en lo que hace al uso de tácticas sucias y terrorismo que los ultranacionalistas de Zelensky usan (y aparentemente estarían dispuestos a usar) bajo asesoramiento de agencias occidentales. Como señalo el hoy (tras haber molestado a alguien en Washington) desaparecido periodista estadounidense Gordon Meek al referirse en su último Twitt sobre lo que realmente pasaba en Ucrania, toda esta estrategia no es más que “una montaña de mierda”.

En los medios argentinos hace rato que se han olvidado del asunto. Los pocos y sobreactuados informes de corresponsales que cubrieron algo y que no fueron más allá de los límites de Kiev ya no dan sus asombrosos, actuados y entusiastas relatos del “patriotismo ucraniano”, o de las “cuantiosas pérdidas” rusas en relatos semejados a libretos Hollywoodenses. Hoy reina el silencio ¿Qué sucedió? Simplemente, no hay nada bueno para informar y punto. Los incautos voluntarios que (tragándose la propaganda) habían sido enrolados en embajadas ucranianas como la de calle Ollero 2169 en Buenos Aires, hace tiempo que han abandonado el campo de batalla ¿A dónde estarán? Ciertamente los medios no se preocuparon ni se preocuparan por responder esta cuestión. Saben que si quieren relatar una situación favorable para lavarle la cara a la Ucrania de Zelensky hay que enterrarse hasta la cintura en un barrial de mugre y excremento y eso ya es otro precio.

Pero sus mentores en Londres y EEUU no se han detenido y por el contrario, siguen a toda marcha en la tarea.

Mientras la prensa británica y estadounidense aseguran en sus editoriales que los ucranianos mediante épicas contraofensivas están recobrando territorios, que el presidente Vladimir Putin está enfermo y moribundo, que está solo y que la oposición interna ha aumentado de forma crítica y que será derrocado, o que los rusos estaban huyendo en masa para no ser reclutados, o incluso que Rusia puede llegar a crear una catástrofe nuclear en Zaporiye (fabricada mediante una Falsa Bandera), según otras visiones, nada de eso forma parte de la realidad. Es más, esta misma propaganda opera también con omisiones como es ocultar el carácter reaccionario, supremacista y opresor que ha adoptado el régimen de Kiev, prohibiendo los partidos políticos, cerrando medios locales, arrestando y desapareciendo periodistas que se opongan a las políticas del “Churchill eslavo”.

Pero la propaganda que los anglosajones están radiando es más amplia y prueba de ello lo vemos con lo que se está cocinando contra Irán, una reedición de las tácticas desinformativas a cargo de los medios occidentales como las impulsadas (con montajes y falsificaciones) en 2010 sobre el mundo árabe con la farsa de la “Primavera árabe”. Entre tanto y en el marco del Foro Internacional de Discusiones de Valdái el presidente ruso Vladimir Putin el jueves 27 de octubre como parte de sus consideraciones del discurso que dio ante los presentes sentenció, que occidente lleva a cabo un “juego sangriento, peligroso y sucio” y para el cual, la propaganda es una parte inescindible para manipular a la opinión pública y encubrir sus acciones.

Sin dudas la propaganda angloestadounidense no solo oculta las implicancias de la OTAN y los millonarios negociados que EEUU ha logrado a costa de los europeos cortando el suministro de gas ruso, sino también está camuflando nuevas y más sucias tácticas ejecutadas por un monstruo que como todos los que anteriormente ellos mismos han creado (dictaduras militares, Al Qaeda, Muyahedin Al Kalq, ISIS entre los más destacados), necesita sangre para saciarse y luego cuando no lo necesiten más lo dejaran suelto por su cuenta ¿Qué hará entonces Naciones Unidas si es que aún existe?

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