lunes, 9 de enero de 2023

 

“DESORDEN, ANOMIA Y DESCREDITO”

A dos años de la toma del Capitolio en EEUU los hechos se repiten en Brasil como reacción al hartazgo popular de una clase política corrupta que han convertido el concepto de la democracia en una negocracia ¿Quién es responsable del Populismo?

Por Pepe Beru

Han pasado dos años de aquel 6 de enero 2021 cuando los manifestantes a favor del presidente Trump acudieron al Capitolio para oponerse a lo que consideraban un robo de las elecciones. El panorama que aquello puso en evidencia dejó perplejos a los glorificadores de la “democracia estadounidense” quienes siempre solían ponerla por delante de todo.

Aquel evento sirvió para el mismo Establishment que se valió de Trump para poner en agenda varios temas que eran de su interés resolver, lo borrara del “sistema” hasta nuevo aviso y así, con un vetusto candidato como Joe Biden (magnificado por las editoriales de ciencia ficción) tratar de recomponer la idílica imagen de una democracia infalible. Coincidiendo con aquel evento y justo dos días después de esa fecha en Brasil miles de los partidarios de Jair Bolsonaro reclamando lo mismo, sobrepasaron los cercos de seguridad policial y tomaron el parlamento, la sede de la Corte de Justicia y del ejecutivo ¿Qué es lo que está ocurriendo en el continente?

El negocio de la partidocracia está resquebrajándose y los medios claman desesperados para que no se derrumbe. Y es que si eso pasa sus dueños gritarán ¿Qué será de nuestro negocio?

Más allá de las coincidencias ideológicas y de cierta filosofía (ligada al sionismo) que vinculan a Trump con Bolsonaro lo que esto evidencia sin dudas es la caducidad de un sistema político archicorrupto y prebendario que hace tiempo dejo de ser democrático. No son los politiqueros quienes marcan la agenda, son los pueblos. Bienvenidos a la realidad, es decir a la “negocracia” disfrazada de democracia. Los brasileros son quienes deben hallar una solución sin la intervención divina de estados iluminados o de organismos corruptos como la OEA, ni mucho menos de gobiernos más débiles y anómicos que tienen más problemas que ellos (como Alberto Fernández en Argentina).

EEUU tiene demasiados problemas internos para pretender jugar al “líder mundial” como lo instigan desde la Corporación de medios, cara visible de los partidarios de la guerra perpetua que se enriquecen con los negocios del armamento y las guerras “democráticas”. El pueblo del llano hace tiempo que se hartó de esta elite federal de chupa sangres y depravados que no los representa.

Así, los trabajadores olvidados de EEUU, los sin techo y el ejército de desempleados que alguna vez tuvieron una vida de ensueños y que vieron en Trump una esperanza de salir del hoyo, hoy los medios los engloba bajo epítetos insultantes y como miembros de la mafia de los grupos chauvinistas y ultramontanos como Proud Boys, Oath Keepers y otros. A diferencia de las operaciones de revoluciones de color montadas por la CIA en otros países y en las que se subvierte la legitimidad de los gobiernos que ellos derrumban, aquí es el mismo pueblo quien los deslegitima sin necesidad de esa mafia criminal.

Pero el negocio debe continuar. Como suelen hacer los medios de la verdad revelada, señalaron a estos ciudadanos como una amenaza para la democracia estadounidense y de esa forma, como lo han hecho en el caso brasilero y en otros países, los medios que sirven al Establishment trataron de demonizarlos y aislarlos de la vida política y social como lo hace cualquier gobierno de un país subdesarrollado. La censura en las redes sociales a Donald Trump es sin dudas el ejemplo más cabal de ello y la demostración que no son democráticos.

Desechado Trump, su lugar debía ser llenado por los demócratas con su agenda internacionalista con la cual Biden y Cia, deben recomponer los lazos externos para que EEUU no sea desplazado de la agenda geopolítica y con la reactivación de la OTAN (tras el humillante fracaso de Afganistán) retroalimente la agenda de la guerra perpetua -tal como sucede con Ucrania- como fuente de ingresos para el país.

A pesar de que Biden está engordando los bolsillos de los contratistas de la defensa, de la industria armamentística y de sus partidarios, ni un dólar de ello baja al pueblo…!Cleptocracia en progreso!

Se esperaba que Trump fuese el Obama de los republicanos, un personaje estridente para maquillar la imagen de un país repleto de contradicciones internas, sumergido en guerras inútiles y con deudas pendientes con la justicia internacional; era tiempo de un cambio. Pero Trump resulto ser demasiado caustico con su lengua tanto que fastidió al poderoso conglomerado de medios cuando escupía verdades que no debía decir. Cuando hoy suele afirmar que él venció al ISIS -algo que es falso- lo que en realidad quiere decir es que venció a su creador intelectual, Barack Obama.

Fue suficiente para estos poderes subterráneos y fue por ello que volvieron a abrazar a los archi pervertidos planes de los demócratas quienes con Hillary Clinton, Nancy Pelosi y el viejo Chuck Schumer a la cabeza han capitalizado como armas de persuasión, penetración y disociación cultural a la militancia transgénero LGTBQ por medio del cual aspiran a destruir valores y conceptos tradicionales de los países que buscan cooptar. Los republicanos más reaccionarios se han caracterizado por ser partidarios del intervencionismo militar con todas las consecuencias que ya conocemos pero a no confundirse, los demócratas no son diferentes, solo usan otros medios de persuasión más indirectos y mucho ornato discursivo que culminan con los mismos resultados.

Tanto uno como otro ya no son creíbles y las insurrecciones populares que hemos visto en Washington, en Santiago de Chile o en Brasilia son el síntoma de un cambio de paradigma.

El objetivo de los demócratas es cuidar el negocio de la política y no de salvar los valores del “sistema político” porque es a través de éste que buscan proyectarse a nivel global.  Quienes se han movido detrás de ambos partidos son los neoconservadores, quienes con su núcleo extremista denominados los “Strussianos” son los encargados de preparar el terreno para generar guerras en las regiones del mundo donde les conviene mantener un caos controlado.

 

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