“BAKHMUT, LA CAIDA”
¿Puede la rotura del cerco en Bakhmut y Soledar
ser el comienzo de la liberación de la república popular de Donetsk y el fin
para el régimen pro atlantista de Kiev?
Por Dany
Smith
No, no es una escena de la primera guerra
mundial ni hemos retrocedido 108 años en el tiempo. Las trincheras, el barro y
los escombros dominan el escenario de uno de los teatros de operaciones más
duros que desde la liberación de la ciudad portuaria de Mariupol se han visto
en Ucrania. Todos estaban agotados y era necesario un alto. Fue así que el día
6 de enero en vísperas de la Navidad Ortodoxa, el presidente ruso Vladimir
Putin ordeno el cese del fuego por setenta y dos horas, algo que los comandantes
ucranianos violaron con un masivo ataque de artillería sobre las poblaciones de
Donetsk y en donde murieron varios soldados rusos.
La reacción rusa no se
hizo esperar y ante semejante puñalada, instigada seguramente por los
británicos y estadounidenses que asesoran a Kiev, respondieron con el inicio de
una ofensiva que hoy tiene como centro un punto en el mapa del Donbass.
Se trata de las
localidades de Soledar y Bahkmut en el Oblast de Donetsk, hoy una república popular
independiente donde precisamente Volodymyr Zelensky con su custodia de
enmascarados dirigidos por ex fuerzas especiales estadounidenses y británicos se
hizo presente en el mes de diciembre antes de viajar a Washington para reclamar
más armas y dinero.
Para Zelensky y sus
patrocinadores en Washington se trató de una demostración de confianza que los
medios se encargarían de magnificar ante la opinión pública, para otros una jactancia
innecesaria queriendo demostrarle a Joe Biden y a los personeros de la OTAN en
Bruselas que la inversión que están haciendo da resultados.
Acompañado del gran
circo audiovisual que rodeo la visita de Zelensky a Washington el 22 de
diciembre pasado y en donde se le sacaron cientos de fotos junto a Joe Biden y Nancy
Pelosi junto a una bandera ucraniana firmada por los representantes del
Congreso tratando de vender un refrito hollywoodense sobre un líder idílico y
épico que lucha por la libertad contra los malvados rusos, si fuera estrenado
en los cines sin dudas sería un fracaso de taquilla.
La pésima
caracterización de un “comandante” revolucionario vistiendo de color caqui al
estilo Fidel Castro, que sirve a la OTAN es nada romántico y cuando menos
perturbador. En lo único que se asemeja
toda esta parafernalia mediática de producción cinematográfica es la categoría
de comediante de Zelensky quien podría representar como nadie el papel de un
Woody Allen en aquella interpretación de un revolucionario de capirote en
“Bananas”.
Pero sobre el terreno,
las cosas fueron cambiando de forma crítica y las posiciones que visito
Zelensky en diciembre pasado hoy ya han caído e incluso ha forzado a un
repliegue de sus tropas ante el avance imparable de la infantería rusa. Las
defensas ucranianas que rodeaban la ciudad fueron quebradas y los fortines que
la flanqueaban cayeron por los avances desde varias direcciones de fuerzas
combinadas entre grupos de la contratista “Wagner”, las milicias de la RPD y
tropas rusas.
Algunos documentos
hallados entre los ucranianos muertos en las trincheras demuestran que las
comunicaciones con sus mandos habían sido cortadas o no pudieron organizar un
contragolpe, sobrepasados por el fuego de artillería no pudieron replegarse y
hallaron la muerte en sus puestos.
Según varios testigos
de las acciones, los avances estuvieron muy bien coordinados y apoyados por un
nutrido e ininterrumpido fuego de artillería que rompió el entretejido de trincheras
y voló bunkers de comando y control desde donde la oficialidad ucraniana (entre
ellos un coronel) y sus asesores occidentales coordinaban sus fuerzas. Las
pérdidas en hombres no han podido precisarse en números, aunque si está a la
vista la gran destrucción de equipamiento, piezas de artillería (como los
“Caesar” franceses destruidos en Avdiivka), de piezas de artillería Howitzer y vehículos
blindados de la 61º Brigada mecanizada ucraniana que se observa camino al
centro de Soledar.
La penetración rusa en
la ciudad es un hecho confirmado desde hace al menos 48 horas y los avances no
han podido ser rebatidos por Kiev.
Reportes de contra
inteligencia detrás de las líneas ucranianas informan de muchos heridos (muchos
de ellos mercenarios extranjeros) y un repliegue escalonado hacia las afueras al
oeste de Soledar rumbo a Derzhavne Pidpryyemstvo donde parte de estos han cruzado el río “Bakhmtovka”, donde se han
reunido como si trataran de reagrupar los elementos sueltos y los rezagos que
han quedado de sus unidades e intentar una contraofensiva. Por el grado de
empuje de los rusos, el corte de la ruta de suministros mediante tiros de
artillería y el éxito que han tenido las tropas rusas en tomar prácticamente
toda la ciudad las posibilidades de una contraofensiva no son reales. Aún si,
de contar con apoyo aéreo no sería tan fácil algo que en el Pentágono ya son
muy conscientes.
Lo único que les queda
a los cerebros de “Operaciones psicológicas y propaganda” del SBU con gran
participación británica (en especial proporcionando inteligencia electrónica) es
seguir creando informes falsos difundidos por los medios europeos (DW, BBC,
France 24) de que persiste una “resistencia es feroz” y que a pesar de lo que
está ocurriendo, las tropas de Kiev siguen avanzando. Pero en el terreno de la
realidad que a los jerarcas atlantistas no conviene mostrar, sus hombres han
sido pasados por encima y lo único que quedaría entre las ruinas de casas y
algunos esqueletos de edificios son algunos francotiradores y algún que otro nido
de combatientes muy cansados. Solo es cuestión de horas para que se rindan o
sean eliminados.
Los combatientes
ucranianos resistieron cuanto pudieron pero, eso es un hecho innegable, pero el
grado de presión imprimido por las fuerzas rusas y en particular los bombardeos
precisos de puntos estratégicos de las líneas defensivas, les hizo ver que de
persistir simplemente conduciría a su eliminación.
Se han advertido en la
retirada de las primeras unidades que las principales preocupaciones de los
ucranianos fue sacar lo que queda de sus mejores equipamientos particularmente
los cañones franceses “Caesar” y los sistemas “Himars” estadounidenses bajo el
riesgo de ser destruidos en pleno camino.
Por lo que se observa,
el frente se ha reformado de forma crítica y solo queda ver si los ucranianos -asistidos
por la OTAN- pueden proteger sus líneas de abastecimiento para recomponer
nuevas líneas fortificadas y evitar el colapso total.
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