miércoles, 7 de febrero de 2024

 

LA ESTAFA

¿Por qué el gobierno de Javier Milei y Cía será una gran desilusión para la mayoría de los argentinos?  Cuando se trabaja por una geopolítica en favor de otros intereses

 

Por Javier B. Dal

 

Por estas horas muchos argentinos que creyeron en el personaje que hoy les gobierna, se dan por estafados por muchas inconsecuencias entre lo que prometió y lo que está tratando de imponer como políticas de estado. Muchos puntos de la fracasada ley ómnibus habían sido vetados y aunque ello no parecía cambiar el espíritu de la misma, no alcanzaba para una refundación verdadera del estado-nación. Ahora todos se están preguntando ¿Qué sucederá?

El cambio que Milei y Cia están tratando de instaurar no solo vaciará de la poca soberanía que ya tiene el país, sino que lo comprometerá con oscuras agendas y peligrosos capitales especulativos los cuales sin dudarlo, se harán dueños del territorio y de sus recursos.

En cuanto a su alineamiento geopolítico (muy vinculado a lo anterior), será cuestión de tiempo para ver las consecuencias de ello. En el caso de Israel, traerá consigo una necesaria y álgida discusión sobre las relaciones con un estado que comprobadamente ha llevado adelante un genocidio contra la población palestina (incluyendo el hallazgo de fosas comunes en Gaza), destruye deliberadamente las oficinas de la UNWRA para extender la hambruna en la población de la franja e incluso algunos de sus funcionarios como Brian Mast avalan el asesinato de niños y bebes palestinos. Semejante alineamiento dista mucho de la moralidad y divinidad con la que el aspirante a judío suele hablar.

Para peor y en ese plan, uno de los puntos previstos en la ley para reformar el estado está la de permitir el ingreso de tropas extranjeras sin la intervención del Congreso ¿Y de quiénes creen que serán esas tropas? Así es. Ya no es un secreto la presencia de asesores militares y de inteligencia israelíes en las fuerzas policiales de la ciudad autónoma y de la nación y mucho menos la influencia de Washington en las remociones y designación de generales en las FFAA ¿Cuántos de esos tipos tienen las manos impregnadas de sangre palestina?, ¿Asesoraran a los efectivos argentinos sobre cómo torturar y matar con eficacia?

Y si eso no alcanza, próximamente para mayo ya está previsto la llegada al puerto de Buenos Aires del portaaviones “USS George Washington”, quizás como prólogo en los planes de meter a la Argentina en alguno de los frentes de guerra abiertos en el Mar Rojo o el Mediterráneo. Quien esta muy interesado en participar de estos planes es el actual e insulso ministro de defensa Luís Petri, muy entusiasta con la idea (que obviamente le soplaron) de que los militares argentinos participen en operaciones bajo el comando estadounidense o israelí.

Esto no hay que entenderlo como un apoyo político a Milei y al sequito anglófilo-sionista que lo sigue sino, una inversión estratégica que hace Washington en un intento por cooptar y reconfigurar un estado descalabrado y que una vez reestructurado (a conveniencia de sus intereses), quien lo controle lo tendrá a su servicio. Esto es algo que los votantes de Milei por ignorancia o conveniencia no quieren ver.       

Pero también hay una crisis moral muy profunda en el seno de la sociedad argentina especialmente entre la gente y sus dirigentes que es más amplia que muchos no quieren aceptar. Los medios son quizá los principales cieguitos de esta realidad solo que ellos están movilizados por fuertes incentivos para aplacar esto dado que, ellos viven del negocio político que descaradamente llaman “democracia” y que no tiene nada que ver con el verdadero respeto a la institucionalidad y el desarrollo del país. Tal como sus homónimos de los emporios mediáticos angloestadounidenses los empresarios locales ante todo quieren proteger al sistema que les da de comer y nada más.

Milei que no es liberal en el sentido clásico, solo busca transpolar una versión extrema de la ultraderecha económica con rasgos mesiánicos de una épica inspirada en la secta jasídica de pederastas a la cual adscribe con base en New York.

En Argentina hace décadas que no existen ideologías. Los partidos que existen solo son sellos de goma que hace tiempo no representan a nadie. Cuando se habla de peronistas, radicales o liberales solo son etiquetas que se despegan y cambian en cada político a conveniencia del momento. Tal vez los únicos que conserven algo de ideología sea la denominada “izquierda” pero, tienen el particular defecto de ser anquilosada y nada creativa. Lo único que existe en la clase política es el oportunismo y el cinismo con los cuales los políticos y los empresarios de medios se acomodan al momento y la realidad imperante.

Mientras los políticos escenifican peleas y discusiones en el Congreso, su abúlica población mira con pasividad asombrosa como les aumentan los impuestos de servicios muchas veces defectuosos e ineficientes, se escapa la brecha cambiaria, los combustibles continúan aumentando y los precios de los alimentos más básicos como son el pan y la fruta tocan techos escandalosos producto de la inflación y de la llamada viveza criolla que con tanta costumbre los empresarios usan para no perder sus márgenes de ganancias.

Fue Milei quien dijo “me corto un brazo antes de aumentar un impuesto” y hoy está haciendo lo contrario, lo vemos con las retenciones a la importación. Pero para tapar estas opacidades allí están los medios para maquillarlas o para distraer a la gente con programas conducidos por dinosaurios y meretrices que han estado con todos y con nadie al mismo tiempo.

Y mientras los ciudadanos se distraen con estas banalidades y se ventajean unos a otros con chicanas, los asuntos del estado van por otro carril sin darse cuenta que sus gobernantes (Milei y la casta política que tanto criticó) están comprometiendo su futuro y el de sus nietos. Las “fuerzas del cielo” de las que habla el presidente no son otra cosa que las del mercado (en especial el financiero) y como bien sabemos, nada tiene de divinidad y la moral que supone querer impartir con su adscripción confesional, cuando menos es muy discutible a la luz de quienes son sus inspiradores ideológico-espirituales.

Tal vez sin advertirlo o tal vez ciego por el mesianismo que lo posee, Milei llevará al país a una dimensión mucho más riesgosa de la que la administración neoliberal menemista comprometió en la década de los noventas. El mundo real de hoy es mucho más rápido, peligroso e inestable que el de hace treinta años atrás y eso lo estamos viendo con lo que sucede en Ucrania y el Medio Oriente con lo cual tomar decisiones viscerales en esto es cuando menos que irresponsable.

Milei va en sentido contrario a la necesidad de fortalecer al país tanto en el amplio sentido político como moral. Volver al vasallaje con EEUU y ahora más estrechamente (de lo que Macri pudo) con el estado de Israel (interesado en las reformas legislativas para defensa e inteligencia) comprometido con los peores crímenes de guerra y lesa humanidad contra toda la población palestina no traerá prosperidad. Hasta apenas unos meses antes de que Milei asumiera su presidencia la Argentina se jactaba de su tradición de lucha por los derechos humanos y ahora ¿Qué sucedió?, ¿Dónde están los luchadores ante semejantes aberraciones?

Por estas horas Milei y su comitiva ya se hallan en Jerusalem mostrando su inexcusable obsecuencia con el régimen de Tel Aviv y una parcialidad con lo que realmente sucede allí y que no empezó el 7 de octubre pasado.

Aquí todos tienen responsabilidad. No solo Milei y su gente han engañado a sus electores. Los políticos que se dicen de la oposición y en particular los del gobierno anterior participan en el engaño y quienes operan para que ese engaño se extienda a cada hogar argentino son los medios (producidos por fondos financieros ligados externamente), los grandes embusteros que siempre han jugado un papel estratégico con todos los gobiernos en el control de la población.

No hay que olvidar que Javier Milei es el producto en parte de estos mismos medios y ya conocemos el nefasto papel que cumplen en occidente.

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