INTERNACIONAL
“EL GRAN ESPANTAJO”
Cómo el gran “cuco” del ISIS ha sido una gran escenografía que ha servido única y perfectamente a los planes de Occidente
Por
Charles H. Slim
CIA Producciones |
Tras disiparse el humo de la larga lucha que arrasó a Siria y que
aún estremece al Iraq, hay una cosa que ha quedado bien clara para todos los
que hemos venido estudiando el surgimiento de las revueltas en el mundo árabe y
ella es que, todo lo que se dijo desde los medios sobre el “Daesh” o el “ISIS”,
fue una gran mascarada orquestada y muy bien planificada hace al menos dos
décadas antes por cerebros occidentales en los laboratorios de guerra
psicológica de la CIA y el Mossad israelí, quienes a su vez, pusieron en marcha
por intermedio de mano de obra tercerizada –privada y de agencias de
inteligencia regionales-, sus
siniestros planes contra la población siria.
Aquel
gran plan era despedazar a Siria y que parte de su territorio fuese el sitio
del tan mal llamado “Califato”, controlado y gobernado por una monumental
fuerza extremista encarnada por el conocido por los iraquíes como “Daesh”
pero, renovado y conducido por elementos
de la inteligencia –principalmente- estadounidense. Y los rastros que
así lo evidencian son varios. Entre ellos, algunos hechos pasados y los que
inmediatamente se vieron cuando hace aparición esta “franquicia” en Iraq,
demostró que había venido a desplazar al programa “Al Qaeda” (La Base) creado
en 1978 por los asesores del entonces consejero de Seguridad Nacional de EEUU
Zbigniew Brzezinski y puesto en marcha apenas unos años después por la CIA en
Afganistán. De esta manera, lo que mediáticamente quería presentarse como una
“rivalidad entre grupos extremistas islámicos” era más bien –o sigue siendo-,
una oscura y sórdida competencia entre agencias gubernamentales.
Al Zarqawi en una de los videos preparados por la CIA |
En
Iraq tras la invasión del 2003, se implantó al espantajo de “Al Qaeda” como
parte de la estrategia de contrainsurgencia implementada por Washington para
destruir la estructura de la resistencia iraquí. Pero al advertir que se
estaban produciendo fallos en los objetivos que se pretendían y con varios
episodios que descubrieron el embuste, se inserto un nuevo monigote para
reforzar aquellos. Así apareció entre 2005 y 2006 el “Islamic State of Iraq”
(ISI) que a diferencia del grupo que manejaba el jordano Zarqawi –convenientemente
asesinado por EEUU-, fue más moderado en seleccionar sus objetivos y se centro
más en atacar al aparato represivo del régimen colaboracionista y solo de vez
en cuando, algún que otro puesto norteamericano. Según los reportes de
inteligencia, para el 2009 solo quedaba un puñado de los miembros del (ISI) ya
que casi todos sus jefes habían sido muertos o capturados. En abril del 2010 el jefe “Omar Al Bagdadi” es
abatido dando un golpe de gracia a la franquicia. A partir de allí el grupo -enemistado
incluso con la resistencia- fue diezmado y empujado a regiones inhóspitas y
desérticas de Iraq. Incluso se
produjeron curiosos hechos con algunos de los lugartenientes de éste grupo, que
estando presos en Abu Graib fueron asesinados en sus celdas.
Para
el 2011 el (ISI) era un pequeño grupo de asesinos que deambulaba entre la
provincia de Al Anbar y Ninive, regiones que podrían calificarse como libres de
presencia gubernamental dado lo peligroso que era para los cuerpos de seguridad
colaboracionistas e incluso, para los invasores en plena ocupación. Sus principales operaciones consistían en
asaltar puestos de la policía y retenes del ejército, asesinando a los
efectivos que se hallaban durmiendo usando pistolas con silenciador; pero en
menos de un año, se comenzaron a advertir el uso de poderosos explosivos,
acciones de francotiradores, ataques con
mortero y una variedad más de operaciones que revelaba una renovada fuente de
financiamiento.
Entre
el 2012 y 2013 fuentes de inteligencia confirmaban que muchos reos de cárceles
sauditas y de otros emiratos estaban siendo despachados a campamentos de
entrenamiento secretos en la región del
“Sham”, que eran administrados por asesores militares norteamericanos (entre
otros). Precisamente en septiembre del 2013 se produce una cinematográfica
operación de rescate en la cárcel de Abu-Graib, Bagdad, donde cientos de
prisioneros sospechados de pertenecer al ISI y a “Al Qaeda” eran liberados por
un grupo desconocido que mágicamente todos ellos, se evaporaron sin que jamás
pudieran hallarlos.
Fue
de este modo como con una amplia cobertura, se fue ensamblando lo que sería la
maquinaria de guerra imparable y fanática de una presunta rama sunita del Islam conocida como el “ISIL”
y que se agregaría a la confederación de grupos de mercenarios que ya se
hallaban en Siria.
Así,
con las estructuras montadas, el dinero manando desde los benefactores reinos
del golfo y la estratégica colaboración de los gobiernos de Turquía y Jordania,
por el 2014 se pudo dar el zarpazo con una cara nueva cara del “extremismo
islámico” y que se lo conoció como el “ISIL”,
quien –y aprovechando las circunstancias políticas y sociales de Iraq- halló
el camino para conquistar –con la ayuda de los grupos de la resistencia
iraquí- territorios del norte y centro de Iraq. En medio de un masivo
levantamiento popular en todo el noroeste de Iraq que se vino gestando desde el
2011, enmarcado en años de represión brutal por parte del régimen
colaboracionista de Bagdad, la CIA y sus aliados sauditas pudieron preparar el
terreno para el arribo de aquel grupo que tras años de entrenamiento en
campamentos secretos en Jordania, Turquía e incluso en la misma provincia
iraquí de Al Anbar, aguardaba en el sureste de Siria. Incluso se denunció en un diario turco a
mediados de octubre del 2014 que la operación del “ISIL” sobre Iraq estaba
garantizada de antemano por un acuerdo secreto entre la CIA, Ankara y los
principales grupos de la resistencia iraquí todos ellos y por diferentes
motivos, interesados en desbancar al régimen títere de Nouri Al Maliki. Con solo ver la contundencia
y rapidez de la operación estas versiones adquieren verosimilitud.
Apenas
pasados unos meses de la instalación del mal llamado “Califato” con sede en
Mosul, se comenzaron a ver notables cambios en la apariencia de los
combatientes. De la noche a la mañana, aparecieron con uniformes y miméticos
estadounidenses, británicos e incluso franceses. En la variedad y cantidad de
armas el arsenal del “Daesh” sin dudas debe despertar la envidia a muchos
ejércitos alrededor del mundo. No caben
dudas de que pasar de las pistolas con silenciador a los costoso misiles
“TOW-2”, revela un gran salto.
Desde las clásicas “AK-47” que vende hasta el
más pequeño de los traficantes, pasando por fusiles semiautomáticos
estadounidenses M4-A1, cohetes y granadas israelíes, fusiles franceses como el “FAMAS”, ametralladoras de
nueva generación hasta un número no
precisado de misiles anti tanque “TOW”, marcaron la presencia de una
organización con misteriosas e
inconfesables líneas de abastecimiento.
Con
todo este despliegue, el caos en Siria estaba asegurado y con él, la perpetuación de una guerra que se le quiso
dar mediáticamente los visos de una “guerra sectaria”.
Por
suerte y gracias a la intervención militar rusa, Siria parece haber sobrevivido
a los planes de “Balcanización” que incluso el mismo primer ministro israelí
Benjamín Netanyahu esperaba como
resultado de la infestación subversiva infiltrada y pagada por intereses
occidentales. Para saber quiénes son
éstos, solo basta mirar la historia reciente; agencias de inteligencia como la
CIA, el MI-6 y sus colegas militares, perfeccionaron el arte del engaño y las
horrorosas tácticas de terrorismo durante sus años de estancia en Afganistán e
Iraq. Los llamados “programas de contrainsurgencia” no eran más que estructuras de terrorismo al servicio de la
ocupación y con diversos componentes.
Con
años de ensayo y con abundantes corrientes de dinero de las bancas privadas, se
lanzó la operación de desestabilización del Norte de África que mediante el
embuste de la “Primavera árabe”, cliché
creado por el sionista francés Bernard Henri Levi, se quiso enmascarar lo que
realmente había detrás de eso. Mediante una manipulación informativa descarada,
los medios masivos de comunicación colaboraron con las maniobras que ejecutaban
las avanzadas de las agencias de inteligencia. De esta manera, desde la
implementación de trucos como el retoque de imágenes y adulteración de audios para
emitirlos por televisión e internet, trataron de pintar supuestas rebeliones
populares que en realidad ocultaban a equipos de agitadores extranjeros,
saboteadores y francotiradores que tenían como objetivos tanto a efectivos de
seguridad como a manifestantes.
Todo
ronda en rededor de los mismos actores que durante casi una década sembraron de
dolor y caos en Iraq. Usando y abusando del terrorismo como una táctica de
guerra, estas agencias pretendieron instalar las mismas condiciones de
desconfianza, encono confesional y desarticulación social que desgarró a la
sociedad iraquí que, pese a las violentas carnicerías orquestadas por ambas
agencias para enfrentar a chiitas y sunitas, los mismos iraquíes sabían quiénes
eran y siguen siendo sus verdaderos artífices. Algunos de ellas, son empresas privadas y pese
al cambio de nombres siguen siendo los mismos. Sus manos han derramado la
sangre de iraquíes, libios, sirios y por supuesto yemenitas, quienes hoy luchan
contra los intentos de ocupación del vecino Arabia Saudita (Red Voltaire.org. “Los mercenarios de
Dyncorp sustituyen a los de Academi en Yemen. http://www.voltairenet.org/article190810.html )
Mercenarios estadounidenses en Iraq |
Empresas
de seguridad privada como “BLACKWATER”, “Xe”; “ACADEMI” solo han variado sus
nombres al paso del tiempo, pero siguen siendo los mismos proveedores de sofisticados y costosos sicarios a la orden de
Washington. Por ejemplo, tras la desgraciada estancia que ha sufrido la empresa
“ACADEMI” al verse obligada a salir
prácticamente arrastrándose del Yemen, para resolver esta severa
contingencia, Washington ha enviado a otro ejército privado muy ligado con ex
agentes del Mossad israelí y la CIA como es el DYNCORP que pertenece nada menos
que al fondo de inversiones “Cerberus” dirigido por el ciudadano israelí Steve
Feinberg y el ex presidente Dan Quayle.
Pero
incluso estas corporaciones de la guerra privada, son solo algunos de los
tentáculos que forman parte del gran pulpo que es el “terrorismo internacional”
el cual se halla totalmente controlado
por las agencias de inteligencia como la CIA y el Mossad, sirviéndose a gusto
de las variaciones ejecutoras de cada grupo y formas que mas convengan para cada
oportunidad. Pero esa es solo la pata militar de éste “programa llamado ISIS”.
No hay que perder de vista, como ha venido obrando Washington y en especial la
Casa Blanca para tratar de preservar –más que combatir- al “Islamic
State” y en ese plan, Ankara ha venido jugando un papel central para que la
actividad del “Daesh” se mantenga intermitente. Incluso ha venido usando la
tragedia de la crisis humanitaria que fue desatada deliberadamente por las
acciones de estos grupos mercenarios y por los bombardeos indiscriminados de la
“Coalición internacional” liderada por EEUU, que ha convertido a Turquía en una
canilla de refugiados que mana sin pausa
a suelo europeo, algo que Erdogan y Cía han sabido explotar para retroalimentar
económicamente los objetivos de ésta
vasta infraestructura subversiva que
maliciosamente usa la máscara del Islam.
De este organigrama siniestro y laberintico surgió
el “ISIS” que hoy por hoy, ha sido –y gracias a los esfuerzos de la
Federación Rusa- prácticamente barrido de Siria y con los días contados en
Mosul pero que, pese a los esfuerzos rusos por acabar militarmente con éste
engendro artificial, se ve con
preocupación como por efecto de las contradictorias y comprometedoras acciones
de Ankara y los gobiernos occidentales, parece que las operaciones de ésta
franquicia se trasladaran ampliamente a suelo europeo. Los últimos acontecimientos en Bruselas,
capital administrativa de la UE y sede de la OTAN, así lo evidencia.