MIDDLE EAST
“MITOS Y PROPAGANDA”
Cómo ha venido Washington y sus aliados creando el discurso estigmatizante contra los musulmanes y el Islam en general
Por
Horace Husseini
Tal como lo dice el dicho, en una guerra “la primera baja es la verdad”,
una frase que se ajusta muy bien a lo que los medios informativos occidentales
han venido orquestando y difundiendo en torno a lo que sucede en Siria y todo el Medio Oriente. Una de las
primeras maniobras para distraer a la opinión pública es el engaño y la
desinformación que se ha convertido en una materia aparte en los manuales de la
contrainteligencia de las principales academias de las agencias gubernamentales.
La
generalización, la demonización y las aserciones absolutas han sido las grandes
protagonistas en los discursos de los gobiernos en Washington y la UE cuando han
necesitado argumentar la prioridad de emprender sus campañas militares contra
países soberanos del globo. Y aunque
como hemos visto, las mentiras y los falsos estereotipos quedaron expuestos al
poco tiempo de haber emprendido sus políticas agresivas, se paso a una segunda
fase en la cual con el claro soporte de las agencias gubernamentales, los
medios masivos de (des) información privados, jugaron y siguen jugando un
notable papel por tratar de reducir el impacto ante la verdad revelada.
Incluso, para reducir el impacto ante sus atrocidades, hemos visto como el
Pentágono durante el 2007 gasto más de 540 millones de dólares para que empresas
como la relaciones públicas británica “Bell Pottinger” creara videos con falsos
documentales sobre la situación en Iraq (https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.ar/2016/10/el-pentagono-ha-pagado-540-millones-de.html )
Una
prueba invalorable de estas argucias, lo representa el testimonio de Martin
Wells quien trabajó como editor de video de “Bell Pottinger” , quien creyendo
que elaboraba noticias terminó descubriendo que fabricaba propaganda para los
estadounidenses (v. https://actualidad.rt.com/actualidad/220481-guerra-torno-siria-medios-manipular-noticias )
Toda
esta ingeniería de la mentira y el engaño se vale de la invalorable ayuda
tecnológica de los actuales medios de comunicación, tan veloces y nítidos que
han pasado a recopilar noticias por minuto sin dejar en apariencias, nada
salvado al desconocimiento público. Pero
esa velocidad también ha complicado a los mismos gobiernos occidentales que se
servían de ella para hundir mediáticamente a los gobiernos de países árabes
como fue Iraq, Líbano, Libia, Somalia, Yemen y hoy lo pretenden con Siria, como
una manera de ir creando en el imaginario colectivo la idea de que “los árabes
son malos y hay que exterminarlos”, justificando de ese modo, masacres como las
vistas últimamente en Eid Ezzor.
ISIS
es el acápite de los embustes tejidos en occidente y que ante la imposibilidad
de negarlo, hoy los medios anglosajones tratan de alzarse con méritos que no
son propios. Tal el caso de algunas editoriales hilarantes que de no provenir
de sitios necon, deberían estar en una historieta cómica (. V. https://www.foreignaffairs.com/articles/2016-09-30/how-isis-endures-innovating ) Y sin dudas, que la “intromisión” de Rusia, les ha mojado los
papeles a Washington que entre otras cosas, les ha dejado en el mayor de los ridículos
al comprobarse que durante más de un año las bombas de la Coalición
Internacional estaban cayendo en cualquier otro lugar menos en donde estuvieran
los “ISIS”.
A
pesar de las ayudas clandestinas que la CIA venía arrimando a éstos grupos, el
peso de la presencia rusa y la imparable voluntad de los sirios por barrer a
los mercenarios pagados con el dinero de los petrodólares de los emiratos del
Golfo, el Pentágono o más bien los orquestadores políticos que permitieron que
el “Daesh” creciera en las dimensiones que hemos visto, han decidido que ya no
son útiles y hay que erradicarlos. Pero
a pesar de que Washington pretende borrar el problema apretando el botón ”Delete”, varios creen que no será tan fácil
acabar con el problema.
En
la batidora de la desinformación, los medios anglosajones y los funcionarios en
Washington han puesto a procesar una serie de mitos que hacen a una propaganda con
claros tintes estigmatizantes que se apoyan en las patas de la generalización,
el antisemitismo y mentira. Hemos venido escuchando hasta el hartazgo como se
quiso vincular al engendro “ISIS” con los musulmanes y los racistas más osados,
con el Islam. Con la pretendida fórmula de la “guerra sectaria”, los medios anglosajones
trataron durante casi quince años de sembrar el odio entre los sunitas y los
chiitas, algo para lo cual los reinos del golfo han colaborado con animoso
activísimo. En ese sentido no es casual ver hoy día, como los jeques sauditas
tienen muy buenas relaciones con los personeros israelíes que sin sonrojarse,
traban negocios con estos representantes de la línea “Wahabi”.
Pero
volviendo a lo que en realidad es el “ISIS” y su verdadera función en todo este
siniestro teatro, hay que separar dos cuestiones principales; una la situación
de Siria y por otra parte la de Iraq. No es posible encarar un verdadero
análisis de lo que significa esta creación de la inteligencia occidental sin
distinguir entre dos realidades políticas claramente disimiles. En Siria el
gobierno fue elegido por su pueblo y más allá de que existe oposición –como
la que existe en cualquier país del mundo- ella no tenía los tintes
sanguinarios que hoy Washington y Cía
pretenden disfrazar tras la máscara de los “rebeldes moderados”.
Por
el contrario en Iraq, hay un gobierno ilegitimo y de hecho, instaurado por una sangrienta
ocupación y bajo el control de Washington, situación que ha venido siendo
resistida sin pausa desde el 2003 y que con el –muy conveniente- “ingreso”
del “ISIS” en 2014, sirvió para distorsionar los objetivos de esa resistencia
que ha tratado de ser controlada por los mandos extranjeros de aquella
franquicia.
En
Siria los llamados “rebeldes moderados” está cabalmente comprobado de que se
tratan de mercenarios de todos los lugares que uno se pueda imaginar. Lo que si
están muy seguros los sirios de a pie, que los más sanguinarios y ensañados han
sido elementos sauditas a quienes pese a estar con sus cabezas cubiertas, han
distinguido por sus acentos. También han hallado a turcos, rusos, franceses,
británicos, norteamericanos y la lista continua, demostrando que como la misma
oposición política siria, se trata de una gran mascarada que ha sostenido
Washington y que Hillary Clinton en sus años de Secretario de Estado, impulso
con vigor para formar aquel insulso y nada representativo comité de mercenarios
políticos llamado “Comisión de Amigos de Siria”, que entre otras misiones
estaba la de gestionar la caja de recaudación para la compra de armas para los
“rebeldes” (v. http://www.voltairenet.org/article179103.html ).
En
Iraq el gran problema para el régimen colaboracionista del partido “Dawa”
estaba en la intermitente resistencia armada y una creciente resistencia civil
en todo el centronorte del país, haciendo que por efecto de las medidas
represivas que se llevaban a cabo junto con equipos de asesores norteamericanos
que permanecían en operaciones contra la población civil de extracción sunita,
hicieran ingobernable a la mitad del país.
A ello se agregaba la corrupción y la ineptitud de los funcionarios que
incapaces de conjurar esta situación y de establecer una infraestructura
razonable, Washington buscaba la forma
de tratar de sostener ese grupo sectario en el poder sin que este se inclinase
para Teherán. En ese sentido, los
norteamericanos debían ponderar que era más perjudicial para sus intereses, el
rebrote del nacionalismo árabe del partido Baath o que creciera el poder del
chiismo militante pro-iraní. Con un actor como “ISIS” en escena, Washington mataba dos pájaros de un tiro; por
un lado con la instauración de un “Califato” con capital en Mosul, las
operaciones contra Damasco contarían con una retaguardia estratégica que
ayudaría a callar los cuestionamientos sobre Jordania y Turquía; y por otro,
distraería a los iraquíes del impresentable régimen encabezado por Nouri Al
Maliki.
En
lo que hace al mismo “ISIS” su composición está lejos de lo que los medios
occidentales han pintado.
Con la
recurrente generalización enfocada a señalar elementos visuales para realizar
aserciones (barbas largas, morochos, ropas negras, etc) los medios hicieron
tabla rasa al asegurar que ese grupo es “sunita”, compuesto por “sunitas”,
“árabes sunitas”, “musulmanes sunitas” y conjugaciones similares que terminen
por meter la idea de que pertenecen a una étnica y religión determinada. Paralelamente,
estos mismos medios han tratado de pintar como “los buenos” a los kurdos que
similar a los árabes, turcomanos y yazidies que viven en la región, no son un
conjunto monolítico sin diversidades.
Y
este maniqueísmo con los kurdos no es casual.
Una parte de este pueblo o mejor dicho, un sector de su vida política se
haya comprometido con ciertos intereses foráneos a su pueblo; ellos son nada
más ni nada menos que los israelíes y los anglosajones. Más precisamente son los kurdos iraquíes del “KDP”
liderado por el mafioso Masud Barzani
quienes desde hace décadas cooperan con las operaciones de Tel Aviv y
Washington lo que les ha valido ser receptores de buenas dádivas y
contribuciones que van a parar a las cuentas de Barzani y sus familias.
Parte
de la propaganda occidental, ha tratado de mostrar a mercenarios
norteamericanos, británicos y españoles como “buenos” por ir en auxilio de
aquel pueblo martirizado por el “ISIS Islámico”. Pero en razón de verdad, en la
maquinaria militar que conjunta esa organización, no solo hay mercenarios
foráneos de la misma nacionalidad de los que apoyan a los kurdos sino incluso,
un gran porcentaje de kurdos iraquíes, se aliaron a los “Baasistas” y otros
ingresaron directamente a las líneas del “ISIS” para combatir a las fuerzas del
régimen colaboracionista de Bagdad.
Incluso
como lo señalan fuentes confiables, el 85% de los kurdos iraquíes que se unió
al “Daesh”, se había adiestrado en las escuelas coránicas dejando en claro, que
no existe esa tajante distinción entre blanco y negro, buenos y malos que los
medios occidentales tratan de presentar en torno a los kurdos y los árabes de
la región. Incluso no se debe olvidar, que el ingreso del “ISIS” en 2014 fue propiciado
por una alianza secreta entre la CIA, el ejército Nakshaiabandi y el gobierno kurdo
autónomo del Kurdistán (v. http://www.voltairenet.org/article193439.html )
Por
ello, los distraídos y los lectores incautos deben estar atentos ante la
fabricación de estos mitos que no son más que piezas de una siniestra propaganda
que viene rodando desde hace varias décadas.