viernes, 30 de septiembre de 2016

EN DEBATE




“REFUGIADO SIRIOS”

Quién y cómo se creó el problema de los millones de refugiados que pronto tendrán acogida en la Argentina




Por Pepe Beru
Tras el anuncio de Macri que recibirá a más de tres mil refugiados sirios que buscan un lugar donde resguardarse y poder rehacer sus vidas, ha despertado apoyos y criticas por igual, resucitando las viejas antinomias racistas y arabofobas a las cuales adhieren sectores recalcitrantes de las derechas conservadoras alineadas con los racistas del sionismo local que siguen descaradamente las directivas políticas de Tel Aviv.

Ante todo hay que felicitar al gobierno argentino por tomar esta determinación pero también debemos señalar que podría haber dobles intensiones en quienes le han dado luz verde para que ello pueda concretarse. ¿Pero quiénes le dan permiso a La Casa Rosada para tomar esta importante decisión política? 

Obviamente que dicha venia viene de Washington y es por eso que hay que tener mucha precaución por lo que podría venir enmascarado entre miles de civiles sirios inocentes.  Lamentablemente en Europa, la crisis de los refugiados sirvió para que células de la franquicia pseudo-yihadista “ISIS” pudieran –con la complicidad de agencias de inteligencia- colarse para llevar adelante algunos de los más sangrientos ataques en Francia. Sin dudas, que “ISIS” es una amenaza que se oculta detrás de una red de engaños y disfraces que como se ha venido viendo, les facilita la CIA y sus colegas como el MI-6, DGSE y el Mossad israelí.

Es por ello, que el presidente Macri debería  ser más prudente y rodearse de especialistas y asesores en inteligencia y temas del Medio Oriente que no estén contaminados con los intereses norteamericanos e israelíes, algo que a la vista de sus preferencias ideológicas y de cómo se manejan las cosas se ve muy difícil de esperar en la Argentina.

Por principio de cuentas hay que dejar en claro porque se ha desatado este que algunos caraduras que se nominan como especialistas en temas internacionales como un “fenómeno”, que solo trata de ocultar a los verdaderos responsables de la forzada migración de poblaciones árabes enteras que buscan beneficiar intereses que se hallan fuera del Medio Oriente.  Es necesario señalar este tópico en particular, para no caer en la engañosa predica que se trató instalar con aquella pantomima mediática, que impulsada por el sionista francés Bernard Henri Levi y que se denomino como “Primavera árabe”, trato de crear la creencia de que los árabes y en especial los musulmanes querían la “democracia al estilo norteamericano”.  

Sobre la base del bombardeo mediático de basura desinformativa que va desde los noticieros hasta las producciones de Hollywood,  los sectores neocon y sus incondicionales aliados sionistas vinieron promoviendo sin descanso desde mediados de la década de los noventas, una política de mayor intervención de los EEUU en el Medio Oriente buscando con frenética ansiedad y mediante las presiones de los lobbies judío-estadounidenses como AIPAC  y  el WJC para que el entonces gobierno de Bill Clinton se decidiera por encarar una invasión contra Iraq, algo que terminaría concretando la administración de George W. Bush en 2003.

Esto nos revela que la supuesta casa de la representación política del pueblo norteamericano –el Congreso- solo es, una caja de resonancia de los sectores influyentes relacionados con las finanzas y la política con claras orientaciones a una política “pro”, pero no a favor de la “Unión” sino, pro-Israel, pasando a ser un mandato superior a los propios intereses de la política estrictamente norteamericana.  Por supuesto que esto no es algo novedoso en la política norteamericana pero si podemos ver su origen en la implantación del estado de Israel en 1948, cuando a partir de ese momento, los EEUU y Gran Bretaña se comprometieron a sostener a como fuese, la subsistencia de un ente a costa de territorio árabe-palestino.  A pesar de las apariencias, este proceso que se ha venido impulsando con una ampulosa propaganda mediática, televisiva (con series y documentales) y del cine, no ha pasado sin causar consecuencias contraproducentes dentro del mismo seno del poder político estadounidense.
tropas israelies desalojando a los árabes del Golán

Pero ¿qué es lo que queremos referir con esto? Simplemente, que a pesar de la tan ilustrada y maquillada existencia de aquel estado político en suelo palestino, ha ido desgastando y hasta fisurando la integridad del tejido político norteamericano que  a su vez, se ha ido permeando hasta los oscuros sótanos de las agencias de inteligencia federales y militares, que con diversas visiones sobre sus objetivos para “América”,  hoy quedan expuestas con notorias desinteligencias cuando chocan mortalmente en el territorio sirio. Incluso varios analistas, han dejado entrever como la esquizofrénica política de Barack Obama es más bien, el resultado de una lucha interna dentro del estado profundo de la Unión,  una dimensión del poder que se halla fuera del alcance de cualquier mandatario de turno.

Todo esto es muy anterior a Obama, incluso al orate de George W. Bush, quien no debe olvidarse que el 12 de diciembre del 2003 firmó la declaración de guerra contra Siria denominada Syrian Accountability Act  que además de estar respaldada por aquellos sectores de presión dentro del Congreso, buscaba las hostilidades, utilizando una  excusa que se trataría de montar desde el Iraq recientemente invadido. Pero contrario a las expectativas de los cerebros de dicha invasión y la complejidad del escenario iraquí, obligaron a retrasar sine die el comienzo de esa guerra contra Damasco de la cual Israel tomaría su parte.

A la vista de estas pruebas, no hay motivos para rodeos y solo hay que llamar las cosas por su nombre. EEUU ha sido una nación agresora y ha orquestado crímenes colectivos para satisfacer la agenda de un sector recalcitrante de las entrañas del poder en Washington y de sus aliados en Tel Aviv.  Parte de esos crímenes es la obligada diáspora e millones de árabes iraquíes, libios y hoy sirios para que abandonen sus hogares y a sus familias por el simple hecho de que la aviación estadounidense y la de sus socios británicos, no tuvieron y actualmente no tienen, misericordia y menos aún contemplaciones en demoler  barrios enteros si en ellos hay quienes le resisten.    

Estas tácticas horribles no son más que la expresión en grandes dimensiones de lo que las “Fuerzas de Defensa de Israel” le hicieron a las poblaciones palestinas y que tuvieron su punto culmine en el años 2014 contra la Franja de Gaza.

El terror imprimido por estas bestialidades, solo es una cara del programa que EEUU y sus aliados encubiertos, llevaron a cabo especialmente en Iraq. Antes de que llegaran los norteamericanos y británicos, no existían grupos radicales como “Al Qaeda” o células islamistas con especial orientación Wahabi. Lejos de cualquier sectarismo, Bagdad y el resto de las ciudades iraquíes compartía el variopinto mosaico de comunidades sunitas, chiitas, cristianos y coptos que vivían en barrios mixtos. Pero tras la llegada de los invasores, comienzan los secuestros, violaciones, asesinatos y desapariciones que se trataran de endilgar a la floreciente resistencia que daba sus primeros pasos.

Precisamente Iraq sufrió una de las migraciones poblacionales más brutales de comienzo de siglo sin que ello fuera tema de atención para los organismos internacionales o al menos, no de masiva difusión.  Las organizaciones como “Human Right Watch”  y “Amnesty” son dos grandes fraudes que distraen la atención de estos crímenes con la publicación de informes de las fechorías de pequeños y pobres dictadores africanos.  ¿Meterse con Israel, Washington o Londres? Jamás! Incluso si se busca en la lista de países donde se cometen atrocidades contra los derechos humanos “Israel” no aparece en la lista y por supuesto, tampoco EEUU y Gran Bretaña.

El llamado “fenómeno” de las migraciones no son el producto de catástrofes naturales o de guerras civiles como lo pintan los medios; son el operar sistemático y previamente planificado de las fuerzas occidentales que con sus diversas tácticas, buscan limpiar grandes extensiones de territorios que pasaran a las manos de intereses completamente ajenos a sus nativos.  En Palestina comenzó el ensayo y perfeccionamiento de estas tácticas de desalojo masivo. En Iraq tras trece años de angustiante asedio y con la invasión del 2003, aquellas tácticas se llevaron adelante con mayor detalle y claro, indescriptible brutalidad. Con el operar de aquellos grupos de hombres enmascarados que colocaban alternadamente bombas en mezquitas sunitas y chiitas, disparaban a mansalva contra civiles o secuestraban a funcionarios para torturarles y asesinarlos, sembraron la desconfianza entre chiitas y sunitas aunque, los líderes de ambas comunidades sabían que todo eso era parte de una estrategia sucia que ensayaban los invasores.
soldados estadounidenses contra niños iraquies

Igualmente y en algún punto esa estrategia logro que aquellos barrios que antes convivían sin problemas, se vieran separados por bardas de cemento, filosos alambrados de púas y altos murallones montables que casualmente, esperaban en los buques de transporte logístico en el Golfo Pérsico antes de la invasión.  Todo fue planificado al detalle. Colocaron un gobierno títere de criminales que pertenecían a tribus chiitas más interesadas en el poder que en el bien común del país, con una larga historia de sectarismo y sedientos de venganza contra los partidarios del anterior gobierno.  Con el apoyo oficial de Washington le daban una palmada al “aliado” en Bagdad mientras la CIA y sus colegas del Mossad que operan en las sombras, se encargaban de recordarle que mediante esos costosos atentados en medio de la capital, podían desangrar al pueblo si no mantenían la línea trazada.

Con esta estrategia de terror, se forzó a la migración de amplias franjas de población sunita bagdadí hacia el noroeste del país, que a la represión ejercida por las tropas invasoras y sus colaboradores de la mafia “Dawa”, se vieron en constante agresión de algunos de sus vecinos chiitas que les culpaban de los ataques que misteriosamente ocurrían en sitios públicos de las barriadas chiitas de la capital. A ello, se agregaba los asesinatos de intelectuales y científicos  sunitas que impartían sus cátedras en las Universidades de Bagdad y del resto del país que retroalimentaba la saña y desconfianza de éstos por sus conciudadanos chiitas.

Curiosamente un sector blanco de estos ataques fue la comunidad palestina que tenía décadas de vivir en el país árabe y que tras la invasión, no faltaron los asesinatos, arrestos y desapariciones de varios líderes comunitarios supuestamente ejecutadas por facciones “pro-iraníes”.  Lo más leve que le ocurrió a esta comunidad con la llegada de los estadounidenses y la instauración de ese gobierno “títere” fue la revocación de sus permisos de estancia y la persecución, algo que muchos no dudan –y en especial los palestinos- en sindicar como cerebros detrás de estas agresiones, a Tel Aviv.

No solo los bombardeos de aviones y Drones han sido  las causas de crear estas olas de refugiados que los países europeos hipócritamente consideran como una amenaza a sus soberanías, sino también la creación de estas atmosferas de caos utilizando tácticas de terror, usando el viejo truco de los disfraces y la mano de obra de criminales a sueldo del mundo árabe para simular ese argumento de la “guerra sectaria”.

En Siria estos siniestros planes han tratado de recrearse pero, la intervención rusa ha evitado una situación similar y hoy podemos ver cómo y pese a los intentos de ocultamiento mediático, se logran eliminar con eficacia a esos agentes del Mossad, CIA y sus colegas árabes sauditas que desde las sombras, son quienes dirigen las operaciones de los que aún la Casa Blanca trata de presentar como “rebeldes”.  Con esto se puede asegurar que no habría “ISIS” , “Al Nusra” y ese centenar de bandas de mercenarios sin contemplar estos elementos foráneos. Tal como lo señalan algunos investigadores, éstos no son más que una de las armas en el arsenal del Pentágono y que incluso, ellos mismos ni sepan que están siendo usados.

De este modo, no debe prejuzgarse y señalar alegremente que esas miles de familias huyen por “tiranos sanguinarios”, “guerras civiles” o el fantasma del “Estado Islámico”; ellos son víctimas de una gran manipulación que algún día deberá ser procesada en algún tribunal imparcial donde no influya el dinero y el poder político de estos actores.

Es por ello, que la llegada de refugiados sirios a la Argentina no representa ninguna contrariedad  como dijo algún periodista hijo de otro gran obsecuente histórico; ellos no representan ningún inconveniente ante las necesidades que nuestro país tiene. Es preferible que los vastos territorios que posee la Patagonia Argentina sean el sitio de albergue para estas familias árabes, que materia de un negociado para que algunos sectores autoproclamados  como “elegidos”, se hagan con ellas por el simple de hecho de que tienen el dinero para taparles la boca a políticos, periodistas y miserable que vendan su alma por unas cuantas monedas.


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