VETERANOS DE AYER
“KALIBR: UNA OPCIÓN ACCESIBLE Y EFICAZ”
Cómo la industria misilistica rusa de punta puede reimpulsar la defensa y la atrofiada carrera de la industria naval Argentina
Por
Dany Smith
Era mediados de
Octubre del 2015 cuando junto a un entrañable amigo, descansábamos en su yate
que estaba fondeado a unos cinco kilómetros de las playas de Rudsar que bañan el Mar Caspio en Gilan, Irán,
semi dormido sobre su amplia cubierta de proa me vi sacudido por el extraño sonido
que se asemejaba al de una avión a reacción a la distancia pero con
características particulares, pasaba muy
alto por casi encima de nosotros y no llevaba luces de navegación. Solo unas
horas después pude enterarme de que había sido el disparo del primer misil
“mar-tierra” de largo alcance de la marina rusa que fue disparado junto a otros
más por una flotilla que se hallaba a varios cientos de kilómetros dentro del
Mar Caspio.
Sin
saberlo había sido testigo del comienzo de una nueva fase en la lucha contra
los grupos que vienen agrediendo a Siria en la cual Rusia ensayaba en la
realidad, un nuevo sistema de misiles que había venido siendo monitoreado con
simulaciones cibernéticas en los cuarteles generales de Vladivostok. Pero también significo el principio del fin
para las jugarretas sucias de EEUU y sus colegas en dicho escenario
demostrándoles por las malas, hasta donde podía llegar el brazo ruso.
Más
allá de lo político y las circunstancias geoestratégicas que rodean el uso de
este moderno misil, hay una cuestión de capital importancia y es la que hace a
su costo y tecnología. Hasta no hace mucho los medios masivos vendían a la
opinión pública que los EEUU tenían el misil crucero más poderoso y preciso que
la tecnología militar moderna podía ofrecer
aunque en muchos episodios de la historia contemporánea, eso quedó rebatido.
Pero
el uso de este misil crucero lanzable desde corbetas en movimiento e incluso
desde submarinos, ofrece una valiosa solución estratégica para países que
tienen que defender extensos litorales marítimos y mucho más cuando tienen
entre sus hipótesis de conflicto, un enemigo con un alto potencial naval. Para
ser breves, el caso se presenta ideal la situación de Argentina que actualmente
se halla a medio camino de reestructurar a sus FFAA entre ellas a la Marina de
guerra, que según informes reservados
presenta un estado crítico y de una total inoperancia. Tironeado entre abandonar su propia potencialidad
militar y los deseos de Londres por desarticular todo programa que rearme al
país, el gobierno de Macri tiene la
oportunidad de oro de negociar la adquisición de este sistema embarcado que
obviamente no será del agrado de la corono británica.
Las
ventajas que presenta éste sistema van desde las meramente técnicas y operativas
hasta las políticas dejando en claro que hay alternativas a la supuesta
imprescindibilidad de Washington para que el país pueda reestructurar su área
defensiva. Para comenzar hay que dejar
en claro que EEUU jamás le proveería a la Argentina un misil de similares
características como es el “UGM-109E -TOMHAWK”, que posee más antigüedad en el
mercado, realizando su primer lanzamiento en 1980 y que fue siendo modificado
con el paso de los años para ser usado en forma masiva en 1991 contra Iraq en
la llamada “Tormenta del Desierto”.
Pese
a que el misil estadounidense contaba con un sistema de cámara que trasmitía en
tiempo real su trayectoria hasta el blanco, los medios informativos de la
época, sobredimensionaron su efectividad más allá de lo creíble. Más allá de
los objetivos políticos y psicológicos que perseguían esos exagerados informes
sobre la eficacia del Tomhawk que supuestamente daría nacimiento a la llamada “guerra sin contacto
directo”, la realidad en el terreno y en
las salas de monitoreo de dichos lanzamientos mostraron tan solo una eficacia
del 50% en destruir objetivos estacionarios en Iraq.
Otra
de las razones para mentir sobre las capacidades del misil era su abultado
costo. Si el público estadounidense se enteraba que dos millones de dólares, lo
que valía cada uno en ese entonces, caían sobre un montículo en el desierto o
uno de los cientos de señuelos de goma y chatarra pintada que había desplegado
el ejército de Saddam Hussein, La Casa Blanca hubiera tenido muchos problemas
por esos días y la guerra podría haber concluido apenas había comenzado. Las
últimas adaptaciones realizadas al misil estadounidense siguen mostrando un
mediocre rendimiento, especialmente contra blancos semi móviles.
Precisamente
en los 47 misiles que EEUU lanzó contra objetivos de los mercenarios en Siria e
Iraq, no se registraron grandes daños a
los sistemas de comando y control de los “Yihadistas” evidenciando que sigue
habiendo fallas a mejorar o falta de interés en degradar la operatividad de
esos grupos.
Misil KALIBR |
Por
otra parte tenemos al nuevo misil ruso, tipo crucero naval “3M14-KALIBR” que a
semejanza de su contraparte estadounidense, está diseñado para operaciones de
largo alcance y con ambiciones de precisión centesimal. Cuenta con un sistema
de guía satelital GLONASS que permite llevar al vector por rutas seguras y a
baja altura aprovechando los datos topográficos del terreno que hagan muy
dificultoso la detección de su llegada. Sus
características técnicas hacen del vector con cabeza inteligente y una
capacidad de 495 kg de explosivos, una pieza de ingeniería que tiene nerviosos
a los jerarcas en la sede de la OTAN. Hasta el 7 de octubre del 2015 los rusos
no habían ensayado en acción real a este misil que puede ser lanzado desde
buques y submarinos en movimiento un
detalle que en el campo de éste tipo de armas no es menor y hacen a la
versatilidad con la que pueden operar (v. https://southfront.org/russian-kalibr-vs-us-tomahawk/)
Las
operaciones de lanzamiento de estos misiles contra objetivos previamente determinados
y con importancia estratégica para el Comando Militar de las Fuerzas
Aeroespaciales de la Federación rusa, han demostrado la eficacia que representa
que un misil lanzado desde 1600 kilómetros
de en el blanco con apenas un margen de error de dos metros. Fue quizás estos sorpresivos y precisos
golpes contra el “Daesh” y “Al Nusra” lo
que llevo a cambiar las tácticas de la CIA y sus colegas que prestan apoyo logístico.
La
posibilidad de que el gobierno argentino contemple el acceso a este sistema
lleva implícita la necesidad de adquirir al menos una corbeta clase “Gramschi”
o la remodelación de alguna de las corbetas que
aún le queda en operaciones a ala Armada para su adaptabilidad y montaje
del sistema de lanzadores verticales que propulsa al “Kalibr” y toda la
electrónica del Software para su guía.
En realidad esto último creemos que es técnicamente imposible dado el
origen de las corbetas argentinas y los propósitos que sus diseños han
contemplado que las hace demasiado delicadas –estructuralmente- para
soportar el lanzamiento de un misil de largo alcance.
Se
hace muy difícil poder concebir como todo este sistema pudiera ser montado
sobre una Corbeta como la ARA Espora, la ARA Spiro o algún que otro destructor
que quede en servicio, conociéndose la enclenque estructura de la fuerza naval.
Igualmente
de ser necesaria la adquisición de una unidad naval de la clase “Gramschi” o de
las nuevas corbetas rusas del tipo “Grad Sviyazhsk” no solo sería una muy buena
inversión para la defensa estratégica de los mares argentinos, especialmente
del Atlántico sur que se halla ocupado por nada menos que la Real Marina
británica, sino también la oportunidad para el establecimiento de una mayor y
estrecha relación con la Federación rusa que puede aportar al área de la
Defensa nacional de recursos como representa este avanzado sistema y la
posibilidad de transferencia de tecnologías para su desarrollo en el país.
Sin
lugar a dudas ello representaría una demostración de carácter y decisión
política en la Casa Rosada y también un poderoso mensaje disuasorio para las
crecientes y oscuras ambiciones británicas que no solo viene demostrando sobre
el archipiélago del sur sino también sobre toda la Patagonia Argentina.
Las
conclusiones que se pueden arrojar sobre este sistema son lapidarias y ellas se
traslucen en los resultados en el terreno. De 51 lanzamientos registrados sobre
blancos ubicados en provincias de Siria, la efectividad registrada superó las
expectativas de los mismos comandantes rusos que para finales del 2015, habían
cortado varias vías de abastecimiento de armas y municiones, destruido
depósitos subterráneos de munciones,
comandos de comunicaciones y varias terminales petroleras desde donde
los mercenarios sacaban el petróleo sirio para traficarlo con rumbo a Turquía.
El costo que acusó el uso de todos estos vectores fue una muy buena inversión
que incluso trajo beneficios colaterales de carácter político –como una
especie de mensaje-, cuando dos misiles Kalibr borraron del mapa una base
de operaciones secretas de la CIA, el Mossad y el MIT turco en las cuevas del
monte “Simeon” en cercanías de Alepo, que
coordinaba las operaciones tácticas y funcionaba como centro de reunión de
información de los “Yihadistas”.