EN DEBATE
“TRIANGULO ESTRATEGICO”
Que se puede
hacer ante el despliegue de nuevos y extraños planes geoestratégicos que no
responden a los intereses de los países de la región
Por Charles H. Slim
El mundo no detiene su movimiento y los
acontecimientos que signan la realidad geopolítica son los que marcan el paso
de la política internacional. Solamente los ilusos, los traidores y los
cobardes no quieren ver esta realidad que ya no tiene fronteras y que ha puesto
a la luz del día, las más maquiabelicas intensiones de quienes pretender desde
las sombras, dominar al mundo.
Nadie había escuchado a ningún presidente
estadounidense reconocer que su país había cometido garrafales errores e
incontables crímenes en el nombre de la libertad y la democracia. Quien rompió
la regla fue Donald Trump y hoy parece estar adoptando medidas precisas contra esa
mega estructura tentacular que se extiende por todo el globo y que es la que
usa a las diversas administraciones en Washington para emprender sus aventuras
militares que tienen finalidades meramente económico-financieras. Nos referimos
al Establishment de su país (el poder detrás del gobierno) y que tiene raíces internacionales que se
extienden por supuesto a la Argentina.
Ello ha desatado una campaña de extendida
ridiculización de la persona de Trump quien igualmente no hay que olvidarlo,
lleva adelante políticas detestables y consecuentes con las promovidas por sus
predecesores de las cuales en Argentina nadie se atreve a mencionar. Recordemos
su irrevocable intensión de que el Congreso financie la construcción de ese
demencial Muro con México que según algunas fuentes de círculo íntimo, fue una
idea perfeccionada por el aliento de su yerno, el sionista Jared Kushner quien
es el nexo familiar con los sectores ultrasionistas que controlan varios
aspectos de la vida política y mediática de la Unión. Menos aún, verán en sus
múltiples corporaciones de medios, alguna introspección tendiente a criticar la
oscura historia contemporánea de sus administraciones teñida de embustes,
invasiones y agresiones sin justificaciones legítimas y de las cuales, dicho
Establishment vino sacando fabulosos réditos.
Al parecer la administración Trump, en lo que hace a
su política doméstica, ha emprendido un
camino peligroso contra las rutas de financiamiento del Establishment global surgido
de dineros provenientes de fraudes,
tráfico de armas, drogas, niños, órganos y muchos otros delitos en los cuales
se hallan implicados importantes actores políticos estadounidenses como ser la
“Fundación Clinton”, bancarios como “Deutsche Bank”, altos funcionarios de varios países,
artistas, periodistas y otros muchos importantes personajes de las finanzas y
los negocios. Uno de los acusados vinculado al escándalo “Panamá Papers” es el abogado panameño Ramsés Owens de la
firma Mossack Fonseca , quien tiene importante información en referencia a este
escándalo y también está muy bien conectado con altos personajes en Washington
y Wall Street.
Con este escándalo de fraude bancario y lavado de
activos a niveles nunca vistos y que ha
servido para hacer multimillonarios a unas pocas familias en Wall Street, la
City Londinense y a socios alrededor del
globo, la justicia estadounidense -a instancias de la administración de la
Casa Blanca- parece haber tomado cartas en el asunto para indagar hasta
donde llegan las complicidades dentro del sistema financiero estadounidense y
la Reserva del Tesoro.
Pese a ello, la intriga contra la integridad de naciones
y regiones sigue adelante. Hace unos meses que del otro lado del mundo,
mientras EEUU seguía realizando acciones provocativas en cercanías de las aguas
de Crimea, actuando sigilosamente en Ucrania y que terminó con la acción
suicida en “Kerch”, situado en la
península de Tamam; en Macedonia se venía gestando una crisis política que
tiene como protagonistas a los partidarios del globalismo, adherentes a la idea
de unirse a la OTAN como parte del frente de agresión que está cercando a la
Federación rusa. Por suerte, Moscú esta alerta y cuenta con un plan de
contingencia para afrontar estas agresiones pero ¿Qué clase de planes tiene
Argentina y todo el cono sur para hacer frente a la actividades foráneas que se
están desarrollando en la región?
Tal vez la pregunta haya sonado demasiado pretensiosa
o incluso ridícula.
Qué puede hacer un país como la Argentina que gobernada por
una clase anglófila, hoy se ve absolutamente subyugada y tironeada por una
clase política archicorrupta sin la menor intención de romper los esquemas y
funcional a las políticas de potencias que se hayan desde hace bastante
operando dentro de sus fronteras. Por el
contrario, Brasil con el nuevo gobierno ultraderechista de Bolsonaro, abre la
puerta a que se comiencen a radicar oficialmente –dado que hace tiempo operan encubiertos en la región- peligrosos
elementos militares y de inteligencia que estructuraran una nueva doctrina de
seguridad (como lo hizo Washington con el Plan Cóndor en la década de los 70s),
basada en el sobredimensionado –por
negocios sucios- peligro del terrorismo internacional.
Bolsonaro es algo más que la simpatía naif que
expresan los liberales argentinos por EEUU y sus aliados. Es la promesa creíble
de un socio confiable para la impulsión y concreción de políticas a mediano
plazo para desarrollar actividades en el terreno. En este sentido, Washington
está interesado en que Brasil sea su agente de distorsión contra Caracas y
frenar las inversiones chinas en el Cono sur, mientras que otros aliados como
Gran Bretaña e Israel tienen sus propias agendas de interés en la colaboración
brasuca. En el caso de los británicos ya es oficial su interés en radicar
nuevas bases en la región con miras a dar puntapié a una nueva política agresiva
en el marco del Brexit.
En lo que respecta a los intereses israelíes en la
región, los mismos estarían fundados en la existencia de supuestas células de “Hesbollah”
operando en la “Triple Frontera”, un argumento nunca comprobado.
Pero mientras la cancillería argentina juega al
brabucón que se esconde detrás de chico malo de la cuadra (EEUU) lanzando
advertencias a Caracas y reconociendo gobiernos paralelos al legítimo
presidente venezolano, el país se hunde
en un derrotero de caos interior que ahonda la ya flácida caracterología de los
argentinos.
Argentina no tiene ni Fuerzas Armadas ni doctrina
estratégica propia ni mucho menos políticos con coraje para pensar un país
diferente y con una nueva visión para los próximos 20 años. Por el contrario
Brasil tiene suficientes recursos militares y una muy buena sintonía con
Washington por lo que, como están las cosas el llamado Triángulo del sur estará
dirigido por asesores del Pentágono, de la OTAN y de Tel Aviv con sus oficinas
en Brasilia, involucrando quiéranlo o no, los argentinos.