EN DEBATE
“VOCABULARIO
ESTRATEGICO”
Cómo el carácter, el aplomo y el sacrificio de algunos mandatarios mundiales abochornan a los políticos occidentales
Por Javier B. Dal
No bastan los discursos estridentes y llenos de
promesas sino hay sustancia detrás que los sostengan. Los gestos y los hechos
son sin dudas lo más importante. Ello en referencia a la aguda crisis en la que
actualmente se hallan los sistemas políticos occidentales, especialmente en los
países gobernados por clases políticas anglófilas, que ven peligrar sus grandes negocios en
rededor del circo electoral. Argentina es uno de ellos y parece que va directo
a consolidar aquellas detestables “relaciones carnales” del gobierno de Carlos
Menem. De derecha a izquierda y los llamados centristas han demostrado que son
muy débiles ante el manejo de los dineros públicos y también muy cooptables al
cohecho y los negocios a espaldas del bien público que dicen representar.
La tan voceada “democracia” es solo una palabra
hueca que no tiene la misma significación del ayer. Incluso cuando varios de
las marionetas que gobiernan en Latinoamérica insisten en darle tintes
comparativos con países presuntamente “avanzados” como EEUU, el descalabro
irreverente desata una carcajada que no puede contenerse. Si alguna vez EEUU
represento el modelo de “democracia” occidental como la corporación de medios
la ha pintado durante décadas y que los medios argentinos aún siguen pintando, hace
bastante que ya no existe y el descarnado prontuario histórico lo deja en
evidencia.
Ya no hay aquel pretendido faro de moralidad que
Washington se arrogó desde el final de la segunda guerra mundial y que
prontamente comenzó a ensuciar con sus juegos de intriga y guerras a gran
escala que se inaugurarían con la desastrosa guerra de Corea en 1950 y su
continuación en Vietnam e 1968 hasta sus actuales agresiones en el Medio
Oriente. Cada presidente ha sido opaco al resplandor del poder invisible que
sostiene a EEUU y que hoy se ha revelado como el Establishment que no es otra
cosa, que una mafia de poderosos sectores que hacen la ley a gusto y medida de
sus intereses. Aquel que brillo con su propia luz fue eliminado prontamente.
Tan simple y tan crudo como eso. Las mafias son
organizaciones que están fuera de la ley y haciendo esta analogía, veremos que
el estado norteamericano ha venido comportándose como un gangster, muy moderno,
mejor armado y complejo, pero como un claro violador de la ley en el concierto internacional
haciendo uso de discursos que trataban de argumentar el respeto a dichas
normativas mientras llevaba a cabo intervenciones tanto violentas como
subrepticias sobre otros estados soberanos. Sumado al monopolio de la fuerza,
tiene un protagonismo innegable en el manejo financiero global que como otra
arma de chantaje, utiliza para crear a conveniencia, situaciones de
inestabilidad con justificaciones políticas fundadas en reproches similares a
los de un fiscal.
Con semejantes acontecimientos y con un mundo
prácticamente sojuzgado por un estado que se arrogo durante gran parte del
siglo pasado y hasta comienzos del presente las facultades del juez y policía
del mundo ¿Qué debían hacer los demás estados y sus correspondientes habitantes
para enfrentar estas ambiciones? Sin dudas que con el solo hecho de comenzarse
a cuestionar estas políticas que han causado infinidad de consecuencias a
millones de personas, es signo que se comenzado a desandar un camino que
llevara al cambio inexorable que el Establishment anglosajón y sus esbirros
alrededor del globo, intentaran torcer para adaptarlo a sus pretensiones.
En este sentido la aparición contemporánea de
mandatarios contestatarios en países clave para los intereses del establishment
anglosajón, ha sido la mayor amenaza para la consecución de sus planes
geoestratégicos. Este fue el caso de Putin en Rusia, Ahmadineyad en Irán, de Chávez en Venezuela y Morales en Bolivia,
verdaderos obstáculos políticos para los
planes atlantistas de avanzar sobre Asia y Latinoamérica. Igualmente y pese a
las diferencias culturales de todos estos actores entre sí, había y sigue
habiendo un factor en común que los une y a su vez que molesta en grado sumo a
los sectores elitistas regionales que admiran y siguen las doctrinas de
Washington y Londres.
Hay en cada uno de los líderes nombrados, el reflejo
de caracteres fuertes y templados que son molestos a la vista de las miserias
de representantes de partidos políticos caducos y corruptos que tratan de sobrevivir
mediante arreglos clandestinos con el poder en las sombras, para seguir
aparentando que son algún tipo de oposición a la gran presión que ejercen los
poderes económicos-financieros y militares que ya han dado muestra de hasta
donde pueden ir por concretar sus empresas. Solo son meras sombras chinescas de
quienes realmente gobiernan en estos países, lo cuales cada día, son
debilitados a tal punto que necesitaran de la “protección” de los demócratas del
norte.
Es por ello que cuando aparecen esos –para el Establishment- malos ejemplos de
la política, primero se los ignora,
cuando ello no prospera se los ridiculiza y cuando tampoco funciona se los
ataca con la ferocidad de los medios adictos y pagos por este ente difuso pero
omnipresente en las administraciones de Washington y Londres. Imaginen sino,
que debieron haber sentido estos personajes cuando vieron a Vladimir Putin anunciar
el salto abismal en materia de tecnología de misiles y defensa que arruino décadas
de inversiones en programas de Escudos de misiles de EEUU y la OTAN o incluso, gestos
menores –pero no por ello menos
importantes- como fue asistir el 7 de enero a San Petersburgo en medio de
una mañana fría y nevada a la ceremonia
de la Navidad ortodoxa para disparar la salva de un cañón de 155 mm, que la
sola idea, habría echo orinar a los politiquillos de éste lado del globo.
Sin dudas que son estos gestos, más que las palabras
y discursillos, los que hacen la diferencia con los vendedores de humo
disfrazados de demócratas.
También enmudecen a los furibundos ataques que
cotidianamente pueden verse y oírse en medios estadounidenses y británicos, que
son lastimera y obsecuentemente reproducidos por periodistas y medios
argentinos de acostumbrado oportunismo, quienes no se atreverán jamás en su miserable
existencia a poner en dudas las fábulas escandalosas como fue el envenenamiento
de Skripal. Tan simple como eso; un gesto de un mandatario de tamaña influencia
hace temblar a los libretistas de Trump y May, pero también a los opinologos e intelectuales
rusofobos que pese a ser argentinos, suspiran embelesados cuando cruzan el Tower
Bridge sobre el río Támesis.
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