“ALBERTISMO”
Han comenzado a
verse los primeros efectos del gobierno neokirchnerista ¿Comienza una nueva era
o el principio del fin?
Por Charles H. Slim
Tal como ya lo hemos dicho antes, en Argentina nada
es lo que parece y mucho menos, tiene una sustancia durable. Y es que hasta
unas horas antes del 10 de Diciembre los cuadros del “Macrismo” y de su frente
“CAMBIEMOS” seguían manteniendo su lealtad política al modelo propuesto en
2015. Pero como bien lo dije, solo era una apariencia y no hizo falta mucho
tiempo para que la obsecuencia y el oportunismo que nutre al ADN argento,
produjeran la mutación mental en sus ciudadanos y también, en los círculos
políticos, empresariales, mediáticos e intelectuales.
Así de simple. Quien ayer había denostado al
“Kirchnerismo” hoy parece haberse convertido en uno de sus profetas y quien
apoyó las medidas del gobierno de Macri, hoy
golpea su pecho como aquel que afiebrado por las culpas trata de clamar
clemencia al Dios vengativo de Israel. Otra vez las mismas palabras “yo no
sabía y no estuve de acuerdo” retumban por los micrófonos de radios y programas
de televisión. Es por eso que quienes miran de cerca esta película se preguntan
¿Pero qué diablos sucede aquí? Y la respuesta es simple y clara: Nada que no
haya pasado antes.
Estos movimientos han sido tan desvergonzandos y
masivos que no puede saberse quien ha sido el primero en saltar del barco. Pero
si hay un sector que se ha destacado por su automática “conversión” al nuevo
estado de cosas ese el de los medios (particularmente sus empresarios) y en
especial, la de algunos de sus más obsecuentes “periodistas” y presentadores de
insulsos programas de la televisión abierta. Una vez más, con sus editoriales
arregladas al momento político, demuestran que pueden –una vez más- tomarle el pelo a la gente tratando de sobrevivir.
Todas las excusas son buenas para cubrirse pero el
problema es que estas no alcanzan para quienes jugaron de aplaudidores del
Macrismo ante sus políticas que, presuntamente iban a terminar con el populismo
corrupto liderado por CFK y sus huestes
setentistas. Los hechos hablan por si mismos y queda claro que aquella
estrategia macrista de jugar con el temor del regreso de Cristina, resulto ser
un cuchillo de doble filo que por no saber manejarlo, termino cortando la
continuidad de sus planes. En sintésis en Argentina vale el dicho que reza “Muerto
el Rey, Viva el nuevo Rey”. Y hablando
de las medidas del nuevo rey, ya se está viendo como pretende hacerse con la
“suma del poder público” para afrontar la crisis. Esto demuestra que ha nacido
una nueva falange del peronismo denominada “Albertismo” que sin lugar a dudas,
no es del agrado de CFK y sus más cercanos lugartenientes de la “Campora”.
"Luz, cámara...Actuar! |
Se ha dado inicio a una nueva era o más bien, la
re edición de una vieja película con nuevos actores y un libreto con un
vocabulario adaptado a la época es decir, una comedia parvula nada original. Lo
mismo para su política exterior. Nada parece demostrar que hayan cambios
revolucionarios o estridencias tan temidas por los anglofilos que gozaban con
la postración del país a Washington y Londres. Puras sombras chinescas.
Por estas horas se rumorea la pretensión de Alberto
Fernández por descalabrar la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) acusada de
ser la “Cloaca de los servicios”, de la cual vale la pena aclarar, se sirvieron
todos los gobiernos (militares y civiles) que han pasado –incluyendo por supuesto a CFK y Alberto Fernández-. Y si eso no
bastara, el nuevo presidente tiene en mente de poner al frente de esta “reestructuración”
en inteligencia a nada menos que Anibal Fernández.
Durante décadas la ex SIDE fue un organismo sin
control y dedicado a servir los intereses partidarios de cada gobierno que
ocupo el poder en la Casa Rosada alejándose de los objetivos primigenios y
naturales para la cual fue creada: Producir inteligencia estratégica. De este
modo, su personas y recursos han servido para espiar la intimidad de políticos,
periodistas y empresarios que pudieran complicar los negociados de los manda más de
oportunidad. Se han desperdiciado años en esto y ello ha traido sus
consecuencias. La gestación de mafias y grupos de tareas para trabajos por su
cuenta, es una de ellas y no es creible que la doctrina K, vaya a cambiar eso.
Para muchos suena cómico y hasta molesto ver a quien
fuera el encargado de esa área en la era K, hablar de este tema como si no
hubiera tenido nada que ver. Por si las dudas y no se acuerda el Sr. Oscar
Parrilli ¿Recuerda la muerte del fiscal Nisman? Aunque no caben dudas de que
fue asesinado –y no que se suicido como
tratan de argumentar varios- hay dos líneas fuertes que los “expertos
mediáticos” no han querido tocar y son casualmente la posible ejecución por
parte de una operación de un equipo de ataque del Mossad israelí o la llevada
adelante por una facción de la AFI ligada a CFK.
Tal como lo dejo entrever Parrilli, esto es una
continuación de lo planeado por la presidente CFK en 2014 y que Macri detuvo
por decreto pero que Alberto Fernández ha derogado con premura reactivando
aquellos planes.
Algunas fuentes señalan que el despliegue de las nuevas
estructuras de la AFI pasaría a estar “asesoradas” por la “G2” cubana y la
“FSB” rusa, estableciendo con esto una nueva y ajena agenda estratégica para el
país.
Esto sería bastante dudoso de creer dado que, para hacer semejante
movimiento dentro de una agencia controlada desde hace décadas por otras
agencias extranjeras como la CIA, el Mossad y el MI-6, podría devenir en un
conflicto subterraneo con consecuencias inesperadas.
Para algunos esto es una idea de “CFK”, para otros
una maniobra conjunta tolerada por Alberto Fernández pero con algunos reparos.
Y es que no hay que olvidar que el país no está en posición de jugar en un
juego sin las herramientas necesarias para llevarlo adelante. Levantar una
agencia con militancia fanática de camporistas no sería una muy buena idea ya
que ello desataría una lucha intestina entre grupos antagónicos camuflada de
inseguridad urbana. Si llegase a concretar estos planes, Washington solo puede
tirar de un hilo y tumbar la estabilidad del gobierno argentino y de la región
entera. Fernández sabe que hay cuestiones que no se tocan y en ese sentido,
tratar de mover estructuras en las que se sustenta el poder real de un estado
trae consecuencias imposibles de prever.