“LA RULETA TURCA”
Cuál será la
determinación de Tiyip Erdogan con Rusia ante la actual encrucijada que se le presenta
en Siria
Por Dany Smith
Desde hace un tiempo hasta esta parte que el gobierno
turco de Tiyip Erdogan viene ampliando su agresión sobre el norte de Siria sin
parecer importarle las consecuencias que ello pueda conllevarle.
Tampoco pareciera importarle la presencia
rusa la cual ha sido sin dudas, la garantía de que las agresiones y la inestabilidad
no escalen a otro nivel en toda la región. Menos aún, la de los estadounidenses
quienes han demostrado su fastidio por sus colegas rusos. Ello pareciera
demostrar que Erdogan está jugando un peligroso juego similar a la ruleta rusa.
Para evitar eso y en vistas del constante boicot de
las potencias occidentales en Ginebra, Rusia a instancias del presidente
Vladimir Putin impulso las conversaciones con sus homologos de Irán y Turquía
para tratar de llegar a una solución regional que impidiera la injerencia diplomática
de varios de los actores europeos que estaban y siguen estando involucrados en
la calamidad de Siria. Todo parecía ir encarrilado y Erdogan se comprometio a
respetar los acuerdos de Astana y especialmente el de Sochi referido a la situación
de Idlib.
Pero pese a ello, las fuerzas militares turcas y sus
grupos “proxies” comenzaron con sus operaciones a lo largo de la frontera con
Siria.
Actualmente estas fuerzas maniobran sin interesarles en lo más mínimo el
despliegue ruso y mucho menos la integridad de los pobladores del norte de
Siria y en partícular de los –supuestos- más
de 900.000 refugiados de Idlib que han huido de los combates y que Ankara
amenaza con dejarlos pasar a Europa. De este modo, los bombardeos
indiscriminados sobre aldeas y las limpiezas étnicas de pobladores árabes a
manos de grupos radicales “turcomanos” y “yihadistas” extranjeros entrenados
por el MIT y la CIA, siguen sin pausa. Pese a los acuerdos que llego con Rusia
e Irán ¿Por qué Erdogan parece desconocer sus compromisos en Astana y Sochi?
Una vez más tenemos que decir que Erdogan no actua
sin respaldo. Su aventura militar sobre el norte sirio y en particular su apoyo
a los grupos yihadistas como “Tharir Al Sham” que operan en torno de Idlib no
es nueva y para nada inconsulta. Turquía no actua sin la seguridad de que alguién
cubre sus espaldas. No hay que olvidar que hasta 2016 Ankara estaba
estrechamente asociada a los planes de Washington por derrocar al legitimo
gobierno de Bashar Al Assad llevando adelante todo tipo de operaciones sucias y
la consolidación de planes entre los cuales, se hallaba el despliegue y
establecimiento de un ficticio “Estado Islámico” en territorio sirio-iraquí,
pergeniado años antes por la inteligencia y los estrategas del Pentágono.
Actualmente muchos de los mercenarios y
especialistas que sirvieron a ésta franquicia seudo-islamista cambiaron sus uniformes y mascaras negras por
los equipos caqui y color arena de los uniformes del ejército regular turco. En
síntesis, solo se trato de un cambio de matices pero manteniendo los mismos
objetivos.
Los mercenarios de ISIS contaban con un gran apoyo
logístico y tecnológico que incluso en la actualidad viene siendo utilizado
contra las tropas rusas en Siria y que no quedan dudas, son proveidos por un
tercero con importantes y sofisticados recursos tecnológicos. Los Drones de
supuesta fabricación casera (como los usados por el “ISIS” en Iraq) pero
guiados con una inocultable tecnología de posicionamiento satelital, no pueden
engañar a los rusos. Moscú aunque no lo hace público lo sabe muy bien y en vez
de gastarse en enredarse en meras diatribas dialécticas, obra y va al grano y
quienes se hayan involucrados tras las sombras con estas operaciones muerden el
polvo.
Cuando por finales de 2015 la Fuerza Aeroespacial
rusa y su Armada con el permiso de Damasco tomo intervención en Siria, muchos
de sus primeros bombardeos tácticos destruyeron redes de bunkers y sitios
ocultos de Comando y control de los grupos “Yihadistas” apoyados por el dinero
saudita y qatarí, acabando también con
muchos equipos de asesores pertenecientes a las agencias de inteligencia francesa,
estadounidenses e israelíes que operaban de incognito junto a ellos. Fue en ese
momento que Washington y Tel Aviv se dieron cuenta que además de la
inteligencia, Rusia tenía recursos sofisticados que como el misil “3M14 Kalibr”
podía ser lanzado desde una corbeta en el Mar Rojo y tras viajar unos miles de
kilómetros borrar de un golpe certero y devastador un cuartel de operaciones
especiales escondido bajo tierra o en una elevación.
Todos ellos, incluyendo a Turquía jugaban como
socios del “ISIS” en la empresa por desmembrar la entidad nacional de Siria.
Recordemos que esta ficción puesta a rodar por el
Departamento de Estado de la administración de Obama (y que obviamente fue
concebida muchos años antes), fue echa añicos por la intervención rusa de 2015 que
significo el comienzo del fin para los planes de establecer un Sunistán (una región geográfica de
habitantes musulmanes sunitas) en reemplazo del estado nacional sirio y a la
larga del iraquí teniendo como principal benefactor de esto a Israel. En este
plan Turquía jugaba un papel central que muy seguramente haya hecho pensar a
Erdogan y sus militantes panislamistas que podría revivir las épocas del
Imperio turco. En realidad, una locura
sin sustento real.
Desde el fallido intento de golpe de estado contra
Erdogan en julio de 2016, en el cual habría participado la CIA, Ankara y
Washington enfriaron sus relaciones. Las
acusaciones cruzadas desgastaron a tal punto la relación que las mismas
parecieron –en apariencias- reducirse
al minimo. Desde ese entonces Turquía se inclino a entablar relaciones más
estrechas con Rusia y en ese plan, propuso el recambio de material militar
estratégico occidental por productos de la defensa rusa. Obviamente ello causo
el desagrado de Washington que se hizo extensivo a Bruselas.
A contrario de esto, en apariencias las relaciones con
Rusia no podían ser las mejores. No hay que olvidar la reunión en Estambul del
8 de enero último en la cual ambos mandatarios acordaron bregar por hallar
soluciones políticas a los problemas del Golfo Pérsico, tras el atentado
terrorista que mato al general iraní Qassem Soleimani en Iraq. Pese a esto, Erdogan trato de sacar ventajas personales
comenzando a llevar adelante su propia agenda para la región. Y aunque Putin se
lo advirtió, Erdogan procedió con la típica perfidia de los políticos charlatanes
creyendo que se había metido al bolsillo a su colega ruso; sin dudas, un error
fatal.
De ese modo Turquía en violación a lo establecido en
las conferencias de Astana y la ley internacional comenzó a movilizar sus
fuerzas hacia territorio sirio con la clara intensión de establecerse en suelo
sirio. A propósito de las teatrales preocupaciones que Washington y la UE hacen
gala en los medios, es muy curioso como el Comando Central de los EEUU (CENTCOM)
que monitorea toda la región no haya advertido y denunciado estas movilizaciones ilegales. Al
mismo tiempo y detrás de los avances del ejército regular turco penetraron
grupos extremistas como los del “Partido Islámico del Turkestán”, el “Khoras Ad
Din” y los grupos apoyados por Washington como el “Ejército Libre Sirio”
montados tempranamente por la CIA. Sobre esto último cabría preguntarse, si Washington
hace tiempo regurgito a su socio turco ¿Por qué siguen operando los campamentos
de estas bandas adiestradas por la CIA?
Las acciones rusas y sirias se inscriben en el marco
de la defensa territorial contra estas fuerzas foráneas y agresoras que tratan
de destruir la integridad territorial del estado soberano. Quienes están fuera de la ley internacional
son los que tratan de argumentar que esas bandas armadas son una llamada
“oposición moderada”, una terminología absolutamente falsa que los medios
occidentales han tratado de disfrazar con gran esfuerzo desinformativo. La
emboscada a 4 agentes del FSB rusos del 1° de febrero último en Alepo, ejecutada
por Turquía fue el inicio del fin a las provocaciones contra Rusia algo de
Putin está dispuesto a terminar de forma rápida y terminante.
Por estas horas Erdogan se haya en una encurcijada
tras haber sufrido sus tropas un duro revez en Idlib que le costo en un solo
ataque, más de treinta soldados muertos y otro número no precisado de heridos.
La aviación rusa y la aviación siria lanzaron un bombardeo conjunto en los
alrededores de Idlib donde se atrincheran los grupos yihadistas afiliados a “Al
Qaeda”. Los objetivos atacados eran posiciones de las bandas armadas,
demostrando que los militares turcos prestaban apoyo directo a los terroristas en
sus combates terrestres.
Ante esto, Erdogan –aparentemente- sin contar con el apoyo directo de Washington y con
una mala relación con la OTAN, en estos últimos días ha tratado de conseguir un
apoyo de la organización atlántica sin conseguir nada sustancial. Bajo estas
circunstancias si Erdogan está por su cuenta ¿Cuánto podrá aguantar con este
juego?