sábado, 7 de marzo de 2020



“LA RULETA TURCA”
Cuál será la determinación de Tiyip Erdogan con Rusia ante la actual encrucijada que se le presenta en Siria


Por Dany Smith
Desde hace un tiempo hasta esta parte que el gobierno turco de Tiyip Erdogan viene ampliando su agresión sobre el norte de Siria sin parecer importarle las consecuencias que ello pueda conllevarle.

Tampoco pareciera importarle la presencia rusa la cual ha sido sin dudas, la garantía de que las agresiones y la inestabilidad no escalen a otro nivel en toda la región. Menos aún, la de los estadounidenses quienes han demostrado su fastidio por sus colegas rusos. Ello pareciera demostrar que Erdogan está jugando un peligroso juego similar a la ruleta rusa.

Para evitar eso y en vistas del constante boicot de las potencias occidentales en Ginebra, Rusia a instancias del presidente Vladimir Putin impulso las conversaciones con sus homologos de Irán y Turquía para tratar de llegar a una solución regional que impidiera la injerencia diplomática de varios de los actores europeos que estaban y siguen estando involucrados en la calamidad de Siria. Todo parecía ir encarrilado y Erdogan se comprometio a respetar los acuerdos de Astana y especialmente el de Sochi referido a la situación de Idlib.

Pero pese a ello, las fuerzas militares turcas y sus grupos “proxies” comenzaron con sus operaciones a lo largo de la frontera con Siria. 
Actualmente estas fuerzas maniobran sin interesarles en lo más mínimo el despliegue ruso y mucho menos la integridad de los pobladores del norte de Siria y en partícular de los –supuestos- más de 900.000 refugiados de Idlib que han huido de los combates y que Ankara amenaza con dejarlos pasar a Europa. De este modo, los bombardeos indiscriminados sobre aldeas y las limpiezas étnicas de pobladores árabes a manos de grupos radicales “turcomanos” y “yihadistas” extranjeros entrenados por el MIT y la CIA, siguen sin pausa. Pese a los acuerdos que llego con Rusia e Irán ¿Por qué Erdogan parece desconocer sus compromisos en Astana y Sochi?

Una vez más tenemos que decir que Erdogan no actua sin respaldo. Su aventura militar sobre el norte sirio y en particular su apoyo a los grupos yihadistas como “Tharir Al Sham” que operan en torno de Idlib no es nueva y para nada inconsulta. Turquía no actua sin la seguridad de que alguién cubre sus espaldas. No hay que olvidar que hasta 2016 Ankara estaba estrechamente asociada a los planes de Washington por derrocar al legitimo gobierno de Bashar Al Assad llevando adelante todo tipo de operaciones sucias y la consolidación de planes entre los cuales, se hallaba el despliegue y establecimiento de un ficticio “Estado Islámico” en territorio sirio-iraquí, pergeniado años antes por la inteligencia y los estrategas del Pentágono.  
Actualmente muchos de los mercenarios y especialistas que sirvieron a ésta franquicia seudo-islamista  cambiaron sus uniformes y mascaras negras por los equipos caqui y color arena de los uniformes del ejército regular turco. En síntesis, solo se trato de un cambio de matices pero manteniendo los mismos objetivos.


Los mercenarios de ISIS contaban con un gran apoyo logístico y tecnológico que incluso en la actualidad viene siendo utilizado contra las tropas rusas en Siria y que no quedan dudas, son proveidos por un tercero con importantes y sofisticados recursos tecnológicos. Los Drones de supuesta fabricación casera (como los usados por el “ISIS” en Iraq) pero guiados con una inocultable tecnología de posicionamiento satelital, no pueden engañar a los rusos. Moscú aunque no lo hace público lo sabe muy bien y en vez de gastarse en enredarse en meras diatribas dialécticas, obra y va al grano y quienes se hayan involucrados tras las sombras con estas operaciones muerden el polvo.

Cuando por finales de 2015 la Fuerza Aeroespacial rusa y su Armada con el permiso de Damasco tomo intervención en Siria, muchos de sus primeros bombardeos tácticos destruyeron redes de bunkers y sitios ocultos de Comando y control de los grupos “Yihadistas” apoyados por el dinero saudita y qatarí,  acabando también con muchos equipos de asesores pertenecientes a las agencias de inteligencia francesa, estadounidenses e israelíes que operaban de incognito junto a ellos. Fue en ese momento que Washington y Tel Aviv se dieron cuenta que además de la inteligencia, Rusia tenía recursos sofisticados que como el misil “3M14 Kalibr” podía ser lanzado desde una corbeta en el Mar Rojo y tras viajar unos miles de kilómetros borrar de un golpe certero y devastador un cuartel de operaciones especiales escondido bajo tierra o en una elevación.

Todos ellos, incluyendo a Turquía jugaban como socios del “ISIS” en la empresa por desmembrar la entidad nacional de Siria.

Recordemos que esta ficción puesta a rodar por el Departamento de Estado de la administración de Obama (y que obviamente fue concebida muchos años antes), fue echa añicos por la intervención rusa de 2015 que significo el comienzo del fin para los planes de establecer un Sunistán (una región geográfica de habitantes musulmanes sunitas) en reemplazo del estado nacional sirio y a la larga del iraquí teniendo como principal benefactor de esto a Israel. En este plan Turquía jugaba un papel central que muy seguramente haya hecho pensar a Erdogan y sus militantes panislamistas que podría revivir las épocas del Imperio turco.  En realidad, una locura sin sustento real.

Desde el fallido intento de golpe de estado contra Erdogan en julio de 2016, en el cual habría participado la CIA, Ankara y Washington  enfriaron sus relaciones. Las acusaciones cruzadas desgastaron a tal punto la relación que las mismas parecieron –en apariencias- reducirse al minimo. Desde ese entonces Turquía se inclino a entablar relaciones más estrechas con Rusia y en ese plan, propuso el recambio de material militar estratégico occidental por productos de la defensa rusa. Obviamente ello causo el desagrado de Washington que se hizo extensivo a Bruselas.

A contrario de esto, en apariencias las relaciones con Rusia no podían ser las mejores. No hay que olvidar la reunión en Estambul del 8 de enero último en la cual ambos mandatarios acordaron bregar por hallar soluciones políticas a los problemas del Golfo Pérsico, tras el atentado terrorista que mato al general iraní Qassem Soleimani en Iraq.  Pese a esto, Erdogan trato de sacar ventajas personales comenzando a llevar adelante su propia agenda para la región. Y aunque Putin se lo advirtió, Erdogan procedió con la típica perfidia de los políticos charlatanes creyendo que se había metido al bolsillo a su colega ruso; sin dudas, un error fatal.

De ese modo Turquía en violación a lo establecido en las conferencias de Astana y la ley internacional comenzó a movilizar sus fuerzas hacia territorio sirio con la clara intensión de establecerse en suelo sirio. A propósito de las teatrales preocupaciones que Washington y la UE hacen gala en los medios, es muy curioso como el Comando Central de los EEUU (CENTCOM) que monitorea toda la región no haya advertido y  denunciado estas movilizaciones ilegales. Al mismo tiempo y detrás de los avances del ejército regular turco penetraron grupos extremistas como los del “Partido Islámico del Turkestán”, el “Khoras Ad Din” y los grupos apoyados por Washington como el “Ejército Libre Sirio” montados tempranamente por la CIA. Sobre esto último cabría preguntarse, si Washington hace tiempo regurgito a su socio turco ¿Por qué siguen operando los campamentos de estas bandas adiestradas por la CIA?

Las acciones rusas y sirias se inscriben en el marco de la defensa territorial contra estas fuerzas foráneas y agresoras que tratan de destruir la integridad territorial del estado soberano.  Quienes están fuera de la ley internacional son los que tratan de argumentar que esas bandas armadas son una llamada “oposición moderada”, una terminología absolutamente falsa que los medios occidentales han tratado de disfrazar con gran esfuerzo desinformativo. La emboscada a 4 agentes del FSB rusos del 1° de febrero último en Alepo, ejecutada por Turquía fue el inicio del fin a las provocaciones contra Rusia algo de Putin está dispuesto a terminar de forma rápida y terminante.

Por estas horas Erdogan se haya en una encurcijada tras haber sufrido sus tropas un duro revez en Idlib que le costo en un solo ataque, más de treinta soldados muertos y otro número no precisado de heridos. La aviación rusa y la aviación siria lanzaron un bombardeo conjunto en los alrededores de Idlib donde se atrincheran los grupos yihadistas afiliados a “Al Qaeda”. Los objetivos atacados eran posiciones de las bandas armadas, demostrando que los militares turcos prestaban apoyo directo a los terroristas en sus combates terrestres.

Ante esto, Erdogan –aparentemente- sin contar con el apoyo directo de Washington y con una mala relación con la OTAN, en estos últimos días ha tratado de conseguir un apoyo de la organización atlántica sin conseguir nada sustancial. Bajo estas circunstancias si Erdogan está por su cuenta ¿Cuánto podrá aguantar con este juego?

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